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Profesionales afroperuan@s en Lima: un drama anunciado
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Libro electrónico249 páginas3 horas

Profesionales afroperuan@s en Lima: un drama anunciado

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El libro Profesionales afroperuan@s en Lima un drama anunciado reúne dos investigaciones que dialogan entre sí; aún más, representan de algún modo dos versiones de una misma problemática. Por un lado, la de los afroperuanos y afroperuanas en su experiencia vital para convertirse en profesionales en un entorno donde todavía los jóvenes universitarios afroperuan@s escuchan en las calles frases como "los negros no van a la universidad" o "los negritos solo piensan hasta las doce"; es decir, el descrédito de sus habilidades intelectuales y académicas. De otra parte, una investigación auspiciada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la que buscamos entrevistar a reclutadores de medianas y grandes empresas que se encargan de la selección de profesionales, y a headhunters independientes, sobre la contratación de profesionales afroperuan@s. Los resultados de este libro nos deberían llevar a reflexionar sobre la dificultad estructural e individual de la población afroperuana para desempeñarse profesionalmente.

Profesora principal e investigadora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico. Es doctora en Antropología por la Pontificia Universidad Católica del Perú, máster en Estrategias de la Comunicación por la Universidad de Lima y licenciada en Sociología por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Se ha desempeñado como investigadora y consultora para diversas instituciones nacionales y extranjeras. Ha sido profesora invitada por universidades de Francia, Chile, Colombia y México. Ha sido Profesora de la Academia Diplomática del Perú y de posgrados en la PUCP y la Universidad del Pacífico. Ha sido consultora del BID, APOYO Opinión y mercado, la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción (ALOP), y la Federación Latinoamericana de facultades de Comunicación Social (FELAFACS). Ha sido columnista de la página editorial del diario El Comercio.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 abr 2017
ISBN9789972573149
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    Profesionales afroperuan@s en Lima - Liuba Kogan

    © Universidad del Pacífico

    Av. Salaverry 2020

    Lima 11, Perú

    www.up.edu.pe

    PROFESIONALES AFROPERUAN@S EN LIMA:

    UN DRAMA ANUNCIADO

    Liuba Kogan

    1a edición: diciembre 2014

    1a edición versión e-book: enero 2015

    Diseño de la carátula: Icono Comunicadores

    ISBN: 978-9972-57-313-2

    ISBN e-book: 978-9972-57-314-9

    Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2014-19143

    ePub x Hipertexto / www.hipertexto.com.co


    BUP

    Kogan, Liuba.

    Profesionales afroperuan@s en Lima : un drama anunciado / Liuba

    Kogan. -- 1a edición. -- Lima : Universidad del Pacífico, 2014. 182 p.

    1. Afroperuanos -- Lima -- Condiciones sociales

    2. Discriminación en el trabajo -- Perú -- Lima

    3. Afroperuanos -- Trabajo

    I. Universidad del Pacífico (Lima)

    305.896085 (SCDD)


    Miembro de la Asociación Peruana de Editoriales Universitarias y de Escuelas Superiores (Apesu) y miembro de la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe (Eulac).

    La Universidad del Pacífico no se solidariza necesariamente con el contenido de los trabajos que publica. Prohibida la reproducción total o parcial de este texto por cualquier medio sin permiso de la Universidad del Pacífico.

    Derechos reservados conforme a Ley.

    INTRODUCCIÓN GENERAL

    El libro Profesionales afroperuan@s en Lima: un drama anunciado reúne dos investigaciones que dialogan entre sí; aún más, representan de algún modo dos versiones de una misma problemática. La de los profesionales afroperuanos y afroperuanas en su experiencia vital para convertirse en profesionales en un entorno donde todavía jóvenes universitarios afroperuan@s escuchan en las calles los negros no van a la universidad o los negritos solo piensan hasta las doce; es decir, el descrédito de sus habilidades intelectuales y académicas; se llama Trayectorias profesionales de afroperuan@s limeños: ‘nos cuesta el triple’. Y, de otra parte, una investigación auspiciada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la que buscábamos entrevistar a reclutadores de medianas y grandes empresas que se encargan de la selección de profesionales y a headhunters independientes, sobre la contratación de profesionales afroperuan@s, que titulamos Representaciones sobre afrodescendientes desde la perspectiva de reclutadores de profesionales en el mercado laboral limeño.

