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Pasión Y Mentira
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Libro electrónico122 páginas1 hora

Pasión Y Mentira

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Opal Butler se crio en Jamaica corriendo libre por los campos de la plantación de sus padres. Es una joven llena de energía y con una sensualidad innata de la que no se percata pero que a más de uno llama poderosamente la atención. Uno de esos, es Lucas Saint Clare, un hombre conocido por su crueldad con los que trabajaban para él, y por negocios deshonestos.  Él hará hasta lo imposible por hacerla suya, aunque eso signifique raptarla para satisfacer su deseo.

Caleb Duncan, es un capitán, que va rumbo a Jamaica para reclamar lo que es suyo por derecho. Una noche antes de partir, se tropieza con una prostituta que está huyendo de unos hombres que la persiguen. Él le prestará ayuda sin saber que será el comienzo inesperado de un amor apasionado y prohibido, que los llevará por un peligroso camino del cual ninguno de los dos podrá escapar.

IdiomaEspañol
EditorialAmaya Evans
Fecha de lanzamiento15 nov 2019
ISBN9781393671329
Pasión Y Mentira
Autor

Amaya Evans

Amaya Evans es una escritora de género romántico con tintes eróticos. Le encanta hacer novelas con temas contemporáneos, históricos y también suele integrar en sus novelas los viajes en el tiempo, ya que es un tema que siempre le ha apasionado. Ha escrito series contemporáneas como Masajes a Domicilio, que ha gustado mucho tanto a lectores europeos como a lectores americanos. Entre sus novelas históricas de regencia tiene algunos títulos como Amor a Segunda Vista, Me Acuerdo y Corazones Marcados. También entre sus novelas históricas del Oeste Americano ha escrito la serie Novias Del Oeste, que habla sobre el tema de las novias por correo de aquella época, pero incluyendo el viaje en el tiempo. Amaya, adora escribir a cualquier hora y en cualquier lugar y siempre lleva su pequeña libreta de anotaciones por si alguna idea pasa por su mente o si ve algo que la inspira para una nueva novela. Vive feliz con su familia en un pequeño pueblo cerca de la capital, le encanta hacer postres y tiene un huerto que es su orgullo. Estoy casi segura de que si tuviera una casa enorme, tendría 20 gatos y 20 perros, porque odia salir a la calle y ver tantos animalitos sin hogar.

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    5/5
    Aplause me a gustado muchisimo espero leer muchas mas historias como esta

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Pasión Y Mentira - Amaya Evans

SINOPSIS

OPAL BUTLER SE CRIO en Jamaica corriendo libre por los campos de la plantación de sus padres. Es una joven llena de energía y con una sensualidad innata de la que no se percata pero que a más de uno llama poderosamente la atención. Uno de esos, es Lucas Saint Clare, un hombre conocido por su crueldad con los que trabajaban para él, y por negocios deshonestos.  Él hará hasta lo imposible por hacerla suya, aunque eso signifique raptarla para satisfacer su deseo.

Caleb Duncan, es un capitán, que va rumbo a Jamaica para reclamar lo que es suyo por derecho. Una noche antes de partir, se tropieza con una prostituta que está huyendo de unos hombres que la persiguen. Él le prestará ayuda sin saber que será el comienzo inesperado de un amor apasionado y prohibido, que los llevará por un peligroso camino del cual ninguno de los dos podrá escapar.

Capítulo 1

OPAL CABALGABA FELIZ a lomos de su yegua Goldie, un ejemplar árabe, que su padre le había regalado hacía varios años y con la que se divertía mucho paseando por los verdes campos de la plantación.

—¡Vamos Goldie, más rápido! —le decía al animal, mientras sentía el viento acariciar su rostro. Era uno de sus momentos favoritos del día, junto con los días en que daba clases a los niños a escondidas de su padre. Él no era malo con los trabajadores, pero no aprobaba que les enseñaran a leer y escribir, en las barracas porque podría ser peligroso. Para esos días, había gente molesta por las condiciones de trabajo con muchos hacendados y ella podría ser víctima de rapto o recibir algún daño.

Cabalgó un poco más hasta donde estaban los sembradíos, viendo como todos trabajaban cortando caña. Otros hombres más adelante la recolectaban para luego llevarla al trapiche donde la seleccionaban para extraerle el jugo de azúcar a una parte y a la otra enviarla a los diferentes sitios con los que negociaba su padre. Y hablando de él, vio que estaba dando órdenes, pero a veces se sentaba. Ya no era el mismo, notó con tristeza. Desde el infarto que había sufrido hacía un par de años no tenía la misma energía, aunque todavía era un hombre vital. Él la vio, y sonriendo le hizo señas para que se acercara.

—Hija ¿Qué tal el paseo?

—Agitado, papá. Goldie ha cabalgado de forma sublime y parece haber amanecido con mucha energía—se inclinó para acariciar el cuello del animal.

—Me alegro. Tú y esa yegua parecen entenderse a la perfección. —Sonrió. Pero como después del gozo, vienen las obligaciones, debo advertirte que tu madre te espera en casa para que vayas a probarte el vestido esa noche.

Opal rodó los ojos—mamá ya sabe que vestido deseo, ella solo quiere que yo...

