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Más rápido: Serie Universidad de Gática, #2
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Libro electrónico178 páginas2 horas

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Segundo libro de la serie Universidad de Gática.

La saltadora de vallas Aileen Nessa sorprendió al mundo del atletismo universitario por haber firmado con una pequeña universidad de la División I de la NCAA. Una chica con talento, tanto en la pista como en el aula, que decide ir a la Universidad de Gática. Nadie sabe que el motivo principal por el que ha firmado con la facultad es un jugador de fútbol americano y defensa de primera categoría.

Lejos de su pequeño pueblo de Ohio, llega a una ciudad universitaria dedicada a los deportes y al éxito. Mientras intenta adaptarse a la vida universitaria como atleta del equipo, se da cuenta de que, por su estatus, se encuentra con ventajas y con desafíos.

Tyler Jensen, el chico cuya atención quiere llamar desesperadamente, parece haberse olvidado de todo lo que ocurrió en el viaje de reclutamiento de Aileen el pasado febrero. Ella, desolada, deja a un lado la frustración de la única forma que sabe: el atletismo.

¿Conseguirá la plenitud que tan desesperadamente desea al llevarlo todo al límite? ¿O todo se vendrá abajo antes de que llegue a la primera valla?

No es erótica. Es una novela para adultos jóvenes dentro de la temática del deporte universitario. Solamente para lectores adultos. Contiene escenas sexuales, pero no hay sexo explícito.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento30 oct 2020
ISBN9781393357797
Más rápido: Serie Universidad de Gática, #2
Autor

Lexy Timms

"Love should be something that lasts forever, not is lost forever."  Visit USA TODAY BESTSELLING AUTHOR, LEXY TIMMS https://www.facebook.com/SavingForever *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* Sign up for news and updates and freebies - I like spoiling my readers! http://eepurl.com/9i0vD website: www.lexytimms.com Dealing in Antique Jewelry and hanging out with her awesome hubby and three kids, Lexy Timms loves writing in her free time.  MANAGING THE BOSSES is a bestselling 10-part series dipping into the lives of Alex Reid and Jamie Connors. Can a secretary really fall for her billionaire boss?

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    Más rápido - Lexy Timms

    SERIE UNIVERSIDAD DE GÁTICA

    El viaje de reclutamiento

    ––––––––

    Más rápido

    ––––––––

    Más alto

    ––––––––

    Más fuerte

    ––––––––

    Dominar

    C:\Users\hjnru_000\Documents\Athletics Series\ALL COVERS\Faster 3D Image of Book Cover Black.jpg

    Este es el segundo libro de una serie de cuatro libros (con posibilidad de que sean más).

    DESCRIPCIÓN:

    La saltadora de vallas Aileen Nessa sorprendió al mundo del atletismo universitario por haber firmado con una pequeña universidad de la División I de la NCAA. Una chica con talento, tanto en la pista como en el aula, que decide ir a la Universidad de Gática. Nadie sabe que el motivo principal por el que ha firmado con la facultad es un jugador de fútbol americano y defensa de primera categoría.

    Lejos de su pequeño pueblo de Ohio, llega a una ciudad universitaria dedicada a los deportes y al éxito. Mientras intenta adaptarse a la vida universitaria como atleta del equipo, se da cuenta de que, por su estatus, se encuentra con ventajas y con desafíos.

    Tyler Jensen, el chico cuya atención quiere llamar desesperadamente, parece haberse olvidado de todo lo que ocurrió en el viaje de reclutamiento de Aileen el pasado febrero. Ella, desolada, deja a un lado la frustración de la única forma que sabe: el atletismo.

    ¿Conseguirá la plenitud que tan desesperadamente desea al llevarlo todo al límite? ¿O todo se vendrá abajo antes de que llegue a la primera valla?

    No es erótica. Es una novela para adultos jóvenes dentro de la temática del deporte universitario.

    Solamente para lectores adultos. Contiene escenas sexuales, pero no hay sexo explícito.

    SERIE UNIVERSIDAD DE GÁTICA

    El viaje de reclutamiento

    Más rápido

    Más alto

    Más fuerte

    Dominar

    Índice

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Capítulo 15

    Capítulo 16

    ¿Dónde encontrarme?

    Citius, Altius, Fortius

    «Dar menos de lo mejor de ti mismo es sacrificar tu don». 

    -Steve Prefontaine

    Capítulo 1

    —¿Estás segura de que a tu compañera no le importará que me quede en vuestro piso?

    Aileen le lanzó un ganchito a su hermano.

    —¡Brad! Ya hablé con Jani. Dijo que le parecía bien.

    —¿Cómo es Jani? Tiene dos años más que tú, ¿no?

    Brad cambió la radio de su camioneta y empezó a dar golpecitos con los pulgares en el volante. Le lanzó una mirada de complicidad.

