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Magnetismo Hipnotismo, Sugestión
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Libro electrónico245 páginas5 horas

Magnetismo Hipnotismo, Sugestión

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Raro libro editado en París, en idioma Español y para ser vendido en México.

En esta obra su autor realiza un concienzudo y ameno estudio científico sobre los fenómenos misteriosos del hipnotismo y la sugestión mental.
IdiomaEspañol
EditorialYoucanprint
Fecha de lanzamiento19 dic 2016
ISBN9788892641761
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    Magnetismo Hipnotismo, Sugestión - Carlos Docteur

    Contenido

    I

    II

    III

    IV

    V

    VI

    VII

    VIII

    IX

    X

    XI

    XII

    XIII

    XIV

    XV

    XVI

    XVII

    XVIII

    MAGNETISMO

    HIPNOTISMO, SUGESTIÓN

    CARLOS DOCTEUR

    LIBRERÍA DE LA V.da DE Ch. BOURET

    Rue Visconti, 23

    PARIS

    Avenida del Cinco de Mayo, 45

    MEXICO

    1911

    2016 – edición digital David De Angelis

    I

    Quizá no haya en el mundo entero una sola persona á. la que dele indiferente cuanto se relaciona con lo maravilloso. Se ha observado que en dos épocas de su vida : en sns illbores y en su caducidad, es cuando más se apasionan los pueblos por lo que puede ocurrir más allá de los reducidos limites de nuestro cascarón de nuez. Muchísimas, innumerables son las personas que afirman con la mayor seriedad que sólo creen en lo científicamente demostrado. p Bien, pues para probarles hasta qué punto es fiaca nuestra voluntad, nuestra energía cerebral, es decir, hasta qué punto es poca cosa el ser humano en su conjunto, poneos áreferir, delante de alguna de esas personas de principios tan inquebrantables, algún fenómeno de Espiritismo óno haya en el cosa parecida, y la veréis dedicaros en seguida la más decidida atención. Lo prudente, lo sano es confesar que se sabe poco, pero que se sabe algo respecto de asuntos que con tan justa razón apasionan al que más y al que menos.

    En esta obra trataremos de satisfacer la legítima curiosidad del inteligente lector ; el que la lea podrá, sin miedo á, ponerse en ridículo, hablar en sociedad de esos fenómenos de que tantos hablan sin haber nunca leído nada serio sobre tal asunto.

    Pero nos parece lógico comenzar por explicar lo que significa exactamente cada una de las palabras que más se emplean en estas cuestiones.

    MAGNETISMO ANIMAL

    Término vago, aunque empleado en muy variados sentidos ; aplicase sobre todo á los procedimientos que provocan el Sonambulismo. En su sentido usual, - la palabra magnetismo significa acción á distancia y puede aplicarse á todas las acciones que consiguen producir el sonambulismo ; por ejemplo, los pases llamados magnéticos producen el sueño magnético. Idéntico á éste viene á ser el sueño hipnótico, pero es provocado por causa algo distinta, es decir por acciones físicas, en vez de serlo por una influencia individual.

    Palabra introducida por Braid, y que significa Sonambulismo provocado. Y puesto que el autor de la palabra es Braid, muy bien podría llamarse Braidismo el fenómeno explicado por dicho vocablo, el cual fenómeno ó Hipnotismo es, según la acepción vulgar, un sonambulismo provocado por acciones físicas, en tanto que el magnetismo resultaría un sonambulismo provocado, debido á unainfluencia ó á una voluntad individuales.

    SONAMBULISMO

    Estado parecido al sueño, pero que se diferencia de éste por la persistencia de algunos fenómenos de la vida de relación. Diferénciase del estado de vigilia normal por una modificación de la personalidad y una amnesia completa. El sonambulismo es, 6 provocado, 6 espontáneo. El espontáneo es más frecuente en los adolescentes, y suele efectuarse durante el sueño normal. En cuanto al sonambulismo provocado, las más de las veces es producido por maniobras llamadas magnéticas », pero que resultan poco claras. También es determinado por sugestión; y también por una especie de acción física, tal como la fijación de un objeto, etc. En realidad, acúdese á todas estas causas reunidas para producirlo.