    Este tipo de abordaje sobre la población afroperuana en Lima resulta novedoso porque nos alejamos de las narraciones de los voceros de las organizaciones negras, afrodescendientes o afroperuanas (según se autodenominen), para recoger los testimonios de personas que en el contexto de la entrevista organizan sus historias, reflexionan, se contradicen; en síntesis, discursos sentidos, no acabados, espontáneos y vitales. Adicionalmente, nos alejamos de las imágenes más frecuentes que encontramos en los medios de comunicación sobre los afroperuan@s profesionales y, por lo tanto, las más estereotipadas, de los deportistas y artistas (músicos y bailarines). En el camino que propone Valdivia (2013), nos acercamos a individuos alejados de las organizaciones no gubernamentales de desarrollo, con demandas diversas no ancladas en su identidad étnica ni política; que es la realidad que según el autor caracteriza a los afroperuan@s en el país.

    Vale la pena señalar, además, la importancia de comprender -en un contexto generalizado de pobreza y de desaliento histórico (para qué más)- cómo un grupo de afroperuanos y afroperuanas logran culminar la escuela, ingresar a universidades privadas o públicas y convertirse en profesionales en ejercicio.

    Las veintiocho entrevistas que realizamos son tremendamente reveladoras. No solo de la experiencia de vida del narrador sino, por sobre todo, de los limeños, nuestras instituciones y las prácticas de racismo que siguen vivas y vigentes.

    No fue fácil armar una base de datos de profesionales afroperuan@s limeños (excluyendo a deportistas y artistas). Cálculos muy gruesos nos permiten estimar que, en términos absolutos, los profesionales afroperuan@s limeños no exceden los 1.000 individuos.

    No queremos dejar de mencionar la emoción que nos transmitieron los entrevistados y entrevistadas al relatarnos sentimientos, recuerdos y emociones profundas. Nunca me habían entrevistado así, sobre estos temas, escuchamos con satisfacción. Pero también nos encontramos con quien luchaba en el mismo contexto de la entrevista -con mucha incomodidad- para quitarse la etiqueta de afroperuano, señalando que los negritos eran sus primos pero en otro momento asumiendo la identidad de moreno.

    El capítulo acerca de los reclutadores de profesionales de empresas fue producto de una feliz coincidencia, pues, como señalamos con anterioridad, fuimos ganadores de un premio de investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Entre los llamados términos de referencia, se pedía a los investigadores realizar alguna pesquisa sobre afrodescendientes. Sin embargo, a lo largo de las investigaciones nos percatamos de la preferencia de los peruanos por denominarse afroperuan@ y no afrodescendiente, pues el vínculo con África y la esclavitud parece no existir en el imaginario de la mayoría de afroperuanos: somos peruanos a secas; y ello ha sido corroborado tanto por estudios cualitativos (Oboler, 2001) como cuantitativos{1}.

    Construir una base actualizada de las empresas grandes y medianas de Lima tuvo algunas dificultades, pero no insalvables. Nos apoyamos en las bases de datos con que cuenta la Universidad del Pacífico y en una Feria de Trabajo que se llevó a cabo en la universidad, lo que fue de inmensa ayuda para establecer contactos y confianza suficiente para permitirnos realizar las entrevistas sobre un tema sensible para las empresas. A todos los que contribuyeron con brindarnos información, va nuestro agradecimiento.

    Entrevistamos a quince reclutadores que trabajan permanentemente en las empresas medianas y grandes seleccionando personal, y a cinco headhunters independientes especializadas en seleccionar profesionales para puestos muy altos. Una de las principales dificultades que tuvimos que enfrentar fue la de entrevistar a entrevistadores profesionales. Para poder hacerlo y obtener la información que buscábamos, les entregábamos cuatro CV totalmente equivalentes en habilidades, estudios, actividades extracurriculares, distrito de residencia, etc., con la única diferencia de la foto que acompañaba el CV (en unos casos, varones, y en otros, mujeres). Estas fotos se diferenciaban por sus características fenotípicas: mestizos, blancos, asiáticos y afroperuanos. Incluso se cambiaban las fotos y los CV de manera aleatoria para evitar algún sesgo no previsto. Lo que llamó nuestra atención es que para muchos y muchas se trató de un tema incómodo, pues consideraban que sus empresas no eran discriminadoras, contaban con protocolos que seguían a pie juntillas y, además, ellos y ellas no se consideraban racistas.

    Sin embargo, a lo largo de la conversación se revelaron datos e información relevantes que -como en el capítulo anterior- hablan más de nosotros los peruanos y nuestras instituciones que de la voluntad consciente de hacer el bien o comportarse según lo éticamente correcto.

    Por ejemplo, 13 de 15 reclutadores señalaron, al ser preguntados sobre la imagen étnica que podía dar su empresa, que ninguna se parecería en nada a una persona afroperuana, y que solo llamarían para una entrevista de trabajo a un afroperuano o afroperuana si se ven obligados a llamar a los cuatro candidatos (de los CV mostrados); pero, si no fuera el caso, no llamarían a los afroperuan@s para una entrevista de trabajo. Una de las razones por las que no lo harían es que consideran que no tienen capacidades analíticas.