    —¿Es guapa?

    Aileen agitó la cabeza y se metió un último ganchito en la boca antes de cerrar la bolsa.

    —Es divertida. Me preguntó lo mismo sobre ti.

    Brad la miró con sus ojos marrones y, después, volvió a dirigir su atención a la carretera. Tenía el cabello castaño y los ojos oscuros de su padre, mientras que Aileen tenía el cabello rubio y los ojos azules de su madre.

    —¿Te preguntó de verdad si yo era guapo?

    Ella se rio.

    —Me recuerda un poco a ti en versión femenina.

    —Asqueroso. Entonces, no me interesa.

    Ella le golpeó en el hombro en broma.

    —Quiero decir que es como tú; no que se parezca a ti. Intentó recordar cómo era Jani cuando la vio en febrero. Todo lo que recordaba era la noche anterior a que se marchara, en la fiesta de Tyler.

    —Es guapa. Es saltadora de altura.

    Brad hizo una mueca.

    —¿Alta y delgada como un fideo? He visto a las saltadoras de altura de tus competiciones de atletismo. Paso.

    —Déjame terminar, bobo. Jani es de Canadá. Creo que dijo que de la costa oeste. Tiene las piernas largas, pero no es alta y larguirucha como la mayoría de saltadoras de altura. No te va a decepcionar —Aileen agitó la cabeza—. No es que me importe, pero no vas a tontear o ligar con ella. No quiero tener enemigas incluso antes de empezar la facultad.

    Brad le lanzó una mirada herida.

    Ella gesticuló con la boca: «¡Mentiroso!».

    —¿Qué te hace pensar que el hecho de que salga con tu compañera de piso te va a crear enemigas? Me duele —se golpeó en el pecho, justo donde está el corazón— justo aquí.

    —¿Cuándo fue la última vez que tuviste novia?

    —La semana pasada.

    Aileen se echó a reír.

    —Durante unos dos días. Luego, las gemelas se dieron cuenta de que estabas saliendo con las dos.

    Brad se encogió de hombros.

    —Estaba en mi lista de cosas por hacer antes de morir.

    —¿Tienes una lista de cosas por hacer antes de morir? ¡Tienes veintidós años! Déjame en paz.

    —Vale —deslizó la mano hacia ella—. No me acostaré con tu compañera de piso. Tienes que causar buena impresión en esta facultad. Solo Dios sabe por qué habrás elegido este lugar. Pensaba que Stanford te tenía en el bote. ¿Qué te hizo elegir esta ciudad universitaria, que es fría, cutre y no mucho más grande que nuestro pueblo?

    Era la pregunta del millón, la que todo el mundo le había estado preguntando durante el verano. Su viaje de reclutamiento había sido en febrero. Alguien con cabeza seguramente hubiera elegido Stanford, pero alguien con corazón le hubiera dicho que siguiera el suyo. Ella no había escuchado ni a la cabeza ni al corazón; había seguido su instinto y había firmado la carta de intenciones antes de que expirase. Podía haber esperado y haber pensado detenidamente la gran decisión todo el tiempo que necesitara. El entrenador Anderson le había dicho en Gática que se tomara todo el tiempo que necesitara. Pero en todo lo que podía pensar cuando volvió a Bucyrus, Ohio, era en el tacto de Tyler Jensen, la sensación de sus labios en los suyos, la magia que podían hacer sus manos, y el dolor tan dulce que provocaba en su interior.

    Así que firmó la carta de intenciones. Literalmente, por su instinto. También creía (o intentaba decirse a sí misma) que la facultad tenía mucho que ofrecerle, tanto deportiva como académicamente. No todo el mundo estaba de acuerdo. Su madre estaba decepcionada por que no hubiera decidido quedarse más cerca de casa y se había pasado la mayor parte del verano haciendo comentarios. Su entrenador se había enfadado porque no había firmado con un programa deportivo femenino de la NCAA de primera categoría y, después del campeonato juvenil mundial, le dijo que no continuaba con ella. Le dijo que era el momento de que empezara a concentrarse en su facultad y su entrenador nuevos. Su hermano quería sol. Le había prometido llevarla a su facultad nueva antes de que firmara; estaba seguro de que elegiría un estado soleado. Solamente Becky y su padre estaban entusiasmados por ella. Su padre la abrazó y le dijo que estaba muy orgulloso de su decisión, lo cual la había hecho sentir culpable por el motivo real por el que iba a ir a la Universidad de Gática.

    Aileen pasó el verano intentando convencerse a sí misma de que había tomado la decisión correcta. No paraba de repetirse que ella no tenía remordimientos por haber firmado. Por suerte, Becky estaba ahí para decirle lo estupenda que iba a ser su facultad.

