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Entre la aceptacion y el rechazo: El reto de vivir en Cuba
Entre la aceptacion y el rechazo: El reto de vivir en Cuba
Entre la aceptacion y el rechazo: El reto de vivir en Cuba
Libro electrónico525 páginas7 horas

Entre la aceptacion y el rechazo: El reto de vivir en Cuba

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“Eres un símbolo de la ¬fidelidad de Dios y la integridad del hombre. Eres un Job de la era moderna.
Con Dios siempre tendremos un ¬final feliz, y si este momento no es un momento feliz, entonces significa que no es el ¬final”
Pbro. Guillermo Ramos Mantilla Miembro de la Junta Directiva de la Convención Bautista de Cuba Occidental y profesor del Seminario Teológico Bautista de La Habana

Raudel García Bringas (1978) Mayabeque, Cuba.
Miembro de la Iglesia Bautista de Batabanó desde 1994. Cursó estudios en el Seminario Teológico Bautista “Rafael A. Ocaña” desde 1995 – 2000.
Sin abandonar su vínculo y servicio con su Iglesia como predicador y conferencista, desarrolló una vida de Hombre de Negocios en el mundo de la informática y las telecomunicaciones fuera de Cuba, llegando a formar parte de varias sociedades de negocios.

Todo iba en ascenso cuando una madrugada es arrestado por oficiales de La Seguridad del Estado cubana. A partir de este momento su vida cambiaría radicalmente al verse acusado y manipulado, en procesos ¬ficticios por las autoridades cubanas. En el presente libro Raudel, además de hacer una recapitulación de los procesos penales que enfrentó y hasta dónde se consideran reales o justos, narra alguno de los sucesos que vivió en su estancia en prisión, y su experiencia y visión que, como cristiano, le fortalecieron a vivir todo ese tiempo Entre la Aceptación y el Rechazo.

IdiomaEspañol
Editorialibukku
Fecha de lanzamiento29 sept 2016
ISBN9781944278854
Entre la aceptacion y el rechazo: El reto de vivir en Cuba

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    Entre la aceptacion y el rechazo - Raudel García Bringas

    Legales

    Sin el previo permiso del autor, ninguna parte de este libro puede ser reproducida, procesada o transmitida en alguna forma por algún medio – electrónico, mecánico, fotocopia, cinta magnetofónica u otro – excepto para breves citas en reseñas, donde deberá especificarse la procedencia.

    El siguiente libro se basa en (1) La investigación realizada para la confección del Expediente de Refugiado No. CU-239924 de la Sección de REFUGIADOS de La Embajada de los Estados Unidos de América en Cuba; (2) La Sentencia emitida por La Sala Octava de los Delitos Contra la Seguridad del Estado en Función de lo Penal del Tribunal Provincial No. DOSCIENTOS TREINTA Y CINCO DE DOS MIL CATORCE (235/2014); (3) La Sentencia emitida por La Sala de los Delitos Contra la Seguridad del Estado en Función de lo Penal del Tribunal Supremo de Cuba, No. NOVECIENTOS SESENTA Y CINCO (965); (4) Las Conclusiones Provisionales de la Fiscalía de la Causa No. 500 del 2013; (5) El expediente de referencia y pruebas aportadas por la defensa, y extractos del Expediente de Fase Preparatoria No. 411 del 2012; (6) El Código Penal de la República de Cuba; Ley No. 62/87; (7) Estudios Sobre el Proceso Penal de Danilo Rivero García; (8) Ley de Procedimiento Penal (Actualizada); Ley No. 5 de 13 de agosto de 1977; y (9) Gaceta Oficial de la República de Cuba, Ministerio de Justicia; No. 018 Extraordinaria de 25 de junio de 2013.

    El siguiente libro expresa totalmente el criterio del autor a menos que se señale previamente, se muestre por escrito o en nota al pie de página..

    Ibukku es una editorial de autopublicación. El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora.

    Derechos Reservados: © Raudel García Bringas 2016

    Batabanó, Mayabeque, Cuba

    Primera Edición 2016

    Publicado por Ibukku 2016

    www.ibukku.com

    Maquetación: Índigo estudio gráfico

    ISBN Paperback: 978-1-944278-84-7

    ISBN ebook: 978-1-944278-85-4

    GLOSARIO

    - Cien y Aldabó. También conocida como DIVICO (División de Investigación Criminal y de Operaciones) es una Unidad Técnica Investigativa de Instrucción del Ministerio del Interior de Cuba. Su fama es sustentada por lo estricto de la instrucción policial; las condiciones de vida y la repercusión de los delitos que son procesados por la Fiscalía en esta Unidad.

    - Villa Marista, Sede del DGSE (Dirección General de la Seguridad del Estado) perteneciente al grupo G – 2 del Ministerio del Interior de Cuba.

