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Valentía para sanar / Courage to be Healed: Encontrar esperanza para restaurar su alma
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Valentía para sanar / Courage to be Healed: Encontrar esperanza para restaurar su alma
Libro electrónico213 páginas4 horas

Valentía para sanar / Courage to be Healed: Encontrar esperanza para restaurar su alma

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LA VIDA ALTERADA COMIENZA EN EL ALTAR

PERO NO TERMINA AHÍ.

Este no es un libro de arreglos rápidos.  Tampoco es un libro que le dirá que aleje su desesperanza con oración.

Encuentre verdadera sanidad interior que une el poder del Espíritu Santo con la consejería cristiana.  Mediante historias de personas que encuentran sanidad puede aprender a:
  • Confrontar y aceptar realidades dolorosas del pasado
  • Lidiar con oraciones no contestadas y expectativas no cumplidas
  • Soltar la amargura hacia usted mismo, hacia otros y hacia Dios
Cuando los cristianos están desesperados, se les dice que acudir a Jesús es la respuesta.  Arrepiéntase, y será sando del dolor, trauma y sufrimiento del pasado. Pero eso es solamente parte de la historia.

Aunque convertirse en cristiano es el primer paso hacia la sanidad, el viaje no termina ahí.  Consejería guiada por el Espíritu, oración, y el poder de la gracia de Dios obran en conjunto para producir sanidad y restaurar el gozo en nuestro corazón.

Mark Rutland invita a quienes están sufriendo a ser valientes, a dar el paso y buscar sanidad.


The altered life begins at the altar. But it doesn’t end there.

Here is a simple truth: hurt people hurt people. The damaged do damage to others and to themselves. They become toxic, and their toxicity spills over into the lives of those around them, leaving a trail of broken relationships, squandered opportunities, and shattered dreams. Hurting souls can and often do become suicidal and self-destructive.

This is not a “quick fix” book, but one that illumines the need for, and very real hope for, inner healing. Delve into stories of people finding healing, and understand each stage of the process, including the following:

  • Honestly confronting the past
  • Facing and accepting painful realities
  • Forgiving ourselves as well as the “unforgivable” deeds of others
  • Dealing with disappointment and forgiving God for unmet expectations, unanswered prayers, and unfulfilled dreams
  • Stories of people seeking and finding healing

Many go to church or preach in a church every Sunday while living lives of unuttered, soul-deadening despair. Part of the reason they never get help is a prevailing religiosity that presupposes that sin and repentance are the cause of and the answer to all the soul’s distress. While salvation or the baptism of the Spirit are the first steps to healing hurt souls, these experiences may not do all that needs to be done. The altered life may well begin at an altar, but it may need to continue in a counseling office.

Dr. Mark Rutland’s Courage to Be Healed is a doorway of hope for hurting souls and for those who love them.

 
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 sept 2019
ISBN9781629992822
Valentía para sanar / Courage to be Healed: Encontrar esperanza para restaurar su alma

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    Valentía para sanar / Courage to be Healed - Mark Rutland

    sanar.

    Capítulo 1

    EL PODER DE LOS VENENOS EMOCIONALES

    EN EUROPA, A finales de la década de 1800 nacieron dos bebés varones aproximadamente en la misma fecha. Compartían muchas cosas en común. Los dos tenían mamás muy fuertes y amorosas; sin embargo, esas mamás eran incapaces de evitar las actitudes dominantes y violentas de los papás ebrios. Como resultado, esos dos muchachos eran golpeados con frecuencia, y de maneras casi demasiado horribles de contemplar.

    Uno de los niños fue apaleado tan agresivamente por su padre, que en una ocasión se pasó tres días en coma debatiéndose entre la vida y la muerte. Fue una experiencia traumática. El otro recibía regularmente puñetazos tan fuertes, que con frecuencia había sangre en su orina durante semanas después. Las mamás no eran capaces de proteger a sus hijos, y se establecieron deformidades del alma.

