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Cartas a Adán
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Libro electrónico225 páginas3 horas

Cartas a Adán

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Información de este libro electrónico

Eva Mara, la narradora y personaje principal de la novela escribe una serie de cartas a Adn, desde su perspectiva personal como un ejercicio catrtico siempre con voz silente. La catarsis agridulce de su personalidad nos envolver en su discurso.

Los personajes deambulan entre claroscuros y la reptante tentacin paradisiaca, Adanes y Evas, tejen sus horas en silencio, sus descubrimientos del mundo, mezclando sus imgenes de placer o desventura; las pginas ante nuestros ojos harn experimentar la renovada redencin en el mundo terrenal desde la mirada de los propios protagonistas, su mirada, la mirada de los otros, la mirada de nosotros.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento21 ago 2015
ISBN9781506506494
Cartas a Adán
Autor

Demetrio Navarro del Ángel

El autor Demetrio Navarro del Ángel nació en Ébano, San Luis Potosí el 11 de septiembre de 1976. Es el mayor de tres hermanos. Se ha desempeñado como corrector de estilo independiente, Dr. En ciencias de la educación por el IPEP, profesor de educación básica y superior. Dentro de sus gustos se encuentra el convivir con su familia, viajar, leer y escribir. Esta es su primera novela en la cual el escritor relata aquello que imagina, tratando de entender el mundo desde la perspectiva de su personaje, desde la ventana que no da a ninguna parte. Ha escrito ensayos sobre temas educativos de índole diversa, en el 2004 colaboró escribiendo varios relatos relacionados sobre algunas calles importantes de la ciudad de San Luis Potosí, o el emblemático panteón del Saucito en la ciudad capital potosina. La escritura le ha permitido obtener grandes satisfacciones al plasmar creativa y sensiblemente varios textos.

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    Vista previa del libro

    Cartas a Adán - Demetrio Navarro del Ángel

    Copyright © 2015 por Demetrio Navarro del Ángel.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2015910564

    ISBN:      Tapa Dura                  978-1-5065-0651-7

                    Tapa Blanda               978-1-5065-0650-0

                     Libro Electrónico      978-1-5065-0649-4

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 04/12/2015

    Palibrio

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    712981

    Contents

    Prólogo

    Carta 1 Ab Imo Pectore

    Carta 2 De Todo Un Poco

    Carta 3 Imágenes Y Recurrencias De Mi Mundo Interno

    Carta 4 Sobre El Amor Verdadero

    Carta 5 Sobre El Miedo Al Abandono

    Carta 6 Sobre La Identidad Vagabunda

    Carta 7 Sobre El Enamoramiento

    Carta 8 Depresión Al Por Mayor

    Carta 9 Rompiendo Los Esquemas

    Carta 10 Amnesia

    Carta 11 Entrega Sin Amor

    Carta 12 Soledad Recurrente

    Carta 13 El Arte Del Engaño

    Carta 14 Soberbia

    Carta 15 Avaricia

    Carta 16 Lujuria

    Carta 17 Ira

    Carta 18 Gula

    Carta 19 Envidia

    Carta 20 Pereza

    Carta 21 Mujeres Pensantes

    Carta 22 La Otras Evas Son Mi Reflejo

    Carta 23 Mea Culpa

    Carta 24 Déjà Vu?

    Carta 25 Cabecillas De Cera

    Carta 26 Entre Cuatro Paredes

    Carta 27 Lapsus Brutus

    Carta 28 Equivocaciones

    Carta 29 Sensibilidad

    Carta 30 A Nivel De La Mar

    Carta 31 ¿Autonomía Femenina?

    Carta 32 Espejismos

    Carta 33 El Colmo De La Estupidez

    Carta 34 De Carne Y Hueso

    Carta 35 Reminiscencias

    Carta 36 Mujer De La Cabeza A Los Pies

    Carta 37 Rigor Mortis

    Carta 38 Cansada Del Príncipe Azul

    Carta 39 Supersticiones Y Karma

    Carta 40 Piel Femenina Vs Piel Masculina

    Carta 41 Inteligencia Retórica

    Carta 42 Evocaciones

    Carta 43 Lapsus Calami

    Carta 44 Migraña

    Carta 45 Hogueras

    Carta 46 Anacrónica

    Carta 47 Murmullos

    Carta 48 La Sazón Del Edén

    Carta 49 Lapsus Línguae

    Carta 50 Paradoja

    Carta 51 Voyeour?

    Carta 52 Mundos Paralelos

    Carta 53 Carpe Diem

    Notes

    Dedicatoria

    A la memoria de mis abuelos Margarita Morato Requena y Epifanio del Ángel Castillo, por su imborrable recuerdo en mi memoria.

