Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS): OBLIGACION DE LO IMPOSIBLE: Análisis económico forense de la legalidad de las UDIs en México (1995-2013)
LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS): OBLIGACION DE LO IMPOSIBLE: Análisis económico forense de la legalidad de las UDIs en México (1995-2013)
LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS): OBLIGACION DE LO IMPOSIBLE: Análisis económico forense de la legalidad de las UDIs en México (1995-2013)
Libro electrónico876 páginas9 horas

LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS): OBLIGACION DE LO IMPOSIBLE: Análisis económico forense de la legalidad de las UDIs en México (1995-2013)

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Las publicaciones que en México existen con el título de derecho económico son, acaso, compilaciones comentadas más o menos completas sobre las diversas disposiciones jurídicas relativas a los temas económicos. En cambio, el presente estudio se inscribe dentro de la rama del derecho económico; y representa el primer estudio forense que haya sido pu
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 mar 2020
ISBN9786078535354
LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS): OBLIGACION DE LO IMPOSIBLE: Análisis económico forense de la legalidad de las UDIs en México (1995-2013)
Autor

JORGE JAIME PALAFOX

Es abogado autodidacta, titulado por el CENEVAL. Con más de 20 años de experiencia en el litigio. Actualmente es abogado postulante y docente.

Relacionado con LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS)

Libros electrónicos relacionados

Política para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS)

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    LAS UNIDADES DE INVERSION (UDIS) - JORGE JAIME PALAFOX

    1856.

    Términos y abreviaturas utilizados

    ABM: Asociación de Banqueros de México.

    Afore: Administradora de Fondos para el Retiro.

    Art.: Artículo.

    Ausee.- Acuerdo de Unidad para Superar la Emergencia Económica

    Banxico: Banco de México.

    Cetes: Certificados del Tesoro.

    CFF: Código Fiscal de la Federación.

    CNBV: Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

    Condusef: Comisión Nacional de Defensa de Usuarios de Servicios Financieros.

    Congreso: H. Congreso de la Unión.

    Constitución o Constitución general o Carta Magna: Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

    Corte o Suprema Corte: Suprema Corte de Justicia de la Nación.

    Decreto de Creación de las UDIs: al Decreto por el que se establecen las obligaciones que podrán denominarse en unidades de inversión y reforma y adiciona diversas disposiciones del Código Fiscal de la Federación y de la ley del impuesto sobre la renta, publicado en el Diario Oficial de la Federación, México, el 1º. de abril de 1995.

    Diario Oficial o DOF: al Diario Oficial de la Federación.

    FBC: Formación Bruta de Capital.

    FOBAPROA: Fondo Bancario de Protección al Ahorro.

    FONACOT: Fondo de fomento y garantía para el consumo de los trabajadores

    INEGI: Instituto Nacional de Estadística y Geografía

    INFONAVIT: Instituto del Fondo nacional de la Vivienda para los Trabajadores.

    INPC: Índice Nacional de Precios al Consumidor.

    IPAB: Instituto de Protección al Ahorro Bancario.

    LGTOC: Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.

    LIC: Ley de Instituciones de Crédito.

    LISR: Ley del Impuesto Sobre la Renta.

    LSNIEG: Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

    Obligación: En el presente trabajo, se usa predominantemente en su acepción de obligación de pago, o deuda.

    PAN: Partido Acción Nacional.

    Parausee.- Programa para Reforzar el Acuerdo de Unidad para Superar la Emergencia Económica

    PIDESC: Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

    PRD: Partido de la Revolución Democrática

    PRI: Partido Revolucionario Institucional.

    PT: Partido del Trabajo

    R.A.E.: Diccionario de la Real Academia Española. (22ª edición, 2001)

    S.J.F. y su Gaceta: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

    S.N. de C.: Sociedad Nacional de Crédito.

    SAR: Sistema de Ahorro para el Retiro.

    SCJN: Suprema Corte de Justicia de la Nación.

    SHF: Sociedad Hipotecaria Federal, S.N. de C., Institución de Banca de Desarrollo.

    SOFOL: Sociedad Financiera de Objeto Limitado.

    SOFOM: Sociedad Financiera de Objeto Múltiple.

    TIIE: Tasa de Interés Interbancaria.

    TIIP: Tasa de Interés Interbancaria Promedio.

    TLC: Tratado de Libre Comercio para América del Norte.

    UDI o UDIs: Unidad ó Unidades de Inversión.

    UF: Unidad de Fomento chilena.

    Advertencia.

    Por la temática del presente trabajo me he visto precisado a referir reiteradamente, y en algunos aspectos a analizar el trabajo de los legisladores mexicanos; evito, sin embargo, referirme a ellos como nuestros legisladores, aunque suele llamárselos así, porque, desde mi modesto punto de vista, el posesivo nuestros que se suele usar para ellos, hoy, no es más que una pobre reminiscencia de ese pasado glorioso en que los legisladores provenían del pueblo, lo representaban y lo servían: no sólo desde una tribuna, sino en las mismas justas libertarias del pueblo contra la opresión y la ignominia. Tan es así, que sus nombres todavía iluminan con doradas letras el Congreso de la Unión; tanto, que incluso hoy la sola mención de algunos de aquéllos héroes ha impedido a los poderosos, imponer de vuelta el pasado; y tanto, que mientras la historia los distingue como constituyentes, la doctrina jurídica se refiere a ellos como al poder constituyente.

    Por supuesto que reconozco la existencia actual de legisladores cuya representatividad y trabajo son auténticos, pues, es cierto que a pesar de que hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres¹. Pero su número en el Congreso ha sido y es excepcional, y su actuación limitada.

    Lo mismo puede decirse respecto a los integrantes de nuestro máximo tribunal: la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

    Evito, pues, esta reminiscencia del lenguaje como un anacronismo; acaso sea un capricho que espero pueda disculpar mi amable lector. Pero, si en alguna parte del texto me veo precisado a llamar nuestros a los legisladores o a los tribunales, debe entenderse exclusivamente como una simple referencia a nuestra nacionalidad.

    Eludo también otra cuestión, quizás importante para los estudiosos de la materia. La referente al tratamiento de los datos estadísticos. Aunque es muy cierto que más de un académico o institución ha puesto en duda en distintos momentos y foros, la certeza de los datos estadísticos oficiales, en el presente trabajo intento utilizarlos como única o principal fuente de información. Cuestionarlos no es tarea del presente esfuerzo, primeramente y por supuesto, porque eso me alejaría completamente del tema en estudio, hacia una tarea que sería por sí misma imposible para una sola persona (en especial para mí); además, porque, siendo válidas las hipótesis planteadas en el cuerpo del presente trabajo, si los datos son veraces, aumenta la probabilidad de que se tengan por ciertas las conclusiones.

    En este punto vale una disculpa, pues algunos cálculos económicos no están actualizados a esta fecha, sino al 2012. Se debe a que mis modestos esfuerzos prolongaron la terminación de esta obra más allá del tiempo esperado. Sin embargo, he creído plausible dejarlos como están, y dejar para el lector esta breve tarea, porque las tendencias y conclusiones de referencia siguen vigentes, y la actualización de los datos puede considerarse una pecata minuta.

    Finalmente, me he permitido someter a un análisis lógico y jurídico exhaustivo las diversas tesis aisladas y jurisprudenciales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de los Tribunales Colegiados de Circuito, relacionadas con el tema, sin tenerlas por ciertas tan sólo por haberse dictado por los máximos tribunales de nuestro país, pues prefiero que la justicia se ilumine por la ciencia más que por la autoridad. Siendo éste mi cabal propósito, téngase por cierta la máxima de Marcial:² Hunc servare modum nostri novere libelli: parcere personis, dicere de vitiis: En nuestra obra, no es nuestra intención zaherir con ella más que al vicio, dejando inmunes a las personas… y a las instituciones.

    Véase Martí, José, Tres héroes, en La Edad de Oro.

    Citada, a la sazón, por Fernández de Lizardi en su Periquillo Sarniento.

    Introducción

    Pese a que las autoridades del Banco de México y del gobierno federal se congratulan recíprocamente de mantener blindada la economía mexicana –a diferencia, dicen, de las economías nacionales de los países europeos e incluso de las potencias mundiales, que aún se debaten en una severa crisis económica y social–³, lo cierto es que la economía mexicana se mantiene tarada por la crisis de las sociedades dedicadas a financiar hipotecas de vivienda. Basta leer los titulares de las noticias al día de hoy para verificarlo.⁴

    Sin embargo, la crisis de esas sociedades financieras sólo es la punta de un iceberg, detrás del cual se encuentra un desmesurado crecimiento de las carteras vencidas de toda clase de acreedores, de todo tipo de créditos, incluidos los destinados a la adquisición de vivienda, al tiempo que ocurre un déficit de viviendas sin precedente; y una conversión económica que produce una grave y cada más acusada desigualdad social, a saber: la consistente en destinar el dinero que normalmente se usa para el consumo básico, al pago de adeudos. Desigualdad social que inevitablemente desboca en la depauperación de una gran masa de población, y en la nulidad o restricción de facto, del derecho universal de las personas a mantener un nivel de vida adecuado, a disponer de sus propios recursos y a tener una vivienda digna. Y estas taras provienen de 1995, en que el poder público federal fraguó, entre otras medidas de política económica y legislativa tendientes a impulsar la acumulación originaria del capital financiero en nuestro país, la creación y uso extensivo, ilegal e indiscriminado de las Unidades de Inversión en créditos de todo tipo, especialmente hipotecarios destinados a la adquisición de viviendas. Con este instrumento financiero, conocido como UDI, el gobierno federal puso en marcha una de las prácticas monopólicas más rapaces de todos los tiempos; prácticas monopólicas, de suyo, prohibidas por la Constitución general de la República, en provecho de los agentes de las finanzas nacionales e internacionales; prácticas monopólicas absolutas que han mermado la precaria economía de cientos de miles de familias que se han endeudado en esa unidad monetaria.

    Este es el tema central que se analiza en el presente estudio, que se analiza desde los puntos de vista histórico económico, y jurídico legislativo.

    Si no estoy equivocado, las publicaciones que en México existen con el título de derecho económico son, acaso, compilaciones comentadas más o menos completas sobre las diversas disposiciones jurídicas relativas a los temas económicos. En cambio, el presente estudio se inscribe dentro de la rama del derecho económico; y representa, a la sazón, el primer estudio forense que haya sido publicado en esta materia, en México y, quizás, en América Latina; y también, el primero y el único en someter a estudio la naturaleza jurídica y económica de las UDIs.

    En el primer capítulo estudio el marco económico existente alrededor de las UDIs. Comienzo con una somera exposición de las definiciones económicas básicas para comprender el tema de las UDIs; luego, presento una brevísima historia del sistema monetario en México, que concluye con la creación de las UDIs. Finalmente, ofrezco un análisis económico de las UDIs, que concluye en la develación de su doble naturaleza económica: como unidad de cuenta y como medida de valor, que deviene en instrumento financiero de atesoramiento.

    En el segundo y tercer capítulos, expongo el panorama general de la economía mexicana, previo y posterior al decreto de creación de las UDIs, respectivamente, con el propósito de proporcionar al lector los elementos de juicio que le permitan valorar la eficacia y la racionalidad de la creación y uso extensivo de las UDIs en medio de una de las crisis económicas más graves de los últimos tiempos en nuestro país.

    En el cuarto capítulo, presento el marco jurídico del sistema monetario mexicano, en el que –o más bien, frente al cual– se crean las UDIs; y en el quinto capítulo presento un estudio de la doble naturaleza jurídica de las UDIs, ninguna de cuyas determinaciones formales resulta ser constitucional, y por el contrario, resultan atentar contra los derechos económicos y sociales universales de las personas, reconocidos en los tratados internacionales vigentes.

    En el 6º capítulo se reseña y analiza el proceso legislativo en que se aprobó el Decreto de Creación de las UDIs.

    Finalmente, y luego de demostrar la ineficacia económica de las UDIs, así como su inconstitucionalidad, en el capítulo 8º ofrezco una serie de formatos útiles para la defensa jurídica forense, y en el capítulo 9º presento una propuesta de iniciativa ciudadana para la derogación del Decreto de creación de las UDIs, con una propuesta de reforma de vivienda.

    Delgado Selley, Orlando, Mercados y resistencia civil, en www.proceso.com.mx, México, 07 de enero 2010.

    Véase, v.gr., Alcántara, Claudia, Alcanza a la Afores la crisis de las vivienderas, en El Financiero, México, diciembre 02 del 2013, pag. 1 y 24.

    1. Marco económico

    1.1. Definiciones económicas básicas

    Previo al conocimiento de las Unidades de Inversión –tema del presente estudio–, es necesario conocer qué es el dinero y cuáles son sus funciones. También es necesario saber qué ocurre con el dinero cuando hay inflación, y por tanto, debe conocerse qué es ésta, qué es el Índice Nacional de Precios al Consumidor, qué es indexar o qué es deflactar, cuyas definiciones intentaré a continuación.

    El dinero, como las monedas o los billetes que llevas en el bolsillo, el que tienes guardado en el banco, o el que recibes en pago, tiene, como ya puedes advertir, varias funciones; a estas funciones corresponde una determinación formal diferente; y cada determinación formal, por corresponder a una función de carácter social, es una determinación histórica. Esto significa que las diferentes determinaciones formales del dinero, como sus funciones, han venido evolucionando hasta ser lo que son, tal como hoy las observamos; y todas, pese a sus diferencias, tienen un mismo origen: el intercambio de mercancías.

    Ciertamente, no es el caso exponer aquí la historia del dinero; pero sí lo es exponer sus diferentes determinaciones, aunque sea brevemente, para la comprensión del tema de nuestro estudio; esta exposición intentará seguir el orden histórico en que vinieron a materializarse las diferentes determinaciones del dinero.

    En atención a la brevedad que pretendo para la presente exposición, cabe aclarar que si bien toda mercancía posee dos valores: valor de uso y valor de cambio, en el presente estudio sólo me referiré al último; como tal o simplemente como valor. Así mismo, toda mercancía es producto del trabajo individual y diferenciado que la realiza como valor de uso; es decir, producto del trabajo del artesano o del agricultor, por ejemplo. Pero también es el producto del trabajo general e indiferenciado del conjunto de la sociedad; es decir, del trabajo social, que la realiza como valor de cambio. En el presente estudio sólo me referiré a este último; es decir, al trabajo considerado socialmente.

    1.1.1. El dinero como medida de valor o como dinero de cuenta

    Toda mercancía es producto del trabajo; el trabajo se materializa –se convierte en algo material, se realiza– en cada mercancía. Es el trabajo el que da valor a las mercancías. Así, cuando una mercancía costó menos trabajo que otra en su realización, decimos que posee menor valor; o viceversa. Pero, ¿cómo podremos medir si una mercancía posee más o menos trabajo que otra? Por el tiempo de trabajo contenido en cada una. Esto es: si una mercancía, por término medio, costó 10 horas de trabajo para su elaboración, y otra costó 12 horas de trabajo, la primera tendrá menos valor que la segunda. Sin embargo, cuando vamos a comprar o a vender, nunca compramos mercancías por tiempo de trabajo; por lo menos, no ocurre esto directamente. Ocurre, más bien, a través de una tercera mercancía, con la cual se puede equiparar el valor o el tiempo de trabajo contenido en todas las demás mercancías, a saber: el oro o la plata. Si, por ejemplo, en determinada magnitud de oro, existe o se contiene el trabajo de 10 horas, entonces, se puede decir que dicha magnitud de oro o de plata, es equivalente a la mercancía que c0ntiene en sí, también, tal cantidad de horas de trabajo:

    "Puesto que todas las mercancías miden sus valores de cambio en oro en la relación en la cual determinada cantidad de oro y determinada cantidad de mercancía contienen igual cantidad de tiempo de trabajo, el oro se convierte en medida de los valores, y en primera instancia es sólo en virtud de esta determinación como medida de los valores, como la cual su propio valor se mide directamente en el ámbito global de los equivalentes de las mercancías, que se convierte en equivalente general o dinero. Por otra parte, el valor de cambio de todas las mercancías se expresa ahora en oro".

    El dinero funciona como medida de valor cuando representa los múltiples valores de las mercancías, o, por mejor decir, cuando las mercancías refieren su valor en dinero, mediante el precio; todas las mercancías que están por venderse tienen un precio; esto es, que se darán a cambio de una cantidad determinada de dinero. Aquí el dinero sirve como medida de los valores de las mercancías; y esto ocurre, no al comprar, sino antes: desde el momento en que las mercancías expresan su valor en dinero, mediante un precio.

    Sin embargo, la función originaria del dinero como medida de valor, y por ende, como equivalente general del valor de todas las demás mercancías, corrió a cargo del oro (y en algunos países –como el nuestro–, de la plata):

    El oro se convierte en medida de los valores sólo porque todas las mercancías evalúan en él su valor de cambio. La universalidad de esta relación de proceso, única a partir de la cual surge su carácter de medida, presupone, empero, que cualquier mercancía individual se mide en oro en la relación del tiempo de trabajo contenido en ambos, es decir que la medida real entre la mercancía y el oro la constituye el propio trabajo, o que la mercancía y el oro resultan equiparados recíprocamente como valores de cambio mediante el trueque directo.

    1.1.2. El dinero como patrón de medida de los precios y unidad del sistema monetario

    El oro se convierte en medida de los valores de las mercancías, y los valores de las mercancías se convierten en precios, al expresarse en dinero, que ha devenido en equivalente general del valor de todas las mercancías.

