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Outsourcing: Prestación de servicios de personal y sus implicaciones en materia de seguridad social
Outsourcing: Prestación de servicios de personal y sus implicaciones en materia de seguridad social
Outsourcing: Prestación de servicios de personal y sus implicaciones en materia de seguridad social
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Outsourcing: Prestación de servicios de personal y sus implicaciones en materia de seguridad social

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En México la falta de capacidad para que la actividad económica recoja de manera permanente la mano de obra, los requerimientos de las empresas, las necesidades de abaratamiento de los costos y la competencia en el ámbito internacional, obliga a recurrir al outsourcing. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que casi la mitad del em
IdiomaEspañol
EditorialIMCP
Fecha de lanzamiento9 jul 2019
Outsourcing: Prestación de servicios de personal y sus implicaciones en materia de seguridad social
Autor

Comisión Representativa Ante Organismos de Seguridad Social IMCP

Esta comisión forma parte de la Vicepresidencia de Fiscal del IMCP y analiza las diversas disposiciones de esta índole; además, se encarga de emitir Boletines de Seguridad Social y de CROSS informa, mismos que se envían a la membrecía del IMCP. En algunas ocasiones intervienen sus integrantes en reuniones que se llevan a cabo con las autoridades del IMSS e INFONAVIT.

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    Outsourcing - Comisión Representativa Ante Organismos de Seguridad Social IMCP

    laboral

    1.1 Origen de la intermediación laboral en México y el mundo

    A mediados del siglo pasado, al finalizar la Segunda Guerra Mundial las empresas trataron de llevar a cabo con personal propio la mayor cantidad de actividades posibles, con la intención de no depender de las políticas y prácticas de los distintos proveedores. En un principio esta estrategia resultó efectiva; sin embargo, con el paso del tiempo, la tecnología se desarrolló cada vez más y trajo como consecuencia que los distintos departamentos de una empresa no pudieran mantenerse actualizados. Adicionalmente, la capacidad de servicio con la que contaban para acompañar su estrategia de crecimiento resultaba insuficiente, situación que se traducía en la pérdida de competitividad.

    Las agencias independientes especializadas no padecían los impactos de los avances tecnológicos, pues al contar con un menor número de operaciones, podían enfocarse en mantenerse a la vanguardia dentro de sus respectivos campos de acción, volviéndose cada vez más competitivos.

    A principios de los años sesenta, las empresas observaron que los proveedores externos tenían una mejor asignación de recursos técnicos y humanos, por lo que comenzaban a realizar contratos de gestión de activos referidos al procesamiento de datos, para responder a la necesidad de obtener un mayor beneficio de los sistemas computacionales crecientes.

    En la década siguiente, la intermediación laboral empezó a ganar credibilidad, enfocada, sobre todo, en las áreas de información tecnológica en las empresas. Este tipo de servicios marcarían la pauta para el contenido típico de la asistencia proporcionada mediante esta figura.

    El proceso de intermediación inicia con la subcontratación externa de actividades simples para las que existen muchos proveedores de servicios; sin embargo, se observa, con más frecuencia, la tendencia de subcontratar actividades estratégicas, donde la interrelación con el proveedor debe ser mucho más estrecha.

    Considerando el avance y el desarrollo de la intermediación laboral se podría llegar al punto de una corporación virtual; es decir, una empresa que ofreciera los productos de sus clientes como si se tratara de una compañía altamente integrada, cuando en realidad es una cadena de empresas involucradas en la creación de un producto o servicio (véase gráfico).

    Al considerar lo anterior, es necesario señalar que existen dos puntos que son referencia ineludible para explicar las razones del sistema productivo vigente y cómo afectan a la intermediación:

    •  El primer factor decisivo es la política de la empresa privada que trabaja en un determinado territorio.

    •  El segundo elemento, íntimamente ligado al primero, es la política económica definida por el Estado en dicho territorio.

    En el primer caso se observa que la política económica de una empresa está determinada por decisiones que buscan alcanzar las mayores utilidades posibles.