    Lo curioso, sin embargo, es que la mayoría de reclutadores no estaban seguros de haber entrevistado a un afroperuan@, e incluso señalaron que desconocían esa palabra. Señalaban, sin embargo, que conocían morochos, morenos, zambos, pero nunca los habían visto en sus empresas como profesionales, con la única excepción de los extranjeros.

    En la gran mayoría de reclutadores había buena voluntad y el deseo de no ser racistas; no se habían encontrado aparentemente con postulantes que pudieran identificar como afroperuan@s; sin embargo, nos permitieron conocer a lo largo de las entrevistas cómo los estereotipos y prejuicios pueden colarse imperceptiblemente en instituciones con buena voluntad.

    De otra parte, es importante señalar que no todas las empresas son igualmente amigables o ingratas con el tema racial. Ello lo saben y comentan los profesionales que entrevistamos.

    En un tercer acápite, compartimos seis entrevistas -tres a reclutadores y tres a profesionales- como material que acompaña los hallazgos de las investigaciones, y que por su valor testimonial complementan las reflexiones que se proponen en el texto. Muchas de ellas son de una profundidad y sensibilidad tales que me llevaron casi hasta las lágrimas.

    Tanto los reclutadores como los profesionales afroperuan@s -del mismo modo que los académicos- coinciden en identificar cuáles son los candados que llevan a que a los afroperuan@s les cueste el triple ser profesionales y que luego los coloquen en la cola para conseguir empleo.

    No queremos terminar esta introducción sin señalar que no vemos ningún problema en que la población afroperuana se desempeñe en actividades deportivas o artísticas, pero buscamos llamar la atención sobre la dificultad para esta población de desempeñarse en otros ámbitos profesionales (altamente valorados) considerados intelectuales, cuando muchos jóvenes de ambos sexos pueden sentir la vocación de seguir dichos estudios. Y, por otra parte, la lectura de los textos que presentamos nos conmoverá al mostrarnos cuánto nos falta como sociedad para tratarnos con equidad.

    Todos los nombres personales y de las empresas han sido eliminados de los textos para asegurar su anonimato, condición que se nos pidió para acceder a las entrevistas. A todos y todas, nuestra profunda gratitud.

    Finalmente, agradezco a mis queridísimos asistentes en ambas investigaciones, por la seriedad de su trabajo y por el espacio para la risa y el afecto, que nunca dejamos escapar: Julio Villa, Shirley Villegas, Joel Bacal, Juan Carlos Espinoza y Bill Gee.

    Representaciones sobre afrodescendientes

    desde la perspectiva de reclutadores de

    profesionales en el mercado laboral limeño

    Introducción

    La marginalidad histórica de la población afroperuana es tan eficaz que los afroperuanos contemporáneos tienden a no identificar su lazo histórico con el continente africano: aquí todos somos peruanos, declaran, desconociendo dicho vínculo (Oboler, 1996). A diferencia de los países con un porcentaje importante de población afro cuya historia de esclavitud -fundada en el sistema de plantaciones- coadyuvó al surgimiento de Estados-nación imaginados bajo el eje racial blanco/negro, en el Perú el eje organizador del imaginario nacional se fundó en la relación indio/mestizo/blanco, excluyendo la negritud como parte constitutiva de la nación (Sue y Golash-Boza, 2009).

    Fueron entonces las narrativas del mestizaje -aparentemente democratizadoras- las que alimentaron el imaginario nacional, dejando de lado la mirada sobre la herencia histórica y la presencia social de la población afroperuana (Callirgos, 1993). Recién en 2009 se publicó una resolución suprema en la que se pedía perdón histórico al pueblo afroperuano por los abusos y exclusión sufridos desde la época colonial, y se reconocía su participación en la afirmación de la identidad nacional. En consonancia, se encuentra en proceso la elaboración del próximo censo poblacional donde se inquirirá acerca de la identidad racial, asunto invisible a nivel censal desde 1940.

    Si bien existen datos sobre la población afroperuana, no hay consenso sobre estas cifras, ya que no se trata de fuentes oficiales y censales. Los esfuerzos individuales han generado interesante información, pero no suficiente. Muchos de estos registros no parecen confiables debido a que, entre otros factores, la población afroperuana no ha tendido a identificarse como tal, por lo que creemos que dicha población se encuentra subrepresentada. Incluso algunos estudios señalan que cuanto mayor es su nivel educativo, las personas tienden a autorrepresentarse como más blancas de lo que realmente son (Sulmont, 2010). En la actualidad, la invisibilidad histórico-social de la población afroperuana se ve agravada debido a su condición de minoría estadística -los afroperuanos representan, según la Enaho, entre el 1 y el 2% de la población peruana{2}-, y a que se encuentran dispersos geográficamente, y precariamente organizados en torno a demandas de reconocimiento étnico-racial (Valdivia, 2013).

