Caso de delitos sexuales renueva la tensión en México entre católicos y la Iglesia evangélica
GUADALAJARA, México — Las mujeres se
arrodillan sobre el frío mármol, con las cabezas cubiertas por velos con las iniciales NJG.
Sus himnarios están inscritos con las letras, al igual que el elevado templo
que sirve de sede de La Luz del Mundo.
En hogares y negocios, a lo largo de calles con
nombres como Nazaret, Jerusalén y Jericó, el
rostro del "apóstol", Naasón Joaquín García, sonríe desde marcos dorados. Los fieles
cantan para él, uno tras otro.
“Hermoso Naasón, tu
iglesia, tu pueblo, te ama”, cantó un coro de
ocho hombres durante una reunión de alabanza. “Naasón, tu iglesia, tu pueblo, te ama”.
Guadalajara, la tierra del tequila y del mariachi, ha
sido durante mucho tiempo un bastión del catolicismo. Durante casi 100 años, también ha sido la cuna
de la Iglesia
evangélica más grande de México.
La iglesia domina la vida en este vecindario de Guadalajara,
una especie de versión mexicana de Pleasantville, la ciudad ficticia y
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos