Mitos y verdades de las Funciones Ejecutivas en Educación

Por Horacio Mendez

En esta obra se analizan las creencias sobre las funciones ejecutivas en los ámbitos académicos, contrastándolas con las evidencias neurocientíficas. Se plantean la importancia que tienen y lo fundamental de conmbinarlas con procesos imaginativos.

• Idioma: Español
• Editorial: Horacio F Mendez
• Fecha de lanzamiento: 14 mar 2021

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Educación.

Funciones ejecutivas

En los ámbitos pedagógicos, las funciones ejecutivas están muy en boga, y se plantean resultados aparentemente alentadores como los de este estudio¹:

Las mediciones utilizadas consistieron en la escala para evaluar funciones ejecutivas (Efeco) en el formato de autorreporte y el rendimiento académico del último año lectivo de los estudiantes [de nivel secundario]. Se realizaron dos análisis: el primero de correlación sugiere que las funciones ejecutivas flexibilidad cognitiva (r = -0,18, p < 0,01), organización de materiales (r = -0,15, p < 0,01), monitorización (r = -0,22, p < 0,01), iniciativa (r = -0,24, p < 0,01), memoria de trabajo (r = -0,28, p < 0,01) y planificación (r = -0,25, p < 0,01) presentan una relación significativa e inversamente proporcional con el rendimiento académico (a mayor déficit en las funciones ejecutivas, menor rendimiento académico); el segundo análisis, basado en regresión múltiple, consideró a las funciones ejecutivas factores predictores del rendimiento académico, encontrándose una asociación estadísticamente significativa para el modelo testeado F(6,241) = 4,96, p < 0,001. El porcentaje de varianza que las funciones ejecutivas explican del rendimiento académico (r² = 0,11) tiene relación con intervenciones realizadas previamente

Antes de tomar partido, analicemos la información, comencemos con la parte estadística², simplemente para poner en claro la credibilidad de las afirmaciones.

Ninguno de los valores presentados se acerca a la unidad, por lo cual no se puede afirmar que ambas se vinculan de alguna manera.

La significancia estadística se indica con un valor p (de probabilidad de error de la determinación, en este caso). Éste nos permite determinar si podemos, o no, concluir de manera significativa que el análisis es confiable. Por lo tanto, estos resultados son confiables en cuanto a que no existiría una correlación marcada entre las variables analizadas.

La lectura científica del artículo concluye que se refuta a sí mismo, por lo cual no podemos establecer estos atributos a las funciones ejecutivas.

Para esto se desarrollaron las estadísticas, tienen la finalidad de dar cierto grado de certidumbre confrontando las suposiciones con los datos. Pero tiene tanta importancia hacer bien los muestreos y los cálculos, como la interpretación de los datos. Esto es un claro ejemplo de lo que suele pasar con las defensas a ultranza de las funciones ejecutivas como receta educativa mágica: los procedimientos se hicieron de manera correcta, se obtuvo la información y se la procesó muy bien (hasta aquí, procedimientos a cargo de las funciones ejecutivas), pero fallaron completamente en la interpretación (a cargo de los procesos imaginativos), ya que se dejaron guiar por el dogma (presunción o convencimiento previo) que les causó ceguera cognitiva. No ven lo que tienen en frente, los datos y evidencias, sino lo que quieren ver.

En las ciencias humanísticas, debido a (o escudados en) la complejidad del campo, no existe demasiada afinidad con los análisis estadísticos, especialmente por su capacidad de refutar postulados que suenan muy bien dialécticamente, pero que no tienen bases comprobables en la realidad.

A pesar de esto, algunos³ llegan a plantear si ¿Es posible un currículo basado en las Funciones Ejecutivas? Indicando que en el currículo:

se puede establecer la presencia de las funciones ejecutivas, principalmente, y de manera explícita, dentro de las competencias clave, en concreto de la competencia aprender a aprender y la competencia sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. Se ha analizado la relación existente entre estas dos competencias clave y las funciones ejecutivas. De dicha relación se propone el término competencia ejecutiva" para el entrenamiento específico en el aula."

En el cual aparecen dos elementos destacables: una asociación incomprobable y un sesgo conductista marcado, que confunde entrenamiento (adiestramiento) con aprendizaje.

Es, precisamente esta corriente conductista, la que hizo aportes científicos (muy importantes y valiosos) sobre el condicionamiento y descubrió y explotó las funciones ejecutivas, pero no para la educación, sino precisamente para el adiestramiento.

Esto da pie a que pasemos a un análisis sobre el fondo ¿A qué podemos llamar funciones ejecutivas?

Una función es un conjunto de elementos o pasos ordenados y preestablecidos para un fin determinado. Así, podemos pensar en funciones matemáticas (Y = F(x) = 3x²-7 o si una manzana pesa 200 g ¿Cuánto pesan 7 manzanas? R= 7*200 g), para partir desde lo más sencillo, pero también podemos hacerlo con una reacción química o una serie de las mismas (como las que nos permiten respirar a nivel celular), o algo más complejo como la función digestiva o reproductiva.

Siempre están en función de… (dependen de algo ajeno a ellas) y son prácticamente invariables. El ejemplo más claro está en una calculadora o