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Lecturas de psicología y política: Crisis política y daño psicológico
Lecturas de psicología y política: Crisis política y daño psicológico
Lecturas de psicología y política: Crisis política y daño psicológico
Libro electrónico494 páginas6 horas

Lecturas de psicología y política: Crisis política y daño psicológico

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La primera edición de este libro fue realizada en 1982, sin pie de imprenta, en Santiago de Chile y fue declarada como publicada en México por un colectivo chileno de trabajo psicosocial, para evitar la censura y represalias. En él se reúnen los trabajos presentados en un seminario convocado en Punta de Tralca, en abril de 1980 por la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC) con la colaboración de la Vicaría de la Solidaridad. El propósito de esa reunión realizada durante cinco días, fue compartir las experiencias de trabajo asistencial, médico, psicológico y social que se efectuaba en Chile y fuera del país para asistir a las víctimas de violaciones de derechos humanos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 feb 2017
ISBN9789563570854
Lecturas de psicología y política: Crisis política y daño psicológico

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    Lecturas de psicología y política - Elizabeth Lira

    Lecturas de psicología y política

    Crisis política y daño psicológico

    Colectivo chileno de trabajo psicosocial – Edición de Elizabeth Lira

    Ediciones Universidad Alberto Hurtado

    Alameda 1869– Santiago de Chile

    mgarciam@uahurtado.cl – 56-228897726

    www.uahurtado.cl

    ISBN libro impreso 978-956-357-085-4

    ISBN libro digital 978-956-357-086-1

    Registro de propiedad intelectual Nº 273363

    La primera edición de este libro fue realizada en 1982, sin pie de imprenta, en Santiago de Chile y fue declarada como publicada en México por un colectivo chileno de trabajo psicosocial, para evitar la censura y represalias.

    Esta publicación es patrocinada por el Programa Memoria y Derechos Humanos de la Universidad Alberto Hurtado, programa interfacultades creado en 2016 para la colaboración en la investigación interdisciplinaria sobre la memoria de las actuaciones en la defensa de los derechos humanos de miles de personas.

    Este libro fue sometido al sistema de referato ciego

    Dirección Colección Psicología

    Elizabeth Lira

    Dirección editorial

    Alejandra Stevenson Valdés

    Editora ejecutiva

    Beatriz García-Huidobro M.

    Diseño de la colección, portada y diagramación interior: Francisca Toral R.

    Imagen de portada

    Fotografía de Lotty Rosenfel – Se agradece la generosa autorización de la artista

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    Con las debidas licencias. Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.

    ÍNDICE

    Presentación a la edición 2016

    Presentación

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo I

    Marco económico, político y legal de la represión en Chile

    Las raíces y condicionamientos económicos del autoritarismo en Chile

    Represión y normativa jurídico institucional en Chile septiembre 1973 - abril 1980

    Trabajo social, una experiencia solidaria en la promoción y defensa de los derechos humanos

    Algunas consideraciones sobre la represión en provincias y fuera de las grandes ciudades

    Capítulo II

    Represión política y daño psicológico

    La represión política, sus métodos y su impacto psicológico masivo

    La carrera moral del prisionero político latinoamericano.

    Psicopatología de la represión y la tortura

    Entre adentro y afuera: la instancia tiránica

    Daño psicológico de la represión política en el individuo

    Trabajo social, una experiencia solidaria en la promocion y defensa de los derechos humanos de detenidos-desaparecidos

    Represion y salud mental

    Una experiencia clínica con menores afectados por la situación de represión

    Niños del Uruguay en el exilio. Experiencia clínica

    El mundo relacional de la pareja y de la familia en exilio

    Los niños y las experiencias de pérdida en el marco de la represión política chilena

    Capítulo III

    Crisis política y daño psicológico

    Mecanismos de defensa en situaciones límite. Represión útil

    Algunas reflexiones en torno a las respuestas de los individuos en una situación de crisis política

    Juntos lograremos amanecer

    Represión y daño psicológico. Respuesta subjetiva frente a la ruptura de un proyecto político

    La ideología autoritaria como forma de represión: repercusiones en la salud mental

    Salud mental, cultura alternativa y proceso de cambio

    Capítulo IV

    Intervenciones terapéuticas frente al daño psicológico

    Salud mental y exilio político: la búsqueda de una terapia liberadora

    La reconstrucción del sí mismo traumatizado por la tortura.

    El proceso terapéutico

    Un enfoque psicoterapéutico. Análisis de la historia de un paciente, de su daño y de su recuperación

    El testimonio de experiencias políticas traumáticas como instrumento terapéutico

    Algunas reflexiones en torno al tema intervenciones terapéuticas

    Notas acerca del daño psicológico de la represión y la tortura en presos políticos chilenos

    Pedro o la demolición: una mirada psicoanalítica sobre la tortura

    Ensayo de investigación por una solidaridad constructiva con los exiliados

    Apéndice

    Artículos relacionados

    Notas sobre la vida cotidiana en un orden autoritario

    Declaración

    Presentación a la edición 2016

    Este libro reúne los trabajos presentados en un seminario convocado en Punta de Tralca, en abril de 1980 por la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC). El propósito de la reunión realizada durante cinco días fue compartir las experiencias de trabajo asistencial, médico, psicológico, y social que se realizaba en Chile y fuera del país para asistir a las víctimas de violaciones de derechos humanos. En la reunión participaron algo más de 50 personas, profesionales que trabajaban en la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago, del Programa Médico Psiquiátrico de FASIC, algunos de ellos colaboradores e invitados internacionales. Todos los profesionales se reunieron cada día a trabajar sobre los temas propuestos y a conversar y compartir, para luego concluir con una declaración que daba cuenta de los intereses y preocupaciones de quienes participaron.

    Habían transcurrido siete años de dictadura. El diseño del programa de la reunión tuvo en consideración la necesidad de comprender el contexto político y económico en el que se desarrollaba el trabajo de asistencia a las víctimas. La institucionalización del régimen militar no hacía pensar que la dictadura se prolongaría por diez años más, pero cualquiera fuera su duración, cada día había nuevas y crecientes demandas de atención por parte de personas y familias que padecían situaciones penosas y complejas que, muchas veces, excedían los conocimientos y experiencias de los equipos de profesionales de los organismos de derechos humanos. Por ello parecía muy necesario identificar las consecuencias de esa represión política sobre miles de personas y conocer mejor las dificultades, las posibilidades y las modalidades de atención implementadas. Una visión de conjunto del trabajo en desarrollo y los aprendizajes recíprocos fueron algunos de los grandes logros de la reunión.

    Aunque no se subrayara en los textos, el contexto político incidía sobre las condiciones del trabajo y sobre los equipos profesionales. Trabajar bajo condiciones de amenaza en ese período por el hecho de proporcionar asistencia integral a las víctimas era un dato constante, pero se asumía implícitamente que los espacios laborales generados al amparo de las iglesias eran seguros. Los hechos posteriores erosionarían esas confianzas y mostrarían la vulnerabilidad del trabajo y especialmente de las personas. José Manuel Parada, sociólogo, quien trabajaba en la Vicaría de la Solidaridad y es uno de los autores de este libro, fue degollado junto a otros dos profesionales comunistas, cuyos cuerpos aparecieron en un sitio baldío cercano al aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago a fines de marzo de 1985. Otros autores habían sido detenidos y torturados. Algunos habían sido trasladados por meses a vivir en lugares remotos y otros fueron encarcelados. Algunos estuvieron años en el exilio. El riesgo para todos no terminó sino con el fin de la dictadura.

    En la casa de ejercicios de Punta de Tralca, a orillas del mar, estaba también la casa del cardenal Raúl Silva Henríquez. Era un lugar seguro para pensar sobre el trabajo cotidiano que incluía no solo a las víctimas sino a todos los que trabajaban en los organismos de derechos humanos. La discusión fue grabada y transcrita y se integró a los textos presentados. La edición final se hizo con las y los autores durante 1980 y parte de 1981. Los profesionales nacionales usaron pseudónimos o las iniciales de sus nombres en un orden distinto. Las condiciones políticas de la época hicieron aconsejable tomar estas medidas para preservar las identidades de todos, a pesar de que algunos (pero no todos) no tenían dificultad en ser identificados o de identificar sus instituciones. Los invitados internacionales usaron sus propios nombres.

    Prologó el libro la psicoanalista Marie Langer (1910-1987). Nacida en Austria de familia judía, emigró a Argentina a inicios de la década de 1940 y contribuyó a la fundación de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Formó parte del Grupo Plataforma, criticando a las instituciones psicoanalíticas oficiales por sus prácticas autoritarias y su desvinculación de los problemas sociales y políticos del país. Debió exilarse a México. Dedicó sus esfuerzos a la solidaridad con los refugiados y exiliados políticos del Cono Sur y Centroamérica, especialmente de Nicaragua. Murió en Buenos Aires en 1987. Tenía una relación de gran aprecio por el trabajo profesional del Programa Médico Psiquiátrico de FASIC y por eso accedió a prologar el libro.

    Excede el propósito de esta reedición identificar la trayectoria de cada uno de los participantes hasta el presente. Sus escritos hablan por ellos, tanto de sus preocupaciones como de sus responsabilidades sociales. Precisamente porque este trabajo no podía ser reclamado legalmente sino por sus autores, esta reedición incluye el listado de los nombres reales de quienes escribieron, aunque no se identifica la autoría en cada texto. Algunos de ellos ya no están entre nosotros, pero su trabajo fue muy importante para sus familias y para las vidas de otros, especialmente de las víctimas, así como para la sociedad a la que contribuyeron con sus reflexiones y su trabajo.

    Los autores del libro Lecturas de psicología y política, según el orden de los artículos, son los siguientes:

    Humberto Vega, ingeniero comercial, economista. Director del Programa de Economía del Trabajo. Academia de Humanismo Cristiano.

    Gustavo Villalobos, abogado. Departamento Jurídico. Vicaría de la Solidaridad.

    Victoria Baeza, asistente social, Departamento Jurídico, Vicaría de la Solidaridad.

    Norma Muñoz, asistente social, Departamento Jurídico, Vicaría de la Solidaridad.

    María Luisa Sepúlveda, asistente social, Departamento Jurídico, Vicaría de la Solidaridad.

    Ximena Taibo, asistente social, Departamento Jurídico, Vicaría de la Solidaridad.

    José Manuel Parada, sociólogo, Vicaría de la Solidaridad.

    Mario Insunza, médico psiquiatra, Vicaría de la Solidaridad.

    Jorge Barudy, médico psiquiatra chileno, Colat, Bélgica¹.

    Darío Páez, psicólogo chileno, Colat, Bélgica.

    Johanna Martens, psicóloga belga, Colat, Bélgica.

    Marcelo Viñar, psicoanalista uruguayo en el exilio, Francia.

    Elizabeth Lira, psicóloga, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    María Angélica Monréal, médico psiquiatra, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Ivette Claudet, médico psiquiatra, colaboradora de FASIC.

    Juana Kovalskys, psicóloga, colaboradora de FASIC.

    Maren Viñar, psicoanalista, chilena- uruaguaya, en el exilio, Francia.

    Rosario Domínguez, psicóloga, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Adriana Maggi, psicóloga, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Eliana Corona, médico psiquiatra y psicoanalista, colaboradora de FASIC.

    Berta Bravo, psicóloga, Vicaría de la Solidaridad.

    Sergio Lucero, psicólogo, Vicaría de la Solidaridad.

    Juan Carlos Carrasco, psicólogo, uruguayo en el exilio, Holanda.

    Fanny Pollarolo, médico psiquiatra, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Eugenia Weinstein, psicóloga, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Alejandro Gómez, médico psiquiatra, colaborador de FASIC.

    Luis Weinstein, médico psiquiatra, colaborador de FASIC.

    Elena Gómez, médico psiquiatra, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Eliana Morales, asistente social psiquiátrica Programa Médico Psiquiátrico, FASIC

    Sofía Salamovich, médico psiquiatra, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Janina Galler, médico psiquiatra y psicoanalista, norteamericana.

    En la reunión de abril de 1980 la mayoría de los autores estuvieron presentes incluyendo a Marcelo Viñar, Maren Viñar, Janina Galler, Johanna Martens. Otros autores enviaron sus trabajos: Jorge Barudy, Darío Páez y Juan Carlos Carrasco. Asistieron también otros invitados, todos ellos eran profesionales relacionados con los temas de derechos humanos. En los documentos de la bibliografía se incluyen también documentos escritos bajo pseudónimo y otros que figuran con los nombres de los autores. Participaron también en los documentos institucionales Norma Rojas, asistente social Programa Médico Psiquiátrico, FASIC; Eliana Ortiz, asistente social Programa Médico Psiquiátrico, FASIC; Adriana Maggi, psicóloga Programa Médico Psiquiátrico, FASIC. María Eugenia Rojas, Programa Médico Psiquiátrico, FASIC; María Rosa Verdejo Programa Médico Psiquiátrico, FASIC.