    Gráfico 1. El oro como patrón de medida de los precios y unidad del sistema monetario

    Fuente: Elaboración propia.

    .

    "Presupuesto el proceso en virtud del cual el oro se ha convertido en medida de los valores, y el valor de cambio en precio, todas las mercancías sólo son ya, en sus precios, cantidades imaginarias de oro de diversa magnitud. En cuanto tales cantidades diversas de una misma cosa, del oro, se igualan, comparan y miden entre sí, desarrollándose así técnicamente la necesidad de referirlas a una cantidad determinada de oro como unidad de medida, una unidad de medida que prosigue su evolución para convertirse en patrón de medida al dividirse en partes alícuotas, y éstas, a su vez, nuevamente en partes alícuotas.Pero las cantidades de oro, en cuanto tales, se miden por su peso. El patrón de medida existe ya, pues, acabado, en las medidas generales de peso de los metales, las cuales, en consecuencia, y en cualquier circulación metálica, sirven también originariamente como patrón de medida de los precios".

    Todas las mercancías tienen un precio, denominado en dinero. Cuando el dinero funge como medida de los precios de las mercancías, lo llamamos dinero de cuenta. Éste, como toda medida, tiene o se basa en una unidad o patrón de medida. Este patrón de medida que se usa como unidad del dinero de cuenta, es el mismo que sirve como patrón monetario del dinero circulante; es decir, para acuñar las monedas y emitir billetes. Así, por ejemplo, en nuestro país, los precios de las mercancías están denominados en pesos, porque el peso es la unidad de cuenta o patrón de medida de los precios; y el dinero en circulación, las monedas y los billetes, también están denominados en pesos, por que legalmente el peso es la unidad de cuenta o patrón de medida del dinero circulante.

    La existencia del dinero como medida de los precios, presupone la formación y desarrollo de una unidad de cuenta o patrón de medida que, originariamente, en unos casos fue la plata, y en otros, el oro. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con las longitudes o la temperatura: pueden ser medidas; y se miden con un patrón de medida, que bien puede ser universal o variar de país en país, usándose en unos los centímetros o las pulgadas, los grados Celsius o los grados Fahrenheit, el oro o la plata. Así como los grados con los que se mide la temperatura tienen un patrón de medida, así la medida de los precios de las mercancías tiene un patrón, que como tal, posee en sí mismo las mismas cualidades físicas o naturales que cualquiera otro patrón de medida, a saber: es fijo, divisible en partes alícuotas, permanente, y universal.

    Como medida de valor, el oro es la materialización del tiempo de trabajo, y es variable; pero, como patrón de medida de los precios, es peso metálico determinado, y por lo tanto, fijo:

    El oro se convierte en medida de los valores al referírselo, como valor de cambio, a las mercancías en cuanto valor de cambio, mientras que en el patrón de medida de los precios una cantidad determinada de oro sirve como unidad a otras cantidades de oro. El oro es medida de valor porque su valor es variable, mientras que es patrón de medida de los precios porque se lo fija como unidad de peso invariable.¹⁰

    Así, los precios de las mercancías se expresaron originariamente en las mismas denominaciones del patrón oro: como la libra, la onza o los quintales. Estas designaciones, servían y han servido –precisamente– como patrón de medida de las magnitudes de valor contenidas en las distintas mercancías que se intercambian en un mercado.

    "En diferentes países, el patrón de medida legal de los precios difiere, desde luego. En Inglaterra, por ejemplo, la onza, en cuanto peso metálico se divide en Pennyweights, grains y carats troy, pero la onza de oro, en cuanto patrón de medida del dinero, se divide en 3 7/8 de soberanos, el soberano en 20 chelines, el chelín en 12 peniques, de modo que 100 libras de oro de 22 kilates (1,200 onzas) son iguales a 4,672 soberanos y 10 chelines".¹¹

    Nuestro país no ha sido la excepción, y desde la época de la Conquista Española, se introdujo, con el uso de las monedas metálicas, el uso de un patrón de medida para dichas monedas en el mercado; sólo que el peso metálico de nuestro original patrón de medida, refería –directamente– el oro y la plata mexicanos, al peso en plata y oro españoles:

    Se fundieron discos de una aleación de oro y cobre (pesos de tepuzque), cuyo peso correspondía al de un castellano (moneda española); de ahí se originaría, años después, la unidad monetaria de México y de otros países latinoamericanos, el PESO. ¹²

    Pero, como tenemos dicho, no siempre coinciden, en una misma región y en un mismo periodo, el dinero circulante y el dinero de cuenta. Por ejemplo, actualmente en México, predomina tal coincidencia: los precios se denominan en pesos, y el dinero circulante se amoneda en pesos. Pero en las zonas fronterizas del norte de nuestro país y en las zonas turísticas de mayor desarrollo, como Cancún, el dinero de cuenta sigue denominándose en pesos, pero los dólares norteamericanos compiten en la circulación con el dinero circulante amonedado en pesos.

    1.1.3. El dinero como medio de circulación

    El dinero es sólo ideal cuando aparece en los precios de las mercancías, cuando éstas están en reposo en las tiendas; el dinero en este caso es dinero de cuenta. Sólo cuando el precio de éstas se realiza, al venderlas, el dinero cobra existencia real; y aparece en la circulación como medio de compra, o medio de circulación. Como el vendedor nunca gasta en una compra todo ni de una sola vez el dinero que obtuvo al vender –por lo que se dice que la compra se trata de un movimiento infinitamente fragmentado–, ahora, es este dinero el que permanece en reposo, en manos del vendedor; es decir, en espera de ser gastado como medio de compra, en la realización de los precios de otras distintas mercancías. Así puede observarse cómo, apenas el dinero cobra existencia en la circulación, es sacado de ella para permanecer en las manos del vendedor; y otra vez como medio de compra, repite el mismo movimiento, convirtiendo en comprador a todo vendedor; y como lo contrario –que el comprador se convierta en vendedor– sólo ocurre casualmente, "…el dinero parte de puntos infinitamente diferentes y retorna a puntos infinitamente distintos.¹³ Esta es la forma que adquiere la circulación mercantil simple.

