Metropoli-Z, un nuevo amanecer

Por Rodrigo Duarte Fuentes, Mauricio Ormazábal y Macarena Inchausti G.

El hedor de la muerte le era delicia, cada imagen macabra avivaba su torcido pensamiento; sangre y tripas, piel desgarrada… Christopher Harris, de 17 años, pequeño genio incomprendido, maquina cómo llevar a cabo su mayor anhelo, un mundo Zombie. Él, por supuesto, sería su líder. Su intelecto superior le permitiría sobrevivir al proceso de transformación y ser más que una bestia. Al menos era lo que él pensaba
¿Podrá Christopher manejar las consecuencias de su propia creación?
Metropoli-z, una alucinante historia de zombies, como jamás la hubieses imaginado.

• Idioma: Español
• Editorial: ebooks del sur
• Fecha de lanzamiento: 2 dic 2016

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Autor: Rodrigo Duarte F.

Ilustraciones: Mauro Ormazábal V.

Dirección y Diseño Editorial:

D2 Producciones.

Todos los derechos reservados.

Esta publicación no puede ser reproducida, en todo o en parte, ni registrada o transmitida por sistema alguno de recuperación de información, en ninguna forma o medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin permiso, por escrito, de los autores o de D2 Producciones Ltda.

Recomendado para mayores de 12 años.

© Rodrigo Duarte Fuentes, 2016

© D2 Producciones, 2016

www.metropoli-z.com

ISBN Edición Digital: 978-956-9274-49-7

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com

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Dedicado a todos quienes creen y se esfuerzan por hacer realidad sus sueños.

ÍNDICE

Prólogo

El atardecer

La noche

El amanecer

Matar o morir

El último refugio

A pasos de la salvación

El hedor de la muerte le era delicia, cada imagen macabra avivaba su torcido pensamiento; sangre y tripas, piel desgarrada… Christopher Harris, de 17 años, pequeño genio incomprendido, maquina cómo llevar a cabo su mayor anhelo, un mundo Zombie. Él, por supuesto, sería su líder. Su intelecto superior le permitiría sobrevivir al proceso de transformación y ser más que una bestia. Al menos era lo que él pensaba.

Christopher ha nutrido su cabeza con miles de historietas y cintas de zombies, consiguiendo valiosa información que su genio en bioquímica utilizaría para armar el puzzle definitivo. Las bromas de otros jóvenes y un padre estricto no han sido suficiente motivo para detenerse. Menos ahora, que está a punto de crear su mundo perfecto en su improvisado, pero completo laboratorio en el sótano de su casa, donde ha trabajado con tesón para desarrollar un virus zombie. Luego de cientos de ensayos y errores su plan finalmente da resultado, sus notas y fórmulas explican esta aberración. El virus de la rabia y la causa de la catalepsia, descubrimiento del mismo Christopher, dan vida a la muerte, el agente Z, como lo ha bautizado.

Tras un tiempo breve y varios intentos, Christopher con algo de temor liberó el agente en un lugar muy concurrido. Más tarde comenzó lo inevitable, el camino a la muerte de la civilización humana como la conocemos.

El veloz contagio y la nula información médica sobre esta sorpresiva epidemia desatan una crisis global que casi extermina a la humanidad. Los gobiernos colapsaron luego de pocos años combatiendo el virus sin resultados, finalmente el 80% de la población mundial ha desaparecido, casi la totalidad del porcentaje restante es zombie y en un número reducido algunos sobrevivientes aún luchan en la superficie. Lo que queda de la humanidad se ha instalado en ciudades subterráneas a gran profundidad, en un intento desesperado por mantenerse con vida y de adaptarse a este nuevo mundo, pero también con la esperanza de encontrar alguna forma de recuperar lo perdido.

Paradójicamente Christopher es inmune al agente Z y no tiene ningún atisbo de respuesta para ello, por lo cual ha aprendido a guardar muy bien, a pesar de cualquier dificultad, el secreto de sus experimentos adolescentes. Sin embargo, hay algo mucho más extraño que la inmunidad de Christopher al virus… y es que los zombies, tras tantos años en la superficie, han comenzado a tener comportamientos poco habituales, actitudes que son propias de la conducta humana. Nadie lo sabe aún en el subsuelo… ni siquiera la mente más perspicaz hubiese imaginado algo así.