    Prólogo

    En este Edén, en este libro, sólo importa el encuentro de todos nosotros, los amantes esenciales Adán-y-Eva. Y se trata de lo que paladeamos más entre todos los placeres: Un fruto prohibido que ya conocemos: La roja manzana. Pero, cómo es posible paladear, ¿con la misma manzana? A poco, díganme si es cierto que nuevas prohibiciones irresistibles nos han vuelto a expulsar del Paraíso original. Y, ¡parece que sí!, sin remedio, así es. El autor, Demetrio Navarro del Ángel, nos deleita explicándonos quién realmente será el culpable de la nueva expulsión y de la renovada redención de todos los que somos los Adanes/Evas del mundo terrenal actual.

    La sucesión de los Adanes y Evas contemporáneos -quizá en un ya singular pluralizado como Adanes/Evas-, presentados a lo largo de encuentros sensibles, extraordinariamente narrados, por Navarro del Ángel, nos hace suponer:

    Primero, como antes siempre, que la culpable de la expulsión del Paraíso de los amantes en el Cielo, fue Eva al comerse la manzana del árbol de la ciencia del bien y el mal, y luego al dársela a su esposo, Adán;

    Después, las historias del pecado original recontadas por los propios Adanes/Evas contemporáneos de Navarro del Ángel –que somos todos nosotros-, nos convencen con historias de vidas extraordinarias, de que no es así, puesto que casi siempre la verdadera culpable de la expulsión de la vida inmortal, sigue siendo , la o el: atractiva/o, irresistible, engañosa/o de siempre, la (el) amante dominante. O sea, la serpiente, pero, al final de cuentas, como entre Adanes/Evas, da enteramente igual que seamos cualquiera de las personas, casi siempre el/la Otro(a), incluso Dios, parece ser el mejor de todos los culpables de dichas y desventuras paradisiacas y terrenales.

    Al igual que las escenas de la vida de la pareja original resultaron ser muchísimo más contadas después de abandonado el Paraíso, aquí en el libro también pasa lo mismo. Las virtudes en muchas ocasiones se exaltan desde la sensible ataraxia social. En las 53 cartas que se va a encontrar el lector enseguida, los hechos del Paraíso de los amantes -verdaderamente extraordinarios, pero fugaces-, son realmente insignificantes frente a los hechos, circunstancias, dolores y riquezas y desencuentros interminables de los sentimientos que tensionan la carencia del Paraíso eterno y de un amor completamente seguro.

    Así como las imágenes que guardamos todas nuestras vidas son los de nuestra más tierna edad, en este libro es claro que el amor que experimentamos de niños deja su huella en nosotros, indeleble e inevitable. Sobre esta imagen que cada uno de los lectores guardamos en nosotros con cariño especial, Adanes/Evas de Navarro del Ángel, entretejerán sus descubrimientos del mundo, mezclarán sus imágenes de placer o desventura; fundirán sus historias del pasado personal y de todas las sociedades surgidas y desaparecidas, tantas veces antes nuestros ojos, desde que Dios hizo crecer a los primeros amores originales.

    Con esta novela epistolar sí vemos exaltarse con gran sorpresa y fuera de todo nuestro control, cómo los protagonistas incorporan de inmediato todo lo que opinamos y sentimos, lo que hemos vivido y pensamos del buen o mal amor, lo que atestiguamos sin remedio acerca de cómo Adán/Eva incluyen nuestras ideas más firmes y las opiniones que guardamos como nuestros tesoros, están en ellos casi todas nuestras terquedades, como ellos se entretejen en todos nuestros más caros recuerdos y afanes.

    Confirmamos con esta lectura, sin lugar a dudas, cómo con el primer amor permanecen imborrables las huellas testigos de lo que han sido nuestras curiosidades originales y primeras emociones. De allí que no sea de sorprender, tanto, que Navarro del Ángel nos haya capturado sin darnos cuenta al apenas traspasadas las primeras líneas de sus argumentos tan evocadores de nuestros propios Paraísos originales, de los ideales que son soporte de nuestras vidas y amores. Ideales de sentimientos y prácticas que son expuestos, refrescados, criticados duramente o compartidos con las imágenes de los propios protagonistas Adanes/Evas que a través de sus emociones continuas, brotan sin parar y a borbotones de esta lectura.

    Del más profundo simbolismo de la creación o sea del Génesis, este libro extrae profusos sentidos que renuevan el origen evolutivo de la especie o bien, que cortan tajantemente con el principio mitológico de irredimible autoalienación de la época. Y se exploran otras posibles oportunidades de que se puedan redimir insumisos, discapacitados, rebeldes, funcionales diferentes, expulsados, migrantes, insensibles, inhumanos, deshumanizados, los ricos y los pobres.

