Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Amigas de papel
Amigas de papel
Amigas de papel
Libro electrónico273 páginas4 horas

Amigas de papel

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Una historia que muestra la manera en que una persona puede cambiar la vida de otra para bien o incluso para mal, llegando fácilmente a los extremos.

Alice ha tratado de mantener una vida tranquila, rutinaria y solitaria. Así ha permanecido estable. Pero su mundo cambia al conocer a Valery, una chica completamente distinta y especial que torna la vida de Alice en un tornado de experiencias y emociones. Pero a veces las cosas no resultan como deben y un secreto puede cambiar las cosas para siempre.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento26 abr 2016
ISBN9788491125150
Amigas de papel
Autor

Paulina Allende

Paulina Allende, nacida en 1996 es estudiante de pedagogía en inglés. Actualmente reside en Iquique, Chile. Con veinte años, Amigas de papel es su primera novela a publicar.

Relacionado con Amigas de papel

Libros electrónicos relacionados

Ficción general para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Amigas de papel

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Amigas de papel - Paulina Allende

    © 2016, PAULINA ALLENDE

    © 2016, megustaescribir

            Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a Thinkstock, (http://www.thinkstock.com) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    ISBN:   Tapa Blanda            978-8-4911-2516-7

                 Libro Electrónico   978-8-4911-2515-0

    Contents

    Primera parte

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Segunda parte

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Capítulo 15

    Sobre el autor

    PRIMERA PARTE

    CAPÍTULO 1

    Reviso mis líneas por última vez antes de bajar a comer. El aroma a pastel de calabaza es tan fuerte que logra llegar hasta mi habitación. Se me hace agua la boca y trago saliva. Leo en voz baja todos los puntos de la disertación y una vez que estoy convencida de que me sé todo bien, cierro el cuaderno y bajo trotando las escaleras.

    Mi papá está recién sirviendo la comida para cuando llego. Mi hermana pequeña, Vail, menea sus piernas de arriba abajo en la silla. Mis padres se separaron hace algunos años pero creo que nunca hemos estado mejor. Mi madre ahora vive al otro lado de la ciudad con su novio. Hace mucho que no sé de ella, y no sé si quiero.

    --- ¿Está bien ahí? --- Mi padre me muestra el plato humeante.

    --- ¿Puedes ponerle más? --- Digo sentándome y tomando un poco de jugo.

    ---Ahí tienes--- No puedo esconder mi sonrisa al ver el plato. Si hay algo que me encanta es comer y más si es pastel de calabaza.

    --- ¿Alice va a explotar algún día? --- Mi hermana pregunta con voz aguda. Siempre me entretengo peinando su cabello largo y rubio. Somos muy distintas, aunque no quiera, me parezco mucho a mi madre. Mido un metro y setenta, soy delgada bien proporcionada, mi cabello es castaño dorado y mis ojos celestes. A veces siento que papá ve en mí lo que vio en mamá cuando se conocieron.

    ---Hey, no voy a explotar--- Le digo riendo y masticando al mismo tiempo.

    ---Sí lo harás, y cuando lo hagas dejarás a todos empapados de comida--- Todos reímos en voz alta. Disfruto cada bocado que me llevo a la boca.

    ---Mañana saldré con Camile a buscar trabajo--- Digo mientras acabo lo que queda de mi comida.

    --- ¿Necesitas dinero? --- Niego con la cabeza y trago.

    ---No, ya tengo, sólo decía.

    --- ¿Ha llamado mami? --- A veces me gustaría ser niña de nuevo, no saber la verdad de algunas cosas, creer ciegamente en lo que me dicen y pensar que todo está bien. Miro a Vail sin saber qué aspecto tengo.

    ---De seguro que debe estar muy ocupada comprándote el regalo para tu cumpleaños--- Sonrío e ignoro la mirada vacía que mi padre pone cada vez que mamá sale en alguna conversación. No soporto verle con el corazón roto. La verdad es que no tengo idea de dónde está mi madre en estos momentos, ni qué está haciendo. Llama cuatro veces al año, para mi cumpleaños, el de Vail, navidad y año nuevo. Supongo que mi hermana es afortunada, nunca logró vivir todas las peleas y borracheras de mamá. Sé que estamos mejor de esta forma pero aun así se me forma un nudo en la garganta que siempre ahogo tragando saliva.