    Esta publicación es una reedición no idéntica de la publicación original en el sentido de que se publica en un volumen y no en dos; la diagramación sigue los lineamientos de las publicaciones de Ediciones Universidad Alberto Hurtado y se agregaron algunas notas explicativas.

    La Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado espera contribuir al patrimonio del conocimiento y la memoria de Chile, tanto en relación con la historia nacional como con la historia de la Psicología, al recuperar esta obra y procurar su reedición ya que este libro, que fuera publicado clandestinamente en dos tomos entre 1982 y 1983, ya no es accesible.

    Patrocina esta publicación, el Programa Memoria y Derechos Humanos de la Universidad Alberto Hurtado, un programa interfacultades creado en 2016 para la colaboración en la investigación interdisciplinaria sobre la memoria de las actuaciones en la defensa de los derechos humanos de miles de personas. Forman parte de este programa la Facultad de Ciencias Sociales, Derecho, Psicología, y la Facultad de Filosofía y Humanidades.

    Las y los autores se han sumado a esta iniciativa, la Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad y la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC) así como la editorial de la Universidad Alberto Hurtado nos complacemos en ofrecer esta publicación como un ejercicio de memoria y por tanto como una contribución a la memoria de Chile.

    Elizabeth Lira

    Decana Facultad de Psicología

    Universidad Alberto Hurtado

    Septiembre, 2016


    ¹ Se menciona la nacionalidad de quienes no son chilenos y de los chilenos en el exilio. Los demás son todos chilenos residiendo en Chile.

    Presentación

    En abril de 1980 se realizó en Chile un seminario convocado por profesionales de la salud mental y patrocinado por organismos de Alemania y Holanda, que han desarrollado programas de asistencia humanitaria y de derechos humanos en América Latina. En la reunión se presentaron distintos trabajos y se produjo un fructífero intercambio en torno a la relación entre crisis política, violencia represiva y daño psicológico, con el fin de buscar conjuntamente los caminos más eficaces para la reparación del sufrimiento padecido y sus consecuencias.

    Los trabajos aquí reunidos muestran un conjunto de experiencias y reflexiones desarrolladas en su mayoría en Chile, algunas en Uruguay y otras en el exilio. Por razones obvias los autores que residen en Chile no son debidamente identificados.

    La edición de este material ha sido preparada en Chile por el Colectivo Chileno de Trabajo Psicosocial y publicada en México por el Departamento de Comunicaciones y Educación, Carrera de Psicología, U.A.M., Xochimilco.

    Lecturas de psicología

    y política

    Crisis política y daño psicológico

    Prólogo

    Un grupo de trabajadores de la salud mental y otras disciplinas afines, chilenos y especialistas de otros países, se reunió en Chile con el fin de analizar la relación entre crisis política, violencia represiva y daño psicológico. El propósito de este encuentro fue avanzar en la formulación de respuestas a los problemas de la salud mental generados por la represión política. He transcrito el primer párrafo de la declaración con la cual termina este valioso tomo, dedicado a crisis política y daño psicológico.

    El encuentro se realizó en Santiago en 1980¹. El libro que lo relata y resume se divide en cuatro partes, definiendo primero el marco económico político y legal de la represión en Chile. Lo demás se centra en el análisis del daño psicológico sufrido por la represión. Nos habla del torturado, de los huérfanos y las viudas de ejecutados y desaparecidos, del terror que sufre toda la población, como la pérdida del proyecto vital, del hambre y de la desocupación. También que el exilio no cura, sino abre nuevas heridas junto con las secuelas que llevan consigo los torturados que hay que atender.

    Nosotros aquí en México y sin trabas, hemos trabajado en el mismo terreno con respecto a la Argentina. Trabajadores de Salud Mental argentinos en México y actualmente ampliada a latinoamericanos, tiene como eje de su actividad la asistencia a argentinos exiliados, como a otros latinoamericanos, como también la denuncia de los atropellos de la dictadura argentina a los derechos humanos y la investigación de los daños psicológicos provocados por ellos. Por eso puedo valorar adecuadamente el esfuerzo y logro de los compañeros chilenos en el exilio. Nunca pudimos crear algo tan bien organizado como el Colat. Es cierto, nos sirve de excusa que carecemos de subsidios de cualquier clase. Pero lo que más admiro es que los compañeros, dentro del país, hayan logrado organizar una amplia asistencia, como su valentía de haber realizado este simposium en el mismo Santiago.

    Por mi respeto a los compañeros –conocí muchos de ellos en una breve estadía en el Chile optimista y entusiasta del pasado– y por el interés que me despierta el tema, como por la utilidad de sus investigaciones para todos nosotros embarcados en la misma tarea en muchas partes del mundo, me da gusto y honor prologar este libro.

    En el libro se describen las vicisitudes de la atención al torturado, al exiliado latinoamericano, la que es una tarea aquí en México también. Nosotros, como los compañeros chilenos, nos vemos enfrentados a la necesidad de descongelar duelos, los duelos enquistados que no dejan vivir. También de disolver la culpa, inconsciente a menudo, pero abrumadora por haber sobrevivido y por estar en condición material de gozar de la vida, dejando atrás en la patria, los muertos, los presos y los desaparecidos. También nosotros trabajamos por la necesidad de rehacer un proyecto vital, ya que sin este la vida a menudo carece de sentido.

    Frente a un planteo teórico en común, entre otros, propondría, para poder comprender el diferente grado de resistencia frente al intento de los carceleros, de lograr la destrucción del preso, la inclusión de las series complementarias de Freud, del factor ideológico-político.

    Aprendí mucho de la lectura de este libro. Por ejemplo, del análisis lúcido y frío de la locura de los militares. O cómo logran estos deshumanizar a los futuros torturadores. También cómo pueden trabajar juntos psicólogos, psicoanalistas y psiquiatras de las más diversas escuelas, pero unidos por la misma meta, la rehabilitación de las víctimas.

    La lectura de este libro no es fácil. No es fácil, por ejemplo, leer sobre la tortura sexual. Pero sería más difícil aun si no fuera que cada descripción, más allá de ser denuncia, es reflexiva y está dedicada a ofrecer una línea para la rehabilitación. En este tema nos señalan que hay que tener en cuenta la ideología machista del hombre del Cono Sur. Como él aprendió desde pequeño que siempre debe ser activo, al ser obligado a la pasividad sexual, sea en la violación por un carcelero, sea en la tortura ejercida por una mujer, teme haber perdido su estatus sexual. Su pasividad obligada lo transforma, en sus fantasías, en mujer y será tarea importante de la terapia lograr que recupere su potencia y autoestima. Pero no es solamente la reflexión que nos permite, leer sin bajar la cortina sobre tantos horrores, sino también la profunda empatía de los autores con el perseguido y, en algunos escritos, su formulación poética. De una publicación anterior ya conocí la historia conmovedora de Daniela, paciente pasajera de Marcelo Viñar. Creo que nunca podré olvidar la belleza de su fuga alucinada, ni la pureza del cofrecito en el cual guardaba los nombres de sus compañeros.

    Lo mismo sentí frente al trabajo que la chilena Maren Viñar realiza con los niños uruguayos en el exilio. Ella sabe también transmitirnos el sufrimiento de estos niños. Mucho se aprende de la hora de juego de la pequeña Laura. Concuerdo, además, totalmente con su criterio de que las madres tienen que aprender a hablar claramente con su niño, hijo de preso o desaparecido, para sacarlo de la confusión a través de la información suficiente y veraz por parte de los adultos, en que ellos se reconozcan no solo como víctimas, sino también se recuperen como actores de proceso.

    Que seamos chilenos, uruguayos o argentinos dedicados a nuestra tarea no importa. Somos solidarios en nuestra lucha en contra de las dictaduras militares que gobiernan nuestros países y en nuestro afán por ayudar en la rehabilitación psicológica de sus víctimas. Y esta solidaridad es importante, porque sin ella, sino compartiéramos esta meta en común con nuestros pacientes, ni podríamos comprenderlos, ni serles verdaderamente útil. Eso cambia el encuadre. Como sostienen los terapeutas de Colat, este encuadre es, a este nivel, simétrico. Sí, carece de la neutralidad del terapeuta, exigida en los escritos tradicionales, quien por ser neutral, de hecho, se transforma en el defensor del statu quo. Nosotros tenemos plena conciencia que junto con la labor terapéutica realizamos una labor política que equivale a una tarea de salud mental.

    L. de Chile destaca eso en su aportación sobre Salud Mental. Nos habla de una visión que integra la lucha contra la represión política, el modelo económico y las deformaciones culturales, con la apertura a la creación de espacios para el desarrollo de una cultura de participación e igualdad, con la lucha por los cambios sociales. El espacio creado por el seminario ha sido prueba valiosísima de estas posibilidades.

