Ars brevis, vita longa: Microficciones

Por Carlos Germán Amézaga

Este libro del autor peruano Carlos Germán Amézaga por su naturaleza eminentemente narrativa, guarda una estrecha relación con el cuento, pero por su característica brevedad, no puede permitirse el retrato amoroso de los personajes, de ahí la importancia del lenguaje. El autor narra en cincuenta microficciones divididas en tres capítulos, un tipo de cuento distinto, porque requiere de mucha concentración.

• Idioma: Español
• Editorial: Grupo Editorial Caja Negra
• Fecha de lanzamiento: 31 mar 2017
• ISBN: 9786124342141

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editorial.

Unas breves palabras

Hace algo más de 10 años, mi amigo, el poeta, narrador y editor Diego Martínez Lora, quien reside en Portugal, me invitó a colaborar con su página literaria virtual Versiones, en una sección donde se incluían textos de 100 palabras. Me pareció una idea original y gracias a ella empecé a escribir pequeños relatos con ese número como máximo. Los primeros que hice fueron una especie de fábulas, tomadas de las de Esopo o Samaniego, pero transformadas, otorgándoles un giro o final distinto. Llegué a escribir unas cuantas y me decidí a publicarlas como un anexo a mi primer libro de relatos el año 2007.

A partir de entonces, empecé a prestar un poco más de atención al tema de los microrrelatos o de la minificción, descubriendo —con sorpresa— que existía todo un mundo de literatura en miniatura, y que no solo había algunos especialistas, sino que también muchos famosos escritores habían incursionado alguna vez en este campo, no por minúsculo menos interesante.

Entre 2008 y 2013 trabajé y residí en Buenos Aires. En esos años, revistas virtuales como Gambito de Dama, FIX100 o El Hablador recogieron algunos de mis textos breves. Gracias a ello, uno pudo ser incluido en la antología Circo de Pulgas, editada por Rony Vásquez y publicada por editorial Micrópolis.

Hacia el final de mi tiempo de servicio en Argentina, tuve la suerte de que las autoridades de mi institución aceptaran una extensión de mi permanencia por seis meses, para terminar un curso de posgrado que había iniciado. Esas últimas semanas en Buenos Aires, me permitieron dedicarme a escribir, ahora con tranquilidad, la mayor parte de los pequeños textos que encontrarán en este libro, todos, por supuesto, con una extensión de 100 palabras.

Nuevamente en el Perú, luego de publicar una novela para niños en Caja Negra, les propuse preparar un libro de microficción. Su respuesta fue