    En otras palabras, las disposiciones acerca de los modelos y sistemas aplicados para el provecho de la empresa, responden simplemente al objetivo de aumentar los ingresos. El sector que las define; es decir, la alta dirección, es obligada en cierta medida a responder a este parámetro: la ganancia debe estar equilibrada con la supervivencia en el mercado de la empresa misma.

    Al analizar lo anterior se considera a la intermediación como una opción para obtener mayores beneficios a nivel competitividad.

    Asimismo, los veloces cambios tecnológicos, la globalización e internacionalización de los mercados, la desregulación del comercio mundial y la feroz competencia en todas las áreas de negocios, han provocado cambios radicales y reforzados la creencia de que la intermediación es una respuesta para hacer frente a este tipo de cambios.

    En México, a mediados del siglo pasado, una parte del sector empresarial visualizó la necesidad y conveniencia de recurrir a servicios externos y especializados para minimizar las amenazas laborales, así como para ahorrar tiempo y dinero en el manejo de la nómina, sus cargas financieras y aspectos legales.

    Sin embargo, es hasta la década de los noventa cuando el outsourcing comienza a proliferar entre varios grupos o consorcios empresariales y aparecen las empresas de servicios corporativos, con el objetivo de proporcionar servicios a diferentes compañías de un mismo dueño o grupo empresarial. Estas entidades se distinguían por no generar utilidades, constituyendo por lo general Sociedades Civiles (S.C).

    La intermediación estratégica aparece a principios de este siglo, en combinación con la nueva cultura laboral mundial que convierte a los empleados en responsables de sus procesos y de los resultados que se esperan de ellos, con lo que se evitan no solo los posibles pasivos contingentes laborales, sino también emplear a personas poco responsables o sin orientación a los resultados.

    1.1.1 El Estado en la intermediación laboral

    En América Latina y el Caribe los temas laborales históricamente han representado un serio problema. La insuficiencia de empleo de buena calidad, el desempleo y los puestos de trabajo de baja productividad y malas condiciones, generan presión continua en las políticas públicas.

    Como consecuencia, los países de la región han desarrollado políticas y programas para enfrentar este problema; sin embargo, poco se conoce sobre su efectividad, ya que los instrumentos utilizados para evaluarlas no son precisos. Aunado a lo anterior, es necesario que dichos programas precisen su impacto sobre la equidad; es decir, la forma en que contribuyen a la generación de empleos y al mejoramiento de los ingresos, y cómo estos beneficios se distribuyen entre los distintos grupos de la población.

    Al tomar en cuenta esto se establecen las políticas del mercado de trabajo, las cuales son un conjunto de instrumentos y programas, por medio de los cuales el sector público interviene con la intención de combatir o evitar el desempleo, mitigar sus efectos y apoyar a la población activa en riesgo de desocupación. Por medio de estas políticas se pretende fortalecer el enlace entre empleados y puestos de trabajo, contribuir a solventar los costos de búsqueda, colaborar al mejoramiento de las habilidades de los desempleados y apoyar directa o indirectamente la creación de fuentes de trabajo o el mantenimiento de las existentes.

    En México, como en otros países, las políticas de mercado de trabajo son un importante instrumento de estrategia económica y social. Durante la última década se destinó un monto considerable de recursos públicos para aliviar la pérdida de ingresos por desempleo, mejorar las habilidades de la fuerza de trabajo desocupada y facilitar el encuentro cualitativo y cuantitativo entre oferta y demanda laboral.

    En Latinoamérica el modelo de crecimiento estaba basado en la sustitución de importaciones y la mayoría de estas se conformaba por productos agrícolas tradicionales. Durante los últimos años, la economía mexicana experimentó cambios en su dinámica y estrategia de desarrollo, los cuales repercutieron directamente en el mercado de trabajo y en las políticas aplicadas a esta materia.

    El crecimiento con estabilidad perdió impulso y en los años setenta se presentan signos de la insuficiencia para absorber la fuerza de trabajo. En ese momento se vuelve primordial atender directamente el problema del empleo y mantener la dinámica económica, para lo cual el Estado adopta un papel cada vez más expansivo.