    - Unidad Técnica. En Cuba por lo general el Ministerio del Interior tiene Unidades Técnicas de Investigación (DIVICO) en cada provincia del país. En Ciudad De La Habana existen varias debido a la proporción de personas y delitos. Las más grandes y rigurosas son La de Cien y Aldabó y Villa Marista.

    - DIVICO. División de Investigación Criminal y de Operaciones. Normalmente cada provincia del país cuenta con un DIVICO. Ciudad Habana cuenta con más de cinco.

    -Medicina Legal. Es el órgano del Ministerio del Interior autorizado para realizar peritajes médicos.

    -DGSE, Dirección General de la Seguridad del Estado, comúnmente conocida además como Villa Marista.

    - DTI, Departamento Técnico de Investigación. Actualmente fue reformada su estructura y se conoce como:

    -PTI, Policía Técnica Investigativa.

    -DEP, Dirección de Establecimientos Penitenciarios

    -COORDILLERA. Es el término que se utiliza en prisión cuando se efectúa un movimiento de presos ya sea dentro de la misma provincia, o para otras cárceles en otras provincias.

    -Interno. Es el término oficial con el que los oficiales del Ministerio del Interior se refieren directamente a los presos en Cuba.

    "No hay patria sin virtud,

    ni virtud con impiedad"

    Félix Varela

    AGRADECIMIENTOS

    Batabanó, 15 de mayo 2015

    A todos con profundo agradecimiento.

    Después de un 5 de septiembre 2012, cuando aproximadamente a las 11:00 am, salí de casa custodiado por oficiales de la Seguridad del Estado, por mucho tiempo pensé que ese camino por el que me condujeron en aquella ocasión, no lo tomaría nunca más de regreso.

    El pasado 7 de mayo 2015 cuando en la tarde pasaba, después de casi 3 años, por el mismo lugar por donde me condujeron en la última ocasión, me parecía casi increíble.

    Para mí, dados los acontecimientos y características que acompañaron mi vida por mucho tiempo, considero que en gran medida lo que hoy vivo es un milagro, un regalo de mi Señor Jesús.

    Puede que esta carta la lean personas que nunca han tenido una relación con Dios, que desconocen el sentido del Don de la Vida, que miran la fe cristiana como algo extraño, una superstición, algo ajeno o fuera de moda, algo que no tiene que ver conmigo, personas para las cuales el nombre de Jesús de Nazareth solo represente un personaje histórico, una leyenda o simplemente una devoción que no comprende compromiso alguno. Pudiera suceder incluso que algunos piensen que los cristianos somos los enemigos declarados de la felicidad y la alegría. A ustedes, con profundo respeto, esta no es mi visión ni mi creencia.

    Solo la vida se puede vivir a plenitud, solo podemos hallar paz en medio de la tormenta, sólo podemos enfrentar peligros, adversarios; solo podemos hallar una victoria total y completa cuando conocemos a Cristo y él es Señor de nuestra vida.

    Es esta la única forma, aun en medio del dolor y las asperezas, donde podemos vivir la vida como una liberación y no sobrellevarla como una carga.

    La fe cristiana no supone ausencia de dificultades. La fe cristiana en muchos momentos es justamente la capacidad de soportar las dudas.

    Hoy, además de expresar mi gratitud a mi Dios, también quiero agradecer a un grupo de personas que nunca nos abandonaron. En ocasiones cerca, en otras desde sus condiciones particulares, más alejadas, todos están en mi mente y mi corazón.

    In memoria, a quien además de ser mi abogado, el mejor que he conocido, demostró ser un gran amigo y uno de los hombres más valientes que he podido y tenido el honor de conocer, Joaquín Hernández Carmona.

    A quien fuese Rector del Seminario Teológico Bautista de La Habana, Pbro. Hermes Soto Lugo. Gracias Hermes por toda tu valentía y todo lo que hiciste por nosotros. Nadie nunca pudo persuadirte, detenerte ni intimidarte aun en medio de los peores momentos que tuve que enfrentar donde con toda valentía y aprecio, decidiste vivir a mi lado y al de mi esposa nuestra suerte y nuestra lucha, Gracias, muchas Gracias.

    A Pbro. Alberto I. González y esposa Miriam Daniel. Fueron en mi ausencia el padre de mis hijos, el amigo y la guía espiritual de mi esposa. Fuiste amigo, hermano y en muchos sentidos, el padre que nunca me abandonó y siempre creyó en mí. Gracias, muchas gracias, eternamente gracias.

    A mi hermano Francisco (Coco) Freeman, amigo fiel, en las buenas y en las malas. Gracias Coco por nunca dudar de mí y por estar desde cerca y desde lejos al pendiente de mí y de mi familia, profundamente, gracias mi amigo, mi hermano, ¡gracias!

    A Pbro. Juan Carlos Rojas y Pbro. Dariel Llanes, directivos de la Convención Bautista de Cuba Occidental, cuando entendieron en momentos muy difíciles, que las circunstancias debían elevarse a la dirección del Gobierno, lo que conllevó no solo ser eco de mi indignación y humillación, sino además providencialmente, el respaldo que en la ocasión mi familia y yo necesitábamos, no dudaron en darnos su apoyo. Gracias, muchas gracias.

    A Pbro. Manuel Morejón y equipo de Alianza Cristiana. No fue casualidad, tampoco premeditación y mucho menos coincidencia; sino más bien, providencia. Cuando empecé a elevar mi voz a través de mis cartas públicas solo contaba con Dios, y fue él quien me condujo a ustedes. Cualquier persona puede expresar un criterio en privado, pero solo los valientes pueden denunciar abiertamente el mal y hoy sabemos que no existe otro modo de combatirlo si no es enfrentándole adecuadamente, aun así, solo desde nuestros principios cristianos.

    Dios le prometió a Abraham que no destruiría Sodoma ni Gomorra si encontraba en ellos al menos diez justos. Hoy sabemos que Cuba, la tierra de nuestros amores aún tiene esperanza cuando conocemos toda la labor que realiza su equipo a fin de hacer de nuestro país una nación mejor.

    A mi hermano Miguel Almanzar: has dado ejemplo de integridad, amistad y fidelidad. Nunca nos fallaste. Gracias.

    A mi hermano Edgard Paniagua y la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en República Dominicana. Por sus perseverancia y oraciones. Gracias, muchas gracias.

    A mi Pastor y Maestro, Pbro. Antonio Pérez Ravelo, por su confianza, por defenderme, por enseñarme las Escrituras, por sus principios cristianos que marcaron mi carácter. Por todo lo que aprendí de él, gracias.

    A mi hermano Rolando Acosta González y su linda familia; nunca falló, nunca se retiró, nunca abandonó a mi familia, nunca me abandonó bajo ninguna circunstancia. A su papá Rolando Acosta Luis. Durante meses cuando los alimentos empezaron a crearme malestar, nunca faltaron sus galletas que amortiguaron mi malestar y me sostuvo hasta los últimos momentos. Gracias, Rolando y Magda, por sus atenciones con mis hijos, por sus oraciones, por todo, gracias.

    A los hermanos Samuel Hernández Betancult, su esposa Lourdes y familia. Por no desmayar y por cuidar de mi esposa e hijos. Gracias, profundamente, gracias.

    A las hermanas y hermanos de West Palm Beach, Virginia, Mary, Loli, René, Yla y equipo Cuban4Christ. Altamente agradecido por su constante apoyo a mi esposa e hijos y sus oraciones, también por su confianza. Gracias, están todos en mi corazón, muchas gracias.

    A Dr. Allen F Harrod, su hija Carol y Equipo Misionero de Kentucky, por creer en mí, por todo su cuidado y preocupaciones por mis hijos y esposa. Eternamente agradecido.

    A Pbro. Esdras Carvajal y su esposa Leidys, Pbro. Enoc Carvajal y Magdy, Pbro. Guillermo Ramos y su esposa Yaderit, Pbro. Elionai Martiz y su esposa Leidys, Pbro. Alfredo González y su esposa Dinorita, Pbro. Vladimir Cabrera y esposa, Pbro. Rolando del Valle y familia, todos juntos con sus respectivas Iglesias. Gracias por sus constantes oraciones. Fueron justamente el apoyo requerido en medio de la tormenta.

    A mis hermanos de la fe y vida Jorge Ernesto Regalado y Wilfredo Suarez Consuegra junto al ministerio Corazones Compasivos de la Iglesia Bautista de Cruces. Por toda su ayuda, por todo el apoyo, por todas las muestras sinceras de amistad y hermandad en medio de la adversidad; profundamente gracias por todo.

    A mi Iglesia Bautista de Batabanó y la Iglesia de Pozo Redondo y Camacho. A sus pastores, Pbro. Moisés Pérez y esposa Kesia junto a Pbro. Frank Pérez y su esposa Isabel, por todo su apoyo y sostén a mi familia, por las cartas de aliento aun de personas que no he tenido el privilegio de conocer y agradecer personalmente. Al padre de Isabel, el hermano Roberto Luis cuya primera oración del día me ponía ante el trono de gracia de nuestro Dios. A Carlos y su esposa Lucila al igual que la hermana Yesenia, por todo el amor y cuidado a mi esposa e hijos. Todos ayudaron en una forma u otra a que ellos, en su inocencia, no se percataran de la gravedad de los tiempos e impidieron que su infancia fuese dañada. Todos permitieron que el loable principio de la tan conocida película La Vida es Bella; fuese para mis hijos una realidad. Gracias, sinceramente muchas gracias.

    A mis hermanos cuya ausencia de hoy es imposible ignorar, Antonio S. Pérez Quintana (Toni) y su esposa Nelbys Lugo, Leiny Figuerola Lugo y su esposo Javiel, Yisel Gato, amigos y hermanos probados en toda circunstancia. ¡Me siento honrado y dichoso de compartir vuestra amistad! ¡Les amo a todos!, sé que lo saben.

    A mí querido amigo y hermano P. Luis Alberto Formoso, siempre atento, siempre escuchando, siempre apoyando tanto como le permitían las circunstancias, siempre orando, siempre mandando palabras de aliento. ¡Nunca cayeron en el vacío!

    A todos aquellos que desde el anonimato nunca perdieron la fe, siempre me tuvieron presente en sus oraciones, siempre se acordaron de mi familia, de mis hijos pequeños que extrañaban a su padre. Nunca me olvidaron ni me dieron su espalda aun al calor de las batallas, gracias, a todos con profunda sinceridad y amor cristiano ¡gracias, muchas gracias!

    ¡A DIOS SEA LA GLORIA!

    Dedicatoria

    A mi esposa Yeny

    La mujer más extraordinaria y valiente que he conocido

    In memoria a

    Joaquín A. Hernández Carmona

    In memoria.jpg

    Uno de los Hombres más valientes que he conocido…

    Uno de los abogados más profesionales con los que he tratado…

    Un amigo muy querido…

    Combinado del Este

    Noviembre 19 del 2014

    Nuestra vida está rodeada de misterios que implican nuestra propia existencia. Las interrogantes eternas que involucran nuestro origen, quiénes somos y a dónde nos dirigimos, cautivan nuestra atención ante hechos relevantes de nuestra peregrinación en este mundo.

    Ninguno de nosotros escogió nacer. No escogimos nuestros parientes con los cuales nos relacionamos, y tampoco es nuestra elección el momento en que, de golpe, salimos a la velocidad de un relámpago de esta vida a la que tanto nos aferramos y de estos seres que acompañan nuestra existencia y de los que, en muchos sentidos, nos expresamos profundamente agradecidos por ellos.

    El don de la vida no es un producto de la ciencia, ni puede comprenderse a la luz de la filosofía. Es un tema que únicamente puede ser aceptado y en muchos casos comprendidos, a la luz de la fe. Es de esta forma, la única posible de sentirnos profundamente agradecidos de una serie de arbitrariedades que nos han sido impuestas, pero que a la vez las consideramos como regalos, benditos regalos por los que expresamos un profundo agradecimiento.

    ¿Y por qué pienso en estos momentos en los misterios que encierra la vida?

    Porque no entenderíamos nuestra reacción ante la muerte, si no comprendiéramos el verdadero sentido de la vida.

    Mi amigo Joaquín ha muerto. Se ha ido de este mundo y yo no he podido despedirme de él.

    La noticia de su muerte no solo me ha conmovido, ha creado una herida interior que ha destrozado y estremecido las sensibilidades más profundas de mi vida.

    Joaquín no solo era mi abogado. Él era un amigo, un amigo muy querido por mi esposa y por mí. La primera vez que estuve en su casa me impactó la decoración de sus paredes, llenas de obras de arte y artesanías. Su casa fue la primera referencia de una vida llena de valores, de fuerza y plenitud, de esta extraordinaria persona.

    Nunca perdió ningún caso que deposité en sus manos. Nunca tampoco conocí a nadie más profesional en todos los aspectos de su brillante carrera que él.

    Sus batallas y reiteradas victorias fueron el resultado de una fama que le precedía en cualquier lugar donde se pronunciaba su nombre. Era un hombre que conocía la Ley y los procesos que incluía cada caso, con una exactitud y claridad sorprendentes. En las salas de los Tribunales, su elegancia, expresada en cada defensa expuesta por él, siempre con su toga negra y su sonrisa única, ponía incluso a los Fiscales más profesionales y respetados, en circunstancias difíciles ante el tenor de su voz, siempre oportuna y lúcida de un hombre que dominaba con una exactitud casi perfecta, la Ley Penal vigente.

    Como amigo era incuestionable e incondicional. Siempre traté de estar disponible a su llamado y él siempre llegaba oportunamente cuando se le necesitaba, muchas veces, antes de que se le llamara.

    Nunca tomó a la ligera ningún asunto que se le compartía y nunca, en esta difícil jornada que me ha tocado vivir, dejó de atender ni asesorar a mi esposa en cada etapa. Su teléfono y tiempo siempre estuvieron incondicionalmente a la disposición de mi esposa y a la mía.

    El carácter propio de mi personalidad me ha impedido muchas veces expresar mis verdaderos sentimientos. También por alguna razón incomprensible para mí, he sido privado de estar presente en la partida de seres muy queridos y cercanos a mi vida. Este ha sido el caso de mi abuela Emérita, también el de mi madre que se me fue antes de tiempo, y hoy, la de mi muy querido amigo Joaquín, por quien mi esposa y yo sentíamos un cariño familiar.

