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En el Tiempo y el Espacio: Cuentos de Especulación Científica
En el Tiempo y el Espacio: Cuentos de Especulación Científica
En el Tiempo y el Espacio: Cuentos de Especulación Científica
Libro electrónico51 páginas36 minutos

En el Tiempo y el Espacio: Cuentos de Especulación Científica

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"En el tiempo y el espacio" es un grupo de cuentos de ficción científica, en su mayor parte, especulativa.

¿Hola, Israel?: el misterio de una astronave con una gran población humana que bruscamente suspendió toda comunicación con la Tierra inspira a un menospreciado grupo de investigadores a analizar cuáles pudieron ser los motivos de su desaparición o silencio.

Cronoterapia: el médico de un niño diabético recurre a un procedimiento experimental para detener el deterioro continuo de la salud de su paciente, pero no resulta tan sencillo como parecía.

La criatura de las cavernas: un predador desconocido que habita en unas cavernas es capaz de generar oscuridad a su alrededor y un grupo de jóvenes intenta capturarlo.

¿Cómo escapó de la prisión Adrián Kimé?: un muchacho es secuestrado y escapa de la prisión. Cuando le preguntan cómo lo hizo, sólo contesta "con química".

IdiomaEspañol
EditorialAlvin Bemar
Fecha de lanzamiento19 ene 2018
ISBN9781370637010
En el Tiempo y el Espacio: Cuentos de Especulación Científica

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    En el Tiempo y el Espacio - Alvin Bemar

    —¿Hola, Israel?, ¿hola?

    Y como respuesta, sólo el silencio absoluto del espacio. Las estrellas seguían brillando, la Luna cumplía puntualmente su órbita. Pero Israel no contestaba.

    En el año 2064 fue lanzada desde Febe, satélite de Saturno, la enorme astronave Israel con una gran comunidad humana a bordo, rumbo a la estrella de Barnard, a una distancia de casi seis años luz del Sol. El objetivo era la exploración y colonización de un planeta extrasolar que tenía todas las características para ser muy posiblemente habitable, como la Tierra, pero sin haberse detectado rastros de vida en él, al menos hasta ese momento. La astronave tenía forma toroidal y giraba alrededor de su centro, de modo que generaba una gravedad artificial en la superficie interna del toro, en la mitad más alejada del centro, que era donde la población humana habitaba en un sistema ecológico cerrado. En total, medía unos 3200 metros de diámetro. Fue construida de tal modo que fuese energéticamente autosuficiente también. Para su uso interno, disponía de fuentes suficientes para obtener tal cantidad de energía nuclear de fisión, que se estimaba que podía bastar para tres siglos de viaje. Sin embargo, esta no era la que se empleaba para la aceleración de la nave, que operaba como un pulsocohete nuclear, con explosiones de fusión nuclear de deuterio y tritio. Lo que se empleó para el impulso inicial, fueron módulos externos que iban siendo retirados paulatinamente. Pero llevaba una reserva para la desaceleración que debía hacer al ir llegando a su destino, que se esperaba que alcanzara en ciento veinte años.

    En la época de su lanzamiento, la humanidad se había expandido por los planetas del Sol, así como en notable cantidad de lunas, planetas, planetoides y asteroides en donde había posibilidad de instalarse. Había colonias en Marte, en la Luna, en los satélites jovianos más lejanos y en los de Saturno. Venus y Mercurio no tenían comunidades habitables, pero sí había estaciones científicas e instalaciones mineras y fabriles. También había estaciones espaciales alrededor de cada uno de los mundos, sirviendo de comunicación y puertos entre todo el sistema. De las colonias extraterrestres, las más famosas eran las Ulises I y Ulises II, construidas y mantenidas por la gigantesca compañía espacial Ulysses, líder del proyecto de la Israel. La primera estaba en Ganimedes, el mayor satélite de Júpiter, y la segunda orbitaba a este satélite. La Ulises II, por su parte, era una estación y colonia espacial al mismo tiempo.

    La Israel primero despegó de Febe, usando grandes motores de energía química convencional; pero siguió orbitando Saturno, para ganar el impulso para el escape del Sol. En el momento propicio, encendió los motores nucleares para escapar de la gravedad del gran planeta y del Sistema entero. El día en que la Israel inició el escape de Saturno, en la Tierra y en todos los demás mundos hubo gran algarabía y celebración.

    Las comunicaciones con Israel eran constantes, un flujo masivo de información de todo tipo: desde científica hasta chismes de celebridades. Más aún, los pobladores de la

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