La Noche De Juan Rojas
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Esa noche mientras Juan Rojas caminaba sin rumbo fijo, abatido por su mala suerte, derrotado con su trompeta en mano, oculto bajo el manto oscuro de la noche recorría las calles sintiéndose todo un perdedor. Todos sus intentos por sobresalir en la vida habían fracasado. Sin dinero y sin poder llevar alimentos a sus hijos decide entrar a una vieja iglesia con la última esperanza que sus plegarias fuesen escuchadas. Y fue esa noche donde Juan Rojas, jamás hubiese imaginado, que una lucha antigua lo convertiría en un instrumento de venganza y destrucción.
Edgard Orochena M
Edgar Antonio Orochena Meléndes, 27 de Noviemnbre de 1963. Escritor, Músico, Director de coro, (Conservatorio Shaikovsky, Moscú)
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La Noche De Juan Rojas - Edgard Orochena M
La Noche De Juan Rojas
Edgard Orochena Meléndez
Published by Maromjos Publishing SA LLC at Smashwords
Copyright 2020 Edgard Orochena Meléndez
La Noche de Juan Rojas es una novela de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muerta; eventos o lugares es completamente una coincidencia.
© La Noche De Juan Rojas
Escrito por Edgard Orochena Meléndez
Primera Edición diciembre 2021
Diseño de portada: Misodesigns LLC
Maquetación: Misodesigns LLC
Publicado en los Estados Unidos por Maromjos Publishing S.A LLC
Primera edición: 2021
Edita: Maromjos Publishing S.A. LLC
contact@misodesigns.com
contact@maromjos.com
Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de la información, ni transmitir alguna parte de esta publicación cualquiera que sea el medio empleado-electrónico, mecánico, fotocopia, grabación etc.-, sin el permiso previo del autor de propiedad intelectual.
© 2020 La Noche de Juan Rojas/ Edgard Orochena Meléndez
Indice
Prólogo
Capítulo 1
La noche más larga
Capítulo 2
La multiplicación de los panes
Capítulo 3
El dinero o la vida
Capítulo 4
No se lo digas a nadie
Capítulo 5
La casa del dinero
Capítulo 6
La ciudad en llamas
Capítulo 7
Un hombre enigmático
Capítulo 8
Jaldabaoth el exterminador
Dedico este libro a un amigo que aún, teniendo apenas 10 años de edad prometí dedicarle algún dia un cuento. Lo más curioso es que apenas cursaba el tercer grado de primaria y a esa edad ni siquiera soñaba con escribir. Pues con esta historia, he cumplido mi palabra. Con todo Cariño a mi amigo que en vida fuera Juan Rojas o mejor conocido en el barrio de Acahualinca como Juan sin fronteras. (q.e.p.d)
Prólogo
En estos últimos tres mil años he sido testigo de la decadencia del ser humano, conforme al pasar del tiempo, el envase fue más importante que el producto, pretender que el acelerar el ritmo de sus vidas lograrían encontrar sus derroteros, simplificando cada vez sus ideas en simples juegos mentales, pensaron que saltar las partes aburridas de su existencia los haría más felices. Lograron de esta manera convertirlos en pobre almas miserables. Y al pasar de una generación a otra, fueron perdiendo lo único valioso que es la dignidad. Logrando de esta manera dejar de captar mi atención.
Se que la historia de los hombres ha sido muy dura conmigo por la fomra en que he puesto en evidencia el mal logrado plan de sus ángeles. Fueron ellos que, al momento de marcharse, les han dejado una falsa promesa para evitar por completo su eterna responsabilidad. Han pasado siglos y todvía creen que con solamente cumplir algunos mandamientos estarían recibiendo la salvación y la vida eterna. Pobres ingenuos, nunca se han puesto a pensar que, si realmente significaran algo para su creador, desde hace mucho tiempo les hubiera compartido los secretos de este inconmesurable universo. No han querido aceptar la cruda realidad, que los han dejado al olvido y a su suerte. No es que sea duro con el hombre, lo que no tolero en ellos es, su falta de aceptación y la constante justificación a sus fracasos. Muchos han olvidado que siempre he estado aquí, antes de que naciera el primer hombre y su fracaso. Han querido culparme de todo lo malo que les ocurre, cuando ellos mismos han sido los perpetradores, ladrones, mentirosos, violadores de sus propias hijas, estafadores de la fe, manipuladores de la conciencia, avariciosos y perniciosos.
