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“Enjatla Alichi”: Biografía Del Obispo Xxiii De Durango
“Enjatla Alichi”: Biografía Del Obispo Xxiii De Durango
“Enjatla Alichi”: Biografía Del Obispo Xxiii De Durango
Libro electrónico675 páginas10 horas

“Enjatla Alichi”: Biografía Del Obispo Xxiii De Durango

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BREVE COMENTARIO DE ENJATLA ALICHI

Estoy convencido que muchas personas han agradecido y agradecern al Sr. Miguel Zubiria la divulgacin de la vida del Obispo de Durango a travs del libro Enjatla Alichi. Me uno a todos ellos. Despus de leerlo quisiera homenajear al autor con una breve reflexin siempre con la venia, el respeto y la consideracin sincera que un servidor tiene y siente hacia D. Miguel, a pesar de reconocer que ni siquiera soy capaz de redactar una carta en trminos correctos. Ante mi osada solicito, pues, compasin y absolucin. El autor deja claro el por qu recopila todo lo que encuentra sobre la vida y obras del Obispo D. Jos Antonio Laureano Zubiria y Escalante. Deja tambin muy claro los nombres y apellidos del obispo.

Sobre los primeros aos de la vida del nio Jos Antonio a pesar de que el autor no dispone de mucha documentacin, sta est muy bien aprovechada por lo cual tenemos a un nio joven que sobresala del entorno familiar y social de la poca. Encuentro muy interesante las cartas que el Obispo dirige al gobernador. As como tambin las cartas dirigidas al gobierno en las que se destaca un estilo literario refinado pero que no deja ningn tipo de dudas de lo que, segn l, deben ser las relaciones iglesia-estado mexicano.

Se conservan muchos sermones, la mayora de ellos son literariamente impecables con un mensaje pastoral avanzado de la poca. El libro contiene tambin muchas cartas pastorales a travs de las cuales se sabe el pensamiento no slo de la Iglesia sino tambin de la sociedad. El captulo de las visitas pastorales a toda la dicesis es extenso. Se narran uno por uno todos los pueblos que el Obispo como mnimo visit una vez. Creo que no se olvid de ningn pueblo, por pequeo que fuera, sin su visita, de ah el sobrenombre de Obispo misionero.

Tengo que hacer especial mencin a la carta que el obispo dirige al Papa Pio IX referente a la encclica que habla de la Inmaculada Concepcin. Si leen las dos tendrn dudas cual es la mejor.


Reflexiones personales en torno al libro:

El libro Enjatla Alichi contiene suficientes escritos para que algn Telogo hiciera una exgesis seria referente a sus escritos pastorales. No era los mismo redactar un mensaje eclesistico en Europa o en la ciudad de Mxico, donde haba muchos Telogos con los cules asesorarte que vivir en Durango a mediados del siglo XIX. Creo que con esto conoceramos ms y mejor a este Obispo que siendo un hombre de Iglesia se adelanta en el tiempo y da ms importancia a las personas y a la accin pastoral que quedarse en su palacio episcopal. Esto que hoy estaramos todos de acuerdo no era fundamental en los obispos de aquella poca en que predominaba el boato.

PERE RFOLS MIRO

BARCELONA, ESPAA.
2012.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento20 feb 2013
ISBN9781463351663
“Enjatla Alichi”: Biografía Del Obispo Xxiii De Durango

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    “Enjatla Alichi” - Miguel Zubiria Estrada Berg

    Copyright © 2013 por Miguel Zubiria Estrada Berg.

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    ventas@palibrio.com

    445981

    INDICE

    *Agradecimiento:

    Dedico Este Libro A Mi Esposa

    Prólogo:

    Introducción:

    Acta De Bautismo, Confirmación Y Educación Primaria:

    De La Correspondencia De José Antonio Zubiria

    Certificación Por El Canónigo Magistral Iturribarria

    Al Cura José Antonio Zubiria

    (Diciembre 11 De 1829)

    M. I. Y Venerable Señor Presidente Y Cabildo Gobierno Del Obispo De Durango.

    En Septiembre De 1832: Se Emitieron Algunos Decretos En El Estado De Chihuahua:

    Año De 1836

    Junio 13 Del Año De 1843

    Remisión Al Cabildo

    Diciembre 06 Del Año De 1846

    Enero 11 Del Año De 1847

    Junio 30 Del Año De 1848

    Junio 26 Del Año De 1849

    Abril 20 Del Año De 1850

    Julio 22 Del Año De 1853

    Diciembre 12 Del Año De 1853

    Noviembre 26 Del Año De 1857

    Últimos Días Del Obispo De Durango

    Acta De Defunción Original Del Sr. Obispo

    Diciembre 01 Del Año De 1864

    30 De Octubre De 2005

    25 De Octubre De 2009

    Retrato: José Antonio Laureano Zubiría Y Escalante

    Introducción

    Carta De José Antonio Zubiria Al Capellán

    Febrero 16 Del Año De 1833

    Licencias De Capillas.

    Santa Fe De Nuevo México, Junio 21 De 1833.

    Decreto, Junio 23 De 1833

    Santa Fe De Nuevo México, Junio 25 De 1833.

    San Fernando De Taos,

    Curato De San Juan De Los Caballeros.

    Mision De Santa Clara,

    Curato De Visita De Santa Cruz De La Cañada

    Circular.

    Misión De Santo Domingo

    Villa De San Felipe Neri De Albuquerque

    Curato De Santa Maria De Belen

    Curato De San Miguel Del Socorro

    Misión De San Agustín De La Isleta

    Pueblo De San Esteban De Acoma

    San Jose De La Laguna

    Mision De Nuestra Señora De Santa Ana

    Santa Fe

    Oficio Del Obispo

    Año De 1834

    Carta Pastoral En Consecuencia De La Visita Del Territorio

    Bautismos

    Introducción

    Santa Visita De Santiago Papasquiaro

    Santa Visita De Santa Catalina De Tepehuanes

    Santa Visita De Inde

    Santa Visita En La Villa De Jiménez

    Santa Visita A Ciudad Hidalgo

    Santa Visita A Pilar De Conchos

    Santa Visita De Chihuahua;

    Santa Visita De Chihuahua,

    Santa Visita Del Mineral De Jesús María

    Mision De Santa Isabel

    Santa Visita A Chihuahua

    Santa Visita Del Pueblo De Santa María De Las Cuevas

    San Gerónimo De Huejotitan

    Santa Visita De San Bartolomé De Allende

    Santa Visita De Nuestra Señora De Las Mercedes Del Oro

    Santa Visita De Indé

    Santa Visita De San Pedro Chalchihuites.

    Santa Visita De La Vice-Parroquia Del Alamo De Parras

    Santa Visita De La Parroquia De San Miguel De Coneto.

    Santa Visita De La Parroquia De San Juan Bautista Del Rio

    Santa Visita Del Mineral De San Miguel Del Mezquital

    Santa Visita De La Parroquia De San Juan Bautista De Sombrerete Ramo De San Alto

    Sombrerete En La Cabecera

    Refrendas Del Licenciado Dadas En Sombrerete

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    XXIII Obispo de Durango

    D. José Antonio Laureano Zubiria y Escalante

    *AGRADECIMIENTO:

    - QUIERO AGRADECER INFINITAMENTE AL DR. MIGUEL VALLEBUENO GARCINAVA, MARIA DEL CARMEN PELLAT SOTOMAYOR, JOSÉ ALONSO MARTÍNEZ BARRIOS, LORENA DEL CARMEN MORÁN CRUZ, JUAN LEIJA ZAVALA Y A JOSÉ GREGORIO ORTIZ MUÑIZ; YA QUE SIN SU COOPERACIÓN NO SE HUBIESE PODIDO REALIZAR ESTA BIOGRAFÍA.

    DEDICO ESTE LIBRO A MI ESPOSA

    AMÉRICA ELIZONDO DE ZUBIRIA

    Y A MIS HIJOS:

    MIGUEL, AMÉRICA Y MARÍA EUGENIA

    ZUBIRIA ELIZONDO

    PRÓLOGO:

    Como de costumbre me retiré a dormir sin problema alguno la noche del 13 De marzo de 2002, en la madrugada del día 14 desperté con una extraña molestia, parecía que estaba soñando, algo me sucedía y no entendía que era, mi cabeza daba vueltas y yo me sentía muy raro y muy mal. Después, me entero que me llevaron al hospital donde me diagnosticaron un INFARTO CEREBRAL, me operaron de emergencia pues el daño se encontraba situado en la parte posterior del cerebro y era sumamente delicado, la operación se llevo a cabo inmediatamente y unas horas después cuando despierto en cuidados intensivos me platican lo que ocurrió, pido que enciendan la luz ya que estoy en la oscuridad, mi familia se asusta y me dicen que todo está iluminado. En ese momento me doy cuenta de lo que estaba pasando…perdí la vista. En medio de aquella aterradora desesperación en la que de pronto me encuentro se me viene a la memoria mi pariente el Obispo Santo Don José Antonio Laureano Zubiria y con un intenso deseo de luchar por recuperar mi vista empecé a pedirle con todas mis fuerzas que me ayudara intercediendo por mí para que me recuperara, comprometiéndome a ser testigo y propagar la fe.

    Pedí su ayuda y unas horas más tarde, en el mismo día 14 de marzo, empecé a ver algo de luz y la silueta de mi mujer. Así he seguido luchando con férrea voluntad acatando las indicaciones médicas, con la invaluable presencia de mi esposa y poniendo mi fe en Dios y en el Obispo Santo. Razones habrá por las que me quedé en este mundo y pienso que una de ellas es promover y difundir la Santidad de Don José Antonio, que más gente lo conozca, le pida favores y que El interceda por ellos para que logren sus peticiones. Ahora a más de dos años del suceso hago mi vida normal, voy a mi oficina y en las tardes me dedico a difundir y a armar la historia de nuestra familia, juntando el mayor número de datos y así me entretengo y lo disfruto en todo momento.

    Testimonio del Sr. Miguel Zubiria Estrada Berg.

    INTRODUCCIÓN:

    Hasta hoy se conocen 3 libros sobre la vida del Obispo Don José Antonio:

    1.-Ilustrísimos Prelados de Durango, Sinaloa y Sonora. Vicente de P. Andrade – 1899 Imprenta del Museo Nacional de México.

    2.-El Obispo Santo, Arzobispo Santiago Zubiria y Manzanera. Editorial Jus S.A. 1907

    3.-El Obispo Santo, José Ignacio Gallegos C. Editorial Jus S.A. 1965

    Quiero hacer la observación de la extrañeza que me ha causado el hecho de que en los tres libros aparezca que el apellido del Obispo es López de Zubiria. En los últimos cuatro años he estado estudiando la genealogía de mi familia y no encuentro ninguna conexión de nosotros con el apellido López, ya que en los tres libros solamente en la portada está así, en los datos del libro aparecen correctamente, desde el acta de bautismo en adelante.

    Todos los documentos que presento aquí, están debidamente acreditados y en todos aparece como JOSÉ ANTONIO LAUREANO ZUBIRIA Y ESCALANTE.

    Tengo la intención de hacer un resumen de los tres en uno, solo tomando como base el del Arzobispo Zubiria, ya que este convivió bastante con su tío el Obispo y fue testigo de su Santidad. Agregando también otros datos recabados en el Archivo Histórico del Arzobispado de Durango (AHAD).

    Emprendo pues la tarea de re-escribir la Biografía de uno de los Obispos que durante el siglo XIX gobernaron la Diócesis de Durango, de un Obispo misionero que por su vida llena de caridad, de sacrificios y sufrimientos, ha sido llamado El Obispo Santo.

    Vamos a ver en estas páginas como el Señor Obispo Zubiria, dotado desde pequeño de un gran espíritu de sacrificio, a través de los años se da a conocer como un virtuosísimo Sacerdote, mas tarde, ya Prelado se dedica a evangelizar su vasta Diócesis, sufriendo persecuciones, pero prefiere sufrirlas, con todas sus consecuencias, antes de admitir o tolerar las leyes impías.

    El Señor Zubiria perteneció a aquel grupo de Obispos mexicanos que como Belaunzarán, García, Vázquez, Portugal, prefirió el destierro antes que aceptar las disposiciones antirreligiosas dadas por el gobierno federal en diversas fechas.

    Del matrimonio formado por Don Martín Zubiria y Doña Jerónima Escalante nace un caluroso día de verano, en Arizpe Sonora el Sr. José Antonio Laureano Zubiria Escalante el 4 de julio de 1791, es el día que por primera vez se asoma a este mundo.

    Acta de Bautismo, Confirmación y Educación Primaria:

    "En el año del Señor de 1791, el 5 de julio, Yo el Br. Don Juan Antonio Alegre, con licencia del Sr. Cura de ésta Capital (Arizpe Sonora) Don Miguel Elías González, bauticé solemnemente a un Párvulo que nació el día antecedente 4 de Julio de 1791, a quien se le puso por nombre José Antonio Laureano, hijo legitimo de Martín Zubiria y de Doña María Jerónima Escalante, vecinos de ésta ciudad; Abuelos Paternos: Don Miguel de Zubiria y Doña Rafaela de Albizu, vecinos del lugar de Alsasua en el Reino de Navarra en Castilla; Maternos: Don Juan Antonio de Escalante y Doña María Loreto Corella, vecinos del Pueblo de San José de Chinapa, visita de esta Capital. Fue su Madrina que le sacó de la Pila Bautismal Doña María Josefa Morales a quien advertí el Parentesco Espiritual y la obligación de enseñarle lo que convenga para ser buen cristiano y para que conste lo firmé.- El párroco era Don Miguel Gerónimo Elías González y el Padre Alegre era Franciscano.- (libro de bautismos que comenzó en 7 de septiembre de 1783, fojas 147.)

    Nos dice su principal biógrafo, su sobrino Don Santiago Zubiria y Manzanera, segundo Arzobispo de Durango, que apenas nacido el niño José Antonio Laureano, después de haberlo bañado y purificado, al estar sus padres y amigos contemplándole, abrió sus ojos, los fijo en el grupo, levanto su diestra y la movió en forma de bendición, por lo que todos se admiraron y como arrebatados por un superior impulso, exclamaron: será Obispo, un Obispo Santo. El suceso se divulgo por todo el pueblo de Arizpe y desde entonces se le llamó el Obispo.

