La primera impresión
¿Qué cualidades valoramos en las personas? ¿Cuáles son los rasgos que atraen nuestra atención cuando conocemos a alguien?
Es cierto que primero recibimos una impresión exterior o física: complexión, cara, movimientos. Y a nadie le molesta ver a una mujer o a un hombre que puedan calificarse de guapos, todo lo contrario. De la misma manera que seguramente nos gustaría cambiar, si pudiéramos, algún detalle corporal de nosotros mismos.
Pasada esa primera impresión, nos fijamos en otros aspectos de la persona que acabamos de conocer. Así, a través de cómo habla y actúa nos hacemos idea de su inteligencia o capacidad mental. Y también es cierto que nos gusta tratar con personas inteligentes y competentes, por ejemplo, en su campo profesional.
Ahora bien, si tuviéramos que convivir con esa persona, a la que ya vamos conociendo, ¿nos bastaría con que fuera bella o inteligente?
¿Aceptaríamos de buen grado que se comportara con altivez, que sólo se ocupara de su interés pasando por alto el de los demás, que nunca fuera amable con nosotros o que el sufrimiento ajeno le