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Matrimonio arreglado Parte II
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Libro electrónico213 páginas3 horas

Matrimonio arreglado Parte II

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Siglo XIX

La mayoría de los matrimonios, en la alta sociedad, eran arreglados para beneficiar a ambas familias. Sin tener en cuenta a las víctimas de esta unión impuesta.

Los elegidos estaban obligados a sacrificarse, renunciando a sus sueños y voluntades, para atender los caprichos de su linaje.

Sin tener en cuenta que el elemento principal para esta construcción íntima quedaría fuera.

Porque no es importante o no es aceptado por muchos que nunca lo conocieron.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento1 mar 2020
ISBN9781071533666
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    Matrimonio arreglado Parte II - P. Torres

    DEDICATORIA

    A mis padres

    A mis hermanas

    A mis sobrinos

    A mi familia

    A mi alma gemela

    AGRADECIMIENTOS

    A mis queridos lectores

    A la banda The Verve

    Por inspirarme con su música:

    Bittersweet Symphony

    SINOPSIS

    Siglo XIX

    La mayoría de los matrimonios, en la alta sociedad, eran  arreglados, con el fin de beneficiar a ambas familias. Sin tener en cuenta a las víctimas de esta unión impuesta.

    Los elegidos se vieron obligados a sacrificarse, renunciando a sus sueños y deseos, para satisfacer los caprichos de su linaje.

    Sin considerar que el elemento principal para esta creación íntima quedaría fuera.

    Porque no es importante o no es aceptado por muchos que nunca lo han conocido.

    Parte II

    CA

    Capítulo IX

    ––––––––

    MOLDURA JFD Al amanecer, Joana fue a la habitación donde el Señor Jordan había pasado la noche. Todavía somnoliento, encima de las enormes almohadas. Todo desconcertado.

    La criada se arrodilló y revolvía su cabello, haciéndole masajes al cuero cabelludo. Sin resistirse le dio un beso en los labios.

    El joven amenazó con despertarse, al sentir los labios de la criada, pero su embriaguez lo llevó a estar inconsciente.

    MOLDURA JFD

    Allen Jordan estaba en la mesa tomando su desayuno, su esposa se sentó para hacerle compañía durante la comida.

    El seguía mirando la mesa todo el tiempo, evitando mirar a su odiada esposa.

    -¡Buenos días, señor!-  Le dice Ella.

    -¡Empecé con un mal día! ¡Es el primer día de un matrimonio no deseado! -  Se retiró sin tomar el resto del café.

    En su oficina, revolvía en algunos papeles. Se dio cuenta que no había nada importante que resolver.

    Un criado entró en la habitación.

    -¿Me mandó llamar, señor?-

    -¿Hay algún compromiso programado para hoy?-

    -Un orfanato para visitar y ver las obras de la nueva tienda de comestibles.-

    -Puedo ver eso otro día...-  Él no le dio importancia a sus obligaciones.

    MOLDURA JFD

    Allen Jordan llegó a la sala principal y vio a Ebellaine, sentada en el sillón, leyendo un libro, tan pronto como lo vio, se puso de pie rápidamente.

    -Hoy despedí a Joana, no se sentía bien.-

    -¿Y qué me importa?-  Él lo contrarrestó.

    -Estoy notificando al señor...- Se fue, ignorando la explicación de la esposa.

    MOLDURA JFD

    La cena no fue diferente, Ebellaine al  sentarse a la mesa, para compartir los alimentos, él se levantó sin terminar su comida.

    La joven se sintió mal por esta situación. Ella intentaba un acercamiento amistoso y él la desprecia todo el tiempo.

    Ella y su tía Alva se encerraron en la biblioteca para conversar. Ebellaine se quejaba con su tía acerca de su primera semana de casada.

    -Primeros días de casados y no podemos soportarnos. Muy mal nos dirigimos la palabra, él me habla solo lo necesario. Busca comer sus alimentos  en mi ausencia, cuando me siento a la mesa, él simplemente se levanta.-

    -¡Esto es horrible!-

    -¿Cómo puedo llevar un  matrimonio así? Si tan solo lo amara, lo soportaría todo. Pero no lo amo y él no puede soportarme.-

    -No tenía idea de que este matrimonio llegaría a este punto.-

    -¿Cómo la señora se imaginaba, que se enamorarían el primer día de casados?-

    -Esperaba que él te tuviera cariño.-

    -Nunca será cariñoso, indulgente y apasionado.-

    -Hablas con una convicción que a veces me asusta.-

    -¡Él es un monstruo!-

    -Intentas cambiarlo, un hombre duro cuando se enamora se convierte en un hermoso ser humano.-

    -No quiero que se enamore de mí, solo quiero su amistad y respeto.-  se sonrojó.  -...Cambiemos de tema.-

    Alva notó un brillo diferente en los ojos de la joven.

    -Lo que me da esperanza para seguir viviendo y llevando este matrimonio difícil, es el hombre que me besó... Estoy segura de que lo encontraré algún día.-

    -¿Todavía sueñas con eso?-

    -Él es todo para mí. Duermo y me despierto pensando en él. Sé que estoy pecando al estar casada con un hombre y tener en la mente a otro. Pero no puedo ir en contra de mis anhelos.-

    MOLDURA JFD

    Las dos estaban en la sala principal, el Sr. Allen Jordan llegó en ese momento.

    -¡Buenos días Sr. Allen Jordan! -  Dijo Alva.

    -¡Buenos días señora Alva!-  Siguió de frente  y subió las escaleras.

    Por la tarde él estaba en su oficina, revisando algunos papeles, su esposa entró y el la miró de reojo. No imaginaba que Ebellaine podría entrar a su oficina sin su permiso.

    -¿Qué quieres aquí? -  Lo cuestiono seriamente.

    -¿Podemos conversar?-

    -¿Sobre?-

    -Sobre mi Tía Alva.

    Él dejó los documentos sobre la mesa, esperando que ella hablase.

    Sin embargo, ella permaneció de pie y decidió continuar la conversación sin acomodarse en una suave silla frente al escritorio de su esposo.

    -Me gustaría que el señor fuera más amable con la tía Alva.-

    -¿Deseas que yo cambie mi forma de ser para  satisfacerla?-

    Se quedó furioso mientras miraba a su esposa a la cara. Luego el semblante de Ebellaine se sonrojó. Se sintió amenazada por su semblante rudo delante de ella.

    -¡No! ¡Lo siento!-  Trató de explicarse. -No deseo que hagas mi voluntad, pero amo a la Tía Alva, ella es una excelente persona.-

    -Yo sé...-

    Golpeaba  la mesa con sus dedos, mostrándose ya impaciente con la suave voz de su consorte.

    -La trataste mal hoy, y ella puede pensar que estás disgustado con ella.-

    -Deberías haberle explicado  a ella que estoy así por causa de este maldito matrimonio.-

    -Pensé que querías discreción sobre el tema.-

    -¿Para qué? Un día nos separaremos, no hay razón para ocultar lo que realmente sucede entre nosotros.-

    -Espero que cuando se anuncie esa separación, no sea demasiado tarde...-

    -¿Ya tienes planes para su vida de divorciada?-

    -Hacer planes no es lo ideal.-  Ella lo miró con firmeza.

    -Planeé un matrimonio totalmente opuesto a este.-

    -Yo planee nunca casarme-.  Se levantó y giro apresurado para  un lado, apoyando una mano sobre su propia cintura.  -Ya dijiste lo que querías... ¡Ahora vete!-

    -¡Permiso!-  Se retiró.

    MOLDURA JFD

    Ebellaine estaba sentada en su escritorio en su habitación, y en ese momento llamaron a la puerta. Levantó la cabeza y miró hacia el pasillo de su habitación.

    -¡Entra!-

    Joana entró.

    -Permiso señora, traje su té.-

    -Gracias.-

    -¡Buenas noches, señora!-

    -¡Buenas noches, Joana!-

    La joven sirvienta salió de la habitación y Ebellaine cerró la carta que le había escrito a su padre.

    Después de unos minutos, escuchó un ruido extraño.

    Sin imaginar qué era eso, la joven salió de su habitación y comenzó a caminar por el pasillo del palacio. Mientras sostiene un candelabro en la mano.

    Adelante vio una luz que venía del salón de baile.

    Cuando abrió la puerta, encontró a todos mirándola. Allen Jordan estaba dando a sus amigos una fiesta privada. Todos estaban borrachos, consus ropas arrugadas y varias marcas de lápiz labial evidentes en sus cuellos.

    Las mujeres tenían poca ropa, es decir, usaban solo corsés sensuales.

    Mujeres hermosas y al mismo tiempo indignas.

    Ebellaine detuvo su mirada ante la imagen de su esposo, sentado con dos mujeres en su regazo, acariciándolo y dándole besos suaves en el cuello a ambos lados.

    -Pensé que ya estabas durmiendo.-  Allen Jordan dijo cuando la vio. Su voz sonaba tan irónica como su mirada fría sobre su esposa en la puerta.

    En ese momento todos se reían de ella. La forma en que estaba sorprendida con toda aquella inmoralidad y especialmente por el libertinaje de su esposo. Que no eran nada románticos ni corteses.