    Nos cuenta también, la Sra. Carmen Pellat Sotomayor, Cronista Municipal y Dra. Del Archivo Histórico de Arizpe, Sonora, "que la Tradición Oral Arizpense recuerda y cuenta que estando el niño (nuestro Ilustre Obispo) en el regazo, en brazos o cerca de su madre, de pronto llegó corriendo a ellos un señor muy asustado y angustiado porque lo venía siguiendo de cerca su enemigo para matarlo, fue entonces que el niño le dijo que se metiera debajo de las enaguas o faldas muy amplias de su mamá y seguramente ella sentada en silla alta, pudiendo así esconderse y salvarse del enojadísimo agresor que llegó buscándolo por toda la casa sin encontrarlo, salvando así la vida.

    El Ilustrísimo Sr. Granados confirió el Sacramento de la Confirmación al niño José Antonio en Arizpe el 9 de Agosto de 1791. Desde muy pequeño dio a conocer una inteligencia poco común, que unida a la seriedad y señorío que siempre lo caracterizó, indicaba que al transcurrir los años iba a ser un hombre extraordinario.

    Su madre y su nodriza, que se dieron cuenta del talento del niño y que además poseía una admirable comprensión para su edad muy anticipada, procuraba hablarle de Dios, de la Virgen María, de los Ángeles y los Santos, a lo que el niño prestaba una gran atención con sumo agrado. Comenzó su instrucción primaria en su pueblo natal en 1798, a los 7 años de edad. Durante los cuatro años que estuvo en ella, se ganó el cariño de su Maestro y el respeto de sus compañeros que siempre lo llamaron Nuestro Obispo.

    Desde que hizo su primera comunión se acostumbró a recibir a diario a Cristo y desde entonces tomó la resolución inquebrantable de abrazar el estado Sacerdotal. El párroco de Arizpe de nombre Fray José Santisteban, comprendió lo que valía José Antonio, cuidó con predilección su alma sabiendo conducirla por el camino de la virtud.

    Al cumplir sus 14 años en el año de 1805 parte a la Ciudad de México para estudiar en el Colegio de San Ildefonso donde, por su gran voluntad para el estudio y su gran talento y excelente memoria, logra sus estudios de una forma realmente exitosa. El Dr. Juan Picazo, en cuya casa vivía Antonio y que era su maestro de latín, admirado de las virtudes de su pupilo, le obsequió un libro de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, diciéndole: Los haréis una vez al año y esto por todo el tiempo que permanezcáis en el mundo. Antonio, desde entonces hasta el último de su existencia, cumplió fiel el saludable consejo.

    El resultado de sus exámenes en el dicho Colegio fue el siguiente:

    .- El 7 de Agosto de 1809 en Física especialmente bien.

    .- El 19 de Diciembre de 1809 sustentó Acto público de toda filosofía y obtuvo la misma calificación". Dedicado fue al Sr. San José, presidido por su Maestro Don José María y Apadrinado por Don Manuel Merino.

    Varón Justo

    Santísimo José

    Al Varón Justo

    Que para sí era el último de todos

    Esposo de María, con verdadero afecto y dignidad de Padre

    Que de manera única se relacionaba

    Con el Espíritu Santo

    Y el Eterno Padre.

    San José

    Con reverencia y amor

    Es la última concentración literaria.

    José Antonio Zubiria y Escalante

    Alumno del Colegio de San Ildefonso

    Rector

    José María de Usabiaga y Pérez Tagle

    Primero profesor titulado de gramática

    Y luego también de Filosofía.

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    Este certamen tendrá lugar en el Real y Antiguo colegio de los Santos Apóstoles, Pedro y Pablo y San Ildefonso. Con la ayuda de Dios Todopoderoso, de la Purísima Madre de Dios, María Virgen, concebida sin mancha del pecado original, de su castísimo esposo San José, de los Santos patronos de los estudios, San Juan Nepomuceno y San Luis Gonzaga. Día 19 de Diciembre de 1909.

    México, impreso en Juan Bautista Arizpe, Vía Monterilla.

    Este es el discurso que fue leído por Don Antonio Zubiria Escalante, ese día:

    "Desde el año 1802, los que nos precedieron en el estudio de la filosofía tuvieron como guía al Padre Hermano Lorenzo Altieri, desde entonces casi todos los años, con el debido decoro dedicaron alabanzas a las letras del eminente autor con gran brevedad, perspicacia, orden y abundancia y selección unidas en esta obra. Con tal feliz éxito que parece no haber dejado nada que decir.

    ¿Qué nos queda, pues, a los que nos tocó ser los últimos de tan gran maestro de filosofía?

    ¿Nos portaremos con el silencio, como ingratos a tanto beneficio?

    O lo que nuestros mayores dignamente alabaron

    ¿Mancharemos con nuestras torpes alabanzas?

    No es lícito guardar silencio, ni tampoco hablar, sin embargo, de ninguna manera se puede pasar por alto lo que el maestro Altieri durante tantos años reportó a la juventud tantos frutos, que son magníficos pregones que exaltaron a cuantos participaron en las concertaciones.

    Ojala nosotros como testimonio y también con sabiduría, podamos manifestar más y más eso mismo. Sería para nosotros grato y alegre sobre todo cuando por esto la fama del autor se extiende a lo largo y a lo ancho.

    Pero como no podemos lograr eso, sobra decir que, para no parecer ingratos, si en este certamen literario manifestamos algo de lo que recientemente aprendimos de lógica, metafísica, aritmética, álgebra, geometría y física general, todo cuando fuere, se lo debemos al venerado maestro Padre Hermano Lorenzo Altieri, nos gloriamos de confesarlo públicamente".

    DE LA CORRESPONDENCIA DE JOSÉ ANTONIO ZUBIRIA

    En la solemne distribución de premios que en este Real y más Antiguo Colegio de San Pedro y San Pablo y San Ildefonso de México, hizo por comisión del Excelentísimo Sr. Virrey de esta Nueva España, el Sr. Don Ariano González Carvajal, Ministro Honorario del Real y Supremo Consejo de Indias, Oidor Decano de esta Real Audiencia, Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos Tercero, Juez Visitador de este Colegio, se dio esta Obra a Don Antonio Zubiria, nombrado para recibir el segundo después de haber sorteado el primero de los tres que con aprobación Regia estableció para que se den anualmente a los Colegiales Filósofos que concluyan con mas aprovechamiento esta facultad del Dr. y Maestro Don Alejandro Ignacio de Icara.

    Y para que conste mandé dar y poner al principio de esta Obra la presente Certificación firmada de mi mano, sellada con el sello de este Colegio y Refrendada por el Secretario en él. A 23 de Diciembre de 1809.

    El Márquez de Castañiza Don. Pedro José Sarrañaga

    Secretario

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    Castañiza es Rector del Real y más antiguo Colegio de San Ildefonso y Don José María Guzmán Secretario fieles y de confianza: y por eso a cuanto le realiza semanalmente a la anterior certificación se le ha dado y da enteramente y acredito jurídica y extrajudicialmente y por que conste damos la presente sellada con el centro. Real colegio hoy día.

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    El 23 de Julio de 1810 se examinó de las Reglas Civiles y Canónicas, se le dio en una materia muy bien y en la otra especialmente bien.

    Pasó a estudiar Teología en que desde luego haría progresos ventajosos que corresponden a sus buenos talentos, virtud, juicio y aplicación extraordinaria que le hacen digno del mayor aprecio (Págs.141 y 142 del libro de exámenes de 1801 a 1849).

    "Noviembre 20 de 1810 se examinó de Materia Ciencia por el Padre Billuart, exceptuando lo que pertenece a historia y crítica. Lo hizo especialmente bien" (Pág. 159 libro de exámenes).