    Se ha encontrado que a pesar del crecimiento económico sostenido que ha experimentado el Perú en la última década (6,3% anual entre 2001 y 2010), los afroperuanos constituyen el único grupo que no ha mejorado su condición económica (Ipsos, 2013). Mientras que entre 2001 y 2010 el porcentaje de indígenas pobres disminuía (de 62% a 37%), y lo mismo sucedía con la población mestiza (de 45% a 23%), el porcentaje de la población afroperuana pobre casi no varió a nivel nacional en el mismo período (más bien, subió de 33% a 34%).

    Aún más, apenas el 7% de los afrodescendientes se considera no pobre; el 49% se percibe como más o menos pobre; el 39%, como pobre; y el 5%, como muy pobre (Ipsos, 2013, pág. 12). Más del 70% de los afroperuanos habita en zonas urbanas (Enaho, 2010).

    La población afroperuana considera que existen diversas barreras que dificultan su desarrollo social y económico: educativas (acceso limitado a educación de calidad, discriminación en el aula e invisibilidad en el currículo escolar), culturales (invisibilidad y degradación en los medios masivos de comunicación), políticas (falta de políticas públicas focalizadas), organizacionales (dificultades para la organización en torno a demandas comunes), psicológicas (falta de iniciativa y conformismo) y económicas (pobreza y discriminación racial para acceder a empleo) (Ipsos, 2013, pág. 16).

    Cabe resaltar que solo el 1,9% de la población afroperuana cuenta con educación superior universitaria, a diferencia del promedio nacional que alcanza a 8,16% de la población. Visto de otro modo, los jefes de hogar afrodescendientes con educación superior suman 5,6%, mientras que los no afrodescendientes, 11,1% (Valdivia, 2013, pág. 24).

    Diversos estudios sobre los ámbitos educativo y laboral muestran que los grupos étnico-raciales tienen diferentes posibilidades de ingresar al sistema educativo, culminar sus estudios (Castro y Yamada, 2012) y ser contratados en el ámbito empresarial con equidad respecto de su capital formativo (Yamada y Galarza, 2012; Kogan, Fuchs y Lay, 2011; Kogan, 2010). Un reciente estudio de Telles y Steele (2012) muestra que para ocho países (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú, México y República Dominicana) "el color de la piel tiene un efecto estadísticamente significativo en el logro escolar [...] incluso después de controlar por factores como la clase social, el género y la residencia urbana/rural" (Telles y Steele, 2012, pág. 6). Tal es así que a estos países se los califica como estados pigmentocráticos (O’Brien, 2008, pág. 98).

    Cabe resaltar que la población afroperuana no solo alcanza bajos niveles educativos sino que además experimenta segregación ocupacional (Benavides, Torero y Valdivia, 2006, pág. 46). Otro dato interesante es que en 2010 el porcentaje de jóvenes afroperuanos entre 20 y 24 años que había alcanzado algún tipo de educación superior era de 32%, frente a un 50% de mestizos y 39% de indígenas (PNUD, 2012, pág. 40).

    No solo los estudios muestran sistemas de privilegios y discriminación étnico-racial en la sociedad peruana, sino también lo perciben claramente los peruanos (Sulmont, 2005 y 2009), quienes desarrollan estrategias diversas para moverse en un contexto complejo donde no son claras las fronteras entre ser un ciudadano similar a cualquier otro respecto de los deberes y derechos, y una persona particular tratada de modo diferente por sus características étnico-raciales (Bruce, 2007).

    A diferencia de los estereotipos o los prejuicios, la discriminación se expresa en acciones específicas que limitan a las personas en el momento de gozar del pleno ejercicio de sus derechos (Kogan, Fuchs y Lay, 2013, pág. 8). En el caso de la población afroperuana, se encuentra expuesta a una situación de discriminación estructural donde su tez, nivel educativo y condición socioeconómica les dificultan acceder a derechos básicos; y a burlas y prácticas de rechazo (Defensoría del Pueblo, 2013, pág. 99; Miranda Tovar, Zorrilla Eguren y Arellano, 2013).

    Las prácticas discriminatorias hacia los afrodescendientes también se dan en el ámbito laboral. Aunque en el Perú existe un marco legal para evitar este tipo de acciones, tanto en

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