    Así, en los últimos años estas políticas abarcan prácticamente todas las modalidades en que se suelen presentar:

    •  Intermediación.

    •  Capacitación.

    •  Creación directa o indirecta de empleos.

    A diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países desarrollados se carece de la vertiente orientada al seguro de desempleo, rubro en el cual solo existe una política incipiente en la capital mexicana. (En el Segundo periodo legislativo del año de 2013 se aprobó La Ley del Seguro de Desempleo. Veremos en los siguientes años sus beneficios y desarrollo).

    Originalmente la mayoría de los programas que nacen a mediados de los años ochenta para enfrentar la crisis, tienen un carácter temporal y en gran medida experimental. Las políticas de intermediación y de capacitación, acompañadas de apoyos para la subsistencia, surgen como medidas de emergencia para paliar la pérdida de empleos e ingresos de un gran número de trabajadores del sector formal.

    Durante la última década del siglo pasado, estos programas se transforman; dejan de ser esquemas piloto y se convierten en programas de cobertura nacional, dotados de una estructura más compleja que rebasa el marco federal, para apoyarse en instrumentos de carácter estatal y municipal.

    Los principales cambios que sufren estos programas son:

    •  Transición de programas temporales a programas de duración indefinida.

    •  Modifican su enfoque sectorial y su cobertura geográfica; ya no atienden únicamente a las principales áreas urbanas. Tienen fuerte concentración industrial.

    •  Se eliminan las restricciones y se incluye a las personas sin experiencia profesional, a trabajadores del campo y aquellos que laboran por cuenta propia, así como a empleados que participan en proyectos comunitarios, en áreas de alta marginación.

    •  Dejan de ser programas destinados a la atención de situaciones de emergencia y se enfocan en resolver problemas de naturaleza estructural.

    1.2 Situación actual de la intermediación laboral en México

    En México, la demanda de servicios de administración de personal mediante la tercerización ha venido en aumento, lo que provoca, por inercia, un aumento en el mercado de estas formas de empleo. Como consecuencia de considerar redituable esta estrategia empresarial, surgen diversas prácticas que en ocasiones distan de la seriedad y calidad requeridas.

    Las prácticas de tercerización de personal denominadas no serias, ocasionan que algunas empresas utilicen esta figura para su conveniencia, con efectos negativos para la economía nacional y, obviamente, para el empleado.

    Dentro de estos esquemas se encuentran las empresas que se disfrazan de sociedades cooperativas y consideran al trabajador falsamente como socio; las que evitan el pago de cuotas obrero-patronales, ya sea por no inscribir ante el Seguro Social o afiliando al empleado con un salario menor al real, llegando en ocasiones a registrarlo con el monto mínimo permitido; otras tantas que sustituyen el pago de un salario a los trabajadores por remuneración vía honorarios. También existe la figura de no generación de utilidades, mediante la instauración de una empresa que solo contrate al personal, y otras que se manejan al borde de la legalidad o en ocasiones, totalmente ilícitas.

    Debido a este tipo de prácticas se generaliza a las empresas de tercerización de personal como entidades que defraudan por igual a trabajadores y empresarios, o como opciones carentes de seriedad ante los ojos de diversos sectores, como el empresarial y el público, incluso, entre los mismos trabajadores.

    En este sentido, es conveniente evaluar los pros y los contras al tercerizar cualquier servicio dentro de una organización, para que la reputación de las compañías no sea afectada por situaciones ajenas a su filosofía empresarial.

    1.2.1 Identificación de sectores

    Una de las ventajas de los países de América Latina es la proximidad con Estados Unidos, pues comparten algunos husos horarios; por ejemplo, Río de Janeiro, Sao Paulo y Buenos Aires, ciudades que cuentan con solo tres horas de diferencia con Nueva York.

    Por lo tanto, un estudio prevé que a partir de 2012, en Latinoamérica, la industria de la intermediación representará un ingreso de 450 mil millones de dólares anuales, lo que supera las cifras reportadas en cualquier otra región del mundo.

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