Su padre alzó la mano para detenerla—no quiero escuchar nada sobre tu madre. Eres su hija y debes obedecerla, Opal.

—Pero papá...

—Hija, solo compláceme y ve a hablar con ella. Tu madre quiere lo mejor para ti.

—¡Quiere casarme lo antes posible! —exclamó con horror.

Su padre rio—¿Es eso tan malo?

—Lo es cuando uno de esos hombres que insiste en presentarme, es un viejo horroroso y los otros son unos estirados, egoístas que creen que, si me caso con ellos, seré un adorno más en su casa.

—Yo jamás dejaría que eso pasara. Tu solo te casarás con el hombre que ames.

—Oh papá, te quiero—se inclinó para abrazarlo— ¿Por qué ninguno de esos hombres se parece a ti? —le dijo con un puchero.

Eso lo hizo reír aún más—hija mía, no puedes pretender que tu esposo se parezca a tu padre. Además, también tengo defectos.

—No papá, tú no tienes defectos, eres el mejor hombre del mundo.

—Bueno, muchas gracias por eso, pero estoy seguro de que tu madre tiene algunas cosas que decir al respecto. Y ahora señorita, es mejor que vayas a verla y te comportes como la hija más amorosa y obediente.

—Está bien—dijo ella a regañadientes. Azuzó el caballo y se dirigió a casa a medio galope. Al fin y al cabo, no tenía prisa en llegar.

ADELE BUTLER, SE ENCONTRABA mirando hacia la ventana y tratando de llenarse paciencia—¡Matea! —llamó a la anciana niñera de Opal. ¿mi hija no ha llegado?

—No, ama—respondió la anciana niñera de Opal, que todavía la cuidaba y velaba porque nada le faltara.

—Señora, Matea.  Ya te he dicho que me digas señora.

—Sí, señora.

—Esa muchacha ha puesto blanco mi cabello ¿cómo es posible que una joven de buena familia y bien educada, se comporte como una salvaje?

—No lo sé, señora. —Matea le dedico el tono más paciente que tenía. Ya había aprendido que, a la señora de la casa, era mejor no llevarle la contraria.

Por un breve instante Adele pensó que su hija no llegaría, pero al final la vio llegar con toda la calma del mundo en su vestimenta de montar.

—¡Por fin! Llevo una hora esperando por ti, Opal Marie. Es una falta de respeto lo que haces.

Opal se armó de paciencia—lo siento madre, estaba con papá.

—Estabas montando a caballo de nuevo. Pasas tanto tiempo sobre esa yegua, que has olvidado cómo comportarte—le dio una mirada reprobadora.

—Ama ¿Llevo a la niña a donde está la modista?

—No hay necesidad de llevarla Matea. Ella no es un bebé—miró a su hija—Opal ve a probarte ese vestido, yo iré en un minuto.

Ella salió del salón molesta pero aliviada de alejarse de su madre y sus horribles cambios de humor. Miró triste a Matea—Nana, a veces creo que mi madre desearía no tenerme como hija.

—No digas eso mi niña. Ella te quiere, pero el ama Adele siempre ha sido dura para mostrar lo que hay en su corazón.

—Matea—dijo rodando los ojos—no le digas ama. Es señora Adele.

—Ay mi niña, ya estoy vieja y esas cosas se olvidan. Para mí siempre fue el ama Adele.

Llegaron donde estaba la modista; una francesa regordeta que no paraba de dar órdenes a dos chicas más jóvenes que estaban con ella.

S'il vous plaît, mademoiselle Opal. Venga por aquí—le dijo apenas la vio entrar al pequeño saloncito y le mostró el vestido—¡Et Voila! —su rostro denotaba orgullo—¿No es...—buscó la palabra adecuada para describir su obra de arte—¿magnifique? —el atuendo era hermoso en verdad; de un color borgoña y blanco. Tenía un escote en capas. Eran como hileras hechas en encaje con cinta de color borgoña, con mangas amplias en encaje blanco y al final de la manga iba decorado con las mismas cintas del escote.  El vestido era muy ceñido para así destacar la cintura, y se ampliaba después de esta, en una falda blanca decorada con hileras hechas a base de cintas de terciopelo en color borgoña como el escote, y con encaje al final. Sobre la falda se había confeccionado una sobrefalda con abertura en la parte delantera, esta vez blanca de encaje, cuyos bordes eran en seda del mismo tono de las cintas.

—Es muy hermoso, Madame Sinclair. Se puede notar su esmero en el trabajo que ha hecho—tomó la tela del vestido y se maravilló de lo suave y delicada que era. Por lo menos su madre había acertado en la escogencia del vestido que usaría esa noche.

—Por favor, pruébeselo. Estoy segura de que serán pocos los arreglos.

Ella así lo hizo y cuando tuvo el vestido puesto, su madre entró al salón y la miró de pies a cabeza—Vaya, ese vestido te queda mejor de lo que pensé.

Opal la miró desafiante—Aunque me consigas el vestido de una reina y pretendas que me comporte como una, no me casaré con ninguno de esos estúpidos.

La modista abrió los ojos desmesuradamente pero no dijo nada.

—Eso es lo que crees, pero no te mandas sola y esta vez seré yo la que escoja, no tu. Ya tuve suficiente de que a cada buen partido que se te presenta le

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