    Ahora bien, el dinero bajo esta determinación, como medio de circulación o medio de compra, existe en la medida en que se realizan los precios de las mercancías; y por tanto, en un país y en un periodo determinado, la cantidad de dinero en circulación coincide con la suma de los precios de las mercancías que circularán bajo esas circunstancias. Pero, por otra parte, como una sola pieza de dinero puede realizar los precios de más de una mercancía, la cantidad de dinero en circulación además dependerá de la velocidad con que se realicen los precios –por ejemplo, luego de que compras un refresco con una moneda de 10 pesos, el vendedor usa esa moneda para comprar, digamos, dos piezas de pan; la misma moneda realizó el precio de ambas mercancías, tal como si hubieran existido 20 pesos.

    La premisa de la circulación del dinero es la circulación de mercancías; esto es, aunque la circulación de mercancías se dé mediante la circulación del dinero:

    …más exactamente, el dinero hace circular mercancías que poseen precios, es decir, que ya han sido idealmente equiparadas a determinadas cantidades de oro. En la determinación del precio de las propias mercancías se presupone como dada la magnitud de valor de la cantidad de oro que sirve como unidad de medida, o sea el valor del oro. Por tanto, bajo esta premisa, la cantidad de oro requerida para la circulación está determinada, en primera instancia, por la suma global de los precios de las mercancías que han de ser realizados; suma determinada a su vez por el grado de los precios y la masa de mercancías circulantes, es decir, por la suma de compras y ventas a precios dados. ¹⁴

    Supuesta la velocidad de la circulación, la masa de los medios de circulación está, pues, simplemente determinada por los precios de las mercancías. Por lo tanto, los precios no son altos o bajos por que circule más o menos dinero, sino que circula más o menos dinero por que los precios son altos o bajos .¹⁵

    A manera de resumen, podemos decir que:

    a. Primero, la circulación es un movimiento infinitamente fragmentado;

    b. Ese movimiento se revela circular… aunque la coincidencia de punto de partida y punto de retorno es casual; y

    c. El dinero como medio de circulación, está determinado por: la masa de mercancías en circulación; la suma de los precios; y la velocidad de circulación del dinero.

    1.1.4. El dinero en forma de moneda. Signo de valor

    "En su función de medio de circulación, el oro adquiere una forma que le es peculiar, se convierte en moneda… se lo amoneda en correspondencia con el patrón de medida del dinero de cuenta (…) Las monedas son piezas de oro cuyo cuño¹⁶ y figura indica que contienen partes de peso de oro representadas en los nombres de cuenta del dinero: libras esterlinas, chelines, etc. Al igual que el precio de la moneda, la actividad técnica de amonedamiento corre por cuenta del estado". ¹⁷

    En virtud de su función en cuanto medio de circulación, es decir, en virtud de que puede realizar los precios de una o más mercancías, la existencia de la moneda dentro del proceso de la circulación es igual a la cantidad de oro que contiene, multiplicada por el número de ciclos que recorre;¹⁸ sin embargo, con el uso las monedas se van desgastando, contraponiéndose con ello, el dinero como moneda al dinero como patrón de medida; o, por decir lo mismo, el metal contenido en la moneda y la denominación con que fue acuñada, convirtiendo a la moneda en mero signo de valor; así el oro puede representar su valor en otros metales; en monedas de plata y cobre, por ejemplo; con lo que estas monedas resultan subsidiarias: se convierten en fracciones determinadas de la moneda de oro –o de plata, según el país de que se trate; fracciones cuyo valor es determinado por ley, y que están destinadas al comercio minorista, donde la circulación de monedas es más intensa.

    Esta determinación del dinero como moneda ocurrió –y ocurre– así en todos los países. México no ha sido la excepción (véase infra 1.2.2). En fin, el valor de las monedas se vuelve independiente de su peso metálico; y así ocurre en todos los países.

    "Así, la porción de oro que siempre debería circular como moneda fraccionaria se sustituye por monedas de metal… luego, por fichas sin valor",¹⁹ y finalmente, por billetes. Una vez que la moneda deviene en símbolo de dinero áureo, el papel también comienza a ser usado como medio de circulación.

    Ahora bien, ¿cuántos billetes pueden circular como dinero?

    "Las fichas carentes de valor representan al oro dentro del proceso de la circulación, y lo representan sólo en cuanto el propio oro entraría en el proceso de circulación como moneda, cantidad determinada por el valor del oro mismo cuando fuesen dados los valores de cambio de las mercancías y la velocidad de sus metamorfosis (es decir, la velocidad de las compras y ventas)". ²⁰

    Suponiendo una cantidad determinada de oro requerida para la circulación, si se emiten billetes en una cantidad 15 veces superior a la necesaria, cada billete representará una porción de oro 15 veces menor, y todas las mercancías aumentarían su precio 15 veces; de manera que será imposible retirar la suma 15 veces mayor de billetes, pues será ahora la requerida, como antes lo era la cantidad 15 veces menor. El alza de los precios sólo sería la reacción del proceso de la circulación, el cual equipara por la fuerza los signos de valor a la cantidad de oro en cuyo lugar pretenden circular.²¹

    Con todo lo anterior puede concluirse –o reconocerse– que "…la cantidad de oro circulante está determinada por los precios de las mercancías, y… la cantidad de los signos de valor circulantes está determinada por la cantidad de moneda de oro que los mismos representan en la circulación".²²

    1.1.5. Atesoramiento

    El proceso de la circulación simple consiste en dos eventos sucesivos que ya hemos mencionado: primero, en vender una mercancía para tener dinero; y segundo, una vez con ese dinero, en comprar otra u otras mercancías. Pero, como tenemos dicho también, nadie compra de una vez en cantidad equivalente al dinero que obtiene de una venta, sino que tal dinero lo va gastando en una fragmentada serie de compras. Esto hace que el proceso de intercambio se interrumpa naturalmente luego de la venta, para continuar más adelante en una serie indeterminada de compras. Pues bien, esta interrupción entre la venta y las compras de mercancías, permite que el dinero se estacione en los bolsillos de los vendedores, y permanezca en ellos en calidad y en la forma de dinero. Dinero que existe como tal determinación formal en espera de ser intercambiado por cualquier mercancía, de la infinita variedad de mercancías existentes, y por tanto, determinación formal que existe como riqueza, o como tesoro.