    En muchas ocasiones … ¡Cómo quisiera romper en llantos a gritos como hizo José según el libro de Génesis, antes de darse a conocer a sus hermanos! ¡Cómo quisiera hoy que mi llanto fuera escuchado y me curara del dolor que me abraza por la pérdida de un amigo tan querido! ¡Cómo quisiera pensar de una vez que su partida no es eterna, y que un día podré darle el abrazo, el fuerte abrazo que por tanto tiempo de esta jornada había reservado para él! ¡Cómo me gustaría hoy sacar este dolor que me devora y que no sé cómo apagar!

    El último recuerdo que tengo de él fue un estrechón de manos a través del vidrio de la estrecha sala de abogados del Combinado del Este, en la última visita que me hizo.

    Hasta los adversarios saben distinguir y reconocer, cuando un contrincante tan respetado ha partido de esta vida. Su legado de gloria en su carrera brillante, hoy mantiene un resplandor que el caos y el correr del tiempo le será imposible opacar.

    Desde la fe, un aspecto muy privado de su vida, a través de lo que conocemos por la Filosofía de las Religiones, sabemos que no existe el hombre ateo. Todos tenemos, como lo expresaría el teólogo E. Y. Mullins, la capacidad y la necesidad de manifestar nuestra necesidad y sentir religioso. Este sentir religioso solo puede ser conocido por el Espíritu Santo, el único capaz de descender a las fuentes del poder de la vida, de las fuerzas de la propia existencia del ser humano donde cada quien es como es, y conocer sus verdaderas interioridades.

    Solo corresponde a Dios Justo, pero también grande en Misericordia y Gracia, tomar parte en estos aspectos que se escapan de nuestra capacidad de conocer como fui conocido.

    Hoy sabemos con mucha certeza, que el código pre mosaico por el que se rigieron los Patriarcas Verotestamentarios, fue el código de Hammurabi. La frase que dentro de este código de vida expresaba la partida de esta vida, era que la persona que moría era reunida a su pueblo, pero dentro de la Revelación Progresiva de Dios, el autor bíblico del libro de Números hace uso de esta misma frase también cuando hace referencia a la muerte del Sacerdote Aarón, y se le atribuye al mismo Dios cuando le dice a Moisés que Aarón sería reunido a su pueblo.

    Entonces hoy Joaquín ha sido reunido a su pueblo. Ha sido reunido con su padre al que tanto amaba y a quien se refería muy a menudo con acentos tristísimos. Estas profundidades que solo corresponden a Dios y a las que nosotros, tímidamente podemos llamar misterios, son solo a través de la fe que pueden en alguna medida ser, no del todo comprendida, pero sí aceptadas y creídas.

    Yo sigo el camino de los hombres en esta vida. Un día también seré reunido a mi pueblo, si Cristo no viene antes y me gustaría pensar que ese día, en la presencia de mi Señor Jesús, podré encontrarme con estos seres tan queridos de cuya despedida, por alguna razón, se me ha privado.

    Dios en su infinito amor, tenga gracia y misericordia para él.

    A sus familiares y personas más cercanas, mis más sinceras condolencias.

    En el amor de Cristo

    Raudel García Bringas

    INTRODUCCIÓN

    Hoy, aun cuando estoy sentado en mi biblioteca personal y frente al ordenador, me es imposible dejar de mirar al pasado y valorar todo lo que ha sucedido con mi vida y, hasta donde estuvieron involucradas y afectadas, las vidas de esas personas que me acompañaron en toda esta tribulación que han sido estos últimos años.

    Leía, hace unos días atrás, las cartas escritas por Dietrich Bonhoeffer¹ desde la prisión de Tegel, en la Alemania de Adolf Hitler; donde hace referencia a cierta disputa que en su tiempo de estudiante de Seminario, tuvieron dos de sus profesores, el Dr. Adolf von Harnack y el Dr. Holl, cuando trataban de entender si : los grandes movimientos de la historia se imponían por sus motivaciones primarias o por aquellas consecuencias que traían consigo. Cualquiera que pueda ser la comprensión de la respuesta a esta interrogante, algo queda muy evidente: la vida cambia de forma radical ante tales consecuencias. En mi caso, el cambio fue abrupto y llegó a la vida de mi familia sin previa invitación, tocando el timbre de la puerta donde vivíamos el 5 de septiembre 2012 y, por momentos, siento que ese timbre todavía sigue resonando en mis oídos.