    Etimológicamente considerada, representa esta palabra el hecho de sugerir (es decir, de indicar por insinuación, sin detalles, un acto 6 una idea). El uso ha dado el nombre de sugestión al acto 6 á la idea sugeridos. Y uf se dice que el individuo está- sugestionado cuando no puede resistir á la idea 6 al acto que le han sido sugeridos. El punto de partida de la sugestión es una palabra, un signo, un indicio cualquiera, por poco explícito que sea. Cuando el sujeto se los suministra á si mismo, recibe dicho acto el nombre de autosagemida. La sugestión mental vendría á ser una sugestió n en la que la persona que sugiere no suministrara al sujeto ningún indicio apreciable, á nuestros sentidos y á nuestras facultades, de conocimiento normal.

    CATALEPSIA

    Para el cataléptico resulta imposible, momentémeamente, todo movimiento voluntario; pero lo extraño es que en el cataléptico pueden los miembros, el torso y la cabeza permanecer por largo tiempo en las actitudes en que los fijó otra persona, 6 en las que tenían al iniciarse el ataque.

    LETARGIA

    Es un sueño profundo durante el cual no funcionan los sentidos ; sin embargo, alguna que otra vez puede

    « despertarse al enfermo á fuerza de gritos ; pero, no bien cesan éstos, recae el enfermo en su sopor. Adviértase que no siempre se consigue interrumpir el letargo.

    Todos sabemos que el sonámbulo va, viene, hace cosas muy atinadas.., sin dejar de dormir. Es menester guardarse bien de despertar brutalmente á un sonámbulo : podría serle fatal tan pesada broma. Lo curioso es que, al despertar él naturalmente, nada recuerda de cuanto le ocurrió durmiendo.•

    ÉXTASIS

    Al lleg;-r á hablar del Éxtasis, sentimos como que nos tiran de la manga, y que oímos una voz que nos dice : « ¡ Cuidado con lo que vas á escríhir 1 »

    Precisamente, sólo diremos aquello que todo hombre científico pudiera firmar sin reparo, es decir, algo de lo que sabe la Ciencia respecto del particular; la cual nos enseña que el éxtasis es un estado nervioso en el que una idea cualquiera, las más de las veces religiosa, adquiere tal exaltación, que absorbe todas las facultades intelectuales, que quedan en suspenso todos los movimientos, y que 'cesan de ser percibidas todas las sensaciones.

    ANESTESIA

    Por Anestesia, se entiende la privación más ó menos completa de la facultad de sentir las impresiones físicas. En cambio, la Hiperestesia es el aumento de dicha facultad, hasta el punto de resultar doloroso el más ligero contacto; también permite oir el menor ruido á una distancia mucho mayor que la habitual, ó con mucha más claridad.

    ALUCINAMIENTOS

    Los Alucinamientos son perversiones de los sentidos. El desgraciado que los padece cree ver delante de sí á una persona ausente, percibe un olor que no existe...

    Antes de entrañamos de lleno en nuestro asunto, recordaremos al lector que, así como la filosofía ha pasado por tres fases: teológica, metafísica y positiva, que corresponden á tres etapas paralelas de la civilización, así los demás conocimientos humanos, especialmente el que nos ocupa, el hipnotismo, sebe. visto obligado á franquear con su correspondiente esfuerzo los círculos de hierro en que la ignorancia y el interés de unos cuantos querían encerrarlo. Su historia presenta tres períodos distintos : el místico ó teológico, el empírico y el científico ó contemporáneo.

    El primer período se extiende desde la más remota antigüedad hasta la aparición de Mesmer, es decir, desde la aparición del hombre sobre la tierra hasta la segunda mitad del siglo dieciocho. Durante ese período lós sacerdotes de todas las religiones explican, por la intervención de personajes sobrenaturales, de esencia divina ó diabólica, lo que su limitada razón no les permite explicar de otra metiera. Por espacio de siglos y más siglos, de miles, quizá de millones de.aflos, sólo de tradiciones obscuras é inaceptables está hecha la historia de la humanidad. Y aun ya en la época en que documentos escritos sustituyen á las leyendas, tal lugar ocupa lo maravilloso, que de ninguna utilidad pueden ser tales escritos para nuestro asunto.

