Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Amor sangriento
Amor sangriento
Amor sangriento
Libro electrónico119 páginas1 hora

Amor sangriento

Calificación: 5 de 5 estrellas

5/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Ignacio, un adolescente que está muriendo por un cáncer inoperable, traba amistad con Kina, la chica nueva y misteriosa del instituto. No tarda en descubrir que ella guarda un secreto escalofriante. -- (Longitud: 7.200 palabras, sin incluir las muestras gratis de otros relatos. Historia no apta para menores de 15 años.)

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 jun 2017
ISBN9781386980865
Amor sangriento

Relacionado con Amor sangriento

Libros electrónicos relacionados

Gótico para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Amor sangriento

Calificación: 5 de 5 estrellas
5/5

1 clasificación0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Amor sangriento - Gissel Escudero

    2

    Él odiaba los hospitales. No era un sentimiento muy original, desde luego; salvo por su molesto tío hipocondríaco, no conocía a nadie más que le gustaran. Peor aún, sin embargo, era estar en un hospital esperando las malas noticias que sin duda vendrían a darle. Le habían hecho una tomografía, pero daba lo mismo porque los síntomas hablaban por sí solos. Ignacio nunca había esperado milagros y éstos no se habían producido. Al menos estaba en paz con la idea de su propia muerte. Y más le valía, porque no tenía sentido estar en contra.

    El oncólogo los llamó al rato para mostrar las imágenes al muchacho y a su madre. El tumor estaba señalado con un óvalo en marcador rojo, por lo que no hacía falta ser un experto para verlo.

    —Lamento no poder darte esperanzas —le dijo el médico a Ignacio al final de una larga explicación—. De aquí en adelante esto se va a poner peor. Lo siento.

    La madre de Ignacio lloró tapándose la boca con un pañuelo para no hacer ruido; el muchacho, en cambio, se limitó a asentir. Sacó algunas cuentas en su cabeza: quedaban unos sesenta días de clase más el período de exámenes. No era mucho. Quizás tuviera tiempo de llegar hasta el final.

    Minutos más tarde, en el pasillo, la madre de Ignacio dijo:

    —Siéntate aquí y descansa un poco. Tengo que ir al baño.

    —Sí, mamá. Te espero.

    Ignacio se recostó contra la pared, pensando a quiénes podría pedir los apuntes de biología y física. O tal vez no tuviera que hacerlo, si los profesores le dijeran...

    El muchacho se distrajo al ver una figura conocida, pero inesperada, aproximarse hacia él desde el otro lado del pasillo.

    —Hola —dijo Kina—. Imaginé que estarías aquí. Ayer te veías muy pálido.

    —¿Por qué no estás en clase?

    —Faltó la profe de literatura. Y qué bueno, porque no la aguanto.

    —¿Y decidiste venir a buscarme?

    Ella se encogió de hombros.

    —Me pareció una buena idea —respondió.

    Permanecieron callados un momento. Habían adoptado la costumbre de volver a casa juntos después de clase, y aunque no hablaban mucho durante las caminatas, podía decirse que eran amigos. Amigos desconocidos, en cierta manera. Ninguno sabía del otro más datos personales que los que habían compartido la primera noche, y a Ignacio le parecía bien. Él no estaba en condiciones de establecer lazos con nadie.

    —¿Qué te dijeron los médicos? —preguntó Kina al fin.

    —¿Qué podrían haberme dicho? Estoy jodido.

    Curiosamente, ella sonrió.

    —No, no estás jodido. Ya verás que no.

    —¿De qué estás hablando? ¿Remisión espontánea? Eso no va a...

    Kina le puso un mano sobre la boca para callarlo. Luego se acercó tanto a él que Ignacio pudo oler el aroma de su champú. Ella le susurró al oído:

    —Esta noche no te vayas a dormir. Iré a buscarte a tu casa.

    —¿Para qué? —susurró él a su

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1