Hasta donde tengo memoria, no recuerdo que el hombre me haya buscado para preguntarme y obtener mi aprobación para cometer un crimen o una fechoría. Pero si se de muchos que antes de salir de sus casas piden a su creador que los proteja y les permita tener éxitos en sus perversidades. Nunca me han buscado para mejorar sus métodos de aniquilación, nunca me han preguntado cómo hacer para destruir mas rápido este planeta y con ellos su propia existencia. Pero si puedo decir con certeza, que entre ellos se matan en nombre de la fe. Son ellos los que cargan ese veneno. Ellos son el mal viviente. En cambio, yo, solo soy un pobre espíritu condenado a ser testigo de la maldad de los hombres, y por eso me he dado a la tarea de ser quien los señale y se burle de sus actos. Ellos son aberrados, crueles y malvados ¡como los odio!, como odio su hipocrecia, sus mentiras, su falsa moral. En mi caso, estoy muy claro que todo ha estado perdido desde el comienzo de los tiempos. Ha sido su avaricia, el amor por el poder, el deseo de controlar a su semejante, que los a hundido en un espiral de sangre y muerte. Lo que pudo haber sido algo bueno y lleno de buenas intenciones, ha sido el mimso hombre que con su sobervia ha frenado su evolución, prefiriendo avanzar por sus propios medios olvidadando lo mas importante, la humildad y el agradecimiento. No es que desprecie a esa raza de mamíferos. Lo que no tolero es su falta de honestidad. Dicen odiar el pecado que ellos mismos disfrutan, su falso arrepentimiento carente de retribucion. Todo en ellos mentira. Me juzgan de malvado, de tentador, de lujurioso, de sedicioso, pero todo son patrañanas, injurias y calumnias para tener a quien culpar, como que si yo fuera un estupido demonio que no me he dado cuenta de lo que traman y conspiran. A decir verdad, hasta yo me asombro de la maldad que nace con ellos. Es irónico, pero el asesino pide a su crador lo proteja para ir a asesinar, igualmente el ladrón pide su protección para luego pedir su perdón.
Son descarados, mentirosos y ególatras, sueñan con un mundo mejor después de la muerte. ¿quién les ha dicho que en el cielo esperan por ellos? No entienden que aquí los han abandonado sin mapa ni brújula. Están condenados a vivir con su propia hipocrecía y falsas esperanzas. Las veces que has oído de mi, es cuando he desenmascarado al hipócrita, al falso, al mentiroso, creyendo que el arrepentimiento los hará excento de pecados. Nadie se va sin pagar la cuenta, este es su infierno y yo soy su eterno acusador.
Soy lo que soy, conocedor de todo lo bueno y de todo lo malo, soy el delator, el atormentador, el que desenmascara esa falsedad milenaria, toda denuncia, toda la corrupción que los hombres han corvertido en virtud. Pero algo me ha llamado mi atención en un hombre esta noche, desde hace mucho tiempo había llegado a pensar que este tipo de seres habían desaparecido al igual que tantas especies que se han extinguido de la faz de la tierra. Quiero confesarles que, desde hacía mucho tiempo, había dejado de tener conocimiento de hombres como él.
Soy Jaldabaoth el exterminador y les contaré la historia de un hombre, de un idealista o un simple ser humano preso del miedo y los prejuicios, que luchó por mantenerse ético en un mundo desprovisto de valores.
Capítulo 1:
La noche mas larga
Era casi la media noche cuando Juan Rojas, músico de profesión caminaba sin rumbo