Infelicidad, La Moda Que No Acomoda

Por Mayela Pescador

La moda es el gusto masivo, algunas veces por conviccin y otras por imposicin, frente a la ropa, los colores y todo lo relacionado con la belleza. Es lo que se considera lo actual. Sin embargo, la moda ha ido ms all de este tema; en el mundo tan materialista y egosta en que nos hemos convertido, la sociedad moderna se ha rendido ante ella; no slo en el atuendo, sino en valores, tendencias y costumbres. La dictadura de la moda ha creado todo un estilo de vida y de cambio, aunque no siempre sea para bien, ya que se cultiva el gusto por lo diferente ms no por lo verdadero y bueno. Ya no es slo querer cambiar el auto, sino la forma de pensar, en ocasiones hasta hacer olvidar lo que realmente dicta el corazn.

Infelicidad, la moda que no acomoda, a travs de una recopilacin de entretenidas historias invita a la reflexin y a retomar la esencia nica y personal, y la lucha por lo que realmente representa la felicidad en cada uno, no importando que est o no de moda. A tratar de evitar vivencias fciles y pasajeras que slo dejen ms vaco y a encontrarse a s mismo a su autntica realidad.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 23 dic 2011
• ISBN: 9781463314569

Mayela Pescador

Mayela Pescador Cantón nació un 20 de octubre en la ciudad de México. Es Asesora en Alto Rendimiento Personal (A.R.P.), Coaching y Terapeuta Reiki. Ha asistido a diversos seminarios, cursos y talleres enfocados a lograr un desarrollo y armonía integrales. También ha dado conferencias, cursos y talleres motivacionales, de ayuda y superación personal. Fue Directora General en Quality of Life, Centro Holístico y SPA en la ciudad de México y Tepoztlán, Morelos. Es también una madre y esposa, ávida de conocimientos y de lograr un mundo mejor. Twitter: di_maye Facebook: Desarrollo Integral

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Infelicidad,

la moda que no acomoda

Mayela Pescador

MÉXICO, D.F., 2011

Copyright © 2011 por Mayela Pescador.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2011962722

ISBN:                                  Tapa Dura                          978-1-4633-1455-2

                                            Tapa Blanda                       978-1-4633-1457-6

                                            Libro Electrónico               978-1-4633-1456-9

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Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivadas de los mismos.

Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América.

Revisión de textos: Daniel Fernández Cotera

Diseño de Portada y Fotografía: Natalia González Pescador

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A mi madre: gracias por serlo, por tu amor y tus enseñanzas.

A mis hijos: gracias por existir, son el motor de mi vida.

A mi esposo: gracias por tanto amor y constante apoyo.

Mi agradecimiento a:

Daniel Fernández Cotera, Natalia González Pescador

y Montserrat Rebolledo.

Por su invaluable apoyo

INDICE

Introducción

I Las nuevas generaciones

Un chip diferente

El bullying

Otro tipo de violencia

Infelicidad en los niños

La autoestima se define en la niñez

Niños índigo

II Los adolescentes

La adolescencia y el alcohol

El sexo en la adolescencia

Embarazo en la adolescencia

Sigue la competencia

Las redes sociales en la adolescencia

III Los jóvenes adultos

El noviazgo

Hogar dulce hogar

El alcohol en los jóvenes

Infidelidad en el noviazgo

La amistad

La violencia en el noviazgo

Facebook

IV Adultos contemporáneos

Padres de familia

Matrimonio en la actualidad

La autoestima

El divorcio

Infidelidad cibernética

Violencia conyugal

Las suegras (otro factor de divorcio)

Mujeres maduras solteras y divorciadas

La soledad

La obediencia

V Personas de la tercera edad

VI Algunas enfermedades de moda

VII La felicidad

VIII Sentimientos que bloquean el camino a la felicidad

INTRODUCCIÓN

¡Parece que la infelicidad está de moda! Este concepto abstracto de insatisfacción personal, falta de placer y pérdida de optimismo, suele ser muy frecuente y es ocasionado por múltiples factores.

Infelicidad, la moda que no acomoda nace de la auténtica preocupación que ha surgido en mí, al percibir que muchas personas actualmente no son felices.

Me preocupa la crisis que vivimos por la pérdida de los valores humanos como el respeto, la honestidad y la responsabilidad; la pérdida de valores culturales al adoptar hábitos que no son nuestros; y, la pérdida de las buenas costumbres y buenos modales.

La sociedad materialista y de consumo en que nos hemos convertido, también ha contribuido a la infelicidad y frustración en muchas personas; percibo constantemente a gente que quiere aparentar lo que no es, lo que no tiene, y que busca desesperadamente ocultar sus carencias afectivas, en primer lugar, y económicas en segundo. Percibo una falta total de honestidad y transparencia, y percibo también un alto grado de competencia en todos los aspectos, aunque no es una competencia sana que ayude a crecer, sino aquella que estresa, critica, frustra, crea envidias, chismes, conflictos y, a veces, hasta odio.

El apego a lo material, en nuestros días, domina muchas mentes y muchos corazones. Para estar a la moda, el consumo y la posesión frecuentemente se hacen más por imitación que por convicción, creando gastos donde lo superfluo precede a lo necesario.

La imitación de lo actual nos ha convertido también en una sociedad egoísta, preocupada por elevar la posición social y económica; incluso deseosa de verse mejor físicamente; pero desinteresada por el crecimiento individual, como persona; imposibilitada para amarse, aceptarse y autovalorarse; alejada del deseo de encontrar la paz y la felicidad dentro de sí misma, y con poco afán por construirse y ayudar a construir un México y un mundo mejor.

Hago hincapié en que mi intención original es la de expresar un punto de vista, el mío, basado en experiencias, vivencias y, por supuesto, en mis propias observaciones.

Deseo que lo que aquí relato, ayude a los lectores para tomarse el tiempo necesario para analizar realmente quiénes son y el papel que juegan en el mundo. Aspiro fervientemente a que estas páginas les ayuden a encontrar su esencia; a lograr la felicidad; y, a dar lo mejor de sí mismos; porque estoy convencida de que nuestro propósito en la vida es ser felices y plenos, lejos de la complejidad en la que nos encontramos sumidos.

Y para aquellos que tienen la dicha de ser felices, espero que este conjunto de reflexiones les recuerden lo afortunados que son y, ¿por qué no?, también les haga pasar un buen rato.

¡Sean felices!

Mayela Pescador

I

Las nuevas generaciones

Los niños

El termino niñez es el período de la vida humana que se extiende desde el nacimiento del individuo hasta la llegada de la pubertad, cuando se dará paso a la juventud.

Durante la primera etapa de su vida, el niño tiene una gran necesidad de seguridad, por lo que hay que rodearle de un ambiente afectivo y estable donde pueda alcanzar el máximo de sus potenciales. El desarrollo del niño constituye un proceso global; crecimiento físico, intelectual, social y afectivo. Todos los cambios que se producen interactúan, por eso la importancia de que exista armonía entre ellos. Los primeros aprendizajes del niño están asociados plenamente con el amor. Si no lo recibe, no aprenderá, aunque sea alimentado normalmente.

Los padres y madres deseamos la felicidad de nuestros hijos pero, ¿cómo lograrlo? Los niños, antes que nada, tienen que ser y vivir como niños; les gusta jugar, reír, gozar, cantar, imaginar, soñar, imitar, crear, investigar y descubrir. Brindarles el espacio donde comiencen a construir sus propósitos y sueños, así como el logro de los mismos es parte de su educación; así mismo, apoyarlos para que lo que realicen, lo hagan con amor y de la mejor forma posible; y, enseñarles a sembrar esperanza en cada uno de sus actos.

Todo niño tiene derecho a ser feliz, sin embargo muchos no lo son.