    "Teólogos Primianistas.-Julio 20 de 1811.-Especialmente bien.-Su conducta y talento son muy buenos. Su aplicación constante, por lo que promete que se verán verificadas en él las esperanzas que desde el principio de su carrera se han formado, de que sea con el tiempo uno de los primeros sujetos del Colegio". (Pág. 153 libro de exámenes).

    "En el examen del 15 de Julio de 1812 tuvo la misma calificación y esta nota: Su aplicación, juicio y demás prendas recomendables, le hacen superior a todo elogio".

    En la votación para el acto, se le dio preferencia al Sr. Zubiria (Pág. 171 del libro de exámenes), lo mismo sucedió el 4 de Junio del año siguiente (Pág. 182 del mismo Libro de Exámenes).

    El 25 de Agosto de 1813 sustentó acto, satisfizo completamente las dificultades que se le propusieron, explicando con claridad y acierto sus respuestas, con lo que acreditó que poseía las materias con la perfección correspondiente a su aplicación y talentos, y que merecía en ésta función la calificación suprema. Es a la letra del crisis puesto por el Catedrático que lo presidió, Dr. Simón de la Garza.

    En el mes de junio de 1814, Don José Antonio recibió órdenes de su padre de regresar a Arizpe, donde a pesar de su tristeza por interrumpir sus estudios es recibido con gran cariño y alegría por los suyos.

    En un certificado del Ilmo. Sr. Castañiza y del Dr. Guzmán, dado el 9 de Noviembre de 1814 además de mencionar lo que antecedió, añaden "Irreprensible en su conducta moral y escolástica, y acreedor por su buen genio, docilidad, obediencia y puntualidad en el cumplimiento de sus obligaciones, a un particular aprecio de sus Superiores y Maestros que se prometían en éste colegial un sujeto capaz de dar honor al Colegio y de llenar sus deberes en las cátedras que había obtenido sin duda, si por obedecer a su Padre no le hubiera sido preciso separarse de él. En otro certificado del citado Dr. Timermans, después de referir que a su lado estudió Latinidad y retórica agrega: que el Sr. Castañiza se prendó de sus buenas cualidades e hizo los mayores elogios de su modestia, urbanidad y aprovechamiento.

    Quizá por su humildad, virtud que le fue característica hasta el fin de sus días, no se presentó en la Universidad para recibir el grado de Doctor; á pesar de haberse practicado la información antes mencionada que era indispensable para conferir el supremo grado académico, en ella obtuvo solo el de Bachiller en Filosofía en Enero 18 de 1810 y en Teología el 12 de Mayo de 1814. Su maestro de Teología, el Dr. Guzmán, conocía el agrado con que escuchaba sus sermones y sabía la facilidad con que los retenía, por lo que con frecuencia lo convidaba a escucharlos. Ven conmigo, Zubiria, le decía, oirás mi sermón, que no tendrá un solo verso. Esto lo decía aquél, porque Antonio al escuchar sus sermones le decía que mejor hubieran quedado si se hubiera expresado en pura prosa, pues el Dr. Guzmán dominaba el verso y por lo general en sus sermones versificaba algunas veces sin intentarlo.

    Cuando principió la guerra de independencia, por disposición del Virrey Venegas, las tropas españolas tuvieron que abandonar la Capital, tocándoles a los alumnos de San Ildefonso que ya estuvieran en edad de hacerlo, dar guardia en el cuartel. A Antonio le correspondió hacer la correspondiente guardia y se cuenta que teniendo el fusil en el brazo llamaba a su hermano menor llamado Miguel, que ya se encontraba estudiando en México para decirle: Vamos Miguel, a dar otro pasito más para el cielo y se ponían a rezar el Rosario.

    A un año de regresar a su lugar de origen el Sr. Castañiza que ya era Obispo de Durango y fue su rector en el Colegio en la Cd. De México, lo invita a Durango para que imparta un curso de filosofía y al poco tiempo ser el catedrático de la misma, el lo ve como la oportunidad para terminar sus estudios y por fin hacer realidad su sueño de ordenarse como Sacerdote. Al parecer a Antonio le agrada mucho la ciudad de Durango y convence a su familia de que lo siga, por lo cual la familia liquida sus negocios en Arizpe y cambian su residencia a Durango.

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    Fotos de Arizpe, Sonora, 1994

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    En 1815, la familia Zubiria emprendió el viaje hacia Durango. En aquellos tiempos los medios de transporte eran muy elementales, no había más que la mula y el coche tirado por caballos. De Arizpe hasta Chihuahua la familia Zubiria hizo uso del primero y de Chihuahua hasta Durango, del segundo.

    El 10 de Octubre de 1815, consta que se concedió a Don Martín que en unión de su familia pasara a Durango con 306 marcos de oro granel y de minas que conduce para su enraye y quinto, bien sea en la casa foránea de Chihuahua o en la principal de dicha ciudad de Durango *(1).

    En todo el trayecto, Antonio buscaba el recogimiento. Por las mañanas al emprender la marcha era él que dirigía las consiguientes oraciones, cantando con su bien entonada voz alabanzas a Dios y a María Santísima. Al ponerse el sol la jornada terminaba y a invitación suya la familia rezaba el Santo Rosario.

    Poco después de haber salido de Chihuahua, alcanzaron a un joven que caminaba a pie humildemente vestido y seguido por unos perritos. Las hermanas de Antonio, Margarita e Ignacia, fijaron en él su atención y le insinuaron a aquél que lo invitara a subir al coche. Al momento Antonio lo llamó y le preguntó quién era y a donde se dirigía. El caminante dijo que su nombre era José Isabel Gallegos, que era oriundo de Chihuahua y que se dirigía a Durango para iniciar sus estudios en el seminario. ¡Quién había de decir que andando los años, éste Joven sería un aventajado discípulo del seminario de Durango y un virtuoso sacerdote, que ocuparía una Canonjía en la Catedral y más tarde sería Vicario Capitular y encargado de la Diócesis a la muerte del señor Obispo Zubiria!

    La familia Zubiria llegó a Durango, se hospedó en la casa del Canónigo Salcido y desde entonces aparece en esta ciudad este apellido, que con los años se hiciera muy popular. En 1815 dio principio Antonio a su labor docente en el Seminario Conciliar de Durango, abriendo el curso de Filosofía. Para entonces era rector de dicha Institución Educativa el Señor Canónigo Magistral Don José Ignacio Iturribarria, que obedeciendo órdenes del Señor de Castañiza, Obispo electo de Durango, procuraba reformar el sistema educativo. Lo primero fue nombrar un cuerpo docente verdaderamente notable. Es cuando aparecen como Maestros el Sr. Guzmán, el Doctor Mauriño, los Licenciados Ávila, Barraza y García Serralde, a los que se agregaba el joven José Antonio Zubiria y Escalante.

    Dice Don José Fernando Ramírez que en esta época el seminario de Durango pudo rivalizar con el mejor de la república por sus cuantiosas rentas y sus profesores distinguidos.

    A fines de 1816 tomó posesión de su Obispado el Ilmo. Sr. Dr. Don Juan de Castañiza Larrea y Agüero, Marqués de Castañiza, quien al encontrarse con Antonio le dijo: "Aquí tienes al que fue tu rector, hoy tu Obispo; antes, bajo mis auspicios recibiste la instrucción, ahora yo seré el que te confiera la ordenación sagrada. Prepárate cuanto antes a recibirla". En efecto, Don José Antonio Zubiria fue de los primeros a quienes ordenó el Sr. De Castañiza, confiriéndole todas las ordenes hasta el Presbiterado, el año siguiente de 1817.

    En 1817 celebró su primera misa en forma solemnísima en el Templo de Santa Ana. Sus padrinos asistentes fueron los señores Canónigos Don José Ignacio Iturribarria y Cayetano Salcido. Ocupó la cátedra sagrada su Maestro el Sr. Guzmán, quién predicó uno de sus más elocuentes sermones. Entre el Clero que asistía a la solemne Canta Misa, se encontraba, aunque en esta ocasión portaba el incensario entre los acólitos, el RP. José Ma. Rojas. Este Sacerdote, muy respetado en Durango por haberle concedido Dios el don de profecía, fue el que años antes le anunció su muerte, por medio de una carta, que le dirigió desde Ciénega de Olivos el diecinueve de Noviembre de mil setecientos noventa y cuatro al Sr. Obispo de Durango Don Esteban Lorenzo de Tristán, profecía que se cumplió cuando éste iba camino a Guadalajara a tomar posesión de su nueva Diócesis, conocemos dicha carta y la reproducimos a continuación:

    "Ilmo. Sr. Dr. Esteban Lorenzo de Tristán. Ilmo. Y Amadísimo Padre: Aunque tenía pensado cumplir con la precisa obligación de hijo, el más reconocido de Vuestra Santísima Ilustrísima (La tardanza que he tenido) participándole mi llegada a la Misión de mi destino, que es Satebo y no Basonapa, como había dicho a V. S. Ilma., me veo precisado a tomar la pluma aun antes de llegar, porque no puedo resistir a Dios Nuestro Señor, que desde el tiempo en que V S. Ilma. se hallaba en Fresnillo, me anda ordenando participe a V. S. Ilma. el aviso de su muerte y así dispensándome la tardanza que he tenido en esto por las dificultades que encontraba en dar yo noticia de ésta calidad a una persona del carácter de V S. Ilma. Sepa que Nuestro Señor, me manda diga en su nombre a V. S. Ilma. Disponga las muchas cuentas que tiene que darle porque no está muy lejos la hora en que ha de venir Su Majestad a tomarlas, aunque no quiere que exprese a V S. Ilma. El día fijo que ha de ser. Yo conozco que V S. Ilma. No extrañará que el Señor le manifieste su voluntad por medio de un sujeto tan ignorante y malo como yo, pues aunque excedo en malicia a los demonios, Su Majestad puede hacer solo por su dignación lo que guste. Y así solo pido a VS. Ilma. Que quede esto sepultado en el seno de su prudencia. Pido a mi Madre y Señora del Refugio llene a VS. Ilma. De bendiciones y lo asista con particularidad en la hora de su muerte."

    El Sr. Tristán salió de la Ciudad de Durango rumbo a la de Guadalajara a tomar posesión de su nueva Diócesis, iba delicado de salud. Pernoctó en la Villa de Lagos, tomó una medicina equivocada y falleció envenenado. Esto sucedió el diez de Diciembre de mil setecientos noventa y cuatro.

    Los señores Iturribarria y Salcido que conocían el texto de dicha carta y otras profecías del Padre Rojas, llevados por su curiosidad, le preguntaron cuando hubo terminado la primera Misa del Presbítero Zubiria, ¿por qué en ella había servido de acólito portando el incensario?, a lo que contestó: porque el que celebró la misa es un Santo y será el sucesor del Sr. de Castañiza y después de su muerte, que será en medio de una terrible persecución, se le quemará incienso en los altares; para anunciarlo he portado ésta mañana el incensario.

    En el seminario siguió el Pbro. Zubiria impartiendo las cátedras de Artes y de Teología Moral, con gran aprovechamiento para sus discípulos, que andando los años llegaron a ocupar importantes puestos públicos en el Estado.

    En el ejercicio de su sagrado ministerio dedicaba horas enteras al confesionario y fue entonces cuando comenzó a predicar con frecuencia, lo que continúo haciendo toda su vida hasta su muerte.

    Por éste mismo tiempo el Pbro. Zubiria pretendió entrar a la Compañía de Jesús, haciendo su solicitud por conducto del R. P. Francisco Mendizábal, rector de la misma Compañía en la ciudad de Durango. Aunque fue admitido, tuvo la oposición de su señora madre, que nunca quiso dar su consentimiento para que su hijo se hiciera Jesuita. Era que la Divina Providencia lo tenía destinado para un puesto muy elevado en la jerarquía eclesiástica: el de Obispo.

    El Subdiaconado de José Antonio Zubiria y Escalante

    Ilustrísimo Señor

    El Dr. Don José Antonio Zubiria elegido Subdiácono Domiciliario de este Obispado y Catedrático de filosofía en el Tridentino seminario de esta Ciudad, ante V.S. Ilustrísima como mejor proceda digo: Que deseoso de ser promovido a mayores ordenes y a mejor servir a Dios y a nuestra Santa Madre Iglesia, pido muy encarecidamente a V. S. Ilustrísima tenga la bondad de admitirme a las próximas temporadas para conferirme el orden sacro el Diaconado a titulo de Administrador, previas todas las diligencias que tuviere a bien mandar se practiquen, a que me sujetare con muy pronta y gustosa voluntad. A V. S. Ilustrísima suplico provea como llevo pedido en gracia y merced.

    José Antonio de Zubiria

    Durango Mayo 23 de 1817

    Admite al suplicante para el Sagrado Orden del Diaconado que el Solicita, previas las diligencias de esto, así lo decreto, mando y firmo S. S. Ilustrísima el Obispo mi señor del que doy fe.

    Ante mí

    Lic. Antonio Ávila

    Presbítero y Secretario

    En el año de 1819, el Sr. Obispo Castañiza determino dedicar exclusivamente al servicio del Sagrado Ministerio, al Pbro. Zubiria, nombrándolo Cura de la Parroquia de Cinco Señores (Hoy Nasas).

    Era entonces Nasas uno de los principales pueblos del hoy Estado de Durango. Sus tierras muy feroces producían, gracias a las frecuentes avenidas del río del mismo nombre, magnificas cosechas. Por este motivo la población que la habitaba era muy numerosa. Era muy común ver en aquel pueblo al potentado mezclado con el indígena, sin que existieran entre ellos las diferencias sociales que en otras partes se veían muy marcadas. Era Nasas, después de la Ciudad de Durango, la población del Estado más importante en lo económico y en lo social.

    El señor cura Don José Antonio Zubiria y Escalante, se entregó por completo a la atención espiritual de su parroquia, logrando frutos muy copiosos en la conversión de los pecadores, en la moralidad de la familia y en el orden de la Sociedad. Para con los enfermos mostró siempre una atención esmeradísima, lo mismo de día que de noche, a pié o a caballo iba a atenderlos, para lo cual no le importaban las distancias.

    Carta de Don Francisco Mendizábal, Rector de la Compañía de Jesús, respecto a

    José Antonio Zubiria

    Certifico que por trato intimo que he tenido con el presbítero, Don José Antonio Zubiria, en casi dos años que he estado en esta Ciudad, he podido conocer y me consta no solo su decidida inclinación a vestir la ropa de nuestra Compañía, sino que superior a todos los halagos que pudieran impedirle la satisfacción de estos deseos, ha hecho esfuerzos repetidos y extraordinarios para alcanzar aunque sin efecto el beneplácito de su Señora Madre, sin cuyo requisito no sería admitido a Nuestro Noviciado, me consta igualmente hallarse dotado de cuantas calidades espirituales y corporales se exigen a nuestros Novicios, las que posee en un grado bien alto y nada común. He visto así mismo la constancia con que se ha mantenido hasta ahora en su resolución, a pesar de mil embarazos que suele oponer y finalmente que para todas partes manifiesta, claras señales de su vocación verdadera y lexitana; todo lo cual por ser así verdad lo firme en el citado Colegio a los 07 días del mes de Enero de 1821 años.

    Ilustrísimo

    Francisco Mendizábal

    En el año de 1822 la población de Nasas fue víctima de una peste que causó muchas víctimas. Entonces su buen Cura no se recogía en el lecho una sola noche y el sueño lo tomaba en la silla en que se hallaba sentado. Nunca un moribundo dejó de recibir los consuelos de la religión.

    TITULO DE JOSE ANTONIO ZUBIRIA DE CURA RECTOR INTERINO

    Nos. Don Pedro Millán Rodríguez, Provisor, Vicario General, Juez de Testamentos, Capellanías y Obras Pías y Gobernador de esta Sagrada Misa Por el Excelentísimo Ilustrísimo Sr. D. D. Juan Francisco de Castañiza, Márquez de Castañiza, Digno Obispo de esta Diócesis.

    Por cuanto el Curato del Sagrario de esta Santa Iglesia Catedral se halla vacante por fallecimiento del Lic. Don Antonio Ávila, que lo servía, siendo conveniente necesario nombrar sujeto que administre los Santos Sacramentos y de mas parto Espiritual a estos habitantes y encontrándose todas las cualidades que requieren en el Bachiller Don José Antonio Zubiria de este domicilio que bien fácilmente hará lo que por Nos y el Sr. Provisor y Vicario General le fue mandado; cumpliendo con lo que a nosotros toca en razón del Ministerio Pastoral, de que nos hallamos encargados por el uno de los presentes, lo nombramos, elegimos y apuntamos por Cura Rector Interino del Sagrario de esta Santa Iglesia Catedral, dándole y confiándole toda la facultad que se requiere y es necesaria para que haga los Bautismos, Casamientos, Entierros y todas las demás funciones anexas al oficio y Ministerio de Párroco según lo han hecho y debido hacer sin antecesores y mandamos a todos los vecinos y moradores estantes y habitantes en esta ciudad y demás de su Jurisdicción, tengan y reconozcan al referido Bachiller, Don José Antonio Zubiria por cura Rector Interino de este Sagrario y le guarden todos los fueros, honras y prominencias que como a tal le correspondan, acudiéndole igualmente con las rentas y emolumentos que le son debidos, conforme legal costumbre según y en la forma que le hubieren gozado su antecesor y para que llegue a noticia de todos mandamos se publique este Titulo (que valdrá por el tiempo de la voluntad de su Ilustrísima) en un día festivo ITER MISARUM SOLEMNIA en la Parroquia de dicho Sagrario. Dado en la Sala de Gobierno Del Palacio Episcopal de Durango, firmado de Nos y sellado con el menor de las armas de S. S. Ilustrísima y refrendado por nuestro infrascrito Pro. Secretario de cámara y Gobiernos.

    A Treinta de Septiembre de Mil ochocientos Veinte y Tres años.

    30-SEPT-1823

    Ante mí: Leandro Manzanera

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    También en el año de 1823 el Sr. Zubiria fue cambiado a la Parroquia de Sagrario en Durango. Sus feligreses al saber la noticia se opusieron a que saliera del pueblo, poniéndole sitio formal a la casa donde vivía. El Sr. Zubiria a fin de poder cumplir con las órdenes de sus superiores tuvo que salir disfrazado y hacer un inmenso rodeo para no caer en las manos de sus feligreses, que salieron a buscarlo en todas direcciones.

    También a él le afectó muchísimo el tener que abandonar su primera parroquia. Nos lo da a conocer en los siguientes versos:

    ¿Para qué te conocí,

    Río de Nazas frondoso,

    Si ya va a expirar el gozo

    Del tiempo en que te vi?

    Fuiste el lugar primero

    A quien fueron dedicados

    Mis pastorales cuidados

    Sin conocerte; mi esmero

    Te dediqué todo entero

    Desde que nombrado fui

    Tú Cura; más ¡hay! de mí.

    ¡OH! nunca lo hubiera sido

    Si así te he de ver perdido.

    ¿Para qué te conocí?

    Ya de tu hermosa rivera,

    La constante amenidad,

    Que casi siempre durar

    Hace en ti la primavera,

    En mí no será lo que era:

    Quietud, sosiego, reposo,

    Paz, contento y alborozo,

    Que todo encontrar solía,

    Cuando a tu margen salía

    Río de Nazas frondoso.

    La cordial satisfacción

    Que el mutuo trato me daba,

    De sus gentes, en que hallaba

    Descanso mi corazón,

    Dulce hacía mi ocupación

    Pero dejarla es forzoso;

    Ya se acerca presuroso

    De mi partida el momento,

    Ya ve su fin mi contento,

    Pronto va a expirar el gozo.

    Me voy ¡OH palabra dura!

    Cara mía, mi amada grey,

    Me voy, que una nueva ley

    De mi superior me apura.

    No puede tu amante Cura

    Permanecer más en ti;

    Me Voy, sin remedio, si,

    Me voy, pero hará mi gloria,

    Amar siempre la memoria

    Del tiempo que en ti viví.

    En los últimos días de Diciembre del año de 1823 el señor Cura don José Antonio Zubiria toma posesión de la parroquia del Sagrario y observa la misma línea de conducta que en Nasas. Sus feligreses lo obedecen y siguen con gusto el camino que él mismo les marca en sus elocuentes sermones.

    Se cuenta que en una ocasión se iba a celebrar un baile de máscaras, en ocasión de las fiestas de carnaval. El señor Cura Zubiria lo reprobó desde el púlpito y el baile no tuvo lugar, no obstante que los preparativos fueron muy costosos. No hubo en la sociedad de Durango la menor desazón por ello, sino que todos acataron gustosos la voz de su Párroco.

    Refiere el Arzobispo Zubiria algunas anécdotas interesantes. Refiere que una noche en que el Lic. José Pedro Escalante incidentalmente dormía en una pieza contigua a la que ocupaba el señor Zubiria, se vio interrumpido en su sueño por éste que le decía: Hermano José, levántate y ven conmigo, vamos a admirar los inescrutables juicios de Dios, la casa de los señores Laurenzana es presa del más voraz incendio; se levantó el Lic. Escalante y se dio cuenta que todo era orden en la casa; el mozo estaba dormido y la puerta de la calle estaba cerrada, por lo que con asombro le dijo al señor Zubiria que no le parecía que pasara algo anormal en esos momentos, por lo que éste le contestó: vamos luego a la calle y te convencerás. Salieron y llegaron a la casa de los señores Laurenzana cuando comenzaba el incendio. Este hecho lo platicaba con frecuencia el Lic. Escalante, lleno de admiración.

    En otra ocasión fue llamado con urgencia el señor Zubiria a oír una confesión. Era ya media noche y había que ir hasta la Garita de San Antonio, que por aquel entonces eran los límites de Ciudad de Durango por el oriente. La persona que llevó al señor Zubiria a la confesión lo dejó a la puerta de un cuarto en que solo había un enfermo que estaba acostado en el suelo y una vela encendida. Arrodillado confesó al enfermo y le administró la extremaunción, luego se volvió a su casa.

    Al día siguiente se presentó un agente de la policía ante los señores Laurenzana, avisándoles que el cuarto que tenían por la Garita de San Antonio se hallaba abierto y deshabitado, que había sabido que la noche anterior habían visto luz encendida y que el señor Zubiria había estado en él como a confesar un enfermo.

    Los señores Laurenzana se alarmaron y fueron, que efectivamente encontraron abierto y solo, en el suelo vieron un candelero de barro con indicios que había ardido una vela en él y a un lado estaba una mascada que reconocieron como de la propiedad del señor Zubiria por llevar grabado su nombre. Mas intrigados todavía, fueron los señores Laurenzana a ver al señor Zubiria, con quién tenían íntima amistad; este con su acostumbrada reserva les contestó que en efecto había ido a oír una confesión por la Garita de San Antonio y regresado a su casa, pero si el cuarto es nuestro, replicaron los señores Laurenzana", lo tenemos desocupado y acabamos de venir de él y no encontramos ningún enfermo ni persona que en él more. Ante ésta réplica inesperada, el señor Zubiria se vio obligado a decirles la verdad, que el enfermo estaba en Guadalajara, que allá había muerto, pero que Dios quiso que él lo preparara antes que su alma compareciera ante su Divino Tribunal; que con su Omnipotencia Divina lo trasladó de Guadalajara a ésta y con su misma Omnipotencia se lo volvió a llevar. Los señores Laurenzana nada dijeron al señor Zubiria de la mascada olvidada, sino que la conservaron como una reliquia.

    Cuando Don José María, siendo Deán de la Catedral de Durango, sintió que la muerte se le acercaba, se la regaló a los sobrinos del señor Zubiria, revelándoles el suceso y diciéndoles: El Señor Zubiria era un Santo.

    Fue el propio señor Zubiria quien auxilió en sus últimos momentos al señor Obispo de Castañiza, no obstante que a quienes correspondía era a los señores Canónigos, pero fue disposición expresa de éste para que así fuera.

    Sala de Acuerdos de la Catedral de Durango Noviembre 15 de 1825

    El Bachiller Presbítero Don José Antonio Zubiria contenido en el titulo y nombramiento que antecede de cura Rector Universitario del Sagrario de esta Santa Iglesia Catedral use de él en el mismo escrito y forma que se expresa y por el tiempo de la voluntad. El M. Ilustre Sr. Deán y cabildo gobernador in sede vacante así lo decreto, mando y firmo ante mí que Doy FE.

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    Certificación por el canónigo Magistral Iturribarria

    al cura José Antonio Zubiria

    (Diciembre 11 de 1829)

    EL LIC. JOSE IGNACIO ITURRIBARRIA, CANÓNIGO MAGISTRAL DE ESTA SANTA IGLESIA CATEDRAL, SU PROVISOR Y VICARIO CAPITULAR.

    Certifico en la mejor forma de derecho, que Don José Antonio Zubiria, actual Cura de esta Santa iglesia Catedral, siendo yo Rector del Seminario conciliar de este Obispado, abrió el año de 1815, cursó de Artes que enseñó completa y lucidamente, como lo acredita él al ver ocupado ya sus discípulos los primeros puestos del Estado; pasó después a enseñar Teología Moral, Cátedra que siguió por más de dos años, domiciliado en este Obispado recibió en el año diez y siete todas las Ordenes hasta el Presbiterado. Comenzó desde entonces a ejercer su Ministerio con la conducta digna de un Eclesiástico Literato y bien morigerado. El ejercicio de la Predicación la ha desempeñado con lucimiento y dignidad, siendo constantísimo también en el confesionario con provecho conocido de las Almas. El buen concepto que mereció este eclesiástico para nuestro último Obispo difunto, quien estaba bien penetrado de su utilidad y de su merito, le granjeó las confianzas justamente merecidas de nombrarle Cura de Cinco Señores; se libró también en su favor el titulo de Vicario y Juez Eclesiástico. Foráneo de dicho curato y los de Cuencame y Mapimi, cuyo encargo desempeño a satisfacción del Gobierno de la Mitra. En mil Ochocientos veinte y tres fue nombrado Cura Rector del Sagrario de esta Santa Iglesia Catedral, cuyo destino sirve hasta hoy; desde aquella fecha ha sido Examinador Sinodal, así en el Gobierno del Prelado Difunto como en Sede Vacante. En dichas partes en que ha estado se ha granjeado la estimación y aprecio de los habitantes en muy alto grado, ha sido un cura laborioso, un ciudadano pacifico, un hombre bien morigerado, siendo pública y notoria esta fama en todos los que le conocen, así como también, es público su desinterés, su modestia, su prudencia, su afable trato, junto con todo esto un decoroso y serio aspecto, que lo hacen respetable sin odiosidad y distinguido sin Orgullo. El aprecio y confianza que le merecen puede colegirse de haberle nombrado el estado en su mayoría, para Diputado de su primer legislatura Constitucional, y después de haber acabado el periodo de esta en nada ha desmerecido de aquella opinión y buen concepto, antes bien muchos pueblos han reproducido su voto y cada uno le desea ardientemente para sí, siendo todo esto público y notorio y a mas sabiéndolo yo por otros muchos e intachables documentos lo Certifico en, Victoria de Durango, a Once de Diciembre de Mil Ochocientos Veinte y Nueve.

    Lic. José Ignacio Iturribarria

    En el año de 1830 fue nombrado Párroco de Sombrerete, donde permaneció por espacio de siete meses, pues encontrándose en el Mineral de la Noria de San Pantaleón, a donde había ido a confesar a un enfermo, recibió las Bulas de su preconización para Obispo de Durango.

    Notificación al Párroco de Sombrerete José Antonio Zubiria por José Álvarez Tostado:

    Tengo la Satisfacción de Participar al Ilustrísimo para su incumbencia y tiene por consiguiente curse previas las formalidades de merito, lo he nombrado Cura Propietario de la Ciudad de Sombrerete y con este motivo logro también el Honor de repetirle las seguridades de mi más distinguido aprecio.

    Dios guarde a V. Ilustrísima

    Durango Octubre 1 de 1830

    José Álvarez Tostado.

    En el año de 1831 el Papa Gregorio XVI dio fin a las diferencias surgidas entre la Santa Sede y América Española, con motivo del Real Patronato, nombrando en este mismo año cinco Obispos que vinieron a cubrir las vacantes que existían en algunos Obispados de la República Mexicana. Entre ellos el de Durango, que se encontraba acéfalo desde el año 1825 en que ocurrió la muerte del Señor de Castañiza.

    El Gobierno del Estado de Durango, apoyado por el de Zacatecas, propusieron al Vicepresidente de la República Don Anastasio Bustamante al entonces Párroco de Sombrerete Sr. Dr. Don José Antonio Laureano Zubiria y Escalante, para que fuera el sucesor del Señor de Castañiza. Como la solicitud fue atendida, fue propuesto el Sr. Zubiria a Roma y en el consistorio de 28 de Febrero de 1831, Su Santidad Gregorio XVI preconizó algunos Obispos para cubrir las Diócesis vacantes que había en México, entre ellos el Sr. Zubiria.

    El día 11 de marzo de 1831 el Sr. Obispo de Puebla Francisco Pablo da cuenta de sus gastos como sigue:

    Cuenta de los gastos erogados por mí en la expedición de las Bulas del Ilmo. Sr. Obispo electo de Durango Don José Antonio Zubiria.

    Expedición de Bulas según la cuenta presentada por Monseñor:

    Abate Sala____593,079.

    Por gastos extraordinarios pagados al expedicionario D. Luis Viviani___39,750.

    Por importe de una gratificación de importe setenta pesos, los cuales repartidos entre 6, le tocan___11,667.

    Suma__escudos___644,490.

    Como se ve en la presente cuenta importan los gastos en Roma por la expedición de las bulas del Ilmo. Sr. Obispo electo de Durango seiscientos cuarenta y cuatro escudos romanos ó pesos fuertes, y cuarenta y nueve bayocos ó centavos, los mismos que he recibido del Reverendo Padre Ildefonso José de la Peña de la Compañía De Jesús y para que conste firmo el presente en duplicado en Roma á 11 de Marzo de mil ochocientos treinta y uno.

    El Sr. José de la Peña le escribe desde Roma el 19 de Marzo de 1831, informándole acerca de los gastos llevados a cabo por el viaje que se realizo por el mismo Sr. De La Peña al ir por las Bulas del ya Sr. Obispo.

    El 23 de abril de 1831, se le concedió al Sr. Zubiria por gracia del Ilmo. Cabildo la facultad de Administrar el Santísimo Sacramento de la Confirmación, ya que era un Presbítero distante (se encontraba en Sombrerete), ese Rescripto pontificio fue dado por el Santísimo Padre León 12 de feliz memoria, esta facultad la tiene que ejercer con cualquier persona de la Diócesis de Durango en toda la demarcación del Curato de Sombrerete y de los de Señores Andrés del Real, Chalchihuites, S. Miguel del Mezquital y Nieves comprendida su parte actual de Río Grande

    A partir del mes de Mayo las felicitaciones para el Sr. Zubiria no se hicieron esperar, ya que era de todos sabido que él era el nuevo Obispo de la Diócesis de Durango. Aquí un ejemplo de una de las tantas felicitaciones:

    ILUSTRÍSIMO SEÑOR:

    "Aunque solo por carta particular se dé cierto lo que supongo habrá llegado ya al conocimiento de V.S. Ilma. Que se ha aprobado por fin en el Soberano Gral. Congreso la Ley sobre provisión de Lugares Vacantes en las Catedrales de esta América.

    Dios Nuestro Señor conceda a su Iglesia después de tantos días de desolación y amargura V.S. Ilma. Va a tener el Religioso placer de ver llenas las Sillas de la matriz de Durango y viva esto con la doble satisfacción de que se deberá todo a su elección propia.

    Dígnese V.S. Ilma. Recibir el parabién que le tributo por tan señalado motivo de contento y gozo y las promesas sincerísimas de mí mas debido aprecio y muy reconocida consideración".

    Dios Nuestro Señor guarde a V.S. Ilmo.

    Mayo 26 de 1831.

    Ilustrísimo Señor.

    José Antonio de Zubiría.

    M. I. y Venerable Señor Presidente Y Cabildo Gobierno Del Obispo de Durango.

    El 26 de Agosto del mismo año el Arzobispado de México le escribe para informarle que han recibido la Bula original que Nuestro Santísimo Padre Gregorio XVI, dirige al Metropolitano relativa al nombramiento hecho para el Obispado de Durango. Este Cabildo que ya en otras ocasiones había tratado de manifestar el alto concepto que tiene de su distinguido merito que ha tenido la mayor satisfacción con dicho nombramiento, debido a sus relevantes virtudes y circunstancias, por el que felicita a V.S.I. dándole la más sincera enhorabuena, presentándole sus respetos y adhesión y ratificándole que tendrá la mayor complacencia en que V.S.I. use de sus Pontificales en este Arzobispado y de cuantas facultades puede comunicarle el Cabildo.

    Dios guarde a V.S.I. muchos años.

    Sala capitular de la Santa Iglesia Metropolitana de México Agosto 26 de 1831.

    Ilustrísimo Señor.

    José María Brecheli, Juan Manuel Irifarri, Manuel Mendiola, Juan Bautista Arechederreta.

    El Sr. Zubiria que fue consagrado por el Obispo Pablo Vázquez, en la Iglesia de La Profesa el 28 de Agosto de 1831.

    Una vez en Durango, el nuevo Obispo se dedicó a cumplir de lleno con su labor de Pastor; todos sus presbíteros estaban tan contentos por su nombramiento ya que era de todos conocidos que era una persona respetable y que emitía juicios sin que nadie quedara insatisfecho con sus decisiones.

    Entonces el Obispado de Durango era sumamente extenso, comprendía los hoy Estados de Durango, Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Nuevo México; también poseía la parte de Zacatecas. Todo ese inmenso Territorio lo recorrió varias veces haciendo uso de los medios de transporte de la época y no le amedrentaban ni las turbas de indios bárbaros (Cácaris, Rarámuris, Apaches, Mejicas, Yaquis, Pimes) que en aquella época infestaban todos los caminos. El Sr. Zubiria era respetado hasta por ellos que lo llamaban Enjatla Alichi, o sea Dios Chiquito.

    En sus primeros años de Obispo uno de los principales problemas a los que se enfrento fue que por la guerra la mayoría de sus Presbíteros fueron exiliados del territorio nacional por las nuevas reformas a las leyes, sin contar que por las epidemias y por la falta de personas preparadas en las artes médicas o por las extensas regiones que habían de recorrer hasta encontrar ayuda; muchos también fallecieron dejando a muchas comunidades sin las respectivas ayudas espirituales; encontramos entre su correspondencia que hace mención que son muy pocos los nuevos sacerdotes los que se han ordenado y que incluso hay entre ellos un hombre viudo de 68 años y que lo acepta porque es tanta la necesidad de prestar los auxilios espirituales entre su gente que si el hombre se encuentra preparado con gusto lo recibirá.

    Al poco tiempo de ser nuestro Obispo el gobierno federal empieza a pedir los préstamos para auxilio del erario federal y él como buen conocedor de las necesidades del gobierno ofrece uno de sus coches para ayudar a resolver los problemas sin contar las infinitas cantidades de dinero en efectivo que les facilito.

    A un año de su obispado seguía recibiendo infinitas felicitaciones por su nombramiento.

    El Lic. Serafín López Moreno expresa sus parabienes y dice rogar a la Majestad Suprema le dé al Sr. Zubiria feliz acierto en el Gobierno de su iglesia.

    El Ayuntamiento de Chihuahua se une a la felicidad del resto de su grey y pide para que pronto les conceda la petición de llenar las vacantes de las parroquias que por las diversas circunstancias están vacantes.

    En Abril de 1832 el Sr. Don Manuel Gómez Pedraza, por mayoría absoluta, es proclamado Presidente de la República.

    En el Julio del mismo año reconoce al Sr. Francisco Elorriaga como legítimo Jefe de nuestro estado.

    Los vecinos del poblado de Chalchihuites Zacatecas Piden al Sr. Obispo un nuevo Campo Santo (Falta encontrar resolución a la petición).

    Estando en guerra para algunos militares era indispensable estar en bien con Dios Padre, así que hicieron su petición al Sr. Obispo Zubiria para que les facilitara un nuevo Capellán para la administración de la ayuda espiritual de aquellos fieles.

    Por mucho tiempo el Sr. Zubiria se tiene que enfrentar

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