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El Parque Encantado
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Libro electrónico53 páginas38 minutos

El Parque Encantado

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Aqu encontrars un cuento de historia de un encanto, tu recordars que alguien de tu familia contaba cuentos de historias sobre los encantos que la gente ha encontrado si no fueron tus padres fueron los abuelos, y si no fueron los abuelos lo escuchaste con alguien de tus amigos contando estos cuentos de historias, como yo escuch una vez cuando mis padres hablaban de los encantos, de lo que mis abuelos les contaban a ellos, muchos aos atrs que gente que caan en los encantos, y ah es como comenc a escribir este libro como el parque encantado
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento24 jun 2013
ISBN9781463358273
El Parque Encantado

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    El Parque Encantado - Rogelio Flores García

    INDICE

    Dedicatoria Y Reconocimientos

    Cuentan Las Historias Que…

    Dedicatoria y reconocimientos

    Agradezco de todo corazón a mi esposa Mirella Aguas Sánchez por ayudarme en este libro y a mi niña Jaribeth Flores por motivarme a terminar este proyecto del escrito de la obra, ya que a ella le gusta leer los libros y cuentos de historias, gracias de todo corazón, y también a Virgilio Aguas Sánchez por dirigirme en como dar el primer paso en hacer este proyecto de este libro, gracias.

    Era un día de vacaciones. Una pareja y sus dos niñas, una de diez y la otra de doce años, iban rumbo a un parque muy atractivo. Llegando a ese parque, las niñas bajaron del auto con la emoción de jugar y conocer el parque, que tenía algo de impresionante. Entonces, sus padres les gritaron:

    —¡Con cuidado, niñas, no se nos vayan a perder! ¡La comida será a las cuatro de la tarde!

    —¡Sí! —respondieron ellas—. ¡Estaremos a esa hora!

    Luego, dijo el papá:

    —Ay, ay, ay… Nuestras hijas en pocos años serán unas adolescentes, ¿no lo crees?

    —Si tú lo dices… —contestó la mamá—. Bueno, vamos a buscar un lugar donde comer.

    —Ok. Vamos —dijo él.

    Las niñas, emocionadas, corrían. Lisa, la mayor, jalaba sonriente a Sandy, la más pequeña, hasta que llegaron a un camino muy hermoso. Dijo la mayor:

    —Ven, vamos.

    —Se ve bonito —contestó Sandy—, precioso, pero, pero…

    —Pero ¿qué? —interrumpió la otra—. Vente, vamos a ver qué hay.

    —Espera —dijo Sandy, ya caminando—, yo siento algo extraño.

    —¿Qué de extraño? Lo extraño es que hay flores a tu alrededor y dos pequeños lagos muy hermosos a nuestro lado, ¿lo ves? ¿Qué hay de extraño?

    —Espera —insistió su hermana—, ¿no es que este camino llegaba solo a la montaña? Pero el camino sigue…

    —No sé o no me di cuenta —contestó Lisa—, pero más allá se ve… ¡Guau! ¡Precioso!

    —¡Se ve hermoso! —dijo Sandy.

    —Ven, vamos, sígueme —agregó la otra.

    Y entraron al encanto…

    —¡Guau! ¡Diamantes! —exclamó, emocionada, Lisa.

    It’s not real, it is fake… —dijo Sandy.

    De tanta emoción, corrieron a agarrar los diamantes, pero no eran diamantes, eran cosas raras que las atraparon.

    —¡Aaah…! —gritaron las niñas, y ya no regresaron.

    El encanto, cuenta la historia, es como que te cegara…

    Entretanto, los padres volvieron de la montaña y fueron al lugar donde estaban las cosas preparadas para la comida. Llegó la hora en la que el papá había dicho que iban a comer.

    —Cariño, ¿no crees que las niñas ya deberían estar aquí? —preguntó Roy, el padre—. Ya son la cuatro y cuarto.

    —Ya llegarán, no te desesperes —contestó Katty, la madre—. ¿Me pasas el kétchup?

    —Sí, toma —dijo él, y se sentó. Luego, agregó—: Estoy cansado.

    —Relájate, todavía falta mucho para recorrer, es día de vacaciones.

    —Estoy preocupado, ya se pasó la hora y no llegan nuestras hijas.

    Tiempo después…

    —¿No han visto a dos niñas, una de pantalón negro y playera rosa, y la otra de pantalón azul y playera roja con una rosa en la espalda? —Comenzaron a preguntar los padres.

    Cada vez que preguntaban, no había datos de ellas. Desesperados, preguntaban y preguntaban. Finalmente, unos jóvenes que los escucharon les dijeron:

    —¿Buscan a

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