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Un sábado, recorriendo alguna plaza comercial al sur de la Ciudad de México, en donde se reúnen muchas familias de posición acomodada para pasar el día y convivir en armonía, se escucharon gritos intolerantes y chillidos desesperados. Se trataba de un padre de familia y su pequeña hija de escasos cuatro o cinco años. Caminando muy aprisa y llamando la atención de todos los que pasaban a su lado, el padre gritaba: "¡Voy a buscar a la policía para que te lleven!", mientras le propinaba tremendos golpes a la pequeña, que con un llanto desgarrador y desesperado, le imploraba a cada pasito a su padre que por favor no lo hiciera. Era un acto indignante, ¿qué tan grave pudo haber hecho la niña para recibir semejante castigo físico y sicológico? Varias personas molestas por semejante espectáculo los seguimos para tratar en algún momento de intervenir; afortunadamente un hombre de seguridad se acercó y logró que el personaje se calmara un poco y finalmente se retiraron. La angustia se apoderó de mí; si el hombre no es capaz de controlarse ante tanta gente, ¿qué le espera a la chiquita en la privacidad, y sin testigos?

La frustración, el coraje, el enojo, o sabrá Dios qué, pero queda claro que ese hombre se estaba desquitando de algo con su hija; y, obviamente, la falta de la pequeña le sirvió como desahogo.

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Caso contrario: en un supermercado, un niño le exigía a la madre que le comprara un juguete; y, al no acceder ésta, el pequeño comenzó a insultarla a grito pelado con todo el repertorio que a su corta edad conocía. Ambos padres optaron por ignorar su absoluta falta de respeto. El seguir con sus compras tuvo más importancia que aplicar un correctivo al pequeño, olvidando también que los niños tienden a imitar lo que ven hacer a sus padres.

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A Carolina lo único que le quita el mal humor, es divertirse en un lugar de apuestas. Tiene ya varios meses asistiendo con su amiga Doris, quien la convenció diciéndole que era "el lugar de moda". Conforme creció su adicción al juego, crecieron también los problemas en casa. Las últimas semanas, sus dos pequeños hijos no han tenido los cuidados necesarios en alimentación y estudios, mucho menos en amor. Carolina se ha vuelto sumamente irritable y ha llegado a golpearlos. Sus pequeñas mentes no entienden qué está pasando con su mamá, sólo sus corazoncitos sufren por la ausencia física y moral de su progenitora.

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Un chip diferente

Los niños de hoy en día, poco tienen en común con los de generaciones anteriores, excepto que son niños. Su chip definitivamente es diferente, parecen ser más maduros, más inteligentes, más exigentes; y muchos sí lo son, pero otros sólo parecen, más bien, están mal educados.

Cada vez son más numerosos los padres de niños muy pequeños que se quejan porque no saben qué hacer para controlarles; que sus hijos no les obedecen; y, que se enfrentan a muchas situaciones en las que los niños se comportan como pequeños tiranos. Y con frecuencia se preguntan: "¿Si hacen esto ahora, qué no harán cuando tengan quince años?"

Algunos padres jóvenes gustan de asistir con sus pequeños hijos a reuniones de adultos, en donde los pequeños definitivamente no se sienten cómodos oyendo pláticas y viendo acciones, como beber alcohol o fumar, que frecuentemente hacen los adultos en una reunión. Por supuesto que buscan otra manera más atractiva para entretenerse y claro que la encuentran; desafortunadamente, muchas veces los padres no les prestan la atención debida y prefieren que anden por ahí y no den lata, más bien los anfitriones son los que se dedican a cuidarlos para que no vayan a cometer alguna travesura en su casa.

La consecuencia no tarda en llegar; para la próxima reunión, los anfitriones lo pensarán dos veces antes de invitar a los padres que asisten con los hijos a reuniones no aptas para ellos.

Algunas madres son muy estrictas en sus casas con los pequeños: No toques ahí, Baja los pies del sillón; Compórtate, etcétera. Sin embargo, cuando están en lugares ajenos, esas mismas madres son bastante permisivas