    En el segundo periodo vemos á la humanidad, no ya entregada á las influencias celestiales ó infernales, sino sometida á un poder simplemente hpmano.

    Pero, cuidadito, que no van á pecar de sinceridad ni de humildad los personajes en quienes se concentra

    el poder. Al contrario, ya se cuidarán de tener aleja-

    dos de sí ála masa, ála que hacen creer que se mantienen ellos en perpetua comunicación con las esferas

    superiores. La explotación de la credulidad ha sido el constante objetivo de los de arriba. Aun hoy, á pesar de las positivas conquistas de la ciencia, qué no queda por limpiar en ese terreno !

    Pero volvamos á lo esencial de nuestro asunto. Acabamos de definir los principales fenómenos nerviosos;

    mas, para la completa comprensión de lo que vamos

    á decir, le pedimos al lector dos minutos de decidida atención; y est le diremos que todas esas modifica-

    ciones en el funcionamiento del sistema nervioso pueden presentarse espontáneamente en los seres desequilibrados en quienes puede más el instinto que la • razón, y especialmente en los histéricos. Sin ir más lejos, la anestesia suele ser tan buen indicio de histeria como los ataques completos con pérdida de conocimiento y convulsiones. Muy generalizado está hoy el conocimiento de los medios empleados para producir esos ataques. Por cierto que la mayoría de ellos son sencillísimos ; y el hábil experimentador ofrece á su público de aficionados una Catalepsia artificial, un Letargo artificial, un Sonambulismo artificial, etc., parecedisimos á la catalepsia y á la letargia espontáneas. Bien : pues esos estados artificialmente provocados, así como el sueño, también provocado, durante el cual se manifiestan, no son sino el Magnetismo y el Ilipmotiema. En rigor, en rigor, lo mismo pueden llamarse uno que otro ; pero atengámonos al segundo, ó sea al hipnotismo, pues el primero contiene una teoría muy errónea. Ya lo probaremos.

    Con dos palabras más, quedará completada la indispensable explicación para la que hemos pedido al lector su decidida atención. — Si, por fin, convenimos en llamar Sugestión la influencia que el hipnotizador ejerce sobre el hipnotizado, dueños somos de todos los elementos necesarios para darnos cuenta exacta de todos los estados calificados en otros tiempos de sobrenaturales, y que tantos quebraderos de cabeza han dado al pobre a bípedo sin plumas » de Pistón : adivinación del porvenir, lectura del pensamiento, transposición de los sentidos, curación de enfermedades por ignorantes, etc., etc. El razonamiento científico anonadará semejantes zarandajas, y valga la expresión.

    Ya que de éxtasis hemos hablado, de muchos hombres ilustres nos habla la historia, que, bajo la influencia de una idea fija, de una profunda meditación, calan en éxtasis », pero de tal manera, que era menester acudir á medios violentos para sacarlos de tal estado. Cuántos, por ejemplo, no habrán tildado de loco al gran Arquímedes cuando, en cueros vivos, se puso á correr por las calles de Siracusa, chorreando agua — pues había interrumpido su bailo — gritando su famoso Eureka? ¿Habrá alguno de nuestros lectores que crea que se daba cuenta de su desnudez el gran matemático? No tememos tal de su ilustración, pues ninguno ignora que acababa Arquímedes de dar con el medio de determinar el peso especifico de los cuerpos. Adrede decimos que acababa de a dar con el medio, etc. ; pues conviene arrancar de cuajo un error que aún hoy día tiene muchos adeptos : el que consiste en creer que las grandes verdades científicas y los grandes inventos han sido hallados por aquellos que nos los han dado á conocer. No, no, mil veces no. Es de suponer que antes de Arquímedes se efectuara millones de veces el fenómeno que lo puso fuera de sí, loco de alegría: ¿cómo es que á. ningún otro se le ocurrió formular la ley física formulada por él ? Cuando Newton cayó desmayado, acometido de éxtasis, siglos antes que él se había producido el fenómeno que le hizo descubrir la atracción de los cuerpos : ¿ por qué ningún otro hombre se adelantó á definir la famosa ley de la atracción ?.. Muy sencillo : porque era rigurosamente lógico que Arquímedes formulara su ley, dado que el minuto final, el del descubrimiento en sí, no era sino el último eslabón de una poderosa cadena de razonamientos y de cálculos destinados, indefectiblemente, á e dar con el apetecido hallazgo. Y lo mismo ocurrió con Newtón y con otros hombrés de ciencia pura. No de otra suerte se producen los famosos hallazgos.de los creadores artísticos, de los poetas, músicos, etc. Ejemplo : cuando « dió » Beethoven con el tema típico de su prodigiosa A'ovena Sinfonía, se puso á correr poé la casa, gritando como un loco, y con gestos de loco : a ¡ Ya lo encontré ! ¡ ya lo encontré I... » — Y muy bien dicho ; así era, en efecto : I o había encontrado, pues lo buscaba desde hacía dos años. De modo que, aquel tema, corto en sus proporciones materiales, pero enorme por su importancia, era la consecuencia lógica, inevitable, dado el genio musical de Beethoven, de sus meditaciones de dos años. Napoleón decía que la resolución es, ni más, ni menos, el acto de decidirse á poner en práctica en seguida lo que por largo tiempo hemos estado madurando. Concluiremos diciendo que, así como natura non facit saltus, tampoco los hace esa finísima substancia llamada el cerebro.

    ¡ Cuán peligroso es hablar de ciertas cosas I.. Casi, casi, al tratar del éxtasis, nos hemos dejado también arrebatar... — No podemos por menos de referir el ensimismamiento, verdadero éxtasis, de que fué atacado el ilustrísimo Sócrates en el sitio de Potidea : inmóvil, en pleno campo, permaneció durante veinticuatro horas consecutivas. ¿Vivía, es decir, pensaba? ¡ Quién lo duda! quizá más intensamente que nunca. Mucho se ha hablado de su demonio familiar, con tanta frecuencia consultado por él : el tal demonio no era sino su admirable conciencia, pura y transparente cual cristal de roca. Además, no olvidemos que Sócrates esa detentó considerablemente á su tiempo ; fué, como suele decirse, un genio madrugador. Concentrad vuestra imaginación... dad un paso hacia adelante... : ¿ á quién veis? á Jesús : Sócrates hubiera comprendido enseguida á Jesús.

    De origen religioso era la idea fija que engendraba los éxtasis de Santa Teresa y de San Francisco de Asit ; patriótico era en Juana de Arco. Como este libro aspira á manifestar sobre todo las ideas científicas corrientes, hemos de decir que, para la ciencia, las conversaciones de la ilustre doncella con San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita, eran desvaríos, alucinamientos, y nada más. La pobre joven, atormentada por los peligros que corría su querida patria, caía en frecuentes éxtasis.

    Al lado de estos sinceros, vemos á los faquires de la India y á los monjes cristianos del Monte Athos imitar ó padecer hl éxtasis cuando quieren. Receta empleada por los primeros : mirar fijamente la punta de su nariz. Los segundos, los monjes, contemplan su ombligo. ¿Y por qué el ombligo? Porque siendo el ombligo el lazo de unión entre la madre y el hijo, resulta la parte más noble del individuo. Resultado práctico de los tales éxtasis: los fieles se aferran en su fe, y las divinidades so ponen tan contentas.