    ---Bueno, ya es tiempo para ir a dormir--- Papá se levanta de la mesa y recoge cada uno de nuestros platos. Vail se para de la silla y corre por toda la sala mientras la persigo para tomarla y subirla a mis hombros. Es nuestra rutina antes de dormir, de hecho, en mi vida todo es igual, supongo que estoy cómoda con ello.

    Me aseguro de tapar bien a mi hermana con las sábanas antes de irme. Me cuesta mucho saber que cada día crece más, que llegará un tiempo en el que ya no podré contarle cuentos de hadas, en el que no me creerá más las cosas que le diga, en el que vea la realidad como yo lo hice. Me encantaría poder resguardarla en una burbuja y jamás sacarla. Cierro la puerta y bajo al comedor.

    --- ¿A qué hora llegarás mañana? --- Papá se seca las manos y me mira a través de sus gafas.

    ---No tarde, iremos después de la escuela--- Él asiente en silencio.

    --- ¿Qué película quieres ver mañana? --- Cada viernes vemos una película y comemos, es como nuestro día de familia.

    ---No lo sé, que Vail escoja--- Tomo un vaso de agua --Ya, debo dormir, tengo una disertación mañana- Mi padre sonríe y me da un beso en la frente.

    Me coloco el pijama y me acuesto quedándome viendo las estrellas brillantes en el techo mientras escucho música. Tengo la costumbre de dormir con música, si no lo hago tengo pesadillas. Antes solía hacerlo para no escuchar a mis padres discutir, no me di cuenta de que lo seguía haciendo, siento que de alguna manera si me quito los audífonos, escucharé algo que no quiero oír. Poco a poco me quedo dormida, aunque siempre antes de hacerlo mi cuerpo pega un salto que me despierta por unos segundos y luego de eso caigo en un sueño profundo.

    ***

    Sé que algo anda mal cuando noto que mis ojos no arden al despertar. Lo confirmo cuando miro el reloj y son más de las once. Me levanto de un salto y la piel se me pone de gallina por el frío repentino. Me meto a la ducha y trato de vestirme lo más rápido posible. Un jeans negro y un abrigo azul. Me recojo el pelo y salgo de casa corriendo para llegar a la escuela que afortunadamente me queda a unas cuadras.

    Cuando llego las puertas están cerradas. La inspectora me mira de pies a cabeza y ni siquiera me molesto en intentar entrar. Dejo escapar un suspiro y me siento en el suelo esperando a que pasen rápido las dos horas que faltan para la salida. Pesco mi celular y le envío un mensaje a Camile diciéndole que estoy afuera. Doy por hecho que tengo una mala calificación en la disertación. Al menos no perjudico a nadie. Siempre hago las cosas por mi cuenta. Reviso los currículos, los leo una y otra vez y reviso la hora cada cinco minutos hasta que son la una y los portones se abren dejando salir primero a los niños pequeños que siempre corren desesperados. Vail va en otra escuela ya que tiene problemas de lenguaje, papá siempre la recoge así que no tengo que preocuparme. Diviso la cabellera color zanahoria de Camile y camino hacia ella.

    ---Dime que tengo al menos un dos y no un uno en la disertación--- Digo cuando la veo y ella me sonríe.

    ---Ni una ni la otra. El profesor no vino hoy así que tuviste suerte--- Aguanto el aire de la emoción. No sé por qué nunca he podido demostrar bien mis sentimientos, tengo maneras muy extrañas de demostrarlo, quedándome sin aire, por ejemplo.

    --- ¿Has traído tus currículos? --- Ella asiente mientras se acomoda el cabello a un lado.

    Caminamos un buen rato, el centro queda más bien lejos, la mayoría de la gente toma el bus pero nosotras preferimos caminar.

    ---Hoy te has perdido un montón de cosas--- La miro mientras me suelto el pelo para amarrarlo otra vez. --Se han peleado unas chicas y como no fue el profesor todos la pasamos muy bien en clases.

    --- ¿Por qué las cosas emocionantes pasan cuando yo no estoy? --- Camile suelta una risa

    ---Tal vez las cosas emocionantes pasan porque tú no estás, deberías faltar más--- Le doy un golpe suave en el brazo mientras río. El cumpleaños de Vail es la próxima semana y no tengo una moneda para comprarle algo, por eso espero encontrar trabajo pronto por las vacaciones de invierno.

    Pasamos por todos los lugares que vimos y entregamos todos nuestros currículos. Al parecer, todos querían trabajo en esta época del año, así que no espero demasiados llamados. Nos dirigimos a una librería cuando el celular de Camile suena. Nos detenemos mientras ella habla con una mano puesta en su oído. Es algo de lo que siempre me doy cuenta, las costumbre de las personas. Pongo las manos en mis bolsillos por el frío y miro alrededor.

    --- ¿Me matarás si te dejo? --- Pregunta con sus ojos entrecerrados y haciendo una mueca.

    --- ¿Qué pasó?

    ---Mi madre me ha llamado y tengo que recoger a mi hermana, te diría que me acompañaras pero es al otro lado de la ciudad.

    ---Oh, no, está bien, hablamos pronto--- Me sonríe y nos despedimos con un beso en la mejilla. Entro en la librería y me pongo a revisar sin ganas los libros que hay. Observo las portadas pero ninguna idea me llama la atención y además ni siquiera traje dinero. Encuentro un único ejemplar de El túnel. Me quedo viéndolo deseando poder comprarlo.

    ---El túnel, ah--- Una voz femenina y suave se escucha a mi lado. Subo la cabeza de inmediato y veo a una chica un poco más alta que yo. Está sonriéndole al libro y mantiene sus brazos cruzados. Tiene el cabello blanco al igual que sus cejas y pestañas. Me quedo unos momentos observándola. Su piel es muy clara y con un poco de rosado y sus ojos son grises. Asiento sin decir ni una palabra. ---Tienes un gusto original.

    ---Es lo único decente en esta librería--- Ella sonríe muy ampliamente.

    ---Sí, conozco muy bien los libros de aquí--- Ahora que le veo más detenidamente, su ropa es muy aburrida y nadie utilizaría una remera naranja con un jeans azul. Entonces leo su nombre en el pin que tiene en su remera. Trabaja allí. Ella sonríe aún más cuando me doy cuenta.

    ---Lo siento, no sabía que trabajas aquí.

    ---Oh, no te molestes, coincido con tu opinión--- Trato de sonreír pero no sé si lo logro. --- ¿Lo vas a comprar?

    ---No, sólo pasaba, estoy buscando trabajo así que--- Ella asiente mientras mira de un lado a otro. --- ¿No tienen nada disponible aquí? --- Pregunto y ella me mira.

    ---No, pero puedo avisarte cuando busquen a alguien--- No sé si es algo que les suceda a todos pero siento un afinidad extraña con la chica. Como si no quisiera dejar de hablar con ella. ---Ya voy a salir y tengo que almorzar ¿Me acompañas? --- Guardo silencio un momento mientras pienso, la verdad es bastante temprano y no tengo nada que hacer. Jamás habría aceptado comer con una extraña, pero ella parece muy simpática, no puedo explicármelo pero luego me encuentro aceptando su invitación.

    ---Seguro--- Agarra una mochila roja, me sonríe y me hace señas para que la siga. Me lleva hasta un pequeño local de madera. Hay un olor muy dulce y toda la decoración es de estilo marinero. Nos sentamos en una mesa redonda para dos y ella me pasa el libro de menús. La miro tratando de decirle algo. Ella me levanta las cejas y sonríe. ---No traje dinero---

    ---Ah, no te preocupes, yo invito ---Niego con la cabeza seria y cierro el libro. ---Anda, no seas mal educada, hoy me dieron mi sueldo, así que no tengo ningún problema ---Quiero decir que no, pero mi voz no parece salir. ---Si no eliges algo tú, comerás lo mismo que yo--- Nos quedamos mirando un buen tiempo hasta que suspiro y abro el libro.

    --- ¿Ya saben lo que pedirán? --- Miro al camarero. Es un chico alto, de piel clara y cabello dorado. Ella me mira pero no puedo hablar. A veces me molesto conmigo misma por ser callada cuando conozco a las personas, es algo frustrante.

    ---Yo quiero una ensalada y una hamburguesa vegetariana ---La miro sin disimulo y miro el plato que yo tenía planeado pedir. Pollo y patatas fritas. --- ¿Y tú? --- Me pregunta.

    ---Ah, lo mismo--- Contesto apurada. Fijo mi mirada en el lápiz del chico ignorando la mirada de ella.

    --- ¿Algo para beber?

    ---Una botella de agua--- Contesta. La miro y quito la mirada cuando me observa de vuelta.

    ---Una gaseosa de naranja--- Digo. El chico asiente y se va. Ella apoya su espalda en la silla y se cruza de brazos. --- ¿Eres vegetariana? --- Pregunto sólo por poner un tema.

    --- ¿Lo dices por la hamburguesa? No, sólo me gusta--- La miro sin saber qué decir. Ella ríe y sus hombros suben y bajan. ---Estoy bromeando, sí lo soy--- Sonrío y miro a otro lado. --- ¿Por qué no has pedido lo que querías? --- Me pongo seria y sin habla. ---Te he visto clavar la mirada en ese pollo con papas fritas.

    ---Pensé que te molestaría--- Digo acomodando mi pelo detrás de las orejas.

    ---Claro que no, puedes comer lo que se te antoje, no te mataré si comes carne--- Río sin sonido--- ¿Quieres que cambie el pedido?

    ---No, no, está bien--- Contesto rápido. Asiente con la cabeza.

    ---Soy Valery, por si acaso.

    ---Alice--- Contesto respirando hondo. ---Lo siento si te aburro, es que no soy muy buena hablando--- Ella fija su mirada en los platos que dejan en nuestra mesa y de inmediato voy bajando mi voz. Es una costumbre mía, creo que siempre he sentido que cuando me decido a decir algo, los demás dejan de prestarme atención. Miro la hamburguesa y la ensalada sin ganas de comer.

    --- ¿Qué decías? --- Dice mientras sirve agua en el vaso. --- Ah, no te preocupes, creo que se te pasará a medida que tomes confianza--- Asiento y lo primero que como es la hamburguesa. En cuanto la masco quiero botarla, no tiene nada de sal. Valery se atora con el agua que está tomando y ríe.

    ---Creo que le falta un poco de sal--- Digo sonriendo y sin vergüenza. Tomo el salero y echo una gran cantidad. No me doy ni cuenta cuando ya tengo la hamburguesa llena de mayonesa, mostaza y kétchup. Doy otro mordisco y disfruto esta vez. Miro como ella mastica su hamburguesa y ensalada sin ningún aderezo. --- ¿No le echas nada? ---Ella niega mientras traga.

    ---No, me gusta la comida lo más natural posible. Soy muy sana para comer--- Doy otro mordisco y me limpio con la servilleta.

    ---Yo no podría, me encanta la comida chatarra y las salsas.

    ---Creo que me di cuenta --- Tomo un sorbo y se me ocurre la gran idea de poner los vegetales de la ensalada dentro de la hamburguesa. --- ¿Acabas de poner la ensalada en la hamburguesa?

    ---Es que así es más rápido y no le tengo que echar salsa a la ensalada--- Mastica más lento y observa la hamburguesa con las cejas arrugadas.

    --- ¿Te das cuenta de que es lo mismo, verdad? --- Me sonríe. Me encojo de hombros. Miro su plato y me doy cuenta de que ha ordenado cada vegetal a un lado, parece todo muy ordenado, tan ordenado que no dan ganas ni de comerlo. ---Sí, tengo el hábito de separar todo lo que como, no me gusta que la comida se mezcle.

    ---Debes pensar que soy una cerda--- Me pongo a reír. Ella sonríe y niega con la cabeza.

    ---No, sólo soy yo y mis hábitos extraños.

    ---Todos tienen hábitos extraños--- Digo tomando el resto de mi refresco.

    ---Tienes pinta de ser observadora--- Asiento mientras me limpio.

    ---Siempre conozco a las personas observándolas, así sé si me agradarán o no.

    ---Bueno, yo te diré que no me agradan para nada las personas que se rascan el cuello cada vez que piensan o están nerviosas--- Me quedo en silencio mientras bajo mi mano de mi cuello. Nadie nunca había notado esa costumbre.

    --- ¿En serio?

    ---Sí, no me agradas, por eso te invité a almorzar--- Sonríe. Es un poco raro ver a alguien sonreír tanto. Miro la hora en mi celular y no puedo creer que sean las cinco.

    --- ¿Siempre invitas a extraños a almorzar? --- Pregunto mirándola con cautela.

    ---No la verdad, sólo me caíste bien, pareces alguien interesante--- Me quedo con esa respuesta unos segundos y me muerdo la mejilla.

    ---Ya tengo que irme.

    --- ¿Dónde vas? --- Giro mi cabeza. Tiene mejillas muy tiernas.

    ---A mi casa, sólo queda a unas treinta cuadras--- Ella sonríe

    --- ¿Caminarás todo eso? ---Asiento, nerviosa. --- ¿Te molestaría que fuera contigo? Te pago el bus, voy en la misma dirección--- Me encojo de hombros. La verdad si quiero que me acompañe. Ella asiente y trota hacia una puerta y sale en minutos con una mochila roja en su hombro. Pareciera que nunca deja de sonreír y me quedo mirando como hipnotizada cada rasgo en su rostro. Me mira y yo bajo la mirada. --- ¿Nunca has visto a una albina?