    Cuando cierro mis ojos, me parece sentir el rechinar de los pestillos de las puertas de Cien y Aldabó.² Al oficial que llama por un número que identifica a los reclusos. Me siento como aquel 15 de enero del 2013 cuando fui trasladado a la cárcel de Valle Grande y por primera vez en mi vida me vi dentro del edificio de una prisión, pelado a rape en una foto de la ficha con números que me identificaría en el sistema, como uno más de los tantos presos que han entrado a ese establecimiento penal. Recuerdo la frialdad debido a la humedad del lugar y el bullicio constante que caracteriza el factor de la sobrepoblación penal en un edificio cerrado. Todavía cuando pienso en ello, puedo sentir la misma confusión de aquella noche del 13 de mayo del 2014 cuando de forma atropellada y violenta, me hicieron entrar en el Edificio 3 del centro penal nacional de alta seguridad, Combinado del Este de La Habana, donde se anunciaba una nueva acusación contra mi persona.

    Es, desde muchos ángulos, como vivir en un sueño largo e incómodo que no se sabe cuándo terminará y que, aun despierto, por muchos momentos uno se siente sumergido nuevamente en el mismo, aunque se sepa que ya este terminó.

    No siempre fue así. Personalmente nunca me consideré ni político ni una amenaza para nadie. Los únicos estudios formales que había realizado en mi vida fueron teológicos, en el Seminario Bautista de la Habana. Una vez fuera de esta institución, me vi ante el reto de poder vivir de acuerdo a una vocación superior a la que sabía que había sido llamado desde una cosmovisión cristiana, y a la vez tenía ante mí el importante reto de vivir, construir y sostener un hogar, una familia en una Cuba donde es muy fácil tergiversar conceptos y además, donde no se sabe muy bien, hasta donde lo que se hace puede interpretarse como una amenaza al sistema, al gobierno o a alguien que, aun cuando aparentemente lo has tratado de hacer todo bien, no se siente satisfecho y da la orden de operar, a personas que sin ningún tipo de escrúpulo ni de concepto propio, se limitan a obedecer como lo hacían en los tiempos del Imperio Romano aquellos Centuriones que llegaban a casa de los caídos en desgracia con la lóbrega orden por escrito, el Cesar quiere que mueras.

    Tenía apenas 24 años cuando por primera vez me monté solo en un Boeing 777 y aterricé en París, una de las ciudades más bellas del mundo. Dos años después tuve la bendición de ver nacer a mi primer hijo. Apenas un año después me encontraba viviendo en un apartamento rentado y con óptimas condiciones. Fue cerca de mediados del año 2005 cuando comencé a trabajar vinculado a la Embajada del Brasil, empezando de este modo una carrera autodidacta en la informática y las telecomunicaciones que me llevaría a realizar empíricamente un estudio de mercado interno, a fin de enfocarme en un proyecto de comunicaciones con amplias perspectivas de progreso y futuro.

    Fueron tiempos también difíciles. Ya casado con mi actual esposa, en los inicios del año 2007, nacieron mis hijos mellizos. Este feliz acontecimiento vino en medio de un periodo de crisis, caracterizado por la escasez de los recursos económicos donde yo estaba dejando de ser un empleado, para convertirme en lo que más tarde logré como Hombre de Negocios. Yo no tenía casa propia y la entonces casa de mi esposa no tenía condiciones para poder vivir adecuadamente. Estaba comenzando un proyecto prácticamente sin recursos y en representación de una empresa extranjera que comercializaba servicios satelitales. Mi primer contrato logré que se firmara con una sede diplomática a inicios del 2008, para el año 2010 ya era propietario de una gran parte de esa empresa con un volumen considerable de clientes en Cuba en el sector diplomático, y otra parte fuera de Cuba. A fines del año 2010 lograba mi total independencia de la empresa extranjera y contrataba ya por mi propia cuenta servicios a otras empresas fuera de Cuba en el área de las telecomunicaciones.

    Todo esto llevó un estudio minucioso de cada paso. Primero, era necesario escoger al cliente correcto. No podía ni tenía derecho a equivocarme al respecto. Estaba caminando en un terreno muy resbaladizo donde una sola imprudencia podía echarlo todo a perder. Mi seguridad personal también dependía de ello. Esa fue la principal razón por la que el sector de mercado escogido fue precisamente el de las Embajadas y Consulados. Ante la legislación internacional, estos estaban amparados por los Convenios de Viena. Ante las autoridades cubanas no podría aparecer nunca como un empleado de alguna de estas embajadas. Realmente ya para ese entonces yo no era un empleado. En ese momento yo era una persona que brindaba un servicio que provenía fuera de Cuba y que en ningún modo rozaba con el gobierno de Cuba.

