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Análisis antropofísico de cuatro personajes históricos de México
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Libro electrónico210 páginas2 horas

Análisis antropofísico de cuatro personajes históricos de México

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La antropología forense analiza a 4 personajes relevantes en distintas épocas de la historia de México
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 ago 2019
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    Análisis antropofísico de cuatro personajes históricos de México - Arturo Romano Pacheco

    investigación.

    GLADIADOR MEXICA

    Los materiales óseos pertenecientes a este individuo son producto de un hallazgo fortuito realizado por los trabajadores del área de agua y saneamiento del entonces Departamento del Distrito Federal, quienes se encontraban efectuando obras en las calles de Rafael Curiel y Matías Rodríguez, Colonia Constitución de 1917 de la Delegación Iztapalapa, con el fin de instalar una toma de agua en un jardín de niños denominado Centro de Atención Psicopedagógico de Educación Preescolar.

    En el proceso de excavación se encontraron, a 1.10 m de profundidad, unos huesos cubiertos por una olla de barro, misma que se rompió. Por este motivo decidieron dar aviso del hallazgo a las autoridades, lo que quedó asentado ante el Ministerio Público de la Delegación Iztapalapa el día 9 de octubre de 1986 mediante la Averiguación Previa núm. 20/6446/86.

    Las autoridades de dicho ministerio enviaron personal de la Policía Judicial al sitio para certificar el informe. Estos últimos levantaron los restos óseos y el ajuar funerario asociado, y en un costal trasladaron el conjunto a la Vigésima Agencia Investigadora del Departamento Cuatro del Sector Oriente.

    Las autoridades de dicha agencia investigadora constataron, por las evidencias reportadas en el sitio del hallazgo y los restos culturales asociados a los restos óseos, que se trataba de un entierro prehispánico; motivo por el cual notificaron al entonces Departamento de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quienes no atendieron dicho requerimiento. Esto motivó que se decidiera enviar estos materiales a los Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, quienes designaron al maestro Arturo Romano Pacheco como perito encargado para realizar el dictamen correspondiente a dicho hallazgo.

    Figura 1. Sitio del hallazgo de los restos óseos, excavación realizada por personal del Departamento del Distrito Federal.

    En el acta levantada por el Ministerio Público se asienta que este esqueleto fue encontrado al interior de una fosa excavada en la tierra, la cual tenía 90 cm de largo por 80 cm de ancho y, aproximadamente, un metro de profundidad.

    Al revisar los materiales óseos presentados nos percatamos que se trataba del esqueleto de un solo individuo, en bastante buen estado de conservación, con su cráneo y mandíbula casi completos, aunque del esqueleto poscraneal faltaban algunos huesos de manos, pies y vértebras.

    Figura 2. Estado en que se encontraban los restos óseos humanos en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Dirección General de Servicios Periciales, Laboratorio de Criminalística e Identificación Judicial. Foto: Arturo Romano.

    Lo más probable es que estos huesos se perdieran durante el proceso de excavación, el cual, como ya se mencionó, fue realizado por personas inexpertas en este tipo de hallazgos. A pesar de ello podemos considerar que se recuperó casi la totalidad de los huesos que integran esta osamenta humana. En el cráneo se observan claras huellas de que este individuo, al nacer, fue sometido a esa práctica cultural común en todos los pueblos prehispánicos, la deformación cefálica intencional.

    Los objetos culturales asociados a este entierro y que formaron parte del atuendo funerario constan de fragmentos de una vasija de barro cocido y dos instrumentos, uno tallado en asta de venado y otro, también manufacturado en hueso de animal, del que no pudimos identificar su origen. Los restos óseos pertenecen a un individuo adulto de sexo masculino que, aproximadamente, oscilaba entre los 35 y 40 años de edad al momento de su muerte. Además de los objetos mencionados asociados a estos restos óseos se encontró una primera vértebra sacra perteneciente a un adolescente de aproximadamente trece años de edad, así como el astrágalo izquierdo de una persona adulta probablemente de sexo femenino. Por este tipo de evidencias se infiere que posiblemente en este sitio pudieron haber sido enterrados otros individuos durante la época prehispánica.

    Figura 3. Asta de venado (lado izquierdo) y punzón de hueso (lado derecho) asociados al entierro.

    Figura 4. Cerámica prehispánica de barro cocido asociada al entierro.

