EL CAMINO DE LA DIOSA
Cada año, más de 300.000 personas peregrinan hasta Santiago de Compostela, donde la tradición cristiana asegura que está enterrado el Apóstol. Se trata del tercer destino de peregrinación en importancia del catolicismo, después de Tierra Santa y el Vaticano. La mayoría sigue la ruta este-oeste, el camino del Sol y de la Vía Láctea, un itinerario que hunde sus raíces en numerosos caminos mucho más antiguos. Y es que el cristianismo adoptó como suyo este sendero ancestral, transformando las antiguas deidades en santos y vírgenes, adaptando sus símbolos y ocultando sus ritos.
Ese antiguo recorrido estaba marcado por deidades femeninas que representaban la madre tierra, la fertilidad y otros muchos atributos de las grandes diosas de la Antigüedad. Hace más de mil años que el cristianismo se ha apoderado de este ancestral camino, pero aún hoy en día no son pocos los peregrinos que, una vez que llegan a Compostela, continúan su recorrido hasta Finisterre o Muxía, como hace miles de años. Casi todos llevan en su cuello los símbolos de la diosa y cumplen con ritos que son propios de las deidades femeninas más antiguas de la humanidad. Pero vayamos por partes…
No pocos estudiosos defienden el origen pagano del Camino de Santiago. Y no es solo que muchos de los senderos que hoy pisan los peregrinos que van a Compostela estén construidos sobre las vías que hicieron los romanos hace más de 2.000 años, que a su vez fueron realizadas sobre otras más antiguas. Es que numerosos pueblos antes que ellos también utilizaban este recorrido para encontrarse con sus propios mitos.
LA SENDA HACIA EL PARAÍSO ANCESTRAL
Rafael Lema lleva décadas estudiando los orígenes del Camino de Santiago y es autor del libro (EDAF, 2007) y, más recientemente, ha publicado en italiano . En su opinión, existen muchas evidencias de que este itinerario era utilizado por los antiguos pueblos de Europa: «Tenemos muchos datos de caminos anteriores a Santiago que hablan de ese recorrido este-oeste. El más próximo es el de los romanos, un camino que iba de Éfeso a Lugo, pero también había uno fenicio, un camino de Heracles, el de los suevos, celtas y arios». Lema defiende que los antiguos cami- nos sobre los que se sustenta el actual itinerario de peregrinación hunden sus raíces en la mitología de
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