    —Te irá genial vayas donde vayas —le había dicho Becky un millón de veces antes del día de ayer—. Eres inteligente, deportista y guapísima. Le encantarás a todo el mundo. Es imposible que no sea así.

    Cuando Becky se había echado a llorar la noche anterior a que Aileen se fuera, había abierto la compuerta de la incertidumbre para ella de nuevo. No se lo reconoció a Becky, pero estaba nerviosa. Más nerviosa que cuando se colocó en los tacos de salida en la final del campeonato juvenil mundial. Becky le hizo prometer, cruzando los meñiques, que volvería a casa en las vacaciones de Acción de Gracias.

    Noviembre no iba a llegar lo suficientemente pronto. Inspiró profundamente y dejó salir el aire despacio. Podían pasar muchas cosas en los próximos tres meses. Tenía que pensar en positivo.

    —Tierra llamando a Aileen —Brad agitaba la mano frente a su cara—. ¿Estás ahí?

    Ella sacudió ligeramente la cabeza y le miró.

    —Claro que estoy aquí.

    —¿De verdad? —Brad soltó una risita—. Porque estoy seguro de que te habías ido a otro planeta.

    —Lo siento.

    —¿Estás nerviosa? —Su voz se suavizó mientras comprobaba el GPS—. Nos queda alrededor de media hora. ¿Quieres que paremos para tomar algo o descansar un poco?

    Se alegraba de que no le hubiera preguntado otra vez por qué había elegido Gática. Si no, seguramente le hubiera contado la verdad: se trataba de un chico. Se hubiera enfadado mucho. 

    —No hace falta. Es mejor que lleguemos pronto. Jani ha tenido clase este verano y ya está en casa. Le dije que le enviaría un mensaje para avisarle cuando estuviéramos cerca.

    Sacó su teléfono para enviar un mensaje a Jani.

    —¿Cómo es el campus? —preguntó a Brad cuando Aileen volvió a dejar su teléfono en la mochila.

    —Está bien. Intentó recordar el tour que Sean, corredor de fondo, le había hecho en febrero. Le había parecido que hacía mucho frío ese fin de semana.

    —Algunos de los edificios son antiguos. La facultad se construyó en 1865, creo, y algunos edificios son los originales. Hay hasta chimeneas en la biblioteca.

    Brad le lanzó una mirada escéptica.

    —¿Y sobre las instalaciones para entrenar?

    —Creo que la pista era un antiguo hangar para aeronaves que convirtieron en pista cubierta. El estadio exterior está justo enfrente del pabellón Wavertree; ahí está la pista cubierta.

    —Parece que hay muchas cosas antiguas.

    —Las estructuras son antiguas, pero las instalaciones interiores, no. Ya verás la sala de pesas. Es increíble. Lo mismo que el estadio de fútbol americano. Por lo que parece, tienen... tenemos un buen equipo.

    —Así es —se rio entre dientes mientras salía de la autopista y se dirigía hacia la carretera que les llevaría a la ciudad—. Seguramente deberías ponerte al día con eso. La mayor parte de la vida universitaria gira en torno al fútbol americano. Desde el equipo, la banda de música, las animadoras, hasta los alumnos. Aunque yo solo haya ido a la escuela preparatoria, era lo mismo, y teníamos un equipo malísimo.

    —Los atletas del equipo universitario reciben entradas para todos los partidos locales.

    —¿En serio? —Brad asintió con la cabeza—. Genial. Tendré que venir un fin de semana a ver un partido contigo.

    —Me dan una entrada. Seguramente no pueda conseguir otra para ti.

    —Ya pensaremos algo. Tal vez puedas preguntarle al chico al que ganó el Jim Thorpe. Vi en la web que también hace atletismo.

    —¿Tyler?

    —¿Llamas por su nombre de pila al defensa estrella? —Brad chasqueó los dedos y la señaló—. Sabía que había algo que no estabas contando —le sonrió con malicia—. Entonces, supongo que conociste a Tyler en el viaje de reclutamiento.

    Aileen empezó a jugar con el dobladillo de su falda.

    —Vino a cenar con el entrenador Anderson una noche —levantó la vista y clavó su mirada en la carretera frente a ellos—. Por Dios, Brad, ganó el campeonato de la NCAA. ¡Es saltador de vallas! ¡No es que estuviera vigilando al equipo de fútbol americano!

    Su hermano seguía con una sonrisa de satisfacción en la cara, pero consiguió aguantarse la risa.

    —¡No te tienes que poner a la defensiva! Ostras, le harías sudar la gota gorda en el campo de fútbol. ¡Ay! —gritó cuando ella le golpeó en el brazo—. Solamente estaba preguntando si le conocías para intentar conseguir una entrada para un partido de fútbol americano si vengo —se frotó el brazo—. Tal

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