Reivindicando a María Magdalena

Por Rolando José Olivo

A lo largo de la historia, mucho se ha especulado sobre María Magdalena y se han planteado extrañas teorías que la mencionan como la compañera sentimental de Jesús. No obstante, existe muy poca información escrita confiable sobre ella, quien valientemente acompañó al Señor durante sus momentos más difíciles (crucifixión, muerte y sepultura).

Por una parte, indudablemente, María Magdalena es la primera persona que vio a Jesús resucitado, lo cual la convirtió en la principal testigo, interlocutora y hasta mediadora del Señor, e incluso este fenómeno le otorgó poder y autoridad sobre los apóstoles.

Cabe destacar que Jesús resucitado prefirió aparecérsele primero a ella que a los demás discípulos, quienes estaban enfrascados en sus luchas de poder por el liderazgo de la Iglesia. Magistralmente, el Maestro ratificó su posición de: a) defensa de los derechos humanos, b) reconocimiento de instituciones, leyes y méritos, c) dignificación del trabajo, y d) no endiosamiento de los seres humanos.

Y por la otra, en una época en la cual las mujeres eran marginadas y ni siquiera podían presentar su testimonio en los tribunales, esta primera aparición fue un gran problema para los seguidores de Jesús, siendo esto un motivo de vergüenza en una cultura patriarcal y machista. En ese sentido, los discípulos optaron por minimizar o negar este hecho (los evangelistas Mateo y Lucas no nombran a María Magdalena como primer testigo de la resurrección, y Pablo desconoció este suceso en su carta a los corintios, indicando que Jesús se le apareció primero a Pedro).

Además, María Magdalena (una de las mejores discípulas del Señor, y tal vez la líder del grupo de mujeres que financiaron su movimiento) fue menospreciada por ser mujer, y también envidiada por su posición económica y sus méritos, siendo víctima de una campaña de difamación en su contra, la cual la asoció injustamente con una adúltera y gran pecadora.

Aunque hubo rectificaciones de la Iglesia Católica en los años 1969 y 2016, y María Magdalena es santa con el mismo grado que los otros apóstoles, todavía persisten los prejuicios y una falsa imagen negativa sobre ella.

• Idioma: Español
• Editorial: Rolando José Olivo
• Fecha de lanzamiento: 16 feb 2020
• ISBN: 9780463751206

Rolando José Olivo

[e-mail] Instagram: @rolandojolivo Systems Engineer with 3 postgraduate degrees: Master's Degree in Applied Economics, Diploma in General Management and Specialization in Management of Social Programs (Summa Cum Laude). Work experience in companies in the oil sector, occupying these positions: Planning and Logistics Manager, Project Coordinator, Financial Advisor and Consultant. Consultant in the economic and financial area. Writer of books on economics, management, self-help, novels and Christianity, among others.

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I. INTRODUCCIÓN

En esta obra literaria se analiza quién es María Magdalena, un personaje enigmático, tanto por la poca información escrita confiable que hay sobre ella, como por las teorías especulativas sobre su persona. En ese sentido, los siguientes capítulos de este texto son:

1. La historia de María Magdalena.

2. María Magdalena en los Evangelios canónicos.

3. María Magdalena en los evangelios apócrifos.

4. María Magdalena en la tradición católica.

5. María Magdalena y el Evangelio de Juan.

6. La relevancia del legado de María Magdalena.

7. La reivindicación de María Magdalena.

Ciertamente, María Magdalena es ampliamente conocida por ser testigo de la crucifixión, muerte, sepultura y resurrección del Señor.

Incluso, ella fue muy valiente y audaz, enfrentó un dolor inconcebible por la pérdida del Maestro, y también fue capaz de superar su sufrimiento para visitar la tumba de Jesús, con el propósito de venerar su cuerpo, dándole fiel cumplimiento a las tradiciones judías.

Estas actitudes resilientes y el reconocimiento del Señor le concedieron el extraordinario privilegio de ser el primer ser humano que vio a Jesús resucitado, pasando a ser su principal testigo, interlocutora válida y mediadora. Obviamente, este hecho sobrenatural le dio poder y autoridad sobre los demás discípulos, y la convirtió en el Apóstol de los apóstoles.

Sin embargo, María Magdalena vivió en una época en la cual las mujeres eran sumamente marginadas, y ni siquiera podían ser testigos en los tribunales. Ella fue menospreciada por ser mujer, y también envidiada por su posición económica y sus méritos, siendo víctima de una campaña de difamación en su contra (iniciada por los primeros cristianos y continuada por la Iglesia Católica), la cual la asoció injustamente con una adúltera y gran pecadora. Así mismo, se sospecha que los relatos de la resurrección, presentes en los Evangelios canónicos, fueron redactados de manera de minimizar u omitir la primera aparición de Jesús resucitado.

Al respecto, los evangelistas Mateo y Lucas no nombran a María Magdalena como primer testigo de la resurrección, y además, Pablo desconoció este hecho en su carta a los corintios, indicando que Jesús se le apareció primero a Pedro.

Adicionalmente, a pesar que ella cumplió con todos los criterios para ser nombrada apóstol y tampoco hubo razones para expulsarla del