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El Baile Prohibido
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Libro electrónico162 páginas2 horas

El Baile Prohibido

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Información de este libro electrónico

La modesta Amber y su pareja de baile Luca están a punto de conseguir su mayor éxito en Brasil. Pero, después de una pelea durante el ensayo, Luca sale furioso de la sala, dejando a Amber aturdida; de pronto ella se encuentra en brazos de un desconocido de sangre caliente. Sandro no sólo la lleva al escenario a realizar un apasionado baile, sino que la conduce al cuarto de las escobas para vivir una inesperada aventura.

Justo cuando Amber piensa que su vida no puede ser mejor, encuentra a Luca inconsciente en el baño de su habitación del hotel. Presa del pánico, llama a Sandro para que la ayude, pero rápidamente se hace evidente que esto podría haber sido un gran error que podría destruir su vida.

IdiomaEspañol
EditorialJessica Raven
Fecha de lanzamiento17 jun 2021
ISBN9781667404301
El Baile Prohibido

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    Vista previa del libro

    El Baile Prohibido - Jessica Raven

    Tabla de contenido

    ––––––––

    Acerca del Libro

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Presentación de la Autora

    Acerca del Libro

    ––––––––

    La modesta Amber y su pareja de baile Luca están a punto de conseguir su mayor éxito en Brasil. Pero, después de una pelea durante el ensayo, Luca sale furioso de la sala, dejando a Amber aturdida; de pronto ella se encuentra en brazos de un desconocido de sangre caliente. Sandro no sólo la lleva al escenario a realizar un apasionado baile, sino que la conduce al cuarto de las escobas para vivir una inesperada aventura.

    Justo cuando Amber piensa que su vida no puede ser mejor, encuentra a Luca inconsciente en el baño de su habitación del hotel. Presa del pánico, llama a Sandro para que la ayude, pero rápidamente se hace evidente que esto podría haber sido un gran error que podría destruir su vida.

    Para Maria Anna

    Ahora tienes alas y vuelas con los ángeles

    Capítulo 1

    ––––––––

    Hace muchos años ...

    ––––––––

    ¡Oh mami, eres la mejor!, exclamo emocionada. Como una ardilla enloquecida, salto por nuestra sala.

    Siempre he querido aprender a bailar. Gracias. Gracias. Gracias.

    Mi papá siempre se ha opuesto a que vaya a clases de ballet porque cree que todavía soy muy pequeña, ¡pero ya tengo cinco años! Pero la mejor mami del mundo me inscribió hoy. Me lo dijo, cuando me recogió del kínder.

    Y ahora hay un tutú rosa en la mesa de la cocina y zapatillas de ballet que le hacen juego.

    Tan rápido como puedo, me quito los tenis, los pateo a la esquina y tiro mi rompe vientos al suelo.

    Agarro la ropa de baile y la abrazo con fuerza contra mi pecho.

    ¡Oh, todavía huelen a nuevo!

    No he llorado desde la semana pasada, cuando Thomas me golpeó con la pala en el arenero, pero ahora mis ojos empiezan a arder de nuevo porque hay unas cuantas lágrimas.

    Emocionada, bailo por toda la casa con mi ropa nueva, dando vueltas una y otra vez, como una auténtica bailarina.

    Papá todavía está en el trabajo, pero puedes sorprenderlo más tarde con tu vestuario de ballet, dice mi madre cuando me encuentra en la sala.

    ¿Me va a regañar?, pregunto, bajando los brazos con las prendas. Es entonces cuando me acaricia la mejilla.

    No, cariño. Ha visto las ganas que tienes de aprender a bailar. Entonces su mirada se vuelve tan seria como los días en que me pide que limpie mi habitación. Pero tenemos una condición para ti.

    Lo que sea, haré lo que sea.

    Queremos que te tomes la danza muy en serio, y que si las cosas no funcionan como pensabas no queremos que te des por vencida pronto.

    Solemnemente, levanto la mano, asintiendo con entusiasmo. ¡Lo prometo!

    *

    La puerta del estudio de danza se abre y de pronto mi corazón empieza a latir muy rápido.

    ¡Wow! es lo único que puedo decir. La habitación es enorme y hay muchos espejos. Aquí, las chicas y los chicos tienen que cambiarse por separado.

    En los vestidores, muchas otras chicas ya están poniéndose las faldas de ballet. Me quedo ahí y las observo. Hay mucho ruido aquí, porque probablemente todas están tan emocionadas como yo.

    Mmm, me pregunto si también es su primera clase de baile hoy?

    ¡Deprisa, chicas, y vengan conmigo al estudio, por favor!, nos llama una señora menuda desde la puerta, quien con su precioso traje de bailarina blanco se parece al cisne que mamá y yo alimentamos en el parque anteayer.

    ¡Esa debe ser mi profesora de baile!

    Un gritito de alegría sale de mi garganta. Me cambio rápidamente y salgo corriendo con las demás. Me da risa, porque todas nos vemos iguales. Tal vez mamá fue de compras con las otras mamás. Sé que a menudo compra varias piezas similares, porque así son más baratas. Como bebés cisnes, nos ponemos delante de la profesora, todas con leotardo y mallas blancas y el tutú rosa. Incluso las zapatillas de ballet son todas del mismo color rosa.

    "Vengan aquí, todas. Atrévanse, nos llama la profesora y nos hace señas para que nos acerquemos a ella.

    Riendo, seguimos adelante. Me miro en el gran espejo de la pared.

    ¡Esto es increíblemente genial! ¡Ya parezco una auténtica bailarina! Mi sonrisa es tan grande como la de cualquiera de las otras chicas.

    Hoy también tenemos algunos chicos valientes. Por favor, sean amables con ellos para que no salgan corriendo. La profesora nos guiña un ojo y todas empezamos a cacarear con entusiasmo como gallinas.

    Por supuesto, inmediatamente nos giramos para ver quién más se une a nosotras. Sólo hay cuatro chicos que salen del vestidor con mallas negras y camisetas blancas sin mangas, pero no parecen sentirse muy cómodos aquí. No lo entiendo. Bailar es algo que se espera con ansias.

    Quiero que ahora se presenten brevemente, pero no lo hagan muy largo, porque estamos aquí para aprender a bailar, ¿no? La profesora da una palmada y todos empezamos a hablar. Me doy cuenta de un nombre de cada lado, pero no puedo recordarlos todos.

    De repente, alguien tira ligeramente de mi tutú por detrás. Me doy la vuelta y miro unos ojos castaños. Un chico está de pie frente a mí, sonriendo. También sonrío, y mientras me tiende el brazo, le doy la mano.

    Hola, me llamo Luca, dice. ¿Y tú?

    Soy Amber, respondo.

    Es un nombre bonito. ¿Quieres que seamos amigos?

    Mm-mm. Asiento con la cabeza y, cuando la profesora nos llama para que volvamos, Luca sigue tomándome de la mano.

    Capítulo 2

    ––––––––

    Presente

    La formación ha sido muy buena. Luca y yo armonizamos perfectamente en la pista de baile. Nuestros cuerpos se acoplan muy bien y se mueven al mismo ritmo. La mayoría de los jueces también lo creen, porque casi siempre ganamos en los concursos de baile. En sólo un año hemos llegado a la gran élite del baile latino. El estudio de danza en el que no sólo entrenamos, sino que a veces damos clases, está muy orgulloso de nosotros. Y este año incluso vamos a viajar a Río de Janeiro para competir en una competencia, que también es importante para clasificar al Campeonato Mundial de baile latinoamericano. Allí competiremos por BrazilNights, que es el nombre de nuestro estudio de danza.

    Luca y yo hemos estado entrenando casi sin parar desde que nos inscribimos y fuimos aceptados. No queda tiempo para los amigos y la familia. La Samba y la Lambada tienen que ser perfectas. Cada movimiento tiene que ser correcto. Incluso cada dedo tiene que estar en el mismo lugar una y otra vez. Luca y yo estamos decididos a ganar este título.

    Se acabaron los cinco minutos de descanso, dice Luca, que acaba de volver al estudio después de fumar. No entiendo cómo puede fumar con todo este esfuerzo. Mis pulmones a menudo están al borde del colapso, ya que casi no descansamos. Sin embargo, no parece perjudicarle, su rendimiento es siempre el mejor. Yo no podría, si fumara no me quedaría aire suficiente para bailar. Luca cruza la habitación con grandes zancadas. Con una mano se limpia las gotas de sudor de la frente. Los pocos minutos de descanso son suficientes para ir al baño o -como él- para fumar. Y eso es lo único que podemos hacer, porque si tomáramos un descanso más largo, nuestro cuerpo y nuestros músculos volverían a enfriarse y eso significaría que tendríamos que volver a calentar. Nuestros músculos se calientan durante mucho tiempo cada día para que podamos rendir al máximo. No prepararse adecuadamente en un momento dado podría provocar una fina ruptura de fibras musculares o incluso un sobre estiramiento y eso significaría para nosotros que no podríamos seguir compitiendo. Eso sería un verdadero desastre.