    Quisiera referirme, uno por uno, a todos los aportes, porque todos son sumamente valiosos para los que trabajamos en Salud Mental con estos pacientes, víctimas de las dictaduras militares. Igualmente, el espacio no lo permite y, de hecho, este libro no necesita de introductor: se hace valer totalmente por sí mismo. A mí me queda solamente, agradecer el haber podido prologarlo.

    Marie Langer

    México 1982


    ¹ La reunión se realizó en Punta de Tralca, localidad costera de la región de Valparaíso. La información fue deliberamente errónea. Nota edición 2016.

    Introducción

    El desafío fundamental ligado al análisis del daño psicológico, a causa de la represión política, nos conduce a reflexionar acerca del porqué de este tema de estudio e investigación. ¿Qué significa para nosotros tomar la violencia como tema de reflexión? La tortura es un tema que nos impone el poder vigente. La violencia se encuentra en la encrucijada: entre las estructuras del poder vigente y los procesos de liberación. Esta perspectiva es la que da sentido a la reflexión que necesitamos hacer.

    Se da un nivel primario e ingenuo que no hay que olvidar: es necesario superar el horror que se nos produce desde nuestra posición de humanistas, respecto a este objeto de estudio para ensayar una posición de rigor científico y de reflexión.

    Constituye una falsa oposición plantear si los temas que tratamos merecen o requieren un análisis ideológico, o un análisis político, o si lo que requieren es un análisis científico. Falsa oposición porque cada postura y cada enfoque tiene sus aportes y sus insuficiencias. Usando una frase de un pensador que está prohibido, yo repito aquello de que solo se transforma aquello que se conoce.

    La articulación interdisciplinaria es otro problema. Gente de distinta procedencia y pertenencia profesional: economistas, abogados, sociólogos, salubristas, psicólogos, psiquiatras, psicoanalistas, asistentes sociales, concurren a esta reflexión. Esto siempre abre posibilidades y riesgos. La articulación interdisciplinaria no va a dar una respuesta por sí misma. Implica siempre un esfuerzo comprender el discurso del otro.

    La mayor parte de nosotros comparte un enfoque clínico y quedamos un poco abrumados en nuestra soledad de clínicos porque hay quienes manejan modelos y sistemas que parecen más importantes en cuanto a la dinámica de la realidad. Sin embargo, la lectura en profundidad de la casuística es un abordaje privilegiado e insustituible, y una lectura correcta de esta dimensión puede enriquecer y multidimensionar la complejidad del proceso histórico.

    Fragmentar la realidad es una necesidad metodológica y a nosotros nos toca desarrollar este nivel individual, intrasubjetivo y que es un nivel de comprensión exigible y exigido para lo que pueden ser afanes de comprensión psico-social o macro-social. Una lectura en profundidad de ciertas cosas –esto ya está demostrado por el desarrollo del pensamiento– de ciertas correspondencias, de ciertos isomorfismos estructurales entre la lectura de un individuo y de una sociedad, son aportes que se enriquecen mutuamente, como Lévi Strauss desde la antropología, y Freud desde la clínica, pudieron llegar a ciertas categorías esenciales que enriquecen la comprensión de la dinámica y de la naturaleza del ser humano.

    Marcelo Viñar

    CAPÍTULO I

    Marco económico, político y legal

    de la represión en Chile

    Las raíces y condicionamientos económicos

    del autoritarismo en Chile

    C. H. V.

    Este tema pretende dar a conocer una interpretación de los orígenes, características y consecuencias de la represión en Chile desde una perspectiva económica, privilegiando el enfoque global de los procesos que configuran el marco estructural de este fenómeno en detrimento del análisis pormenorizado de los mismos.

    Supondremos que la represión, como fenómeno permanente y generalizado, consiste en un sistema dirigido a acciones orientadas a la consecución, mediante diversas formas de violencia, de la implantación histórica en un cierto sistema de dominación funcional a un determinado proyecto de sociedad, atropellando el derecho a una vida humana plena de la sociedad en su conjunto o de grupos o individuos de ella.

    Nuestra concepción de represión implica que ella no se explica por sí misma, sino que se origina y genera en función del proyecto de sociedad que se desea implantar y de sus correspondientes sistemas de dominación y de legitimación.

    El hecho de que el éxito y permanencia de un proyecto de sociedad en una situación histórica como la que vivimos en Chile, no solo descansa en el poder material o fuerza de un sistema de dominación, sino que, inevitablemente, busque legitimarse y hacerse hegemónico al nivel de las conciencias y los comportamientos internalizados, permite distinguir, en el análisis de situaciones concretas dos tipos diferentes de acciones represivas, a saber:

    1. Las acciones represivas que buscan eliminar los obstáculos políticos, sociales, económicos y culturales con la finalidad de implantar y consolidar un sistema de dominación puro, es decir, basado únicamente en su fuerza y poder material.

    2. Las acciones represivas que institucionalizan los comportamientos de los grupos, clases e individuos: condicionándolos estructuralmente y legitimándolos mediante un cierto ordenamiento jurídico-legal, de modo que garanticen la perpetuación y desarrollo del proyecto de sociedad y de su correspondiente sistema de dominación, tanto al nivel de la conciencia como de las normas objetivas.

    Cuando predominan en la acción de los gobiernos las acciones represivas orientadas por la pura dominación, diremos que se trata de una fase de represión abierta, donde aquellos que detentan la fuerza no se preocupan mayormente de justificar su uso ni de dar cuenta de él. En el caso que predominan las acciones represivas tendientes a institucionalizar los comportamientos y a legitimar la acción del gobierno mediante ciertos ordenamientos jurídico-legales, entonces diremos que vivimos en una fase de represión institucionalizada.

    La represión abierta está directamente vinculada al sistema de dominación material, a la imposición de las concepciones e intereses de los grupos y clases que la utilizan mediante la fuerza y la agota en la medida que dicho sistema no es cuestionado en el lenguaje del poder material.

    La represión institucionalizada surge cuando el poder material necesita ser también poder social e ideológico. Es la garantía de perpetuación y desarrollo histórico del proyecto en la medida que se le reconozca legitimidad y se lo acepte socialmente como tal.

    En resumen, la represión abierta rompe un sistema político socialmente legitimado y legalmente consolidado e inicia la instauración de un nuevo sistema de dominación. La represión institucionalizada expresa la necesidad social y cultural de un sistema de dominación, de legitimarse.

    En función de las consideraciones anteriores es de fundamental importancia establecer dos cuestiones básicas para nuestro análisis, a saber:

    1. Los procesos históricos que dieron origen a una situación represiva, a la aplicación de un nuevo esquema de dominación y –no necesariamente– de un proyecto de sociedad, que necesitan de la represión para desarrollarse.

    2. En el caso que exista proyecto de sociedad, es básico conocer la naturaleza del mismo para determinar la orientación de la represión, quiénes la aplican y en beneficio de quiénes.

    Como los proyectos no surgen caprichosa y arbitrariamente, sino que aparecen en determinadas condiciones históricas y su naturaleza depende, en gran medida del proceso de su generación, trataremos de explicar el marco económico y social de la represión en función de la crisis del modelo de desarrollo y cambio social con que se caracteriza el período 1930-1973, y, en función de dicha crisis, caracterizar al nuevo proyecto como la negación de dicho modelo. A su vez, el proyecto represivo ha provocado grandes transformaciones en la economía y sociedad chilena, cuyos efectos configuran lo que hemos denominado el marco económico y social de la represión que trataremos de exponer en la parte final de este trabajo, así como las conclusiones de largo plazo en nuestra interpretación.

    Una interpretación de la crisis del modelo de desarrollo y cambio social en Chile: 1930 – 1973

    El 29 de junio de 1929 se desplomó la bolsa de valores en Nueva York inaugurando la crisis más aguda y generalizada experimentada por la crisis capitalista mundial. Esta crisis que significaba desempleo masivo, caída de producción, bajas sustanciales en los ingresos reales de la población de los países desarrollados, hambre y escasez, se extendió a todo el sistema y repercutió con mayor dureza en aquellos países cuyo crecimiento y nivel de vida dependían, en lo sustancial, del comercio exterior. Este era el caso de Chile que fue el más afectado de todos los países latinoamericanos.

