Pandemia

Por Steven Terrors

A finales del año 2019, y principios del 2020, se descubre un nuevo virus que se comienza a propagar por todos los países y territorios del planeta.
Tras la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud, los Estados comienzan a tomar medidas, en algunos casos drásticas, para controlar el virus. Sin embargo, en la medida en que transcurre el tiempo, y los fallecimientos y contagios se suceden, también aparecen las dudas y los datos no confirman la peligrosidad que en un principio se asumió.
Steven, dolido por el deceso de su compañera sentimental, inicia una serie de investigaciones con el objeto de descubrir, en realidad, la verdadera causa del fallecimiento de Esther.
Sus pesquisas lo conducirán a descubrir las más viles acciones del ser humano.

• Idioma: Español
• Editorial: Steven Terrors
• Fecha de lanzamiento: 15 abr 2021
• ISBN: 9780463972618

Steven Terrors

Nació en Matanzas, Cuba, en el año 1961. Desde muy joven aficionado a la lectura y la escritura. Sus primeras incursiones, en el mundo de las letras, lo supuso la redacción de frases cortas que lo ayudaban a entender lo que lo rodeaba, los poemas y microrrelatos. En la década de los noventa escribió su primera novela; Más allá de la frontera -publicada con Editorial Leibros en el año 2017. A través de la escritura pretende ofrecer nuevas perspectivas y puntos de vista, a los lectores, sobre los hechos narrados en sus obras. Sin obligarles, permitiendo que sea el lector quien saque sus propias conclusiones. Todas sus obras, aunque de ficción, relatan hechos reales y tratan de hacer llegar, a través de los personajes, la visión oculta de los acontecimientos, quizá ficción o tal vez no. Ha participado en múltiples eventos literarios y como jurado en concursos de microrrelatos y novela para editoriales. Es corrector de estilo y ortotipografía.

Vista previa del libro

Índice de contenido

PARTE l

La Conspiración

Coral Beach

Costa sur de Ufleau 2020

China

Lago Kunming Diciembre 2019

Un resort en Suiza

Una semana antes del brote oficial

Residencia de Morgan

Día 0 de declaración del brote Enero del 2020

China

Zhongnanhai Finales de diciembre del 2019

China

Enero del 2020

Residencia de Morgan

Enero del 2020

Residencia de Morgan

Inicio de marzo del 2020

China

Marzo del 2020

Ufleau

Marzo del 2020

Ufleau

Final de marzo del 2020

Ufleau

Abril 2020

China

Abril 2020

Residencia de Morgan

Abril 2020

Ufleau

Mayo 2020

PARTE ll

La gran mentira

China

Residencia del Primer ministro

Residencia de Morgan

Mayo 2020

Ufleau

Junio 2020

China

Un lugar secreto en Heilongjiang

Ufleau

Julio 2020

Ufleau

Una semana más tarde

Residencia de Morgan

Septiembre del 2020

Ufleau

Octubre 2020

Residencia de Morgan

Noviembre 2020

Ufleau

Diciembre del 2020

Residencia de Morgan

Enero del 2021

Ufleau

Febrero del 2021

China

Un emplazamiento secreto Marzo del 2021

Ufleau

Marzo del 2021 Una cabaña en la sierra

Residencia de verano de Morgan

Acapulco Marzo del 2021

Ufleau

Marzo del 2021

Ufleau

Una semana más tarde Final de marzo 2021

Ufleau

Marzo 2021 Un día antes de fin de mes

Ufleau

2 de abril del 2021

Ufleau

Una emisora de televisión privada 3 de abril del 2021

Alpes suizos

4 de abril del 2021

Ufleau

7 de abril del 2021 Una cadena de televisión

Residencia de Morgan

Septiembre del 2021

Ufleau

Octubre del 2021

Firmapage0001

Pandemia

(Fake)

Steven Terrors

Pandemia 

(Fake)

Copyright, textos y maquetación: Steven Terrors

Diseños interiores y de portada: Steven Terrors

Corrección de estilo y orto tipográfica: Steven Terrors

Impreso por: GRAFIEXPRESS, Álvarez de Lugo, 52, 38004. Santa Cruz de Tenerife.

ISBN: 9798736613960

Esta obra está protegida por los derechos de autor, con lo cual, corresponde al autor el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de su obra, en cualquier forma, y en especial los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación, que no podrán ser realizadas sin su autorización, salvos en los casos previstos en la Ley de Propiedad Intelectual, RD Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el Texto Redifundido de la Ley de Propiedad. 