    CARACTERIZACIÓN FÍSICA

    La edad asignada a este sujeto se calculó de acuerdo al grado de cierre de las suturas craneales (35 a 40 años) y a los cambios morfológicos observados en la carilla auricular de ambos ilíacos (45 años ± 5 años).

    Una vez realizado el inventario de los restos óseos se procedió a hacer mediciones y calcular los índices necesarios para lograr la caracterización física del sujeto, que a continuación describimos.

    Figura 5. Cédula del inventario y estado de conservación del esqueleto. Averiguación previa 20/6446/86. Las partes sombreadas están ausentes.

    CRÁNEO

    De acuerdo con las características morfométricas puede decirse que se trata de un cráneo corto y ancho (braquicráneo), alto (hipsicráneo) en norma lateral y, en la posterior, bajo (tapeinocráneo) de cara ancha (euriprosopo). Al relacionar la altura con la anchura de la cara (índice facial superior) resulta ser de cara intermedia (meseno), con nariz de anchura media (mesorrino), con órbitas igualmente intermedias (mesoconco) y paladar ancho (braquiestafilino). Presenta un claro prognatismo facial, con mandíbula ancha (braquignata) y tiene una gran capacidad craneana (aristencéfalo).

    Figura 6. Cráneo en las seis normas.

    Mandíbula

    La mandíbula se aprecia fuerte y robusta con huellas de inserción muscular muy marcadas, mentón fuerte y cuadrado.

    Todas estas características indican que era un sujeto fuerte y robusto, con gran musculatura, hecho que se pudo confirmar al analizar su esqueleto postcraneal.

    Figura 7. Mandíbula en vista posterior (lado izquierdo) y en vista oclusal (lado derecho).

    Esqueleto postcraneal: características principales

    Del esqueleto postcraneal, como ya se mencionó, se tienen la mayoría de los elementos óseos. Ello posibilitó que se pudiera obtener una serie de datos métricos que indican que este sujeto tenía los huesos de las extremidades, tanto superiores como inferiores, muy robustos, siendo este rasgo más acentuado en el lado derecho que en el izquierdo, lo que dio como resultado, en el caso del fémur, que la pilastra del lado derecho estuviera mucho más desarrollada que la de su lado opuesto. Todo ello indica que este individuo tenía un fuerte desarrollo muscular y que era diestro por mostrar mayor robustez en ese lado. Las tibias presentan aplanamiento intermedio (mesocnemia), pero, igualmente, tienen muy marcadas las líneas de inserciones musculares.

    Figura 8. Huesos del miembro superior; húmeros (lado izquierdo) cúbitos (centro) y radios (lado derecho).

    Con la finalidad de aportar otros datos que nos permitieran caracterizar mejor a este individuo, se midieron todos los huesos de ambas extremidades a fin de determinar características morfométricas para corroborar si, efectivamente, la mayoría de los huesos largos están más desarrollados en el lado derecho, lo cual ocasionaría que los valores de los índices fueran más altos en dicho lado. En general puede decirse que los valores obtenidos en los índices, tanto de las extremidades superiores como inferiores, son más elevados en el lado derecho. La robustez, la platimeria y la presencia de pilastra son más notorias en el fémur derecho y en cuanto a la platicnemia, el aplanamiento en ambas tibias es poco marcado (cuadro 2). Todo ello pone de manifiesto que este individuo, en vida, tuvo una fuerte actividad física lo que propició un fuerte desarrollo de su musculatura.

    En virtud de que ambos fémures están incompletos, la estatura se calculó con base en las longitudes de la tibia izquierda y el húmero de ambos lados, empleando para ello las fórmulas de Pearson (Comas, 1983) y aplicando las tablas de Genovés (1966) para mexicanos como medidas comparativas. Los valores obtenidos en ambos casos sitúan a este individuo entre los de talla grande, con una estatura de 171.80 cm, de acuerdo al húmero. Por su tibia, cae en la categoría de talla media 166.14 cm. Consideramos que esta última cifra es más precisa debido a que es similar a la talla promedio obtenida en restos procedentes de la Cuenca de México en el Postclásico, particularmente de Tlatelolco, donde los hombres tenían una estatura promedio de 161.70 cm (Jaén y López, 1974), quedando dentro del rango de variación de la estatura de este grupo de filiación

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