Imán para fantasmas

Por Francisco Hernández

¿Cuántas caras tiene la moneda poética de Francisco Hernández? Docenas, tal vez cientos de rostros en los que su escritura se desdobla. Más que una galería, esa poesía de Francisco Hernández configura espacios habitables. Su talento es saber encarnar en otros moldes, haciéndolos suyos, correspondiendo al preciso rigor de su forma. Los otros son, se

• Idioma: Español
• Editorial: Ediciones Era
• Fecha de lanzamiento: 20 jun 2020
• ISBN: 9786074452402

Francisco Hernández

Francisco Hernández (San Andrés Tuxtla, Veracruz, 1946) ha publicado casi veinte libros de poesía. Podemos citar, entre ellos, Poesía reunida (1996), Mascarón de prosa (1997), Antojo de trampa (1999), Las gastadas palabras de siempre (2001) y Soledad al cubo (2001). Premios obtenidos: el Nacional de Poesía Aguascalientes en 1982 por Mar de fondo, el Carlos Pellicer 1993 para obra publicada por Habla Scardanelli y el Xavier Villaurrutia en 1994 por Moneda de tres caras. Actualmente es becario del Sistema Nacional de Creadores.

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FRANCISCO HERNÁNDEZ

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Imán para fantasmas

Para la realización de este trabajo, el autor contó con el apoyo de la Fundación Octavio Paz, de marzo a diciembre de 1999, del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Veracruz (IVEC y CONACULTA), de marzo a diciembre de 2001 y del Sistema Nacional de Creadores en 2003.

Primera edición: 2004

ISBN: 978-968-411-589-7

Edición digital: 2013

eISBN: 978-607-445-240-2

DR © 2013, Ediciones Era, S. A. de C. V.

Calle del Trabajo 31, 14269 México, D. F.

Portada: Paisaje negro, (fragmento) © 1959 Gunther Gerzso

Cortesía de la Galería López Quiroga

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La primera parte de este libro está

dedicada a Hermila Solana de Ábrego,

la segunda a Leticia Arróniz Jácome

y la tercera a Manuel Sol Tlachi.

Por un lado, es necesario señalar que no hace falta estar muerto para ser un fantasma. Y por otro, ¿no son acaso fantasmas los pocos lectores de poesía que existen?

Florencio R. Valencia

Desde muy joven –lo confieso– me han gustado los fantasmas; me apasionaban las historias de sus desventuras. Hoy –lo confieso–, aproximándose la hora de convertirme en uno, ya no me gustan tanto.

Eliseo Diego

Índice

I.   Cuaderno de un retorno a mi pueblo natal

Primera parte

1. Fue antes del alba

2. Fue antes del alba

3. ¿Y si no regresara…?

4. Al rayar el alba

5. Con el mediodía, llega también

6. Los lentes de los muertos siguen viendo

7. El sol te cerca, te apaña, te seduce

8. El caballo devora las matas del pantano

9. Esto también lo había olvidado

10. ¿Quién regresa ahora que vuelvo retornado?

11. Han apagado las luces del pueblo

12. El calor se trepó a las azoteas

13. Soy blanco como mi abuelo el cantinero

14. El gavilán tegogolero

15. Mi madre, atormentada por las altas temperaturas

16. Tiempo de grasa, de chapopote derretido

17. Viento fuerte, nocturno

18. Abre sus plumas la enfermedad

19. Antes había más aves y más cielos con alas

20. Humo de agua en el espinazo del día

21. ¿Cuántos aguaceros como éste…?

22. Salgo a caminar por el parque

23. Sueño con desiertos, con cráteres

24. Graciela era una niña de belleza distante

Segunda parte

25. Amado Césaire, he dejado de pensar

26. ¿Miras, Césaire, la nublazón bien costanera?

27. Amado Césaire, maestro de los silencios

28. Ramazón de sones, taconeos en la espesura

29. Tórpido, casualmente vivac entre clamores

30. La luna, buen Césaire, la misma

31. Una guataca conecta al sol su