Si usted distribuye esta obra sin autorización expresa de su autor, estará incurriendo en un delito perseguido por la ley.

Esta novela, a pesar de ser de ficción, ha sido censurada en redes sociales, impidiendo ser incorporada en catálogo o bien borrando capítulos, por exponer a la Organización Mundial de la Salud y otros personajes más interesados en el cuidado de sus bolsillos que en el bienestar de la ciudadanía a escala global. 

Aunque se facilitan nombres y datos de organizaciones y personas pertenecientes a la vida real, en ningún caso se les incrimina ni se les juzga y sólo se facilita información públicadisponible para todos. Las personas, situaciones y lugares donde se desarrolla la obra son fruto de la imaginación del autor. Los datos sobre la pandemia son los ofrecidos por organismos y gobiernos de las naciones implicadas y de dominio público. 

En un mundo donde las informaciones interesadas fluyen en todas direcciones resulta difícil discernir la verdad, de cualquier hecho, con frecuencia oculta, manipulada y sólo disponible para un puñado de personajes con demasiado poder e influencia.

Esta obra no pretende descubrir verdad alguna, sino facilitar datos y presentar hechos reales mezclados con la ficción. Ayudar a pensar y facilitar puntos de vista diferentes a los emitidos por los medios de comunicación. Cada persona que saque las conclusiones que consideren pertinentes y que busque y encuentre su verdad. 

Cualquier similitud con la realidad en la vida de cualquiera de las personas o lugares es sólo fruto del azar y en absoluto se corresponden con la realidad.

Quienes viven en la inconsciencia,

perecen a manos de los indolentes.

Steven Terrors.

A mi querido hijo, Esteban

Agradecimientos

A Asela, mi madre; a mi sobrina Teresita; a Mary, mi hermana jimagua,

cariñosamente, mi costillita. A mi querido hijo, quien se merece todo lo que le dí y lo que nunca pude darle. A quien amaré por siempre y por quien seguiré luchando, mientras quede aliento.

Para todos.

Con todo mi amor.

Steven Terrors

PARTE l

La Conspiración

Coral Beach

Costa sur de Ufleau

2020

De regreso del despacho, en el imponente edificio de oficinas, erigido a pocos kilómetros de la urbanización donde residía, Steven, depositó su portafolio sobre la rinconera del salón y salió al exterior con premura. Esther no estaba en casa y seguro seguía de visita en España.

Después de los crueles atentados, que costaron la vida a más de cien personas en la isla, se marcharon a vivir juntos y desde entonces nada había cambiado. Eran felices y, aunque adoraban la vida en común, respetaban sus respectivos espacios y sus actividades. De hecho, Esther lo había invitado para disfrutar de la hospitalidad de su amiga, en Madrid, pero él rehusó con el argumento que precisaba viajar a China con la mayor brevedad. Lo cierto era que podía haber retrasado el encuentro, con los chinos, pero prefirió no hacerlo. Aunque le habría gustado tomarse unos días de ocio con su pareja el lugar elegido ya no resultaba de su agrado. No era que no le gustara el país, en el que conservaba muchas y buenas amistades: le dolía. Y no encontraba la fórmula para calmar el dolor, viviendo imbuido en una sociedad que, a partir de la década de los años ochenta, había cambiado: a peor. Aunque nunca lo confesó, ni siquiera a Ester, ni lo reconoció, siempre deseó, en algún instante, regresar a España. Sólo por unos días. Volver a recorrer las calles de Madrid, visitar a sus amistades, las de verdad; regresar a Valencia y reencontrarse con su gran amiga Mary, quien tanto le ayudó cuando más lo necesitó, cuando estaba en el fondo, sin pedir nada a cambio. Pasear por el paseo marítimo de Fuengirola; ascender las cumbres nevadas en Navacerrada; recrear la vista con el Teide o los acantilados de Los Gigantes, en Tenerife.

Pero todo aquello no era más que un deseo; buenos recuerdos, de los pocos, que no volverían para revivir.

Javier Moreno murió cuando abandonó su tierra natal, Cuba, y España lo enterró.

Pero resurgió de sus cenizas, como el ave Fénix, y emigró.

Por eso, desde su arribo a Brusseau, lo primero que hizo fue cambiar su nombre. Steven Brown. Ese era su nuevo nombre, y el único que conocían de él todas aquellas personas que se habían cruzado en su camino, desde que emigró desde España.