    De ahí entonces que con este libro, ese pasado del Edén original, pueda ser mejor. Y si las imágenes que recordamos del pasado bíblico que tenemos, aquí con esta lectura pueden ser distintas, para cada quien, no importa. Eso mismo diverso y cambiante, nos explica cómo es posible que cada recuerdo cambie cada vez, a cada instante, en cada uno de nosotros, y que al recordar, volvamos a nombrar a nuestros amores iniciales, modificándolos creativamente.

    Con esta cualidad del libro, entre muchas otras que son notables como su extraordinario fluir de la palabra, casi versada, culta, pero tan ampliamente humana, es notable constatar que los sentimientos auténticos y más profundos de los protagonistas Adanes/Evas del libro -o sea nosotros mismos-, resultarán -o sea, resultaremos-, irremisiblemente convergentes con cualquier otro humano, de cualquier clase social, tiempo y lugar.

    Con esto, Navarro del Ángel, termina de cautivarnos con las proyecciones adánicas y evaícas en las que subyacemos los lectores y otros más, que hacen dialogar a partir de nosotros mismos, sus actores/lectores protagónicos en las aventuras del libro. Imposibilitado(s) el o los Adán(es)/ Eva(s), como nosotros mismos lo estuvimos idealmente, de dejar de converger al paso de las aventuras y sentimientos, con las imágenes de lo que cambian a sus múltiples vidas, resulta un cotejo que nos compara con nosotros vistos y sentidos desde el yo múltiple del libro.

    Con lo que cotejamos sin remedio, cómo el hecho y medida en que cambiamos nosotros, es cambio en las sociedades y cambio en la propia función de las representaciones del pasado experiencial. Este diálogo entre Adán/Eva-y-Lector(a), comparte una búsqueda permanente de identidad, que sea historia y que sea memoria tan bellamente prolongada como la de Adán/Eva más allá del Paraíso.

    La sensibilidad y profundo sentido del intercambio emocional igualitario, mutuamente enriquecedor y realmente profundo, que iguala a hombres/mujeres, aquí supera todos los desamores en el mundo de la época contemporánea de Navarro del Ángel. Y con ello, más que remitirnos nos subsume en un exigente y vital sentido de Adán-y-Eva.

    De tal modo que al leer este libro, sea inevitable volver la mirada a las prácticas-del-querer, evocando el Génesis fundacional. Sobre todo, porque naturalmente, vamos quedando convencidos de que el amor filial, conyugal y cívico, se socializan a medida que se hacen visibles, en lugares/momentos precisos, dos unos -tú y Yo, que somos multitudes-, anticipando lo que todavía no son, pero ya están siendo.

    Así, este hermoso libro hace dar un salto a la acción, provoca desear participar de estas socio odiseas del Adán-y-Eva, guardado en cada quien y común a todos que despierta inquietudes dormidas, deseosas de encontrar a fondo las claves de reconocimiento propio, de gozo y autorrealización, de encuentro de potenciales comunes, de amor propio compartido, pleno de virtudes y bondades que sean no ajenas y hostiles, sino sí mutuamente compartidas.

    El encuentro del sí mismo (el Self) con el Otro, conjugados en la plenitud del ser común de Navarro del Ángel, no puede ser algo más que divino. Y aun así, para el autor, en la actualidad, ya sólo se estaría a la espera de que nos librásemos materialmente de todo sentimiento de abandono, de frustraciones y rupturas, del ego, para que sabiéndonos junto con otro(a), seamos con toda consciencia y con toda la fuerza de nuestros sentimientos, unos juntos con el mundo.

    Lo que nos comparte Navarro del Ángel, es realmente tan excepcional como haber estado en el mismo Jardín del Edén, del Génesis original. Estas noticias de posibilidades alternativas que nos muestran otros sentires de nosotros con los otros como si fueran los de los propios Adanes/Evas originales, son una invitación a compartir sin límites una convivencia que sea auténtica felicidad henchida de amor y de belleza.

    Margarita Camarena Luhrs

    Ciudad de México, junio de 2015

    Carta 1

    Ab imo pectore

    Mi muy estimado Adán, empiezo a escribirte a ti mi fiel amigo, hombre primigenio, punto de referencia de los cuatro puntos cardinales. Voy a escribirte tanto como la vida me lo permita, así debe ser, qué más quisiera que contarte aventuras extraordinarias, pero soy una más de esas Evas común y corriente como cualquier otra, contradictoria, superflua, inexplicable, tratando de ser un poco auténtica.

    Te pido seas mudo testigo de mis andanzas en el mundo, sé todo un caballero y guarda mis secretos, no me importa que los demás no me escuchen, escribirte a ti me sirve como excusa para expresar todo lo que siento y que no me atrevo a decir a quienes me rodean, hay vivencias tan íntimas que no quisiera que ojos ajenos exploraran estas líneas que redacto para ti.

