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¡Cuénteme, Don Manuel!
¡Cuénteme, Don Manuel!
¡Cuénteme, Don Manuel!
Libro electrónico342 páginas4 horas

¡Cuénteme, Don Manuel!

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Con aprecio y Cario a todos Uds. Quiero presentar mi Nuevo libro, un libro que llenar al lector de esos viejos tiempos, nuevos aos que ha pasado, de esos atardeceres en los cuales al comps de los que haceres de la casa y un chirinche se comparta ese precioso momento. CUNTEME!, DON MANUEL! Es una obra maestra, que al son de una charla, al comps de viento, dos amigos saborean, desde este patio la realidad de la vida cotidiana de esa gente que moldea estos campos, estas calles, estos personajes que son vibrantes y capaces de ofrecer un mejor da.

!CUNTEME, DON MANUEL! Es un gran libro y espero que el lector encuentre en l, el recuerdo de esas grandes historias que nuestros antepasados contaban, pero que al pasar el tiempo se han borrado, y hoy han salido a vivirlas, a recordarlas, de esa maravillosa universidad que nosotros llamamos La Universidad de la vida, que ayer y hoy la estamos viviendo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 dic 2013
ISBN9781490721989
¡Cuénteme, Don Manuel!
Autor

Michael Balaguera

Michaela Balaguera was born in Belen Boyaca Colombia, South America. In his early 20’s, Mr. Balaguera moved to New York where he made his permanent home and career. After thirty years in the air conditioning business, Michael retired. Blessed with a creative mind that needed to be expressed, Mr. Balaguera began writing. To date, he has written and published three books. His first book, From the Andes to Brooklyn, as interesting and compelling autobiography, gave Michael the confidence to further pursue a writing career. His second book, Dos Boyacenses Pero Animales, was distributed and read throughout Columbia and several countries throughout the world. 2030/Five From the Bay is Michael’s third book, and most fascinating. Michael continues to express his creativity through photography, working with stained glass and plans to continue writing in the future.

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    ¡Cuénteme, Don Manuel! - Michael Balaguera

    ¡CUÉNTEME,

    DON MANUEL!

    Michael Balaguera

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    © Copyright 2014 Michael Balaguera.

    All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording, or otherwise, without the written prior permission of the author.

    Printed in the United States of America.

    ISBN: 978-1-4907-2196-5 (sc)

    ISBN: 978-1-4907-2197-2 (hc)

    ISBN: 978-1-4907-2198-9 (e)

    Library of Congress Control Number: 2013923189

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    CONTENTS

    I

    II

    III

    IV

    V

    VI

    VII

    VIII

    IX

    X

    XI

    XII

    XIII

    XIV

    XV

    XVI

    XVII

    XVIII

    XIX

    XX

    XXI

    XXII

    XXIII

    XXIV

    XXV

    XXVI

    XXVII

    XXVIII

    XXIX

    XXX

    XXXI

    XXXII

    Este libro está dedicado a un personaje muy grande en la historia de mi vida, el Sr. MANUEL BALAGUERA, el famoso 20 (que mi Dios lo tenga en el cielo y le haya dado esa paz celestial), fue todo un personaje que la Comunidad de Belén, la compartió con sus Buenos modales y su forma de un gran caballero, él fue un hermano que se ha ido un poco más temprano que todos nosotros, personalmente lo extraño y lo recuerdo mucho y este libro no permitirá que se quede en el olvido, para todos nosotros los Belemitas.

    Quiero compartir este libro, con un personaje que me ha soportado en mi tiempo para poder escribir este libro, mi esposa, Patty Balaguera, y a mis dos hijos, Brian y Preston.

    La Compañía de Abogados The Balaguera Law firm, por su suporte moral en esta nueva Aventura de poder brindar estas inquietudes en este libro.