    Para todo cubano trabajar en este sector por su propia cuenta podía suponer ser acusado de cometer un delito al no estar respaldado o vinculado a la entonces empresa Cubalse, hoy conocida como Palco. Ante todo prototipo, mi caso salía ya del marco de alguien vinculado a un horario y una jornada laboral, en una sede bajo una bandera extranjera. Ante la visión y los principios que como cristiano rigen mi vida y mi moral, no estaba cometiendo nada de lo que tuviera que avergonzarme. Un segundo aspecto era conocer mis propios límites. Como Hombre de Negocios los temas de conversación debían limitarse a los intereses propios del cliente y a mi responsabilidad de garantizar la calidad y estabilidad de los servicios contratados por este.

    No es un secreto para nadie que estos lugares son propensos a ser objetivos, por una parte, de oficiales de la Inteligencia cubana y, por la otra, de militares de Inteligencia que responden a sus propios gobiernos extranjeros. Mi conducta dependía de un protocolo ético no escrito donde yo debía ser consciente de los temas de conversación que debía sostener, de los espacios en los que podía estar como en los que, bajo ningún motivo, debía encontrarme. Conocer mis propios límites incluía además saber hasta dónde yo podía garantizar los servicios ofertados y dónde estaba la línea justa donde me debía detener. De aquí que todo contrato o proyecto siempre se hiciera con la cláusula de que cualquier aspecto relacionado con la transportación a Cuba, el traslado de los implementos satelitales hasta su destino final en territorio cubano, como cualquier tipo de trámite legal ante las autoridades cubanas, corrían totalmente por parte del cliente. Un tercer aspecto y no menos importante era crear los propios canales de comunicación, contratación de personal en el extranjero, manejos online de cuentas bancarias, realizar pagos, seguimiento de cada mercancía comprada, pago correspondiente de los impuestos en cada lugar donde se fijara un punto comercial, representación en estos lugares a través de otras personas, como también el contacto con nuevos proveedores con mejores precios y a la vez, con un soporte garantizado ante cualquier avería. Se trataba de estudiar constantemente cada oferta y producto que saliera al mercado, conocer los detalles de los productos de memoria, tanto deficiencias como mejoras en su arquitectura a fin de que, en el momento de presentar una oferta o un proyecto, se pudiese hablar con base y hacer al cliente, de acuerdo a sus necesidades, las recomendaciones adecuadas para su satisfacción.

    Hoy, cuando miro atrás cada paso arriesgado, logrado exitosamente y narrado en un puñado de renglones más arriba, me percato que el ocaso de esa época de trabajos incansables, estudios, pruebas y logros tenía que ser una verdadera incógnita no solo ante los oficiales de Inteligencia de Villa Marista³ sino incluso, hasta para las personas más cercanas a mi vida.

    Para inicios del año 2011 ya era una persona muy conocida en el sector diplomático residente en Cuba, y con una alta reputación por el resultado de los proyectos emprendidos en un número notable de sedes diplomáticas, donde ya tenía un alto nivel de servicios contratados.

    Fue de esta forma que con el éxito vino además la liquidez económica, vino la posibilidad de hacer una residencia en la República Dominicana donde al día de hoy, después del desastre, aún sobreviven algunos bienes. Pude ampliar e invertir en la compra de acciones de otras empresas y formar parte de otras sociedades económicas fuera de Cuba que, a su vez, me posibilitaron diversos beneficios.

    A inicios de mayo del 2012, en un proyecto único donde solo puedo argumentar que fue la propia providencia divina quien intercedió, me encontraba acompañando al Pastor Alberto González Muñoz en una peregrinación a Tierra Santa.

    Israel representa para la gran mayoría de los cristianos, una de las tantas metas de su vida. Yo personalmente, durante mucho tiempo, cuando pasaba horas y noches enteras parado en la autopista Habana – Melena, por carecer en aquel entonces de auto y posibilidades económicas de alquiler o de otro medio de transporte, soñaba despierto con lo que en aquel momento solo podía concebirse como una ilusión.

    Visitar Tierra Santa es una experiencia única y muy difícil de olvidar. Es estar en la misma zona geográfica donde Jesús caminó hace dos mil años atrás. Es vivir cada aliento suyo, cada tramo caminado por él, un momento único, parte de un evangelio. Llegar a Tierra Santa por primera vez, es sentir que no se conoce nada de lo que se ha aprendido toda la vida de cristiano en el estudio de la Biblia, en la Iglesia y, aun en el mismo Seminario. Regresar a casa de Tierra Santa implica leer, analizar y aun practicar, la fe cristiana pero ya desde una perspectiva muy diferente. Esto no supone superstición. Sería un grave error si alguien considerara este tipo de viajes y vivencias como algo de esta índole. Más bien, inspira al crecimiento de la vida espiritual, a la experiencia de leer los evangelios y sentir que uno estuvo en el mismo espacio que lees, es insertarte por un momento, como haría el judío Neusner⁴, dentro de aquellos que seguían de cerca y escuchaban las enseñanzas de Jesús, solo si sabes viajar a Tierra Santa poniendo los ojos en lo que realmente buscas, más allá de cualquier noticia, mucho más allá de intereses comerciales. Es como encontrar en un único lugar de este mundo, el justo y preciso punto que te hace entender mejor, lo que significa para ti tu fe.