    El dinero para funcionar como tal, es decir, como tesoro, debe ser retirado de la circulación mercantil. Digámoslo de otra manera: tú vendes una mercancía determinada en mil pesos; si compras tantas mercancías que gastes en ellas los mismos mil pesos que obtuviste, sin haber ahorrado nada, pues, el dinero producto de la venta sólo habrá funcionado como medio de compra, con el cual obtuviste mercancías para tu consumo; en este ejemplo, lo único que retiras de la circulación, son las mercancías que consumiste por un valor de mil pesos. Si, en cambio, de los mil pesos que obtienes de la venta, gastas, digamos, 200 pesos, y ahorras 800 pesos, lo que estarías haciendo será retirar estos 800 pesos de la circulación. En este segundo ejemplo, los 200 pesos con los que compras mercancías, funcionan como medio de circulación; en cambio, los 800 pesos que retiras de la circulación, los tienes ahora como dinero, como tesoro, o dicho en términos coloquiales, como ahorro. Entonces, el dinero sólo existe como dinero cuando lo tienes ahorrado… y mientras lo tengas ahorrado.

    Así, la propia moneda se convierte en dinero en cuanto se interrumpe su curso.²³ El oro y la plata, entonces, sólo son dinero en cuanto dejan de ser medios de circulación;²⁴ la moneda, al suspender su curso, se convierte en dinero; y el dinero, al realizar alguna compra y lanzarse de nuevo a la circulación, se convierte en moneda.

    ¿Qué cantidad de dinero entra en circulación? la equivalente al valor de la suma de los precios de las mercancías que circularán en determinado periodo, entre la velocidad con que el dinero realice los precios de esas mercancías.

    Supongamos que existen en el mercado las mercancías A y B, y que cada una cueste 8 pesos. Se necesitarán 16 pesos para comprarlas. Pero, supongamos que aumenta al doble la velocidad de circulación del dinero, y con 8 pesos compramos la mercancía A, y luego, el vendedor de ésta, con esos mismos 8 pesos compra la mercancía B. Entonces, sólo se necesitarían 8 pesos para comprar ambas mercancías. Ahora, en este último caso, ¿qué pasaría con los 8 pesos restantes, es decir, los que no se usaron en las compras? Pues son ahorrados, o convertidos en tesoro. En un país, por supuesto se trata de millones de mercancías y millones de pesos o de dólares en circulación; pero siempre circula como moneda sólo la cantidad de dinero condicionada por las necesidades directas de la propia circulación de mercancías; lo demás, se retira a los depósitos bancarios de los atesoradores; o, por el contrario, cuando la suma de los precios de las mercancías circulantes aumenta, sin aumentar la velocidad de circulación del dinero, pues los depósitos bancarios de los atesoradores se vacían en proporción a las necesidades de la circulación de mercancías.

    1.1.6. Medio de pago

    Hasta aquí hemos visto que el dinero, como medio de circulación, se presenta siempre como medio de compra; pero el desarrollo de la propia circulación de mercancías y con ella el crecimiento de los mercados, provoca que ingresen al comercio mercancías cuya naturaleza permite –u obliga– a la compra o a la venta a futuro. En efecto, surgen los casos en que el poseedor de la mercancía vende, y la entrega; sin recibir dinero en ese momento. El dinero lo recibe en un tiempo posterior. A cambio, el comprador, obtiene en ese momento la mercancía. Pero al mismo tiempo obtiene una deuda, y deberá pagar el precio en el plazo fijado. El comprador se convierte en deudor, el vendedor en acreedor; el dinero, de medio de compra que era, se convierte en medio de pago, y el curso obligatorio de la moneda se sustituye por el cumplimiento forzoso de un contrato de crédito. Esto significa que el dinero entrará en circulación en un periodo posterior al de las mercancías, cuando éstas muy probablemente ya hayan sido consumidas.

    En esta forma modificada de la venta, el dinero sólo está representado en un contrato; y por tanto el dinero sólo funge en primera instancia como medida de valor; y enseguida, como medida de la obligación del comprador. Funciona como medio de compra, pero entra en circulación como medio de pago; es decir, como dinero en cuanto tal.

    En esta función de medio de pago, el dinero se presenta como la mercancía absoluta, pero dentro de la propia circulación, y no, como el tesoro, fuera de ella. La diferencia entre medio de compra y medio de pago se torna muy desagradablemente perceptible en periodos de crisis comerciales,²⁵ pues en ellas, los vendedores asumen su papel de acreedores, y buscan recuperar el dinero adelantado en forma de mercancías.

    Así nace el sistema de crédito, de la circulación simple de mercancías; pero corresponde a un nivel superior de la circulación dineraria, y las leyes sociales a las que responde, son distintas a las leyes de la circulación simple.

    Pero la existencia del dinero de pago presupone la existencia, en un mismo periodo, de dinero que entra en circulación cuando ya las mercancías que con él se compraron, fueron consumidas; también, de mercancías entregadas a crédito, cuyo pago no se realizará sino a futuro; y junto a ellos, las mercancías a enajenar y el dinero en cuanto medio de compra. Significa que la masa de dinero en circulación obedece –como hemos visto–, no sólo a la suma de mercancías a vender, sino a la suma de los pagos por realizar, menos las cantidades que se compensan entre sí como magnitudes positivas y negativas.

