Atar-Gull o Una venganza africana y Una tía
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Atar-Gull o Una venganza africana y Una tía - Lucio V. Mansilla
Atar-Gull o Una venganza africana y Una tía
Dos piezas de Lucio V. Mansilla
Lucio V. Mansilla
Letras y Pensamientos en el Bicentenario
Mansilla, Lucio V.
Atar-Gull ó una venganza africana,1855. Una tía, 1864 / Lucio V. Mansilla;
adaptado por Axel Gasquet. -1a ed.- Villa María : Eduvim, 2015.
EBook, EPUB
ISBN 978-987-699-278-7
1. Literatura Argentina. 2. Teatro Argentino. I. Gasquet, Axel , adap. II. Título.
CDD A862
Índice
§
AGRADECIMIENTOS
Episodios misceláneos de un causeur.
i. Atar-Gull y la defensa del abolicionismo: la trasposición del folletín de Eugène Sue
ii. La «adaptación» teatral de Mansilla de Atar-Gull
iii. Contexto e interpretación sociocrítica del Atar-Gull de Mansilla
iv. El intertexto romántico en Atar-Gull
v. Atar-Gull, un héroe negativo de la cultura de fronteras
vi. Del drama trágico a la comedia costumbrista: Una tía
vii. Los alcances de esta comedia costumbrista porteña
viii. Conclusión
El criterio de esta edición
BIBLIOGRAFÍA
04_portada_atargull
ATAR-GULL o UNA VENGANZA AFRICANA
Carta de Mansilla a Juan Manuel Estrada publicada en la primera edición de Atar-Gull
Listado de actores de la primera puesta en escena de Atar-Gull
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
FIN DEL ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
ESCENA X
ESCENA XI
ESCENA XII
ESCENA XIII
ESCENA XIV
ESCENA XV
FIN DEL ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
ESCENA I
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
FIN DEL ACTO TERCERO
ACTO CUARTO
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
ESCENA X
ESCENA XI
ESCENA XII
ESCENA XIII
FIN DEL ACTO CUARTO
EPÍLOGO
ESCENA I
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA ÚLTIMA
FIN DEL DRAMA
11_portada_unatia
Edición original
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
ESCENA X
ESCENA XI
FIN DEL ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
FIN DEL ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
ESCENA X
ESCENA XI
ESCENA XII
FIN DEL ACTO TERCERO
ACTO CUARTO
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
ESCENA X
ESCENA XI
ESCENA XII
ESCENA XIII
ESCENA XIV
ESCENA XV
FIN DE LA COMEDIA
INTELIGENCIA PARA EL LECTOR EXTRANJERO
Nota editorial
Carlos Gazzera
Publisher Eduvim
LETRAS Y PENSAMIENTOS EN EL BICENTENARIO
En 2009, en vísperas del aniversario de los 200 años de la Revolución de Mayo, nuestro sello pensó en lanzar una colección con el objetivo de celebrar los «bicentenarios» que comenzaban en mayo de 2010 y terminarían en julio de 2016: de los doscientos años de la revolución a los doscientos años de la declaración de la independencia argentina.
Los libros que compusieron esta colección fueron rigurosamente elegidos por un colaborador incondicional de Eduvim, Carlos Dámaso Martínez, a quien le debemos además el cuidado de la selección de cada uno de los prologuistas o introductores que, con generosidad y mucho respeto, nos ofrecen lecturas nuevas y vivificantes para textos no siempre canónicos.
Como director editorial me siento profundamente agradecido a todos aquellos que confiaron en esta propuesta y se prestaron a enriquecer el campo de la lectura de nuestro país en tiempos de re-lecturas. Sin duda estos textos, canónicos o periféricos, cumplieron su meta enriqueciendo al lector argentino, que considero uno de los más exigentes de la lengua española.
Los libros de Letras y Pensamientos en el Bicentenario nos enorgullecen y prestigian nuestro catálogo. Esta colección, estoy seguro, quedará entre las más importantes de nuestro joven sello editorial.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco en particular a la Srta. Izia Douix, que realizó un trabajo exhaustivo de transcripción informática de los textos respetando las ediciones originales. Sin esta paciente labor, la presente entrega no sería posible. La armonización ortográfica y estilística de los mismos es exclusiva responsabilidad mía.
Adeudo por último un agradecimiento especial a varios colegas y amigos que han permitido que este volumen se llevase a cabo. Isabella Rodríguez Furt me facilitó el acceso a la edición prínceps de Una tía disponible en la Fundación Archivo y Biblioteca «Jorge M. Furt» en la Estancia Los Talas de Luján (dependiente de la unsam), escaneando con paciencia y rigor los originales empleados para la transcripción de esta pieza. Hasta donde pude observar este es el único ejemplar disponible en las bibliotecas y archivos del país. Élida Lois me alentó de forma constante para que estas obras de teatro fuesen recuperadas para los lectores contemporáneos; ella y Gerardo Aboy Carlés fueron los artífices de una estupenda jornada en Los Talas. Carlos Dámaso Martínez acogió con entusiasmo la iniciativa de la presente edición en la colección Letras y Pensamiento del Bicentenario que dirige en eduvim. A todos ellos mi reconocimiento.
A. G.
Episodios misceláneos de un causeur. La dramaturgia de Lucio V. Mansilla
Axel Gasquet
La vida de Lucio Victorio Mansilla (1831-1913) fue rica de anécdotas variopintas, de vicisitudes políticas, de alegrías y tragedias familiares, de mezquindades y enconos propios a la élite criolla de su generación, de frustraciones y excesos personales, de viajes inusitados y abundante vida social mundana. Su prosa de polígrafo refleja en gran medida este cúmulo de experiencias singulares, que bien podrían alimentar diferentes biografías. Muchos de estos aspectos de su vida y su obra fueron prolijamente estudiados por críticos y biógrafos. La singularidad de su producción escrita está en relación directa con el espesor de sus vivencias y con el estilo específico que Mansilla escogió para narrarlas en amenas charlas periodísticas (las causeries reunidas en los volúmenes de Entre nos) o libros de memorias (la forma epistolar privilegiada en Una excursión a los indios Ranqueles). No escapó a la crítica el estudio de un registro discursivo peculiar, que narra las experiencias culturales con un tono discursivo que coloca a su persona en el eje de los sucesos descriptos. Sus escritos trasuntan una evidente megalomanía –más o menos pintoresca o más o menos fastidiosa, según la apreciación del lector– que constituye el «hilo de Ariadna» de su escritura. A pesar del carácter egocéntrico, o gracias a él, su prosa resulta particularmente instructiva cuando hilvana la arbitrariedad de sus juicios con las apreciaciones de fenómenos sociales o hechos históricos. Ambos aspectos son indisociables al momento de juzgar sus escritos. Una tensión sostiene el entrecruzamiento de ambos registros.
Mansilla ofrece, sin duda, una voz fácilmente reconocible en el concierto relativamente homogéneo de su generación, con la que compartía muchas cualidades comunes: un acendrado sentimiento de pertenencia a una élite patricia, la obsesión por construir un discurso autorreferencial, los vicios estilísticos propios a los intelectuales cosmopolitas de la alta sociedad criolla, la ostentación desenfrenada de los privilegios de clase, la estrecha familiaridad con individuos de la aristocracia criolla e internacional. Pero estos marcadores generacionales no logran ocultar los aspectos singulares de su prosa, al contrario, estas características comunes resaltan asimismo su inconfortable adscripción a la aristocracia patricia: la gran frustración de no encontrar el justo reconocimiento de sus pares, la dificultad para realizar sus aspiraciones de clase en su carrera militar, diplomática y política. En efecto, aunque Lucio V. Mansilla llegó a ser general de brigada no benefició nunca del prestigio castrense que tuvo su padre, nunca llegó a ser nombrado embajador en Francia –cargo que siempre ansió– y no desempeñó elevados cargos ministeriales fuera de sus períodos legislativos como diputado. En la prosa de Mansilla aparece un desajuste evidente entre el linaje al que pertenece y el ambiguo reconocimiento real que su persona recibe. Sus escritos instilan en grados diversos una suerte de resentimiento: la falta de reconocimiento de sus cualidades intelectuales. A diferencia de muchos otros miembros de su generación, Mansilla tampoco descolló profesionalmente; siendo de niño un alumno mediocre, jamás realizó estudios superiores. Estas frustraciones y elementos psicológicos afloran en muchos de sus comentarios y picas biográficas, a veces en forma flagrante, otras de modo sutil. Quizá esto explique parcialmente el esfuerzo subyacente a muchos de sus escritos: la voluntad inquebrantable de mostrarse como un individuo dotado de un intelecto brillante, políglota, culto y cosmopolita, que se codea con los grandes de este mundo.
Este estudio tiene por cometido analizar dos textos de carácter dramático hasta el presente olvidados. Se trata de Atar-Gull o una venganza africana (1855) y de Una tía (1864).2 Ambos textos son las únicas piezas teatrales escritas por Mansilla. No son textos propiamente inéditos, pues se publicaron en fascículos con motivo de la representación sucesiva de ambas obras en Buenos Aires en el año 1864. Atar-Gull fue interpretada el 19 de mayo por la compañía española de José García Delgado en el antiguo Teatro de la Victoria, y repuesta el sábado 4 de junio;3 Una tía se estrenó por la misma compañía teatral en octubre del mismo año, consecuencia del estímulo público recibido por la primera obra. Según la crítica Beatriz Seibel, Mansilla acomete ese mismo año en coautoría con Nicolás Granada (1840-1915), uno de los pilares de la dramaturgia argentina en la segunda mitad del siglo xix, otra comedia titulada Lluvia de sobrinos.4 Pero no hemos podido dar con el texto de esta comedia, y es muy probable que el libreto nunca haya sido editado.
Entre la vasta obra de Mansilla, estas dos piezas son apenas mencionadas por los biógrafos y especialistas en crítica teatral. Si la primera es mencionada en forma fugaz, la segunda a menudo ni siquiera es señalada. De Atar-Gull disponemos de una segunda edición, hecha en 1926, que apenas circuló como curiosidad entre especialistas pues fue realizada por el Instituto de Literatura Argentina de la Universidad de Buenos Aires.5 Podemos afirmar entonces que esta obra no contó con una adecuada difusión pública desde su representación inicial. Una tía, en cambio, ni siquiera tuvo el privilegio de contar con una reedición para especialistas. Entre tanto, recientemente se han recobrado algunos textos de Mansilla que se daban por perdidos, como su diario de viajes a la India.6 Otros textos raros y fascículos nunca incluidos en los libros de Mansilla, tienen también pendiente una reedición crítica.7 La presente entrega de sus dos obras teatrales busca enmendar dicha laguna editorial, entregando al público por primera vez desde 1864 ambas piezas dramáticas, acompañadas por un marco analítico.
i. Atar-Gull y la defensa del abolicionismo: la trasposición del folletín de Eugène Sue
La pieza dramática Atar-Gull (1855) no es una historia original de Mansilla, sino apenas una adaptación teatral homónima de un popular folletín de Eugenio Sue, editado en junio de 1831.8 Fue una obra juvenil publicada por el escritor francés, tras Plik et Plok y El Gitano ou les Contrebandiers espagnols (editadas en 1830), novelas que contaron con una excelente acogida del público y ubicaron rápidamente a su autor en el cenit literario de la época. Incluso Honoré de Balzac realizará una elogiosa reseña de sus primeras obras, señalando en la Revue des Deux Mondes (1832) su «ciencia de la observación», «
‘sus descripciones deslumbrantes (…) y, sobre todo, la singular facilidad para colorearlo todo de poesía’
».9 Las obras juveniles de Sue lo sitúan como el iniciador en Francia de un género entonces inédito, la novela marítima, que ya gozaba de popularidad en Gran Bretaña y los Estados Unidos. El modelo de Sue eran las novelas del norteamericano James Fenimore Cooper, por entonces cónsul de su país en Lyon, con quien el joven francés entró en contacto. Pero Sue tenía por sobre todo un bagaje de experiencias que lo capacitaban para lanzarse a este emprendimiento literario: enrolado por su padre primero como aprendiz de cirujano en la campaña francesa de apoyo al absolutismo contra los liberales españoles (1823) –expedición denominada «Los cien mil hijos de San Luis»–, y después como médico militar durante la independencia de Grecia, había pasado seis años recorriendo el mundo como médico de la marina francesa. Proveniente de una familia burguesa, su padre fue médico militar y el joven Eugenio tuvo por madrina a la ex vizcondesa Josefina de Beauharnais, esposa de Napoleón Bonaparte. Heredero de una importante fortuna tras la muerte de su padre en 1830, Eugenio Sue se afincó en París decidido a iniciar una carrera literaria. Pero la novela marítima y de aventura no lo alejó sin embargo de los compromisos sociales. En efecto, siendo ya un escritor reconocido, a fines de los años 1830 Eugenio Sue adhirió a los ideales del socialismo utópico y poco después entregó la novela que lo hizo célebre internacionalmente, Les mystères de Paris (1842-1843), comentada in extenso por Carlos Marx y Federico Engels en La sagrada familia (1844). Lejos estaban los tiempos primeros en que el dandy Sue frecuentaba los salones de la aristocracia parisina; su novela sobre la realidad social de las clases proletarias en la capital gala fue una suerte de revancha hacia la literatura de salón que privilegiaba el efectismo exótico (resabio de la novela romántica que cultivaba el gusto por la aventura) a los reclamos sociales que estallarían pocos años después y que encenderán a escala europea la mecha revolucionaria de 1848.
Atar-Gull fue percibida en su momento como lo que era: un encendido alegato contra la esclavitud. A pesar de que Sue traza aquí los contornos del folletín de aventuras ultramarino, con todos los ingredientes del melodrama romántico (el amor imposible y su desenlace trágico), ambientado en sitios exóticos (las plantaciones de Jamaica), el meollo de la intriga es de carácter social y político: el problema de la esclavitud, la lucha por su abolición y los actores sociales de la misma. Más todavía, Atar-Gull pone en escena un verdadero dilema político y social, convirtiéndose al fin y al cabo en una novela de intriga moral. Esto es: hasta qué punto la venganza urdida por el fiel esclavo frente a sus amos es justa. Y si dicha venganza es legítima, ¿lo son también todos los medios puestos en acción para ejecutarla? Con otros términos –parece apuntar Sue–, ¿cuál es el límite moral de la venganza cuando el fin que la anima es justo?
El movimiento abolicionista cobró vigor en Europa promediando el siglo xviii, con los ideales nuevos de la Ilustración y, en Gran Bretaña, con los cuáqueros y puritanos, que se oponían a la esclavitud. Sucesivas leyes británicas revocaron primero la trata de esclavos en 1807 y 1827, preparando así el terreno jurídico para la abolición total, decretada en 1834. La adopción definitiva del abolicionismo en