    Digamos algo acerca del don de Segunda Vista. Preguntar si son muchos los que creen en tal cosa, serf confesar que ignoramos lo que ocurre en todas partes y especialmente en las grandes capitales, en París, por ejemplo, en donde viven á sus anchas numerosas adivinas, más ó menos embaucadoras, más ó menos desequilibradas; pues también nosotros los modernos tenemos nuestras Pitiat, Sibilas y Pitonisas. Verdad que si eran las de los antiguos tan arrugadas, amarillentas y desdentadas como las de ahora, poco grato debía de ser el consultarlas. b Qué parece quo haya de salir de semejantes seres sino pronósticos abominables? ¿Eran así de feas las adivinadoras antiguas? No, por lo menos en cuanto á la Pitia, que solfa ser joven, I ay, pero padecía frecuentes crisis nerviosas I Al cabo de tres días de ayuno (lcómo estaría, la infeliz !) ceñida la frente de laurel y mascando hojas de lo mismo, cosa que le trastornaba los sesos, colocábase, en el templo de Delfos, sobre un trípode forrado con la piel de la serpiente Python, matada por Apolo. Dicho trípode estaba colocado sobre una abertura do la que salían espesos vapores, muy olorosos, casi siempre artificiales, que despedían perfumes embriagadores. Los sacerdotes del templo no se apartaban de la adivinadora, y hasta la amenazaban cuando tardaba en manifestarse el espíritu profético. Como solía ser la tal de clase baja, que casi carecía de toda instrucción y que, además, estaba trastornada por el ayuno y por aquellos olores, las amenazas de los sacerdotes acababan de enloquecerla; lo cual, dicho sea entre paréntesis, prueba cuán dulces y humanos debían de ser con la Pitia aquellos individuos atentos únicamente á esquilmar á los fieles: comenzaba la mujer á agitarse; su cuerpo retemblaba, espumarajos salían de su boca, los pelos se le ponían de punta; su cuello se hinchaba, su tallo se abultaba; jadeante, su voz perdía todo parecido con la voz humana. Y había motivo para ello, pues parece ser que en aquel crítico instante acudía el dios y le quemaba el seno. No te rías, lector, ni tomes esto á. broma, que muy en serio lo tomaba la martirizada pitia. Aquí era el gritar, el vociferar, el bramar; y en medio de tal bramido, algunas palabras corrientes se notaban, 4 mejor dicho las percibían los sacerdotes: claro,*como gente que está en el secreto ; los cuales, los sacerdotes, traducían en pésimos versos lo vociferado por la desdichada, y se iban tan contentos — tan tristes — los preguntones, no sin soltar cada uno el tanto más cuanto de rigor.

    ¿Qué, te parece esto una farsa, ilustrado lector? ii mi también me lo parece; pero pregúntate en lo más

    secreto de ti mismo si no hay cierto parecido, en cuanto al resultado práctico, entre las ceremonias antiguas y las modernas. Sí, pregúntate á tí mismo, contéstate, — y, sobre todo, paga.

    ¿No ha reconocido el lector, en las alucinadas antiguas, á nuestras modernas extralúcidas?... Y si de la

    casa particular pasamos al templo, ¿ no vemos, poco

    más, poco menos, lo que presenciaban los antiguos? Hoy, como entonces, mujeres nos transmiten los mandatos de la divinidad ;.histéricas eran aquéllas, histéricas son éstas : perfumes violentos, música, laurel, incienso, ponen en eretismo sus sentidos ; la majestad del lugar en que se hallan impresiona hondamente su imaginación, ya de suyo supersticiosa... Fija la mirada, caldeadas por lo que un sacerdote les ha dicho, esperan, a esperan la llegada do algo divino... — Resultado: un sonambulismo artificial, eminentemente favorable á los sacerdotes que las han excitado, y que, dueños absolutos de esos seres sin voluntad y blandos como un trapo, les hacen decir... muchas cosas.

    Digamos algo de la brujería, de la hechicería y de los poseídos. Según hace observar el doctor l'arria, á quien en más de una ocasión hemos de citar en el transcurso de esta obra, muy escasos eran los poseídos basta el siglo XIII, pues la venida del Cristo había herido de muerte á los dioses : terminado el reinado de las sibilas, aún no había comenzado el de Satanás. Y dice Michel et en su obra sobre los orígenes de lá hechicería: « ¿ Do dónde arranca la hechicería ?.. Sin titubear contesto : De la época de la desesperación ; de la profunda desesperación que sembró la gente de Iglesia. Repito, sin asomos de duda, que la hechicería es uno de los crímenes de la Iglesia. n — No decimos lo contrario; pues si meditan un instante nuestros lectores en la tremenda prisión en que la Iglesia y eI Feudalismo tenían sujetos á la mayoría de los seres humanos, fácilmente comprenderán que de

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