Bajo tierra están las ciudades apocalípticas, así las llaman, fueron construidas en secreto por las élites del mundo: las familias más adineradas a nivel global, los políticos más influyentes y también los corruptos, altos mandos militares, jefes de las grandes mafias, líderes religiosos y su círculo cercano. Por supuesto consideraron a profesionales calificados en áreas relevantes como, por ejemplo, científicos e ingenieros destacados. También incluyeron a algunos artistas famosos y gente común, los últimos como mano de obra y servidumbre en general. Estas moles que albergan a los sobrevivientes fueron concebidas en secreto desde los años 50 porque se preveía un colapso de la sociedad humana causada por diversos motivos, el fracaso de las economías, sobrepoblación, pandemias e incluso una tercera guerra mundial. Tenían acceso a recursos ilimitados, no se iban a quedar de brazos cruzados ante estas graves amenazas a su propia existencia y descendencia.

Apocalipsis 1 (de 7 en total) es la ciudad subterránea de mayor tamaño, con dos millones de habitantes viviendo hacinados en ella, es un verdadero ghetto. La causa de esta situación simplemente fue el aumento de la población residente: nacimientos, nuevos sobrevivientes que pudieron pagar su estadía e ilegales, los que violaron la seguridad y de alguna forma lograron entrar. En Apocalipsis 1, las calles son estrechas y sucias, llenas de lugares para la diversión como bares, casinos, night clubs y todos los antros imaginables; aunque paradójicamente no existe violencia por un hecho simple: pena de muerte a aquel que altere la paz, medida necesaria para evitar el caos. Los barrios se dividen en sectores de gente rica, militares, privilegiados y sectores para el resto, la gente común. Todos bajo la vigilancia de un gran número de guardianes, ex militares que son los encargados de mantener el orden. Nada se mueve sin que ellos sepan, nadie habla sin ser escuchado y menos aún existe disidencia. Aquí por decreto todos son iguales, aunque no es así. El Líder (se autodenomina El Líder) es un dictador torpe y corrupto, el verdadero poder lo tienen los consejeros, aquellos que siempre han detentado el poder. Por otra parte los recursos son escasos, las plantaciones de alimentos sufren pestes, el agua es controlada, los alimentos no perecibles son un lujo, todo está colapsando. Más de veinte años de encierro han afectado este nuevo orden. Si bien esta crisis no es generalizada y la población aún no la percibe en toda su magnitud, las élites quieren anticiparse nuevamente y planean volver a ser lo que fueron: privilegiados, líderes, ídolos, en un mundo que esté a la altura de lo que merecen. Quieren volver de alguna manera a la superficie.

Es medio día y la gente hace su vida habitual, cada quien tratando de cumplir su roles para que la ciudad siga siendo autosustentable, los que trabajan en las fábricas o en servicios básicos para toda la población, desde quienes limpian hasta quienes se encargan de las cosechas. Todo parece normal, hasta que un ruido chillón descompone a todos. Es la gran bocina que anuncia que en pocos segundos más, El Líder hablará desde el imponente balcón de su fortaleza, siempre vigilada. Todos deben escuchar:

– Ciudadanos de Apocalipsis 1, aún no hay cura, aún las bestias dominan nuestro hermoso mundo, pero hay esperanza. Como decía el genio de Einstein: no hay poder más grande en el universo que la voluntad humana... más novedades el próximo viernes, a la misma hora.

– Siempre lo mismo, se oye decir entre la muchedumbre.

– Siempre la misma estupidez, dice Christopher, hoy bordeando los 40 años y de la clase privilegiada gracias a su doctorado en química zombie. Nadie sabe su verdadera historia, ser el causante del virus. A su lado está su eterna amiga Claire Patterson, una hermosa guardiana, una militar, ruda chica de músculos y agria sonrisa.

– No hables así del Líder, nos da esperanza, tú deberías hacer algo, inventar la cura, ¿no eres tan inteligente?

– Hey… en eso estoy, ¿ok? No es tan fácil… ¿quieres un frasco de café colombiano?, pregunta Christopher.

– ¿Café colombiano?, ¿de dónde sacaste café?, dice Claire.

– Shhhht, baja la voz. Arriba hay de