    Otro elemento que debe ser considerado en esta introducción, dado que en los capítulos que seguirán haré reiteradas referencias del mismo, es con respecto a mi estado de salud.

    Todo en la vida tiene un precio. El éxito no escapa de esta norma. Durante mucho tiempo, dadas las condiciones económicas, la carencia de medios de transporte y las dificultades para viajar la distancia entre mi pueblo donde radico, y la capital, donde estaba desenvolviéndome, hube de pasar semanas enteras alejado de mi hogar; alejado de mi esposa, de mis hijos. Ellos pagaron en cierta medida el éxito conquistado posteriormente, pero lo cierto es que no solamente incidió en la separación eventual sino además, en mi salud.

    En la presión de trabajo, citas, estudios, instalaciones, etc. durante largo tiempo, mi horario de comidas y descanso se vio fuertemente afectado. Como consecuencia de un trastorno metabólico vino inicialmente la obesidad, y con ella la hipertensión; luego en el 2011, se me diagnosticó la enfermedad de la Gota y para inicios del 2012 el cuadro fue completado con el diagnóstico de una Diabetes Mellitus, entre otras afectaciones.

    Apenas con 34 años ya me encontraba con un historial médico que debía haber tenido a la edad de los 60 años, y con el exceso de peso, se vaticinaban riesgos mucho más preocupantes para mi salud y mi vida.

    Era una vida partida en dos: la de un Ministro Religioso y la de un Hombre de Negocios que trataba de conciliarse entre sí en una carrera marcada por un tiempo que solo proporcionaba 24 horas de vigencia. La aceptación de dos identidades en una misma persona puede ser para algunos algo complejo si carece en ese sentido de una base ética que proporcione los principios a sostener, enseñar y practicar tanto cuando se está sentado en una mesa de negociación, en un almuerzo de trabajo, cuando se dicta una conferencia en una Iglesia o se visita a una persona humilde en uno de los lugares más inaccesibles que cualquier persona pudiera imaginar.

    Hoy entiendo que la aceptación va mucho más allá de las propias labores en las que cualquier persona puede desempeñarse.

    Desde una mirada retrospectiva de mi vida, entiendo que la aceptación debe empezar por la historia de la propia persona que se autoanaliza. ¿Cómo pudiera ser el proceso de la aceptación de mi propia historia? Durante mucho tiempo me esforcé en tratar de hacer las cosas de la forma correcta y en no tener de qué avergonzarme estando en todo tiempo ante la presencia de Dios. Sin embargo, ¿cómo poder asimilar que debes agregar a tu historia personal la parte de la Prisión?, ¿cómo asimilar sus propias repercusiones y consecuencias cuando, por citar un ejemplo, un día solicitas un visado después de tener un expediente intachable de entradas y salidas a tu país, y se es DENEGADO por ser un ex convicto que vivió en prisión cerrada durante tres años? Cómo aceptar pasivamente (les garantizo que esto es más difícil) que todo por cuanto uno trabajó ha sido de un solo golpe; un zarpazo que no vistes venir; borrado, como si nunca hubiese existido, y todo tu trabajo, carencias y esfuerzo, como si no hubiese valido la pena. ¿Cómo asumir que has de empezar de nuevo, ante la defraudación de tus bienes logrados, ante el agotamiento de tus propias reservas, la afectación de tu propia salud y las manipulaciones del gobierno a fin de privarte de bienes cuya procedencia era bien transparente? ¿Cómo asumir que aun dentro de la misma Iglesia hay personas que - por fortuna no son la mayoría - no pueden dejar de recordarte que fuiste catalogado como un delincuente por el hecho de haber estado en prisión?

    Tomando en cuenta que estas líneas podrán ser leídas y examinadas por personas que comparten una creencia, o que se desentienden de todo tipo de fe, existen dos posibles alternativas que pudiera sugerir. La primera la recomienda el escritor Ignacio Larrañaga. El P. Ignacio Larrañaga es un escritor que se distingue por promover un dialogo en sus obras hasta llegar a las profundidades del alma, y una vez allí, entablar el diálogo más sincero donde cada quien es como es. El mismo se refiere a los archivos de la historia como:

    Un campo de batalla cubierto de hojas muertas; el tiempo no vuelve atrás ni un instante – asegura –, por lo que, ante los hechos consumados, los hombres pueden vivir dándose de golpes de cabeza contra las murallas inalterables de los hechos consumados, en un estado de alucinante locura, quemando inútilmente tanta energía.

    De aquí a que exhorte a los cristianos: aceptar una y cien veces, en la fe, las historias dolorosas que

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