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Perdido en el olvido
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Perdido en el olvido
Libro electrónico109 páginas1 hora

Perdido en el olvido

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Información de este libro electrónico

Había pasado más de un año desde que el compañero de la agente del FBI Carly Mills había desaparecido sin dejar huella. Pero cuando había perdido la esperanza de volver a verlo, lo encontró trabajando de cowboy en un rancho de Texas. Lo más increíble era que él no recordaba nada de su antigua vida... ni de la pasión arrolladora que había habido entre ellos...
Carly se moría de ganas de abrazarlo y contarle quién era realmente y lo que ella siempre había sentido por él. Pero, ¿qué pasaría si jamás conseguía recordar el deseo que solía surgir entre ellos con solo mirarse? ¿Y qué haría cuando se enterara de que su amor había dado lugar a una preciosa niña?
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 nov 2017
ISBN9788491704942
Perdido en el olvido
Autor

Linda Conrad

Bestseller Linda Conrad first published in 2002. Her more than thirty novels have been translated into over sixteen languages and sold in twenty countries! Winner of the Romantic Times Reviewers Choice and National Readers' Choice, Linda has numerous other awards. Linda has written for Silhouette Desire, Silhouette Intimate Moments, and Silhouette Romantic Suspense Visit: http://www.LindaConrad.com for more info.

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    Perdido en el olvido - Linda Conrad

    HarperCollins 200 años. Desde 1817.

    Editado por Harlequin Ibérica.

    Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

    Núñez de Balboa, 56

    28001 Madrid

    © 2002 Linda Lucas Sankpill

    © 2017 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

    Perdido en el olvido, n.º 1175 - noviembre 2017

    Título original: The Cowboy’s Baby Surprise

    Publicada originalmente por Silhouette® Books.

    Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial. Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.

    Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.

    ® Harlequin, Harlequin Deseo y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.

    ® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia. Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.

    Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited. Todos los derechos están reservados.

    I.S.B.N.: 978-84-9170-494-2

    Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.

    Índice

    Portadilla

    Créditos

    Índice

    Capítulo Uno

    Capítulo Dos

    Capítulo Tres

    Capítulo Cuatro

    Capítulo Cinco

    Capítulo Seis

    Capítulo Siete

    Capítulo Ocho

    Capítulo Nueve

    Capítulo Diez

    Capítulo Once

    Epílogo

    Si te ha gustado este libro…

    Capítulo Uno

    –¿Quieres que me lleve a la niña en una operación de vigilancia? –preguntó Carley Mills, mientras se levantaba para enfrentarse a su jefe–. ¿Es que te has vuelto completamente loco?

    –No es una operación de vigilancia, por Dios. Haz el favor de oír la propuesta antes de llegar a conclusiones apresuradas –declaró Reid Sorrels.

    Reid era el ayudante del jefe de operaciones del departamento del FBI en Houston y el agente a cargo de la operación Rock a Bye. Clavó su mirada en ella, se sentó en una de las butacas y añadió:

    –Además, sabes que no haría nada que pusiera en peligro a mi ahijada.

    La mujer lo miró y pensó que había llegado muy lejos en el último año y medio. Cuando desapareció Witt Davidson, su amante y socio, habría sido incapaz de enfrentarse a una mosca y, mucho menos, a un hombre tan decidido como su jefe.

    Witt se desvaneció en el aire. Carley siempre se había considerado una mujer muy fuerte, la típica persona que siempre ayudaba a los demás con sus problemas. Pero la tensión de no saber lo que le había sucedido al padre de su hija había sido excesiva para ella.

    Carecía de importancia que nunca le hubiera declarado su amor y que jamás hubiera mostrado entusiasmo alguno por formar una familia. Además, él ni siquiera lo sabía. Carley no le había dado la oportunidad de saberlo. Había retrasado el momento de contárselo hasta que pudieran apartarse un poco de sus trabajos y estar a solas.

    Pero una noche de agosto, en mitad de una gran operación en el lago Houston, Witt desapareció. No podía olvidar lo sucedido. La había mirado con una sonrisa antes de dirigirse hacia una furgoneta de aspecto sospechoso, y después no volvió a verlo. Desapareció sin dejar rastro.

    A pesar de todo, Carley sabía que más tarde o más temprano habría admitido su amor por ella. No podía creer que hubiera huido, aunque le asaltaran las dudas día y noche.

    –¿Estás aquí, Carley? –preguntó Witt.