    Estaré lista cuando tú lo estés. Me levanto de la silla y me pongo la mini tanga por encima de las nalgas. En la sala de ejercicios, siempre me pongo mi tanga negra, que apenas pasa por encima del trasero y un sujetador deportivo negro. Eso es todo lo que necesito aquí si no quiero pasar demasiado calor y sudar aún más. Además, Luca conoce mi cuerpo, así que no necesito ocultárselo. De vez en cuando nos acostamos juntos para desahogarnos. Ninguno de los dos tenemos tiempo para parejas estables y, por desgracia, la lujuria física no se puede sudar, y menos con los ritmos calientes que tenemos que bailar, que sólo la alimentan más.

    Vamos a mover de nuevo tu trasero, querida Amber. Luca me agarra de la mano y me aprieta contra él. Mi cuerpo se presiona fuertemente contra el suyo. Nos miramos fijamente a los ojos durante unos segundos hasta que Luca empieza a contar. En mi cabeza, repito la música para ayudarme a mover. Desgraciadamente, por ahora sólo se trata de un simulacro. Eso es bueno para ajustar cada movimiento y cada giro al segundo. La música viene después. Así hemos entrenado siempre.

    A la cuenta de diez, Luca comienza con un ligero giro de cadera y a la cuenta de once empieza el primer paso. Doy un paso atrás y Luca me sigue. Nuestros pies hacen exactamente los mismos movimientos, sólo que en espejo. Nuestras caderas se balancean, nuestras manos están en los lugares adecuados. La samba es muy agotadora. Hemos ideado unos cuantos pasos nuevos, pero todavía tenemos que practicarlos. Al fin y al cabo, queremos ser tan convincentes con ellos como con los ya probados.

    Me duelen un poco los músculos de las piernas, pero tengo que reprimirlo. Sólo son las 7.00 pm, estaremos entrenando mínimo hasta las ocho. Por eso aprieto los dientes y me concentro completamente en Luca. Él tiene que guiarme, así que estoy segura de que su parte en el baile es aún más difícil que la mía. Puedo darle sabor a todo con un traje llamativo. A los jueces les encantan los vestidos llamativos en las damas. Voy a mostrar mucha piel como las demás.

    ¡Concéntrate! La estricta orden de Luca me hace dar un breve respingo.

    Lo siento, ya lo he superado. Pero Luca deja de bailar. Me mira con ojos severos.

    ¿Qué pasa, Amber? Sólo nos queda una semana, ¡maldita sea! ¡Tiene que salir bien! No puedes permitirte un desliz. Luca siempre lucha por lo que quiere, pero a veces parece que lucha demasiado. Yo también quiero ganar, pero quizá no con tanta insistencia como él.

    Estoy agotada, ¿sí? Me duelen las piernas y ya puedo sentir que pronto voy a tener calambres de nuevo. Mi mirada se desvía hacia arriba, porque cuando pienso en los dolorosos calambres en las piernas que, suelen invadirme por hacer tanto ejercicio, podría ponerme a llorar. Nadie puede imaginar ese dolor, es como si alguien te arrancara lentamente los tendones. Sólo que mil veces peor.

    ¿No has tomado hoy tus pastillas de magnesio? Luca me mira de arriba abajo, como si así fuera a encontrar la respuesta a su pregunta.

    Claro que sí, no soy tan estúpida. Igual que las pastillas de hierro y las vitaminas que me recetó el médico. La última vez que estuve en cama gritando de dolor, Luca tuvo que llamar al 911. Creo que ese día se asustó muchísimo. Antes de eso, Luca me había llevado a casa varias veces después del entrenamiento porque ya no podía caminar, y él terminaba masajeando mis piernas en casa y me quedaba dormida poco después. Pero, de repente, el dolor volvió a aparecer. Los calambres eran tan fuertes que me hubiera gustado cortarme las piernas. Finalmente llegó la ambulancia y en el hospital me dieron varias infusiones para aliviar los calambres y aumentar mis niveles de vitaminas. Desde entonces debo tomar seis pastillas al día. Tres, justo al levantarme y las otras tres antes de acostarme. Ahora muchos dirán que estamos locos por seguir entrenando tan duro. Por desgracia, la danza no es un paseo. O das el mil por ciento y te sacrificas por la fama, o te quedas siempre como una pequeña e insignificante atracción de baile. Elegimos el camino más difícil. Pero a veces, cuando me dan calambres, me arrepiento.

    Amo bailar, siempre lo he hecho. Sólo que a menudo tengo miedo de que Luca me exija demasiado y entonces ya no pueda seguir el ritmo físicamente. No quiero arruinar mi cuerpo, porque si no pudiera bailar más... sería insoportable.

    Muy bien. Luca respira profundamente y exhala. Entonces lo dejaremos por hoy. Va muy bien. Pero deberíamos hacerlo aún mejor. Me mira con sus ojos marrones y yo me debilito.

    Lo sé. Vamos bien. Doy un paso hacia él

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