Sara y el misterio de las piedras sagradas

Por María Guadalupe Jaramillo Ollervides.

Sara y el Misterio de las Piedras Sagradas, es una novela de personajes cambiantes, cada uno con una personalidad definida y clara; invita al lector a indagar sobre hechos que surgen inexplicablemente sin encontrar respuesta.
La historia se desarrolla con Sara, la niña protagonista de tan sólo 9 años, quien vive una aventura en el año 2040. Todo comienza cuando ella juega en el jardín de su casa y encuentra cuatro pequeñas piedras que brillan intensamente, aquellas piedras las guardará en su habitación sin saber que serán el origen de un suceso que cobrará mayor intensidad cuando ella se convierta en una joven de 21 años y comparta esta aventura con Otoniel, un amigo inseparable. Los dos viven momentos extraños.
Cuando los habitantes de la ciudad por alguna razón han desaparecido, ella se enfrentará a peligros que parecen insuperables, luchará por la supervivencia de ella y de los suyos, lo que muestra que ella es un ser de corazón noble y valiente en un mundo donde se cree que ya no existe el amor ni la amistad. Este relato encierra una similitud con nuestra realidad, nos muestra que el ser humano es cambiante y puede volar con las alas de la fe y llegar al monte Sinaí, con el valor de creer que todo es posible.

• Idioma: Español
• Editorial: GRP
• Fecha de lanzamiento: 5 may 2019

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© María Guadalupe Jaramillo Ollervides.

© Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

Lago Mayor No. 67, Col. Anáhuac,

C.P. 11450, Del. Miguel Hidalgo,

Ciudad de México.

(55) 6638 6857

5293 0170

[e-mail]

1a. Edición, 2019.

ISBN:

Impreso en México - Printed in Mexico.

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio

sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

Características tipográficas y de edición:

Todos los derechos conforme a la ley.

Responsable de la edición: Rodrigo Porrúa del Villar.

Corrección ortotipográfica y de estilo: Graciela de la Luz Frisbie y Rodríguez /

Rodolfo Perea Monroy.

Diseño de portada: Juan Carlos García Moreno y Edgar Cano.

Fotografía: Blanca Edith Dueñas Jaramillo.

Personaje de portada: Anel Guadalupe Valverde Jaramillo.

Diseño editorial: Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

A Dios:

Este libro está dedicado a Dios, por haberme dado

la oportunidad de seguir adelante y ser mi guía.

A mi hija Lupita:

Que amo con todo mi corazón y ha sido mi cómplice

en esta hermosa aventura literaria.

A mis padres:

Por sus consejos y apoyo incondicional,

sus sacrificios y gran amor.

A mis hermanos:

Por todos los bellos momentos que pasamos juntos,

por sus palabras de aliento.

A mi abuelita:

Por impulsarme día a día, siendo una guerrera.

A toda mi familia y amigos,

Los amo.

A la Señorita Samantha Carbajal

de Grupo Rodrigo Porrúa.

A los maestros, Profesor David Valles Dena,

Profesor Ever Avitia Estrada,

Profesor Francisco Javier Villalobos,

y Profesor Claudio Israel Tapia A.

PRÓLOGO

Ciudad Juárez, Chih., México, viernes 10 de agosto del año 2040. Siendo la media noche, mientras sus habitantes duermen, centenares de luces se ven en el cielo de la ciudad. Entretanto, un objeto cubre el cielo con una extraña y sorprendente luz multicolor, que cae en picada en las profundidades del Océano Atlántico. Nadie podría imaginar lo que está por suceder. Pero una amenaza está a punto de aparecer en la tierra. Sara, la protagonista de esta historia, llevará a otros a conocer los secretos que les permitirán cumplir con su verdadero destino, la lucha entre el bien y el mal. El lector descubrirá un mundo nuevo, en donde prevalece ante todo la fe, el amor, la amistad y la unión entre seres que sólo buscan un mismo fin, el bien de la humanidad.

ÍNDICE

CAPÍTULO I

CAPÍTULO II

CAPÍTULO III

CAPÍTULO IV

CAPÍTULO V

CAPÍTULO VI

CAPÍTULO VII

CAPÍTULO VIII

CAPÍTULO IX

CAPÍTULO X

CAPÍTULO XI

CAPÍTULO XII

CAPÍTULO XIII

CAPÍTULO XIV

CAPÍTULO XV

CAPÍTULO I

LA ESPERA

9:00 a.m.,

Sara vivía en una ciudad pequeña con clima extremoso. Sara era una niña hermosa de 9 años de edad, tez blanca, cabello rubio y ojos cafés, muy parecida a su madre. Se encontraba en compañía de sus padres, jugando felizmente en el jardín de su casa, junto a un árbol frondoso.