    Como le parece que la jedionda queria besar al chino, yo me lanse como una jiera y le pegue a la mocosa en la jeta, tumbandole dos caninos de esa trumpa jeroz que tenia.

    Un pedacito de esa cultura que ha pasado a la historia de esos personajes que adornaron estas praderas.

    ¡CUÉNTEME DON MANUEL!, Esta dedicado a un Pueblo grande y pujante, a un pueblo que es lleno de colorido y habitado por preciosa gente, que engrandece a nuestra querida tierra, Belén Boyacá, Colombia; localizado en un Valle sagrado y adornado por esas montañas Andinas que apuntan al cielo. ¡CUÉNTEME DON MANUEL!, narra en una charla simple y honesta de dos personajes, esos viejos y nuevos tiempos, lo que les ha enseñado la vida a través del tiempo.

    I

    -Jamilia, Buenas y santas las tengan… ¡Cómo se topan suspersonas!!

    Fue el saludo de Manuel al llegar a su casa después de recorrer la pradera,

    -Les cuento que aquí, la vida es todo un sueño, voy a descansar un rato viendo televisión, y a sumercé ¿cómo le ha ido, Don Martín, que hay de su vida?

    -A mí, muy bien, los hijos ya están en la universidad, Pedro llega mañana de la capital, uyyy, hace como dos años que no veo al sute.

    - ¿Le provoca un tintico, Don Martín?

    -No, gracias. Objeta Martín. - Pero cuénteme, Don Manuelito, tanto tiempo sin hablar, pues tendrá sumercé mucho que contar ¿Cierto?

    Insiste Martín, esperando respuesta que lo saquen de su curiosidad persistente. Si claro, muchito de que hablar compadre… Espere tantico que mi mujer, está haciendo unas arepas de trigo, muy buenas por cierto, así como las hacía mi suegrita ¿recuerda?. . . bien ricas las sojediondas… jajajajaja, así que no me las pierdo y esta tarde me las como con mantequillita de la buena.

    Manuel pregunta - y ¿Sumercé si se acuerda de las arepitas de trigo con mantequilla?

    Martin, - Sí, claro, bien ricas, no olvidé tampoco la mantequilla campesina que es más sabrosa… 

    Pronuncia Manuel con voz de contento. -Le cuento que para nosotros es muy placentero tenerlo aquí en la casa, después de haber pasado casi cuarenta años sin verlo, es mucho tiempo. Pero cuénteme su historia, su vida por esos toiticos lugares en donde nacen pocos y se crían muchos, sumercé… jajajaja… 

    -Muy bien, muy bien, le contaré, pero es muy larga mi historia y sumercé puede correr el riesgo de quedar dormido… . Dice Martín, en tono jocoso.

    Manuel lo escucha interrumpiéndolo abruptamente -¡No, no, no, no crea! Eche el cuento que yo lo escucho… haber… -¡Mija, gordita… ! Manuel llama a su mujer,

    -Tráigame una botella de guarito mujer, pa´ que no la jartemos aquí con el compadrito y poder recordar el pasado y compartir un momento rebonitico con este gran amigo que ha venido a visitarnos.

    La mujer de Manuel, acata la sugerencia, diciendo. - Bueno mijo, ya voy, pere tantico, restriego estas ollas ahumadas por el hollín de esta hijuepuerca estufa de carbón que ya no sirve ni pa´la basura… .

    Muy bien, muy bien mujer… apúrele, o si no se nos aburre el invitado… . Contestó Manuel.

    Manuel se dirige a su invitado: -Vamos hacia atrás de la casa y nos sentamos en las hamacas para ver la gente pasar por el camino rial compadrito, que yo sé que sumercé arecuerda los viejos tiempos,. . . . Ahhh sí que eran guenos, ¿verdad?

    Martin: -Si, y mucho, mucho, Don Manuel. Si… realmente es fascinante como el tiempo pasa, y ni así cambian las cosas, estos caminos, los árboles no han cambiado naditica, todito está igualito… jmmm… hasta el camino no ha desaparecido, aún permanece su sendero… que recuerdos y nostalgias me traen… 

    Manuel también se pone algo nostálgico. -Una cosa que si es cierto compadre, es que toitica la gente de pua´quí, se ha muerto, todos dijuntos ¿Quiere saber la lista de los jinados, que mi Diosito los tenga en su gloria? Manuel se persigna.

    Martin, hace lo mismo, pero busca la manera de olvidar la nostalgia: -Bueno, bueno. Eso no nos pongamos tristes, pero si recordemos las almas benditas que aún no están en pena… jajajajaja… 

    Me agrada que sumercé recuerde todos esos momentos, cuando se sentaba y miraba a todas las muchachas bonitas pasar por el camino, que a propósito, si se ha fijado supersona que esta carretera ahora está pavimentada… jajajajaja? Dice Manuel.

    Si, si me doy cuenta… y a propósito de mujeres, ¿Qué pasó con la Josefina, la hija de Don Carlos, el sepulturero? Qué bonita que era esa muchacha, me gustaban sus piernas, gruesas y largas, y esa carita de ángel caída del cielo, ni mandadita pintadita por Diosito, ¿se acuerda compadre? Dice Martín.

    Manuel lo recuerda: -Ahhh, la Josefina, claro, claro, ella se fue para el Israel y vive allá cerca de Jerusalén, ella se casó con un señor de pua´ allá y según las malas lenguas, él vende diamantes… jmmm… dizque tiene dos hijos, los dos sutecitos ya son generales en la fuerza aérea de Israel. Imagínese sumercé. Se pasa el tiempo… 

    Martin dice: - Me alegra por ella, además, compadre la sangre colombiana por allá, en la lejanía, en esas tierras es importante, no crea, no crea… 

    Manuel sugiere: -Pues sí, ya en estos tiempos modernos como todo es redondo, el mundo en que vivimos es para todos, por lo tanto ya no es como en los tiempos de antes, si vemos ahorita todo se comparte, las economías son globales y hasta este aguardientico compadre, hace parte de todo el mundo.

    Martin: -Esa es la puritica verdad. Pero le voy a preguntar algo compadre, pero no se me vaya a disgustar. ¿A sumercé todavía lo llaman el 20?

    Manuel, ríe: -Si claro, el 20… jajajaja… sumercé se acuerda. Este apodo yo lo llevo por más de 40 años, jajajaja. Ya me quedé asina más.

    Manuel se dirige a Martín con una actitud cómplice: - Pero sumercé también tiene un apodo. Como que yo me arecuerdo de algo, mmm.

    -Pues, mi apodo, cuando estaba por acá, era el zancudo, pero eso ya pasó a la historia Manuelito… 

    La esposa de Manuel aparece con la botella de aguardiente, Manuel se inquieta.

    -Llegó la gordita y nos trajo una botella de aguardiente. Qué bien… vamos a celebrar. Mija, por javor tráigame dos copitas de las que me envió Pedro de Nueva York, estas son preciosas y especiales para estos momentos.

    -Manuelito,. . . Pregunta Martín. -Recuerdo algo especial que se hacía por estas tierras, el guarapo, ¿recuerda?

    -Sí, sí, claro, por ahí detrás de la casa aún tenemos la tinaja que nos dejó el abuelo, alma bendita, y todavía en ella se conserva la frescura de mantener el buen sabor al guarapito, mmm… pero hoy no le hemos echado la panela, entonces no ha fermentado y no está bueno. Manuel añade: - Pero ¿Quiere problarlo?

    -Pues si no me pone a correr para el baño, pues si… claro, haber lo probamos… Y Martín se dispone a saborear el guarapo.

    -Pues no lo manda pal baño compadre, pero si lo manda pa´ la luna después de que se tome sus tres totumaditas, de los totumos que dejó mi nona, alma bendita, que por cierto, por ahí las tengo guardadas todavía, son una reliquia… Pero una pregunta Martin ¿Qué se le antoja entonces, aguardientico o guarapo?

    A lo cual Martín responde: -Pues lo que sumercé me brinde, pero mejor déjeme probar el guarapito, porque ese es el vino de los pobres que nos manda a recordar viejos tiempos jajajaja… Mi taita me decía: -Si una mosca pasa volando por encima de la totuma y cae en la mita´ del guarapo, es porque el guarapo ´ta bueno, sumercé.

    Es verdad, pero el aguardientico es más afinado pa´ sumercé. ¿No cree? Le pregunta Manuel.

    Don Manuelito, sumercé me hace acordar de esta palabra mágica que usamos en esta región, el SUMERCÉ, que ya no se utiliza desde hace muchos años por los jóvenes. Sólo, cuando llega uno a estos parajes la recuerda y la usa casualmente con amigos como usted… jajajaja… Eso más bien, sumercé deme una totumaditas bien llena para que me ataje esta sed que tengo, Don Manuel, Señor 20… Jajajaja… 

    Y entre sorbo y sorbo… 

    -Y, a todas estas, Martín, ¿Cómo le fue en el viaje?

    -Bueno, le cuento que me fue muy bien, Salí a las dos de la mañana puesto que el avión arrancaba a las seis de la mañana, siempre gasto como una hora de la casa al aeropuerto, el vuelo es de nueve horas pero como todo es muy cómodo, le dan a uno comida y bebida más entretenimiento; por lo tanto el viaje se hace más placentero. Ahora hay unas máquinas que lo envían a uno a dormir, si quiere. Antes la gente tenía que tratar de dormir en un viaje así tan largo como este, pero como todo cambia, pues esto es genial, uno no sabe a qué horas llega… 

    -Que bien, que bien, esa es la maquinita que necesitamos por acá, mi señora casi no duerme, no sé qué le pasa, creo que es el frío, o no sé, pero se dispierta muy tempranito… 

    Martin responde: -Bueno a lo mejor sumercé ya no le da calorcito, jajajaja… 

    -Si a lo mejor es así, ya uno viejo pues tiene que darse mañitas para que se prenda. Jajajaja ¿verdad?

    Martin comenta: -¿Sumercé sabe que venden unas pildoritas para que se pare el carajo?

    Manuel sorprendido: -Pero me imagino que para cada píldora tengo que vender una oveja, ¿Quién diablos va a hacer eso? Jajajaja… es mejor darle guarapito y él entiende eso, y si no preguntarle a la mujer, que no se queja de estos males… ..jajajaja… Ahhh, Martín, sumercé si no deja de ser lo que es; directico pa´l quinto pailón cuando se muera, jajajaja… ¿Sumercé si sabe que ya voy pa´ la tercera esposa?

    Manuel empieza a contar las historias de sus matrimonios.

    - Yo me casé cuando tenía solo dieciocho añitos, un sutecitos… y duré con esa primera mujer casi cuarenta años, pero mi Diosito me la quitó, alma bendita. Este primer matrimonio fue como un sueño, ella era preciosa, inteligente y cariñosa la condenada, y como madre pues ni se diga, me dejó cuatro retoñitos y ahora todos ellos pues ya viejitos están también circulado por todo el país.

    Martin pregunta. ¿Y de que murió su primera esposa?

    -Pues ella murió de una enfermedad, que nadie sabía curar, jmmm… los médicos venían una vez a la semana y me la atendían, pero no sé a ciencia cierta de que falleció la finada. Ella tosía mucho, se ponía todita pálida, hasta que un día ella me llama y me dice al oído: -Acérquese le digo algo… Estaba sentada en la salita allá en esa, al fondo de la casa… y me dice: -Sabe una cosita mi amor, sumercé ha sido un hombre bueno, yo lo he querido desde que tenía quince años, sumercé ha sido el amor de toda mi vida, yo le he dado cuatro hijos lindos y todos llenos de alegría, amor y sobre todo inteligencia. Yo le respondí: -Si mijita, sumercé ha sido una esposa, una amiga y una madre muy especial. Yo recuerdo el primer día que la vi, ¿lo recuerda?

    II

    María: -¡Si lo recuerdo sumercé!

    -Recuerdo que fui a entregar un caballo a mi suegro Don Ricardo y la Señora Rita me dice que yo era un hombre muy joven, elegante y fuerte, entonces ella me dijo que amarrara el caballo al fondo de potrero y después que regresará a la cocina a tomarme una aguadepanelita. Cuenta Manuel.

    -¿Recuerdas eso amor?

    -Si sumercé.

    Manuel la mira con amor y nostalgia, sus ojos se llenan de lágrimas: -Gordita, no me haga llorar, sumercé me hace recordar todos esos boniticos momentos, para mí son muy lindos. Recuerdo cuando salimos a caminar por la hondonada e íbamos a traer las jediondas ovejas, sumercé me dio un besito y yo la abracé fuerte por primera vez. ¿Se acuerda?? Cuando rodamos por esa pradera llena de kikuyo, jajajaja… todo entre los pantalones. Su cuerpo y mi cuerpo sobre los matorrales… y sus besos eran cada vez más intensos. Recuerdo entonces que hicimos el amor por primera vez; esto es para mí, digno de recordar. Por eso hoy, después de tanto tiempo, todavía mi piel se eriza y mi corazón salta de contento por sumercé. Ahhh… Que bellos momentos… Jajajaja, ¿Y si se acuerda que finalmente no trajimos las ovejas? Jajajajaja… 

    Nostálgica María, con una sonrisa escondida, - Si lo recuerdo, como si fuera ayer. Mi mama estaba furiosísima y me ojiaba de arriba a abajo. Jmmm… Ella me preguntó qué había pasado. Intuición de madre, por cierto. Yo le dije pues que naditica había pasado, que juimos a dar una vueltica y asina´más. Pero en realidad lo que pasó fue jue muy lindo.

    -Si fue muy bonito, nuestro amor de toda la vida, y hoy nos incontramos acá en este rincón de la sala recordando esos grandes momentos… Ahhh… nuestro primer hijo, que felicidad fue esto para todos. ¿Cierto?

    Manuel: -Si, si lo recuerdo gordita. Todo esto me hace llorar, me hace temblar y no sé qué decirle mujer. Sumercé fue mi primer amor y mi corazón tiembla y suena juerte, mis labios se secan, me estremezco, siento amargura, mis piernas no soportan mi peso, mis manos desean acariciar su carita y mis ojos la miran con más projundidad. Mi amor destella y refleja más en su forma, llorando le digo mija, que yo la quiero mucho, mi amor, mi amor… 

    Y los dos se juagan las lágrimas entre abrazos.

    También lo quiero mucho, dice María, con voz entrecortada. - Sumercé ha sido el único hombre que he tenido en mi vida, el único amor, la única persona que me ha soportado, recuerde que hemos tenido difíciles y buenos momentos. Déjeme besarlo y mirarle su carita y decirle que pronto me iré, que pronto tendremos que separarnos y que Diosito me está llamando, te tengo que dejar, haga lo que más pueda, ayude a nuestros muchachos, visíteme de vez en cuando, lléveme flores a la tumba porque siempre estaré mirándolo desde las alturas del Divino Redentor… Amor, pero no me mire con compasión, míreme con alegría, los dos hemos sembrado muchas semillas que crecerán en este hermoso valle… Y alrededor de este jardín que los dos hemos cultivado por tanto años, muchas de esas flores nacerán para hacerlo juerte, no sólo a sumercé, sino a esta jamilia que los dos hemos creado y en todo lo que emprenda… Cariño, amor… No puedo respirar, me duele, me duele, me duele… . . . 

    Sus manos apretaron mi cuerpo y ella… Se fue para siempre.

    -Su cabecita se reclinó sobre mi hombro y yo trataba de hablarle y de moverla pero ella no respondía, me tomó unos minutos para comprender que ella ya se había ido con Diosito… 

    III

    Manuel bajó sollozos implora: -. . . Y no quiero seguir más porque me duele el alma, fue un amor soñado y puro. Ella antes de morir no me mostró, dolor, sólo alegría, me mostraba los caminos a seguir, no vi lágrimas en sus ojitos, sólo me miró con amor.

    Martin, con mirada estupefacta y absorta, solo puede mencionar unas cortas palabras: -Lo siento mucho, estos momentos en la vida son difíciles y uno no sabe que decir, compadre… Mi querido amigo, el 20… Yo sé que sumercé ha recorrido muchos caminos difíciles en la vida, y la vida le ha mostrado nuevos senderos, y hoy todavía ahí está, luchando por otro día más, digno y fuerte, ¿verdad, 20?

    Manuel: Si, si… Con voz temblorosa le dice: - Por qué no nos tomamos otro traguito más de este chirrinchi está como gueno, es mientras la gordita hace algo de comer. Ella es una buena cocinera, la mejor. ¿A su persona no le provoca un ajiaquito?

    Martin: -Si Manuelito, uyyy… Hace un millón de años que no como ajiaco, mil gracias, por permitirme saborear ese manjar.

    -La semana pasada, mi mujer hizo un mute con pata de cordero, jmmm… la carne se desmenuzó y quedó tan gueno que casi me como toda la ollada completa compadrito… jajajaja… Mire esa barriga mazamorrera que llevó por culpa de mi mujer. Cada día más grande, pero ya creo que llegué al límite de mi edad pues no creo que crezca más. Comenta con gracia Manuel.

    Martin: -Si me permite, ¿sumercé cuántos años es que tiene?

    Manuel: -Pues, le cuento que nací antes del tifo y la viriguela, sumercé, por lo tanto debo tener algo así como unos105 años mijo.

    -Dios mío, no le puedo creer, parece mentira, sumercé se ve enteritico, se ve muy bien compadre, camina derechito, y va a revisar sus vaquitas, conserva su casa muy bien… que interesante; ver a una persona de su edad así tan alerta, y activa como sumercé, me da alegría. Y que come compadrito para mantenerse así de bien… cuénteme el secretico… jajajaja… . Comenta Martín.

    -Bueno mi secreto es simple, dejar que la vida pase y no pasar por la vida, porque si uno se llena de preocupaciones, pues se muere más rapidito y como sumercé ve hay mucho que aprender, y muchas cosas que vienen nuevas; por lo tanto, pues no quiero volverme viejo… jajajaja. Responde Manuel.

    Martin, -Si, eso sí es cierto, si uno se preocupa mucho por todo, la vida será muy corta.

    -Ahhh y no olvide sumercé, recuerde que también tiene que tomarse un traguito todos los días y hacer el amor por lo menos una vez a la semana, le aconseja Manuel, jocosamente.

    -Eso sí es cierto, dice Martín. El sexo es saludable, dicen que cuando uno tiene sexo los nervios y los músculos del cuerpo funcionan mejor, es un buen ejercicio para los hombres y las mujeres, y así como sumercé lo dice pues un traguito, una caminadita y algo de trabajo físico no mata. Pero le quiero preguntar algo muy personal, Don Manuel.

    -Dígame con confianza… 

    - Y Don Manuelito, ¿Todavía hace el amor?

    Manuel, -Pues… ..le cuento que por lo menos mentalmente, jajajaja, ya a estas alturas sólo me quedan los recuerdos pero a veces trato y trato… y si no pregúntale a la gordita, ella lo sabe muy bien.