    La mujer hizo un esfuerzo por volver a la realidad. Se acercó a su jefe, un hombre de unos treinta y tres años, algo mayor que ella, y sonrió.

    –Ya sé que no pondrías en peligro a Cami de forma intencionada. Pero llevármela a un lugar remoto del oeste no parece que sea lo más apropiado para ella.

    –No has oído lo que he dicho. Esa parte de la frontera entre Texas y México es muy tranquila –declaró, mientras se pasaba una mano por el pelo–. El rancho solo está a cincuenta kilómetros de la población de McAllen y a menos de un día en coche de aquí.

    –Ya, magnífico. Pero, ¿qué voy a hacer yo en un rancho? No he estado nunca en uno.

    –Maldita sea, Carley, te he pedido que escuches. Ese lugar es sobre todo una institución, una especie de orfanato aunque ya no los llamen así. Tú tienes formación como psicóloga infantil y ellos necesitan un psicólogo infantil. Ni siquiera notarás que estás en un rancho.

    Carley suspiró. Tenía la impresión de que su vida iba a sufrir otro cambio drástico. Pocos meses antes de que naciera Cami, el FBI se había negado a utilizar sus servicios en operaciones encubiertas. Desde entonces, se había dedicado a realizar el papeleo de la última operación para que los niños mexicanos que habían encontrado fueran devueltos a sus familias. Y ahora, de repente, el departamento la enviaba a una misión de observación en la frontera, con su propia hija. Aquello no tenía sentido.

    –El centro de acogida depende del ayuntamiento, pero esos sitios nunca tienen dinero suficiente. Los niños que deben cuidar generan gastos superiores a la financiación que obtienen, así que organizaron un rancho de ganado y una plantación de cítricos para conseguir fondos extraordinarios.

    –¿Y qué esperas que haga allí?

    –Lo que mejor haces, trabajar con niños. Los mayores son adolescentes que están allí para rehabilitarse o que sufren algún tipo de discapacidad. Y como puedes imaginar, todos tienen problemas emocionales.

    –¿Pero qué tiene eso que ver con la operación?

    Reid sonrió.

    –La frontera está muy cerca. Ya sabes que las pistas sobre el entramado de la venta internacional de niños nos han llevado a la zona de McAllen. Solo tienes que estar atenta a lo que pueda ocurrir –declaró–. Ya tenemos un agente en la zona, Manny Sánchez, que se hace pasar por ayudante del veterinario. De ese modo puede viajar por todo Río Grande y hablar con los granjeros. Gracias a él hemos detenido a docenas de implicados.

    Reid se inclinó hacia delante y continuó hablando.

    –Manny ha oído el rumor de que algunos de los niños del rancho no proceden de las agencias estatales de adopción, sino del otro lado de la frontera.

    –¿Y cómo voy a conseguir el empleo?

    –El empleo ya es tuyo. Uno de los funcionarios del ayuntamiento es amigo mío. La persona que ocupaba el cargo se ha marchado de repente por «problemas familiares», así que el administrador del rancho os espera a Cami y a ti. Él no conoce tu verdadera identidad, solo sabe que eres madre soltera y que necesitas el trabajo. Además, su supervisor te ha recomendado.

    –Fantástico. Y cuándo…

    –Espera un momento. Antes de que te pongas a hacer preguntas, hay algo importante que debes saber.

    –¿Y bien?

    –Manny Sánchez trabajó con Witt en una operación secreta en El Paso, hace cinco años. Fue una misión corta y solo se vieron durante unos minutos, pero…

    El corazón de Carley estuvo a punto de detenerse.

    –¿Esto está relacionado con Witt? ¿Han averiguado algo nuevo sobre su desaparición? Cuéntamelo…

    –Relájate, agente especial Charleston Mills. Sabes muy bien que el departamento seguirá investigando hasta que averigüemos lo sucedido con Davidson. Nosotros no perdemos a nuestros agentes –respondió, tomándola de las manos–. Pues bien, Manny nos comentó que uno de los hombres que trabaja en el rancho se parecía mucho a Witt.

    –Pero…

    Reid la notó tan alterada que preguntó:

    –¿Quieres un vaso de agua?

    –No.

    –Gracias a sus huellas dactilares hemos descubierto que es Davidson en persona. Pero no está utilizando su verdadero nombre y, aparentemente, no reconoció a Manny.

    –¿Por

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