SECRETOS MEDIEVALES
Se ha novelado hasta la saciedad acerca del Camino de Santiago y de los primeros peregrinos. El flujo de peregrinos que lo recorren no ha parado desde la Edad Media, siendo una de las pocas actividades que el hombre actual comparte con el del medievo, aunque la experiencia haya cambiado mucho. Antes de la llegada de la pandemia en 2020, la recorrían alrededor de 300.000 personas cada año.
La Vita Nuova de Dante y las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio revelan que entre el siglo XI y el XV los peregrinos hacían el Camino por tres motivos: por pura y simple voluntad, por cumplir un voto ante Dios o por penitencia. A estas razones habría que sumarles los castigos judiciales que imponían los jueces a algunos condenados. En este sentido, el historiador Jaime Nuño apunta en el libro Peregrinar a Compostela en la Edad Media que “el condenado podía viajar custodiado, encadenado y hasta desnudo como escarnio público ”. Para muchos, pues, la peregrinación no era la ocasión gozosa ni la aventura que podemos imaginar y, más que una oportunidad para enmendar los errores, suponía la ocasión perfecta para poder pecar.
REYES, ABADES Y POBRES
La custodia de los huesos del apóstol en Galicia supuso el fortalecimiento de la hegemonía eclesiástica de Roma frente a los infieles musulmanes, la destrucción de cualquier culto pagano de la península y la reconquista territorial
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos