CATALINA DE SAN MATEO La monja de los portentos
por José Gregorio González
Catalina de San Mateo ha sido –con toda probabilidad– la primera gran mística de Canarias, la religiosa isleña que con mayor notoriedad ha manifestado fenómenos de supuesto origen sobrenatural y de naturaleza diversa, como la bilocación, la clarividencia y la capacidad de sanar. Fenómenos todos ellos que aparecen reflejados en su biografía de manera profusa, incluso antes de consagrase a la vida monacal.
Si a ello le sumamos que su proceso de beatificación se inició poco después de su muerte, el 26 de mayo de 1695, y que esta fue seguida de 15 días de funerales, resulta cuando menos paradójico que su figura se sumiera durante siglos en un incomprensible olvido, en una singular amnesia histórica a la que solo parece haber sido inmune su pueblo natal, Santa María de Guía, en Gran Canaria.
Han sido precisamente sus vecinos quienes han afrontado el reto de reivindicar a la religiosa para recuperar su historia y reactivar el proceso de beatificación de la que ha sido su convecina más ilustre, aquella que vino al mundo el 30 de abril de 1648 con el nombre de Catalina Balboa Duarte, y que, debido a los supuestos portentos que obraba, se convirtió en “la monja de los prodigios”.
DE SARCÓFAGO EN SARCÓFAGO...
Al contrario de lo que sucede con otras religiosas con fama de santas que se integran en la vida monacal durante
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