    Los dos muchachos crecieron y tenían perspectivas confusas y distorsionadas de la religión; también habían experimentado fracasos repetidos desde muy temprano en sus vidas. Uno de ellos estudió para el sacerdocio y nunca terminó; fracasó miserablemente. El otro persiguió la vida de un artista que no se acercó nunca a la aceptación. Estos dos hombres vivieron sus vidas con una profunda sensación de vergüenza. El rechazo que habían conocido por parte de sus padres marcó sus almas con una duradera sensación de indignidad.

    Uno de ellos era lo que podría denominarse el nieto de la ilegitimidad. Años antes, una sirvienta que trabajaba en un hogar judío se había quedado embarazada y después dio a luz. Nunca reveló quién era el padre del bebé. Pudo haber sido uno de los otros sirvientes, o podría haber sido uno de los dueños de la mansión judía, un hijo o el padre. Eso persiguió al muchacho en nuestra historia; le torturaba que su abuelo pudiera haber sido el hijo ilegítimo de un terrateniente judío, lo cual habría hecho que, según la perspectiva de este muchacho, él fuera judío.

    El hijo de un judío que es hijo de un judío hasta la cuarta generación sería judío. Al vivir en la época racista en la que vivía, este muchacho creía que si él era descendiente de judíos, en cierto sentido era sucio, defectuoso, y merecía ser despreciado. Eso le daba una sensación intensa de autodesprecio.

    Los dos muchachos vivían en confusión. Ambos estaban muy desorientados en asuntos de religión. Ambos tenían una sensación de no ser amados ni dignos de amor. Su profunda pobreza y sus interminables fracasos hicieron que odiaran partes de sí mismos. También sentían que las personas que eran como ellos, como lo que temían ser ellos mismos, no tenían ningún derecho a vivir. Eso era la huella de sus padres sobre sus vidas.

    Hay un proverbio, y es correcto mientras no intervenga la sanidad milagrosa, que afirma: Árbol que crece torcido jamás su tronco endereza. William Wordsworth, en su poema My Heart Leaps Up (Mi corazón salta), lo expresó de otro modo: El niño es padre del hombre, o de la mujer adulta .¹ En otras palabras, de maneras tanto negativas como positivas, somos el producto de las experiencias de nuestra niñez.

    Estos muchachos abusados, entonces, decidieron superar su vergüenza. Decidieron demostrar que no eran lo que ellos mismos temían ser, lo que otros habían dicho de ellos toda su vida. Por ejemplo, uno de ellos tenía el brazo izquierdo rígido y era incapaz de doblarlo; también era bajito para su edad, y poco atlético. ¿Qué hizo? Pasó su vida demostrando que no era bajito e indefenso. Decidió ser cruel, convertirse en un destructor de masas.

    El otro pasó su vida demostrando que no era el hijo ilegítimo de un terrateniente judío. Se dedicó a demostrar que no era indefenso, que podía matar en lugar de que lo mataran, que podía lisiar antes de ser lisiado. Entonces decidió diezmar a millones, y de este modo vertió al mundo una filosofía de odio que mancha las almas de los hombres hasta la fecha.

    Quizá ya ha imaginado de quiénes estoy hablando. ¿El estudiante del seminario que fracasó? Su nombre era Joseph Stalin .² ¿El pequeño golpeado que tenía temor a ser judío y fracasó en casi todo lo que intentó hacer en sus primeros años? Su nombre era Adolf Hitler .³

    Ahora no puedo dejar aquí estas historias. Tengo que volver a imaginar sus historias con los ojos de la fe, y preguntarme qué podría haber sucedido si estos dos muchachos hubieran encontrado la valentía para sanar. ¿Cómo podría haber sido cambiada la historia?

    Sé que nos han criado para aborrecer los nombres de Stalin y Hitler, y por eso es difícil imaginar cualquier otro escenario, cualquier otro resultado de sus vidas torturadas. Sin embargo, ¿y si alguien hubiera intervenido? ¿Y si el amor de Dios hubiera llevado a estos dos muchachos torturados hacia un momento de valentía en el que recibieran la sanidad de sus almas?