    Te escribo escondida entre cuatro paredes, en las noches cuando la luna despliega sus alas por el azul nocturno, cuando siento que me ahogo, con esta pesadumbre que recorre toda mi columna vertebral, que me digan loca, ¿Qué mujer no lo está? Tal vez en mi persona aplica el viejo adagio que dice que de genio, poeta y loco todos tenemos un poco.

    Existe de por medio el enorme deseo de escribir y despojarme por algunos instantes de mis añejas ataduras, sociales, psicológicas e ideológicas, no quiero parecer dramática, pero tampoco puedo cruzarme de brazos, quiero tener la posibilidad de dar a conocer mi punto de vista no tengo miedo de hablar, al menos hablarte a ti en estas líneas.

    Puedo desnudarme ante ti con la seguridad de que esto sólo es metafórico, muero y renazco cada amanecer, escucho historias todos los días, cuchicheos de mis coterráneas, pienso diferentes cosas que a veces no puedo explicar, sólo tú tienes la sensibilidad especial para capturar mi esencia, para tomarla, estrujarla, y beberla; contártelo a ti es abrir una ventana que no da a ningún lado, el sendero será largo, te pido ayuda mi pequeño cómplice aventurero, furtivo ladrón de mis secretos, sé un flujo perenne que me ayude a despejarme de las impurezas.

    Madrugada tras madrugada construiremos este espacio donde otro hombre no pueda penetrarlo, sólo tú y yo nos encontraremos de manera ocasional, de manera secreta caminaremos en el anonimato para los demás, con el alma etérea, escondiendo nuestras cartas en lo más profundo de la casa, tomaremos un aromático café que disimule la pesadez de mis ojos, que me inunde y pueda despabilarme para dialogar contigo.

    Pernoctaremos juntos entre las mullidas almohadas, rondaremos juntos las sombras y tinieblas de la noche, a las que temo, llámame con tu mente, dime que estás esperando escuchar mi voz, eso me haría feliz, las mujeres tenemos tantas ganas de hablar, tenemos incrustado en los huesos ese cáncer atroz de decir algo, quien mejor que nosotras para analizar el mundo interno, quien mejor que un buen escucha.

    Me hace daño desvelarme, las huellas de la noche no son anónimas, dejan honda marca en mis ojos, tan es así que parezco un mapache por las mañanas con los ojos inflamados, el cabello revuelto es una evidencia más de mis devaneos contigo, sumado a esto el desgano para levantarme a la hora acostumbrada, y ese deseo de bostezar constantemente, incluso suspiro sin saber por qué, no importa, obligaré a mi cuerpo a obedecer, a velar en las sombras, a susurrarte al oído tímidamente.

    No quiero que seas mi paño de lágrimas, tampoco conmoverte y que vengas a abrazarme, tan sólo quiero un amigo que si bien no pueda comprenderme del todo sea un buen oyente, nadie ha estado demasiado tiempo conmigo para conocerme y entender un poco de mí, me preocupa que este ejercicio catártico sea interceptado por ojos indiscretos, esta ventana es sólo tuya y mía, de nadie más.

    Pero tal vez no hay de qué preocuparse, probablemente estas letras morirán antes de ver la luz, las polillas desintegrarán el papel, y las ideas aquí vertidas ni siquiera tendrán la bendición de ser amortajadas para durar un poco más, pero yo seguiré viva, sórdidamente viva, anulando las náuseas de la culpa, mitigando el dolor punzante con paliativos, cayendo en mi propia trampa, moriré inexorablemente bien lo sé, nadie se queda de muestra para repoblar al mundo, pero espero que falte mucho tiempo para que esto ocurra, aunque nadie tiene la vida asegurada.

    Adán, mi hermoso efebo, te voy a pedir un favor muy grande, no sabotees mis planes, limítate a escucharme, no digas nada, sólo escucha y guarda silencio; no importa que tengas deseos de contradecirme, de darme un consejo, esta relación es clandestina bien lo sé, serás como un amante secreto, testigo silente que diluye su mirada en mis ojos, en mi cuerpo, en mi alma, conóceme hasta lo más último, recorre enérgicamente con tus manos mis pensamientos y después déjame soñar, sin compromiso, sin ataduras…

    Tu Eva María convencional.

    Carta 2

    De todo un poco

    Querido amigo, sabes, no entiendo los cambios que estoy sufriendo, me siento confundida, diminuta, tapizada de soledad, las horas pasan agudamente, me empiezo a preguntar: ¿Quién soy? ¿Por qué estoy viva? ¿Qué habrá después de la muerte? ¿Por qué pienso lo que pienso? ¿Me estaré volviendo loca? El remolino de preguntas se cuela sobre mí, me atormentan y hacen que me dé una intensa migraña, a veces las imágenes se

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