    En otras palabras, por una parte, sólo circulará la cantidad de dinero necesaria para que las mercancías circulen, y por tanto, la cantidad de dinero equivalente en valor, a la suma de los precios de las mercancías por circular, por la velocidad de circulación del dinero. El resto, si acaso circula más dinero del necesario en un periodo determinado, se depositará como tesoro entre los poseedores de las mercancías. A la vez, en un mismo país y en un mismo periodo de tiempo, circulará la cantidad de dinero necesaria para realizar los pagos de las obligaciones de crédito constantes en los contratos de esta naturaleza, menos los pagos que se compensan unos con otros. El resto, igualmente, se depositará como tesoro entre los acreedores. Pero, al mismo tiempo, cada vez que la suma de los precios de las mercancías por circular se incremente en mayor medida que el dinero circulante; o cada vez que la suma de los pagos por hacer supere la cantidad del dinero de pago, entonces, el dinero depositado en los tesoros de los poseedores de las mercancías o de los acreedores, debe restituirse a la circulación. Tal es el metabolismo de nuestras sociedades; de donde se sigue que el dinero depositado como tesoro, sólo se incorporará a la circulación mercantil, en la medida en que ésta se desarrolle; y, como sólo se desarrolla gracias a la industria y la división social del trabajo, este proceso se presenta en la historia como la oposición entre el desarrollo industrial y la usura, y coincide con el proceso histórico conocido como acumulación originaria del capital (mismo que no es objeto de estudio del presente trabajo, aunque se presenta una breve reseña del mismo tal como ocurrió en nuestro país).²⁶

    Como puede deducirse fácilmente –y como puede observarse empíricamente–, los pagos tornan necesario un fondo de reserva, una acumulación de dinero como medio de pago. La formación de estos fondos de reserva ya no parece una actividad exterior a la propia circulación, como ocurría en el caso del atesoramiento, ni un estancamiento meramente técnico de la moneda, como ocurría en la reserva monetaria, sino que es menester reunir paulatinamente el dinero para que el mismo se halle presente en determinadas fechas futuras de vencimiento de pagos…. ²⁷

    La crisis de 1995 en México, por ejemplo, se desató precisamente –y según el propio Banco de México²⁸– por el vencimiento de deudas nacionales, tanto del sector público como del privado, con el extranjero.

    …Con el perfeccionamiento del sistema crediticio, es decir de la producción burguesa en general, la función del dinero en cuanto medio de pago se expandirá a costa de su función en cuanto medio de compra, y más aún como elemento del atesoramiento. Por ejemplo, en Inglaterra (desde 1859) el dinero en cuanto moneda se halla desterrado casi exclusivamente al comercio minorista, mientras que como medio de pago domina la esfera de las grandes transacciones comerciales. ²⁹

    La expansión del crédito, como una función inmanente del desarrollo mercantil, es hoy más que evidente en cada país, en todo el mundo; y, si en el siglo pasado la descripción de este descubrimiento económico del metabolismo social, pudo considerarse como un supuesto meramente teórico y controvertible, pudo constatarse en la siempre terca realidad de cada país sobre todo después de la segunda guerra mundial. Hoy lo mismo ocurre en todos los países.

    1.1.7. Dinero mundial

    En el comercio internacional, el dinero pierde su nacionalidad: las monedas, no importa el valor con que fueron acuñadas, se funden en lingotes para recobrar su primitiva forma; y los billetes son cambiados por oro o plata, equivalentes al valor que representan. Los lingotes son el dinero mundial con que se realizan estas transacciones.

    Sin embargo, podrá decirse que la determinación formal del dinero mundial actualmente es, más bien, la divisa –para nosotros– el dólar norteamericano, que desde 1971 fue reconocido como nuevo patrón del dinero, en lugar del oro o la plata.

    Sin embargo –y aunque no es el tema de nuestro estudio–, debemos decir que, en última instancia, las divisas responden a las leyes económicas aquí reseñadas, y por tanto, su valor se reduce al valor del oro que debe estar en circulación, que a su vez equivale a:

    considerados por supuesto en el ámbito internacional, en un periodo determinado.

    Las reservas internacionales representan otro concepto:

    "Las reservas internacionales son activos financieros que el banco central invierte en el exterior y que pueden ser fácilmente convertidos en medios de pago. Por esto último, su característica principal es la liquidez; es decir, la capacidad de los activos que la integran para liquidar, de manera expedita, obligaciones de pago fuera de nuestro país.

    En el caso de México, estos activos son propiedad del Banco de México y de acuerdo con el artículo 18 de la Ley que rige a este Instituto Central, el objetivo de contar con una reserva internacional es el de coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.³⁰

    Pero, en sí mismo, no representa una determinación formal del dinero, distinta a las que hemos estudiado hasta este punto.

    1.1.8. Conversión de dinero en capital

    Hasta ahora hemos estudiado el ciclo de la circulación simple de las mercancías, consistente, como hemos anotado, en vender una mercancía, y con el dinero obtenido, comprar otra; ciclo que hemos abreviado con las siglas M-D-M, en el que se observa que el dinero funge de manera predominante como medio de circulación, o de compra.

    Bajo la circulación simple de mercancías, hay dos formas predominantes de enriquecimiento, que ya hemos mencionado:

    a. el atesoramiento, que se logra retirando el dinero de la circulación; y

    b. la venta a crédito, que genera dinero de pago.

    Pero todo tesoro y toda riqueza se va extinguiendo, al ser al mismo tiempo medio de compra. La única forma de conservar los tesoros y las riquezas, es y ha sido, incrementándolos; y eso lo permitió la forma desarrollada de la circulación, a saber: D-M-D’; donde D = dinero acumulado; M = mercancía; y D’ = dinero incrementado.