Ellos, distraídos por la lectura, no se percataban de lo que sucedía en ese momento.

De pronto, Sara, dirigió su mirada hacia el suelo y observó entre el césped cuatro pequeñas piedras. Los rayos del sol las hacían brillar enormemente, llamando su atención. El color de esas cosas no era común. Al pretender recogerlas, se levitaron unos centímetros para luego caer. En su inocencia, sin darle importancia a ese hecho, las toma cuidadosamente entre sus manos, y acercándose a su padre le pregunta:

—¿Puedo llevármelas a mi cuarto?

Eliseo, un hombre trabajador, dueño de una librería, al percatarse del interés que tenía en esas piedras, le responde:

—¡Claro que sí, hija!

Feliz comienza a jugar con ellas.

Al caer la tarde, su madre se acerca a ella y le sugiere:

—Entremos a la casa, ya es un poco tarde, está haciendo frío y te puedes enfermar.

Sara, obediente, recoge las piedritas, introduciéndolas en el bolso de su vestido y se retira a su cuarto, se sienta en la alfombra y forma pequeñas figuras. Al terminar, saca una pequeña cajita rosa que tiene en un cajón de su tocador, y una a una, las guarda. Al tapar la caja, el brillo de las piedras aumenta poderosamente. Sin percatarse de lo que está sucediendo, de repente escucha un leve ruido en la ventana, deja la caja sobre su almohada y se levanta lentamente para averiguar la causa de ese extraño suceso. Al acercarse, observa cuatro pequeños gorriones parados en la orilla.

Presurosa se dirige a la cocina, toma un panecillo, rápidamente lo desmenuza, los gorriones se acercan poco a poco al ver las migajas. Mientras comen, Sara los acaricia amorosamente, permitiendo que se posen en su mano para después dejarlos volar.

Al día siguiente, mientras todos desayunaban, les dice a sus padres:

—Anoche vi en mi ventana cuatro gorriones.

Su padre, incrédulo, responde ante la mirada de su madre.

—¡Hija, eso no puede ser!, los gorriones casi no salen de noche. Es muy extraño lo que nos comentas.

Al escucharlo, Sara insiste:

—Sí papá, es verdad, ¿acaso creen que son inventos?

Magdalena interrumpe la conversación respondiendo a su hija:

—Claro que te creemos, sólo que parece un poco fuera de lo común.

Todos los días, al salir por la mañana, ve cómo los gorriones llegan y se paran sobre las ramas del árbol. Al verlos, corre hacia la alacena, se acerca y en un pequeño plato les sirve un poco de alpiste. Acostumbrada a la presencia de las aves, diariamente se asoma por la ventana de su cuarto esperando verlas de nuevo.

Cierto día por la mañana, su madre estando en el jardín, ve a los gorriones pararse en la ventana de la habitación de Sara, rápidamente sube al cuarto de la niña y le dice:

—Hija, ahí están nuevamente, esperando recibir algo de comida, ¿no crees que ya los acostumbraste a eso?

El padre al escuchar, sonríe mientras toma un sorbo de café, y comenta:

—No veo nada de malo en que lo haga, además ella se distrae.

Al escuchar a su padre, sonríe aprobando su respuesta y le pregunta a su madre:

—¿Verdad que son lindos?

Magdalena, viendo a su hija con amor, le responde:

—Sí, son bellos.

Esa mañana, como todos los días, antes de irse al trabajo, sus padres la llevan al colegio. Al llegar, su madre se baja del auto para encaminarla a la entrada de la escuela, despidiéndose de ella con un beso en la mejilla. Al cerciorarse de que entra tranquilamente, sus padres se retiran.

Sara se dirige a su salón y no se percata de que se le cae un lápiz de su bolsa. Un jovencito, delgado y bien parecido, se acerca, recoge el lápiz del suelo y le pregunta:

—Disculpa, ¿es tuyo este lápiz?

—Sí, es mío, muchas gracias.

Sonriendo, le pregunta:

—¿Cómo te llamas?

Sorprendida por la confianza del joven, responde:

—Mi nombre es Sara Ollja, y tú ¿cómo te llamas?

—Otoniel, pero mis abuelos