    ¿Y si aquellos muchachos violados, golpeados, abusados, rechazados, no amados, y si aquellos muchachos hubieran encontrado a alguien que les ayudara? Si cuando aquel muchacho estudiaba para el sacerdocio en su país europeo, uno de aquellos sacerdotes en lugar de enseñarle solamente las normas, las leyes, la teología técnica y el trabajo de memorización, le hubiera dicho: Dios te acepta. Dios te recibe. Dios te ama. Dios cuida de ti. Tu Padre celestial es distinto al padre terrenal que has conocido.

    Si le hubiera explicado: Tu padre terrenal estaba en pecado. Tu padre terrenal estaba en esclavitud. Probablemente, él mismo fue un niño torturado y herido; probablemente fue un niño en quien el tronco estaba torcido de una manera pervertida. Pero ese ciclo puede detenerse en esta generación porque Dios te ama. ¿Qué podría haber sido de ese muchacho? ¿Qué podría haber llegado a ser ese otro muchacho en el otro país si alguien le hubiera dicho: Mira, ¿por qué estás tan obsesionado con lo que crees que es la pesadilla de ser un hijo ilegítimo de un terrateniente judío? En Jesucristo de Nazaret todos llegamos a ser los hijos ilegítimos adoptados de un carpintero judío.

    Quizá ese muchacho que nació en Austria, que fracasó en la escuela de arte y estaba aterrado por si pudiera ser el nieto ilegítimo de un terrateniente judío, quizá no habría pasado su vida matando a seis millones de judíos a la vez que intentaba destruir en él mismo aquello que aborrecía.

    Quizá si el otro muchacho, el que se llamaba Joseph, pudiera haber encontrado la aceptación de Dios, no habría matado a veinte millones de sus propios compatriotas ni hubiera convertido su nación en un estado policial, viviendo toda su vida en un intento por demostrar que él no era aquel niño lisiado y rechazado que se aborrecía a sí mismo.

    ¿Qué podría haber cambiado su historia? Si alguien les hubiera dicho: ¿Puedes encontrar el amor sanador de Dios? ¿Eres capaz, de alguna manera, de recibir su aceptación a un nivel lo bastante elevado para descartar todo el rechazo que has experimentado?. Ojalá alguien hubiera tomado en sus brazos a Hitler y Stalin y hubiera dicho: Mira, no tienes que ser tú el centro de tu universo. Cristo puede ser el centro de tu universo y hacerte libre de las demandas de tu alma torturada.

    De hecho, voy a compartir una idea que a veces entretengo. ¿Y si un joven Hitler hubiera entrado en un servicio de adoración cristiano cuando tenía dieciséis o diecisiete años? ¿Y si hubiera entregado su vida a Cristo? ¿Y si hubiera permitido que la gracia de Jesús rescatara su alma? ¿Y si toda esa energía y enfoque hubieran sido aprovechados para el evangelio? La historia podría haber cambiado. Es difícil de imaginar, ¿no es cierto? Sin embargo, me pregunto si las cosas habrían sido diferentes, si podría haber una universidad cristiana en alguna parte en Europa que tuviera ahora una placa que celebraba a un alumno llamado Adolf Hitler, el misionero que tomó África para Cristo.

    Es extraño pensar de este modo, ¿verdad? Y sin embargo, podría haber sucedido; es decir, si Adolf Hitler y Joseph Stalin hubieran poseído eso que es esencial para cambiarlo todo: la valentía para sanar.

    LAS TOXINAS DE NUESTRA ALMA

    Como dije en la introducción, este libro es un himno de valentía: la valentía para sanar. He estado cantando este himno durante años. Lo he cantado porque quiero ver a creyentes ser hechos libres. Lo he cantado porque creo que podemos alcanzar a un mundo que sufre más eficazmente si antes hemos sido salvados de nuestras propias heridas. Y sí, lo he cantado porque si Dios nos permitiera intervenir en las vidas de un Adolf Hitler o Joseph Stalin modernos, yo quiero ser parte de eso.