Los únicos que conocían su verdadera identidad eran contados con los dedos de una mano y habían coincidido con él en Cuba y, milagrosamente, en Brusseau. Uno de ellos, y el único con quien seguía manteniendo una estrecha relación, Reynolds. Y nunca lo había llamado por otro nombre que no fuera Steven.

Precisaba tomar el límpido aire de la brisa que soplaba en la paradisíaca playa, de aguas tranquilas y cristalinas, donde frecuentaban las formaciones coralinas que daban nombre a la playa y a la zona.

Steven, años atrás, cuando los criminales atentados contra los autobuses en Brusseau, que propiciaron el asesinato de su hermano a manos de su propia gente, decidió, pasado un tiempo, compaginar su tiempo de escritura con estudio. Necesitaba que su mente estuviera ocupada durante las veinticuatro horas del día y, a pesar de la presencia de Esther, y su incuestionable ayuda, no resultaba suficiente. Se formó como Analista y también en Dirección de empresas y Publicidad en la escuela Superior de Ciencias de la Venta, en la capital de Brusseau, en una de las entidades de más prestigio y entre las más caras de cuantas impartían los conocimientos en el país.

No fue el primero en su promoción, pero estuvo entre los más destacados. Eso le valió para que, al finalizar los estudios, el director del centro le propusiera implantar una empresa conjunta. De exportación, importación y venta al por mayor, de productos electrónicos.

Estuvo a punto de rechazar la propuesta. Su único objetivo era rellenar su tiempo cuando no escribía y en absoluto imaginó, ni por un momento, involucrarse en un nuevo negocio.

No era algo que necesitara. Vivía una vida desahogada gracias a los beneficios generados de las ventas de sus novelas, pero: «Que carajo». —pensó—. «Una distracción más y si reporta beneficios, mejor».

A partir de ese momento todo marchó como la seda. Como en todos los principios, el de ellos, no estuvo exento de inconvenientes, aunque salieron adelante. La compañía prosperó en tiempo récord, hasta escalar y convertirse en una de las más importantes de la isla y situarse entre las diez comercializadoras con mayor facturación anual.

Esa había sido la principal razón de su viaje. Solía desplazarse a China al menos una vez al año, pero por entonces ya era su tercer viaje al país. El motivo, el incremento del negocio y la expansión que llevaban a cabo, con una fuerte inversión, que prometía con auparlos hasta las primeras posiciones en el ranking nacional.

En los tres vertiginosos días, en los que permaneció en Shenzhen, su resistencia se puso a prueba con cada una de las interminables jornadas, plagadas de reuniones, con los diferentes directivos de las distintas áreas de la nueva fábrica. Con la que entablaron relaciones comerciales y que se encargaría de suministrar casi el cincuenta por ciento de los productos electrónicos comercializados por su compañía.

La ciudad de Shenzhen, provincia de Cantón, con más de doce millones de habitantes, en el sudeste de China, es una moderna metrópolis que conecta a Hong Kong con el territorio continental. Es reconocida por sus innumerables sitios comerciales, como la Ciudad Comercial Luohu: un gigantesco centro comercial con una extensa variedad de productos, pasando por ropa de sastre, personalizada, hasta imitaciones de bolsos de diseños. En la metrópolis también se erigen edificios de estilo contemporáneo, como el rascacielos de seiscientos metros de altura del Centro Financiero Internacional Ping An, y una variedad de parques de atracciones.

Trató de relajarse visualizando la superficie quieta del inmenso mar, que permitía otear más allá de la superficie, hacia el fondo, gracias a su asombrosa nitidez. 

—No me agrada tu idea de viajar a España de vacaciones. Menos aún, por todo un mes. —concentró su mirada en la tranquila superficie del extenso y transparente mar que se aparecía con la superficie inmutable, como si de una fotografía se tratara.

—Vamos Steven. ¿Qué te ocurre? —se adelantó y se situó delante de él, cortándole el paso, al tiempo que se abalanzó sobre su cuerpo y lo abrazó cogiendo sus manos por detrás de su cuello—. Nunca antes te habías mostrado tan reticente ante nada.

—En esta ocasión es diferente.

—¿Diferente? ¿Por qué? Porque no quieres acompañarme en ésta ocasión. ¿O tal vez porque tu pasado no cesa en perseguirte o no quieres abandonarlo? Estaré en casa de una amiga. Lo sabes. Estaré bien. —dijo situándose a su lado, mientras lo cogía de la mano y reanudaba el paseo—. Además, cuando quieras darte cuenta ya estaré de vuelta.