    -¿Gordita? Venga Mija pa´ cá, me están preguntado si todavía yo la consiento y yo quiero que sumercé de una respuesta… Manuel llama a su mujer… 

    María: -. . . . Jmm… La verdad es que él siempre lo intenta, y lo intenta… pero yo me siento muy contenta, y no me quejo… jajajaja.

    Martin, - Pues no quiero saber más, mil gracias por permitirme preguntar en lo que no debería meterme… ¡Qué vergüenza! Tengo la cara colorada… jajajaja

    María, -Si, a su persona se le nota la coloriada que se pegó… jajajaja. Mejor cambiemos de tema. Haber, ¿sumercé se toma otro aguardientico?, haber sumercé, para que este frío encienda el cariño que se le tiene en esta casa… 

    Martin, - Cómo no aceptarlo. Favor que me hace, Señora María, pues ni modos de negarme, sería un acto de grosería, porque ¿Quién se niega ante un aguardientico? bebida colombiana que tiene la fama de quitar ese fríito de estas montañas. Por eso es que le dicen el whisky de los pobres.

    Manuel, brinda por el comentario: -Y cuénteme algo Don Martin… después de no haber venido a estas tierras por casi medio siglo, ¿Cómo ve el pueblito?

    -Pues le cuento Don Manuel que el pueblito ya no es tan pueblito, ya es media ciudad, ya no veo la calle de los diablos… ¿La recuerda?. . . su gente ha cambiado mucho, los patrones ya se han perdido en las nuevas generaciones que las veo como más pujantes e independientes.

    Manuel: - Mire cuantas nuevas calles hay en el pueblo compadre, ya la mayoría de los burros de carga han desaparecido y los caballos son sólo de lujo sumercé. La chichita que se vendía ya ni del olor se siente. Ahora la gente es más sojisticada, se toma el whisky que llaman, el ron, vodka supersona y la polita que nunca hace falta… Jajajaja… 

    Martin: Si, si, ayer tuve la oportunidad de recorrer la calle Mata de rosa y vi con desagrado como esas casonas que adornaban la calle ya no existen, y que la quebrada que bajaba por esos lugares ya está casi seca.

    -Ah, que buenos recuerdos… Manuel hace recordación de los viejos tiempos. -Tengo recuerdos de Mata de rosa, cuando era niño, allí había unos molinos de cebada, trigo y maíz, el agua de esa quebradita era capaz de mover las tremendas piedras de moler. Recuerdo mucho que eran redondas y que la harina salía toitica molida… esas piedras la podían moler, finitica y también gruesita… los campesinos la llamaban así en esos tiempos… 

    Martin, también lo recuerda, - Si, mi papá me contaba todo eso. Mi papá era un tipo alto y delgado y fue todo un caballero en este pueblo; él fue uno de los primeros veterinarios en el pueblo, mucha gente le pedía el favor de vacunar el ganado. Recuerdo que vino en una ocasión la aftosa, esa enfermedad que le da al ganado, y mi papá me contaba que tenía que levantarme a la una de la mañana, cuando la luna estaba llena para ir a vacunar las vacas… jmmm.. Era una odisea levantarse con esos fríos tan tremendos a esa hora de la mañana; si, era tremendo, pero como no había otra alternativa pues, lo hacíamos con todo el empuje necesario. Mi mamá nos hacía un cafecito caliente y lo llevábamos en un termo, eso era un manjar a esas horas… 

    IV

    Manuel: -No sé si se acuerde mijito, cuando vino el primer carro al pueblito, jmm eso jue toda una jiesta sumercé… Eso sí que la gente salió a verlo… uyyy hasta yo salí… jajajaja… Lo más curioso de todo era ver cómo funcionaba sola esa máquina y quien dijera que remplazaría a los caballos… Ahhh… Y mire, la iglesia que tenemos ahora es nueva y la plaza

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