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Las extraordinarias exploraciones de Edson
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Libro electrónico112 páginas1 hora

Las extraordinarias exploraciones de Edson

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Una novela que lleva al lector por un vieje a través del temprano periodo medieval. Descrubre con Edson, el joven protagonista, el mundo más allá de la comodidad de su pueblo y las relalidades de la naturaleza humana. Sé testigo de las ideologías sobre la ley y el orden llevadas a cabo por personas de tierras lejanas. ¿Habrás similitudes con algunos países hoy en día?

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento4 jun 2021
ISBN9781667402765
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    Las extraordinarias exploraciones de Edson - Asher Lewis Stam

    Prólogo

    La aventura que estoy por contar es una que llevo en el corazón. A pesar de que soy más viejo y sabio que antes, aún recuerdo esos tiempos con cariño. Tal experiencia solo pudo dejar marcada una huella imborrable en mi mente. Desconfiaba de mi juventud en ese entonces también, algo que ahora ha desvanecido. A menudo les platicaba a mis hijos sobre mis exploraciones con la esperanza de moldear sus valores, que quizá, también tengan el mismo efecto sobre ustedes.

    Espero no olvidar ningún detalle, ya que algunos de ustedes han viajado desde lejos para escuchar mi historia.

    Algunos me llaman sabio, y es cierto que me percibo como un hombre con experiencia. No necesitan pasar por lo que yo viví para aprender la importante lección.

    Aunque lo relate cada año, estoy preparado para hacerlo una vez más. Digo una vez más porque quizá sea la última vez que pueda hacerlo, pues mis días pasan huidizos, y mi salud palidece. Ojalá puedan todos aprender de mi historia:

    Me llaman Edson por mi padre Edward. La mejor manera en que puedo describir a mi familia es como una familia promedio, puesto que éramos gente muy ordinaria. Quizá no tan ordinaria como quienes viven cerca de las campanas de Bow en Cheapside, Londres, pero sí lo suficiente como la parte del Danelaw llamada Anglia Oriental.

    Nací y crecí en una isla llamada Merasai (Mersea), con una calzada elevada que se inundaba con el alza de la marea. Viví en Merasai Oriental hasta que mis padres dejaron de producir suficientes cultivos, un año después de varias horribles tormentas veraniegas. Con campos salados inundados y cultivos rotos del tallo, tuvimos que mudarnos a donde mi padre pudiera encontrar un trabajo en el embarcadero reparando aparejos y redes de pesca. El embarcadero quedaba cerca de nuestra choza de piedra con techo de paja, ubicada en Merasai Occidental.

    Recuerdo el olor de la brisa del mar y de innumerables ostiones frescos que habían capturado ese día. Mi trabajo consistía en cargar las canastas de ostiones hacia los vagones, que serían llevados a Colnesceastre (Colchester) para venderse en el mercado. Era una pena que mi trabajo se limitara a cargar los ostiones, ya que seguido fantaseaba en treparme al vagón e ir camino al norte, hacia el mercado. Había escuchado asombrosas historias de cuando el pueblo aún era la capital romana de las Islas Británicas, con su gran fortaleza de madera, los teatros y el templo de Claudio. Jamás antes había visto un templo romano y me preguntaba cómo se vería.

    Sin embargo, hace mucho que los romanos se habían ido, y en su lugar quedamos nosotros, una mezcolanza de daneses de la región de Schleswig-Holstein. Mis antepasados no eran los sajones, quienes se encontraban al sur, sino los anglos.

    Hace unos trescientos años, el rey tribal Vortigern le ofreció al pueblo de Schleswig-Holstein tierras a cambio de defender la propiedad de los pictos celtas del extremo norte (de las Islas Británicas). Después de su defensa con éxito, el rey tribal Vortigern sostuvo su palabra y les cedió extensiones de tierra adecuadas para la agricultura. Poco sabían mis antepasados de Schleswig-Holstein que nuestro pedazo de tierra estaba peligrosamente cerca del mar, y que, en el evento seguro de una tormenta, quedaría empantanada e inútil.

    Mi padre dijo que sus antepasados hubieran reclamado algo más tierra adentro, como el pueblo de Windlesham, que quedaba resguardado del alcance del impredecible mar. Pero ya habían acordado su decisión, y el rey tribal no ofreció alternativa. De todos modos, mi madre no era de las que se quejaban.

    El norte no era lugar al que quisiéramos aventurarnos con los pictos celtas que ya mencioné, y a lo que escuché, eran druidas bárbaros. Pero también estaba la amenaza cercana de los establecimientos de los Vikinger (vikingos) en un gran reino de Mercia hacia el norte y el oeste de nuestra querida isla. Los Vikinger (vikingos), como saben, son originarios de las tierras montañosas y heladas de Escandinavia, y se les puede llamar nórdicos.

    De hecho, eran invasores asaltantes. Antes, pero ahora ya hace mucho tiempo, nosotros los escandinavos éramos de una sola familia, así que oficialmente éramos hermanos. Entonces, ambos poseíamos el territorio (Islas Británicas) llamado Danelaw. Ambos portaban nuestros broches cruciformes, pero esto no detuvo la rivalidad entre los dos.

    Deja les cuento un poco sobre Mercia, ya que sus ambiciones afectarían nuestro hogar. Alfred el Grande de Mercia, quien en ese momento había defendido bien contra los Vikinger, contrajo matrimonio con Ealhswith, y al nacer su primer hijo varón, lo llamaron Edward, en el año 874 (d. C.). Conforme crecía, recibía una educación de calidad acorde a su realeza.

    Al morir su padre, Alfred el Grande, no había claridad en quién sería el sucesor. Siendo Edward su hijo mayor, naturalmente quería convertirse en rey.

    Sin embargo, tenía un primo quien a su madre la llamaban reina Wulfthryth. El nombre de su primo era Aethelwold, y siendo diez años mayor que Edward, se levantó para reclamar el trono a lo largo del dominio. A pesar de que a su madre la llamaran reina, al pueblo no le parecía tenerlo como rey, y el pobre primo Aethelwold aceptó no tener apoyo al sur de Danelaw.

    Disgustado, viajó hacia el norte con la esperanza de tener respaldo de los daneses y los nórdicos.  Para gusto suyo, las grandes franjas del reino de Northumbria le dio la bienvenida como rey y lo designaron monarca.

    Con el repentino cambio de suerte, Aethelwold se convirtió en rey de Northumbria, con su bulliciosa capital Jorvik (York) y el floreciente comercio con los Vikinger. Y así Danelaw se separó en dos mitades.  Aethelwold al norte, y Edward al sur.

    En 902, con renovada confianza en sí mismo, el rey Aethelwold, con el apoyo de su ejército, embarcó sobre el mar del Norte hacia el sur de Danelaw, Anglia Oriental, listo para confrontar a su primo Edward sobre el asunto del trono. Viendo el gran ejército en su contra, el pueblo de Anglia Oriental no encontró motivo para luchar contra Aethelwold, así que ágil y orgullosamente se proclamó el nuevo rey.

    ––––––––

    Una vez fui un niño quien admiraba al que demostraba ser más fuerte, como en la leyenda del rey Aethelwold. Lo que experimenté, como estoy a punto de contarles, me hizo repensar mis valores, poner los pies sobre la tierra.

    Lo que presencié en mis exploraciones me hizo más estable por dentro, pero nadie lo podría notar a simple vista. Había sufrido una metamorfosis interior. Para ser más específico, ahora puedo defenderme en asuntos morales y de valores sin titubear con cada resoplido del viento. Permíteme empezar a relatar los detalles de cómo terminé dejando la isla de Merasai de niño, tomando en cuenta que estos son recuerdos de cuando era joven y de cómo percibía las cosas.

    Capítulo Uno

    Era un día a principios de verano y lo recuerdo como si tan solo fuera ayer. Mi espalda estaba un poco tensa, pero esto sucedía todas las mañanas y mi ritmo era lento.

    Estaba en el embarcadero donde los pescadores habían dejado una enorme montaña de ostiones listos para que me los llevara. Los monté en la carretilla, tardándome solo unos minutos antes de llenarla.

    Caminé varios cientos de metros empujando la carretilla a lo largo de un camino estrecho que se había tornado más pastoso y resbaladizo de lo usual a causa de la reciente lluvia pesada. El

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