    La crisis mundial paralizó la industria salitrera chilena y redujo los ingresos fiscales a la mitad. Entre 1929 y 1932 la producción nacional disminuyó en un 45,8%, la producción agrícola bajo en un 11,7%, la producción industrial se redujo en un 15,6%. La producción minera, que era la principal actividad productiva del país disminuyó en un 69,6%, las actividades económicas del gobierno se redujeron en un 51,5% y, por razones obvias, solo aumentaron los servicios de utilidad pública sus gastos en un 5,1%, porcentaje que da la medida de las posibilidades con que se disponía para enfrenar las consecuencias de la crisis¹.

    El examen de la historia económica y política de los años de la crisis muestra cómo, en medio de los conflictos y trastornos políticos que ocurrieron, se fue produciendo una convergencia entre los intereses de los grupos empresariales, de los grupos medios emergentes, de las Fuerzas Armadas y de ciertos sectores de trabajadores.

    Esta convergencia generó la necesidad de la democracia como sistema político, que actuó como mecanismo de negociación y de búsqueda de consenso para lograr una unidad nacional básica y poder aplicar un nuevo modelo de desarrollo y superar la crisis. El modelo de desarrollo hacia adentro o de industrialización sustitutiva surge como una respuesta necesaria, coherente con los intereses convergentes de los grupos sociales más significativos y compatibles con la democracia política, para recuperar los niveles de producción, empleo e ingresos gravemente deteriorados por la crisis mundial y capaz de iniciar un proceso estable de desarrollo económico.

    El análisis histórico de las cuatro décadas que van entre 1932 y 1973 permite afirmar que el modelo de desarrollo hacia adentro cambió la estructura productiva y la estructura social del país, y fue capaz de proporcionar en los marcos de la democracia política la base material necesaria para la transformación crecientemente acelerada de la sociedad chilena. Esta transformación se realizó mediante la interacción de tres grandes procesos que se condicionaron mutuamente y que pueden ser descritos brevemente en términos de:

    · un proceso de democratización fundamental².

    · un estilo de crecimiento económico hacia adentro.

    · una progresiva expansión y diversificación del rol económico y social del Estado como reflejo del desarrollo del sistema político.

    En el análisis de estos tres procesos y de su interacción pueden encontrarse las raíces de la crisis de 1973 y una explicación de la magnitud y orientación de la represión económica y social de estos últimos años. Esto es lo que trataremos de hacer en las restantes secciones del trabajo.

    Los principales procesos del modelo de transformación de la sociedad chilena

    El proceso de democratización

    La experiencia del proceso de transformación y desarrollo de la sociedad chilena a partir de la crisis mundial, no constituye una historia idílica y armoniosa búsqueda de mejores niveles de vida y bienestar para grupos crecientes; por el contrario, es un período de grandes conflictos, oposición y defensa de intereses, organización de los grupos sociales en función de reivindicaciones concretas y, en muchas ocasiones, represión y violencia de los movimientos de trabajadores y de estudiantes. No obstante estas características, lo que produce de hecho la democratización es la constante ideología de reivindicación igualitaria en los marcos de una democracia representativa³.

    La democratización se manifiesta por un aumento progresivo de las oportunidades políticas, económicas, sociales y culturales para grupos crecientes y mayoritarios de la población. En Chile este proceso posee algunos rasgos peculiares. En primer lugar, el movimiento de ampliación de las oportunidades es vertical, vale decir, se va extendiendo de los grupos de altos ingresos a los grupos medios y a los sectores de obreros pertenecientes a las grandes empresas de infraestructura, de las industrias más modernas y de la minería de exportación. En segundo lugar, la democratización es diferenciadora y relativa en términos de que va incorporando a los beneficios del desarrollo económico a ciertos grupos y excluye a otros, e incluso en aquellos grupos incorporados, los beneficios no se distribuyen equitativamente. En tercer lugar, el proceso es básicamente urbano, aunque en la etapa final (1965-1973) debido al proceso de Reforma Agraria y de organización campesina, se extiende a las zonas rurales, aunque sin abarcar a todos los grupos sociales del agro. En cuarto lugar, el proceso es contradictorio al beneficiar en cada sector productivo y ocupacional a los grupos más organizados correspondientes a los trabajadores de empresas grandes y medianas, postergar a los de las empresas pequeñas y excluir a los trabajadores por cuenta propia y a los grupos marginales del campo y la ciudad.

    Las características del proceso de democratización no impiden que la tendencia global y de largo plazo, en la comparación entre grupos sociales, sea igualitaria y tienda a generalizarse, en la medida en que se expande el rol económico del Estado y, especialmente, el gasto social del Fisco⁴.

    El crecimiento económico

    El

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