    ---No de cerca y jamás he hablado con una--- Sonrío y ella ríe a carcajadas.

    --- ¿Con una? ¿Somos como extraterrestres o algo? --- Su buen humor me contagia. --- ¿Qué música escuchas? --- Miro el cielo acomodándome la mochila.

    ---Am, bueno, la mayoría son artistas desconocidos, un poco de indie, o música que tenga piano, no sé cómo se llama ---Tartamudeo en algunas palabras por el nerviosismo. No soy muy buena conociendo gente incluso cuando me agradan. --- ¿Y tú?

    ---Soy puro pop, lady gaga, Katy Perry y Justin Bieber--- Me sonríe. Me quedo en silencio mientras la miro.

    --- ¿Es verdad? --- Pone su mano en mi hombro mientras ríe.

    ---Claro que no, mi artista favorito es placebo--- Mis ojos se iluminan al escucharla. --- ¿Te gustan? ---Pregunta notando mi entusiasmo

    ---Me encantan.

    --- ¿Cuál es tu canción favorita? --- Pregunta mientras se sube al bus y le sigo con movimientos torpes.

    ---Bosco--- Ella abre los ojos.

    ---Dios, amo esa canción. También es mi favorita--- Camina hasta el fondo y nos sentamos en los últimos asientos. --- ¿Por qué te gusta?

    ---Tiene algo de amor melancólico en ella, la escucho cuando me gusta alguien.

    --- ¿Cuándo te gusta alguien te pones melancólica? ---Pregunta con humor pero sin ofender. Me encojo de hombros.

    ---Yo la escucho porque me dan ganas de bailar.

    ---Qué extraño.

    --- ¿Por qué?

    ---Bueno, es una canción más bien lenta. No imagino a alguien bailándola.

    ---Lo sé--- La miro con sorpresa que no se refleja en mis ojos. --- Pero bailo desde pequeña ese tipo de canciones.

    ---Es algo muy bonito---Digo intentando encontrar las palabras.

    --- ¿Tú qué haces?

    ---Estudio. No tengo demasiado tiempo pero me gusta decorar, planeo ser diseñadora de interiores.

    ---Wau, uno no conoce muchas personas como tú estos días --- Suelto una risa silenciosa y tímida. No sé cómo reaccionar a los cumplidos, la verdad, nunca sé cómo reaccionar a nada.

    --- ¿Y tú, estudias? --- Ella pone sus brazos en su nuca y se queda pensando.

    ---Gastronomía--- Alzo mis cejas y asiento con una sonrisa. --- ¿Te gusta? --- Niego y me rasco el cuello.

    ---Soy muy mala cocinando.

    ---Yo no dije que fuera buena--- Ambas reímos. Su risa es bastante contagiosa, alegre y despreocupada, cuando la mía es más bien silenciosa y siempre trato de taparme la boca. ---Aquí me bajo ¿cuál era tu nombre?

    ---Alice--- Ella asiente y se baja del bus de un salto, agitando la mano mientras me alejo.

    Me bajo del bus una cuadra antes para caminar. No había tomado un bus hace mucho. Me gusta caminar y sentir el aire mientras lo hago. La mayoría de las personas caminan para pensar en sus problemas, encontrarse a sí mismos en un mundo lleno de otras personas. Yo siempre camino por la razón contraria, para perderme, no pensar, como si fuera un pequeño escape de la realidad.

    Llego a casa y dejo caer mi mochila en el suelo. Los fideos se pueden oler desde la entrada. Voy a la cocina mientras me suelto el pelo y lo masajeo para que el dolor por tenerlo amarrado tanto tiempo desaparezca.

    --- ¿Dónde está Vail? --- Pregunto mirando la cocina vacía.

    ---Durmiendo, la pobre ha llegado muy cansada--- El simple hecho de imaginarla dormida me hace sonreír.

    ---Hoy me he quedado dormida y no alcancé a llegar a la escuela--- Pongo el mantel rojo sobre la mesa de madera y voy por los servicios.

    ---Debo suponer que acabas de decirme de una manera suave que tienes una mala nota--- Recibo mi plato y sonrío.

    ---No, de hecho, hoy es mi día de suerte, el profesor no asistió, así que disertaré la próxima semana--- Nos sentamos y comienzo a comer de inmediato. ---Además he conocido a una chica que me cayó muy

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1