    -Si quieres, puedes vengarte de él... conmigo.- Dijo un amigo del anfitrión. Era un joven apuesto; su pecho estaba expuesto suavemente por la abertura frontal de su camisa.

    -¡Aprovecha la oportunidad!-  Se burló el marido más sarcásticamente. - ¡Él es todo tuyo!-

    Allen Jordan volvió la cara hacia un lado, prestando atención a las dos mujeres que estaban con él. Ellas se veían más interesantes que la imagen avergonzada de su esposa.

    Enfurecida, Ebellaine cerró la puerta rápidamente y abandonó la escena.

    CA

    Capítulo X

    MOLDURA JFD Semanas después, Ebellaine recibió la visita de su padre. La joven corrió a su encuentro, para abrazarlo.

    Lo extrañaba mucho. Desde su matrimonio, no lo había vuelto a ver, y eso también había amargado sus días en aquel palacio.

    -¿Cómo has estado, padre?-

    -La casa sin ti parece un desierto.-

    -¿Cómo esta Alfina?-

    -Bien... ¿Y túcómo estás?

    -Bien... - Respondió infelizmente. Bajando los ojos haciael tejido de tu vestido.

    -¿Me dijiste que el señor Jordan cambiará la decoración del palacio?-

    -Sí...Él está esperando que el proyecto esté listo.-

    MOLDURA JFD

    Durante el almuerzo, Allen Jordan se sentó a la mesa para compartir el menú con su suegro y su esposa. Todavía en silencio, el comenzó a saborear su comida sin prestar atención a su visita y a su esposa. El anfitrión odiaba la idea de tener que compartir la mesa de comida todos los días con una mujer que élnunca quiso ser su consorte.

    Él pensaba que aquello era un castigo.

    -Escucho hablar muy bien de su administración en la ciudad.-

    Comentó el suegro. Al parecer, realmente admirado por la inteligencia del esposo de su hija.  -Ebellaine nunca tendría otro marido tan brillante y admirado como el Sr. Jordan.-

    -Intento facilitar las cosas.-   Dijo, probando la comida por quinta vez. Su cabeza todavía estaba inclinada.

    - ¿Ampliarás la guardería?-

    En ese momento el levantó la cabeza y miró la circunspecta figura de su suegro. Vistiendo trajes oscuros.

    - Las madres me pidieron que donara materiales para la renovación. Así que decidí ampliarlo, no cuesta nada... El refugio está repleto de niños abandonados. Y las habitaciones son pequeñas para mucha gente.-

    -Hablando de niños, ¿cuándo me darás un nieto?-

    Allen Jordan y Ebellaine se miraban entre sí, sin saber qué responder.

    La palabra nieto les sonaba como un insulto oculto. Era como si ellos nunca lo podrían concretar  algún día en su vida matrimonial.

    -Papá todavía es demasiado pronto para pensar en eso-. Volvió a mirar a su marido,para saber si ella había dicho la respuesta correcta, pero el joven la ignoró. Prefería que ella estuviera con la boca cerrada. De esa manera no tendría que escuchar esa voz molesta en sus oídos.

    -¡El vino es maravilloso! ¿No cree?- Dijo Jordan, tratando de variar el tema".

    -¡Sí, esta impecable! Y me disculpo por la pregunta inoportuna, pero no veo la hora  para sostener a mi nieto en mis brazos.-

    CA

    Capítulo XI

    MOLDURA JFD

    Allen Jordan llegó al palacio, apenas  puso los pies en la sala principal, vio a su suegro de guardia esperando para una posible conversación.

    -Sr. Allen Jordan... ¿Podemos tener una conversación?-

    -Si-   lo condujo a su oficina y se apoyó contra la puerta. Levantando una mano hacia la silla alrededor de su escritorio.

    -¡Siéntese!-

    -Gracias-

    Se sentó y esperó a que su yerno hiciera lo mismo.

    -Sé que puede parecer una intromisión de mi parte cuestionar la vida personal del señor y de mi hija.- Tosió. Tratando de continuar esa delicada conversación.  -Pero no estoy de acuerdo con lo que está pasando entre ustedes.-

    Allen Jordan escuchaba atentamente. Mientras su dedo índice masajeaba su labio inferior.

    -Soy el padre de Ebellaine y  deseo lo mejor para ella.-

    -Puede ser más claro, señor Alfidelles.-

    Cuestiono  moviéndose en la silla.

    -Lo seré-  No sabía cómo hablar, pero necesitaba ser objetivo en esa conversación.  -Lo

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