    Bajo esta forma desarrollada de la circulación, el dinero acumulado, o atesorado como riqueza (D), se consume productivamente,³¹ al utilizarse para comprar un grupo especial de mercancías, agregarles valor, para ponerlas a la venta y reincorporar (M) a la circulación y, finalmente, obtener dinero (D’) en una cantidad superior a la inicial (D). Ese grupo especial de mercancías pueden identificarse como materias primas, bienes de capital y fuerza de trabajo; el dueño del dinero, compra materias primas y la maquinaria y herramienta necesaria para fabricar determinadas mercancías. Debe contratar la fuerza de trabajo de trabajadores, bajo la forma de trabajo asalariado, para producir. El resultado serán mercancías con un valor agregado, que su poseedor realizará hasta venderlas, con lo que iniciará nuevamente el ciclo de la circulación.

    1.1.9. A manera de resumen: Las funciones del dinero

    El dinero es el equivalente de todos los bienes y servicios de una colectividad. Por su aspecto externo puede ser moneda cuando es de metal, o billete cuando es de papel o polímero. Tiene cuatro funciones: como instrumento de cambio, como medida de valor, como instrumento de capitalización y de movilización de valor, y como instrumento de liberación de deudas y obligaciones. ³²

    En este punto, mis escasos lectores deben notar ya que a cada función del dinero, corresponde una determinación formal, o aspecto externo diferente. Válgase el siguiente esquema (gráfico 2):

    Gráfico 2:

    1. VENTA: M-D

    Es el inicio de la circulación simple de las mercancías, que hemos simbolizado como M-D: se vende una mercancía (M), y se obtiene dinero (D) en una cantidad equivalente al valor de la mercancía. Mientras la mercancía permanece en manos del vendedor, el dinero sólo funciona como dinero de cuenta, en el precio. Al venderse la mercancía, se realiza el precio de la mercancía, y el dinero funciona como medio de compra, o medio de circulación.

    2. COMPRA: D-M

    Es el segundo paso de la circulación simple de las mercancías, que hemos simbolizado como D-M: Con el dinero obtenido de la venta (D), se compran mercancías (M). Mientras el dinero permanece en manos del vendedor, el dinero existe en cuanto tal, es decir, como equivalente general de todas las mercancías. Mientras permanece, digamos, en los bolsillos del vendedor, está disponible para ser gastado en distintas compras para adquirir sus medios de vida; en este caso, toma existencia como medio de compra y el vendedor se convertiría en comprador. Pero, si el vendedor no gasta todo, esto es, si no convierte su dinero en medio de compra, y lo retira de la circulación, forma un tesoro, y se convierte en atesorador.

    3. PAGOS DE MERCANCÍAS A CRÉDITO: D-M

    Es un paso intermedio de la compra, o D-M. El comprador compra mercancías a crédito, de manera que la mercancía (M), al ser entregada al comprador, sale de la circulación y es consumida; mientras que el dinero (D) entra en la circulación tiempo después, como dinero de pago. Mientras tanto, el dinero sólo existe como medida de los precios de las mercancías en los contratos de crédito; aquí es donde entran en acción las UDIs; y en tanto la mercancía entregada a crédito se retira de la circulación y deja de existir, el dinero que entra a la circulación como medio de pago, existe ahora, en la propia circulación, como tesoro, o riqueza propiamente dicha. El proceso de la circulación permite que el dinero forme depósitos, que quedan disponibles para realizar estos pagos.

    4. ACUMULACIÓN DE RIQUEZA

    El dinero que se ha retirado de la circulación, y se ha atesorado o reunido como medio de pago, forman un cúmulo de riqueza social. De una parte de esta riqueza disponen los propietarios de los medios de producción para convertirla en capital.

    5. COMPRA: Inversión en capital fijo y en capital variable (D-M)

    En este paso del proceso, el dinero se convierte en capital. El dinero acumulado como riqueza en el ciclo de la circulación simple (M-D-M), se invierte en la compra de materia prima y de bienes de capital, esto es, maquinaria y equipo; también se adelanta como salario en la compra de fuerza de trabajo. En virtud de que toda compra es un consumo, pero en virtud, también, de que este consumo permite la producción, se trata, entonces, de un consumo productivo.

    6. PRODUCCIÓN: Consumo productivo (M-M’)

    Por medio de ésta, las materias primas son transformadas en nuevas mercancías, las cuales contienen ahora mayor valor que las materias primas con las que se inició el proceso de producción. Esto es, el dinero adelantado como capital, se consumió en la compra de mercancías, que por intermediación del trabajo vivo, son útiles para la producción de mercancías con valor agregado.

    7. VENTA (M’-D’)

    Las mercancías producidas se lanzan nuevamente al mercado, y con ello, reingresan a la circulación (M-D-M). Sin embargo, en cuanto portadoras de un valor agregado, estas mercancías, al realizar sus precios, realizarán un plusvalor, es decir, dinero incrementado, que constituirá nuevos fondos de riqueza aptos para reiniciar el proceso. En los pasos 5, 6 y 7, el dinero funciona como capital, y el ciclo de su generación lo hemos simbolizado como D-M-D’. En el presente estudio nos limitaremos al estudio de los pasos 1 al 4, en virtud de que las UDIs tienen existencia sólo en el proceso de la circulación simple (M-D-M).

    Gráfico 2. Circulación monetaria

    Fuente: Elaboración propia.

    1.1.10. Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC)

    Un índice es un indicio o señal de algo. Puede tratarse de la expresión numérica de la relación entre dos cantidades.³³ El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), tiene como objetivo medir la evolución en el tiempo del nivel general de precios de los bienes y servicios que consumen los hogares urbanos del país, y se publica quincenalmente en el Diario Oficial de la Federación (D.O.F.).

    "La precisión de un índice de precios al consumidor depende de dos cualidades fundamentales que son su representatividad y su comparabilidad en el tiempo. La representatividad se logra en la medida que la canasta de bienes y servicios que se utiliza para dar seguimiento a los precios, refleje los patrones de consumo de los hogares. La comparabilidad temporal requiere que la medición en la evolución de los precios se realice respecto a un punto o periodo base en el tiempo, es decir, cuál ha sido el cambio en el nivel de precios respecto de los que se tenían en una fecha,

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1