    Claro que ha habido oposición. Debido a que por mucho tiempo he sido un defensor de que los cristianos encuentren la valentía para sanar, que se sienten con consejeros diestros y ungidos y encuentren sanidad, a menudo he escuchado la respuesta que recibí una vez de un colega. Cuando le hablé de mis perspectivas sobre la consejería, él respondió: Nadie en la Biblia pasó por consejería.

    Ahora bien, como descubrirá en estas páginas, yo tengo un sentido del humor y sarcasmo gravemente malvados. Me sorprendió en aquellos años atrás que poco tiempo después de mi conversación con este hombre, él tuvo que someterse a una cirugía de vesícula. Tampoco a nadie en la Biblia tuvieron que extirparle la vesícula. Fue lo único que pude hacer para evitar reportar este hecho al hombre mientras se recuperaba. Lo cierto es que la acusación de no bíblico en contra de la consejería como instrumento aceptable de sanidad para los creyentes es errónea, y por lo general oculta algunos temores profundamente asentados.

    Es momento de que los cristianos seamos genuinos. Vemos los problemas a nuestro alrededor, problemas de personas cristianas comprometidas. Es momento de que nosotros mismos nos planteemos algunas preguntas sinceras. ¿Por qué una mujer nacida de nuevo sigue batallando con la depresión? ¿Cómo puede un hombre lleno del Espíritu hacer esa llamada a altas horas de la noche a una línea erótica? Esa adolescente que se ha arrepentido y ha orado para recibir a Cristo como su Salvador no puede continuar odiando profundamente y amargamente al tío que la abusó, ¿o acaso puede? ¿Puede seguir afirmando ser cristiana y medicarse con alcohol para la vergüenza y el odio? ¡Claro que no! Todos sabemos eso. Ella no se ha arrepentido realmente; en realidad no ha hecho las paces con Dios. Todo el mundo sabe eso. ¿O acaso no?

    C. S. Lewis dijo que para entender el pecado y su poder destructivo, no necesitamos mirar más allá del zoo de deseos en nuestro interior .⁴ Lo mismo es cierto del enredo de emociones torturadas que las atrocidades de la vida deja a sus espaldas. Existe un zoo de profundas heridas emocionales en el interior de muchos de nosotros que necesita sanidad, y la mayoría de esas heridas están escondidas por engaños duraderos.

    Como quiero que este libro marque una inmensa diferencia en su vida, permítame preguntarle lo siguiente desde un principio: ¿de qué modo ha sido usted engañado? ¿Fue, por ejemplo, abusado en su niñez? Quizá el engaño que le persigue es que usted tuvo en parte la culpa de ese momento horrible en su vida. En estas páginas quiero ayudarle a mirar ese engaño, mirarlo directamente, y denunciarlo como la vil mentira que es. Este daño causado al alma y los engaños escondidos son lo que yo denomino toxinas. Mi objetivo aquí, y el objetivo de toda buena consejería, es ayudarle a lidiar con la fuente de estas toxinas y entonces obtener la sanidad que sé por propia experiencia que es posible.

    Permítame pedirle que haga algo desagradable. Permítame decirle que considere los patrones en las breves descripciones que siguen.

    Davie fue rechazado por su papá. Más adelante en la vida, Davie se entregó a lo que algunos han denominado un espíritu de fiesta. Comprando aceptación mediante actividades que él sabía que eran contrarias a sus convicciones más profundas, Davie añadió culpabilidad a su rechazo. Descubrió a un grupo de personas que le permitían ir de fiesta con ellos. Mientras él actuara como ellos querían, valorara lo que ellos valoraban, tenía influencia ante ellos. Él mismo medicaba su soledad. Davie sabía que si revelaba sus verdaderas convicciones profundas a ese grupo, perdería toda su aceptación; y sufriría incluso más rechazo del que había ya en su vida

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