—Lo sé amor. No me intranquilizas tú. —se detuvo un instante antes de concluir—. Lo que me inquieta no es el país, ni siquiera la sociedad, son los gobernantes.

—Lo que creo es que tomas todo demasiado en serio y deberías relajarte. —se agachó e introdujo las manos en el cálido mar. Después le echó el agua encima y corrió perseguida por Steven.

Había transcurrido una semana desde que aquella conversación tuvo lugar.

Un par de días posteriores a su arribo a Ufleau, la segunda isla en importancia y tamaño, después de Brusseau, de las tres que componían el archipiélago, notó una sintomatología extraña que se incrementó con el transcurso de los días.

En un principio lo asoció con una gripe, a causa de la tos, los dolores musculares y la congestión nasal, sin embargo, los síntomas se recrudecieron y fueron acompañados por otros tales como: fatiga, fiebre —aunque sólo duró una noche y no fue alta—, dolor de garganta y, en algún esporádico momento, cierta dificultad para respirar. Nunca le preocupó. Solía resfriarse todos los años. Los cambios bruscos de temperatura nunca le sentaron bien y, para colmo, su adicción al tabaco, aunque no solía superar los seis o siete cigarrillos diarios, no ayudaba.

Por eso, cuando irrumpió en su vivienda unifamiliar, lo primero que hizo fue salir a pasear por la playa, mientras las insignificantes olas que rompían en la orilla, de blanca y fina arena, mojaban sus pies y refrescaban su temperatura corporal.

«Tal vez sea hora de visitar a un médico», se dijo, sin mucha convicción, de regreso a su mansión.

China

Lago Kunming

Diciembre 2019

El lago Kunming es el lago de la zona central del Palacio de Verano en Pekín, China. Junto con la Colina de la Longevidad el lago es la esencia de la parte paisajística de los jardines del Palacio de Verano. 

El lago Kunming es un lago artificial. Anteriormente, durante más de 3.500 años, en ese lugar, los estanques Wenshan y lago Xihu, eran los depósitos de abastecimiento de agua de la ciudad y para riego. En 1291, bajo la dinastía Yuan, Guo Shoujing, famoso astrónomo e ingeniero de la época, lo convirtió en un depósito de la ciudad. La conversión del lugar en un jardín imperial fue encargada por el emperador Qianlong, y las obras se llevaron a cabo entre 1750 y 1764. Cuando se crearon los jardines, la zona del lago se aumentó.

Entre los años 1990 y 1991, el gobierno municipal de Pekín realizó un dragado del lago. 

Con sus tres grandes islas, el lago Kunming representa el elemento central del jardín chino tradicional y sus acogedoras colinas en el medio del mar. Las tres islas se llaman Nanhu, Tuancheng y Zaojian, inspiradas en las islas legendarias Yingzhou, Penglaiy Fangzhang, donde vivieron los ocho inmortales. Muchos detalles del lago están inspirados en los paisajes naturales del sur del Yangtze. El dique occidental es una evocación del famoso dique Sudi en el Lago del Oeste de Hangzhou y corta en diagonal la parte sur del lago. Como en el dique Sudi, el del oeste está conectado por seis puentes, cada uno con su estilo propio: Jiehu, Binfeng, Yudai, Jing Lian y Liu. 

El puente principal del lago es el Puente de los Diecisiete Arcos, que conecta la orilla oriental del lago con la isla de Nanhu, que representa la mítica isla de Penglai. Cerca del puente, en la orilla oriental, hay una estatua de bronce de un toro. Según una leyenda china, Yu el Grande utilizó un toro de bronce para evitar una inundación. Como esta estatua se encuentra en dirección a la Ciudad Prohibida, parece claro que esa escultura fue instalada allí para protegerla de las inundaciones. 

Los dos hombres anduvieron en silencio, durante un rato, dedicados a contemplar la belleza del entorno a aquella temprana hora. Los colores anaranjados del amanecer constituían una eventualidad digna de un buen madrugón, aunque en aquella ocasión el motivo había sido bien distinto. 

Estaban siendo seguidos y vigilados por cuatro hombres que constituían el cuerpo de seguridad privada del primer mandatario.

Liu se giró por un instante hacia sus hombres e hizo una señal para que permanecieran donde estaban. Se alejó unos metros más en compañía de su acompañante. 

—¿Y bien? —Dentro de una semana nos reuniremos. La Elite quiere convertir en realidad el Evento 201 y quieren hacerlo ya. 

—Era un secreto a voces amigo Lee. Sólo nos faltaba conocer cuando lo llevarían a cabo. Ahora ya lo