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Matemos a Los Pobres: Acabemos con la pobreza...Matemos a los Pobres !
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Libro electrónico137 páginas3 horas

Matemos a Los Pobres: Acabemos con la pobreza...Matemos a los Pobres !

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ACABEMOS CON LA POBREZA “MATEMOS A LOS POBRES”
MEXICANOS AL GRITO DE ÉXITO
(Revolución mental del mexicano)
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento1 jun 2014
ISBN9781483532059
Matemos a Los Pobres: Acabemos con la pobreza...Matemos a los Pobres !

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    Repugnante y falso. Un himno a los lugares más comunes del libertarismo económico.

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Matemos a Los Pobres - Jorge Francisco Marquez Quiroz

Normal 0 21 false false false ES-MX X-NONE X-NONE

MÉXICO, EL POBRE CUERNO

DE LA ABUNDANCIA

Muchas personas confunden mala administración con destino

Kin Hubbard

Mayo 1975, estando en un laboratorio del Tecnológico de Monterrey cuando aún cursaba la Preparatoria, cayó en mis manos un periodiquillo x, como dicen los jóvenes ahora, en el que venía un cartón humorístico cuyo título rezaba: Dios no es tonto. En él aprecia una mano- la de Dios-, derramando todas sus bendiciones sobre México mientras decía: Le voy a dar Plata, grandes vetas de oro, cobre, carbón, minerales de todo tipo, extensas y bellísimas playas, abundante petróleo, bellas montañas, frutos de todo tipo y especies animales a más no poder, ¡Ah! y una inmensa frontera con el país más rico del mundo. En eso le reclama el Arcángel Gabriel: ¿No crees señor que te la estás bañando? Le estás dando muchas cosas Dios le contestó: No te preocupes, yo todo lo compenso. Aquí van a vivir mexicanos. Y se ve que colgando de los dedos de Dios, va bajando un Charrito, panzón, bigotudo y con sombrero y una leyenda en el mismo que decía: ¡Ah! pero soy muy macho.

Esa caricatura me puso el dedo en la llaga y me hacía ver tres realidades:

Primero: En promedio general los mexicanos sí somos así.

Segundo: Que nuestra forma de ser y comportarnos nos estorba y debía cambiar.

Tercero: Que yo no puedo cambiar el comportamiento de una nación, pero sí podía cambiar el mío.

Cuando empecé a escribir este libro, había pensado que en este capítulo incluiría un buen número de estadísticas para establecer sin lugar a dudas el innegable hecho de que México es un país rico en potencia. En potencia, pues aunque las riquezas estén ahí, nosotros debemos hacerlas realidad. Quería establecer que México cuenta –y en abundancia,- con casi cualquier recurso natural que pueda necesitar para su desarrollo. Finalmente decidí que no era necesario porque creo que a ningún mexicano nos queda duda de que contamos con playas, montañas, kilómetros y kilómetros de costas ricas en pesca, una increíble cantidad de recursos minerales, agrícolas, yacimientos de hidrocarburos y una lista tan tremenda de recursos que podría llevarme todo el libro tan sólo para describirlas. Razón por lo cual recibimos el mote de Cuerno de la abundancia. Pobre cuerno de la abundancia al juzgar por la tremenda cantidad de pobres que tenemos.

Es como quererle dar de comer elote a un chimuelo. Tenemos la abundancia delante de nosotros pero no sabemos convertirla en riqueza.

Contamos con lo que se necesita. Como dirían en el idioma de nuestros vecinos del norte: We got what it takes.

Sin embargo, empezando el siglo 21, después de tantos años de cacaraqueados logros de la Revolución, resulta que a pesar de que tenemos casi todos los recursos naturales que algún país pueda desear y necesitar seguimos siendo un país donde predomina la pobreza. Con todas esas bendiciones que Dios tuvo a bien derramar sobre esta nuestra tierra deberíamos estar gozando de tremendos logros, de riqueza, de una posición primaria entre las naciones ricas del mundo, mas no es así. A pesar de tener tantos recursos convertibles en riqueza, estamos generando pobres, hemos convertido a México en una excelente fábrica de pobreza.

Como ejemplo de entre muchos tenemos el de Japón. País que carece de casi todos los recursos que a nosotros nos sobran y que en su mayoría tiene que importar, es una especie de inmensa fabrica flotante que recibe materiales de todo el mundo y los exporta transformados. Es un país rico que tiene para vivir y todavía le sobra para prestar. ¿Cómo, no entiendo?- nosotros tenemos todo para ser un país prospero pero no lo somos y Japón que no lo tiene todo o casi nada, sí lo es. ¿Dónde radica la diferencia? Es obvio que no en los recursos naturales.

¿La diferencia estribará en la antigüedad de los países?-Veamos:

India y Egipto son como ejemplo dos países que tienen miles de años y son pobres. En cambio Australia y Nueva Zelanda hace apenas 150 años eran casi desconocidos y sin embargo son países desarrollados y ricos.

Cualquier persona, como lo es mi caso, que haya tenido contacto con la cultura japonesa, sobre todo en lo que a trabajo se refiere, se habrá dado cuenta que sus formas de comportarse y pensar son muy diferentes. Diríamos como lo es, que venimos de dos mundos muy diferentes. Nuestros amigos de ojos rasgados, vienen de otro camino que ha formado una manera diferente de pensar, de filosofías de vida, de prioridades de valores, que por ende los lleva a reaccionar, actuar y tomar decisiones de una forma muy diferente a la nuestra.

¿Es la formación mental del japonés mejor que la del mexicano? Bueno, al menos los ha llevado a un mejor lugar, en lo que a economía se refiere. ¡Ah! Muy sencillo, pensemos como japoneses y ya está. No es tan fácil, pues el traje aquí debe ser a la medida.

Recuerdo que los mismos japoneses hacían un comentario entre chusco y serio cuando señalaban que mientras para los japoneses las prioridades de vida eran:

1)Trabajo

2) Vino

3)Mujeres

Para los mexicanos eran:

1)Mujeres

2)Vino

3)Trabajo

Chiste o no chiste, más o menos por ahí anda la cosa. Nota que la forma de acomodar las prioridades es exactamente al revés, seguramente esto está relacionado con obtener resultados económicos también al revés.

Según los últimos datos oficiales proporcionados por el I.N.E.G.I. en su XII Censo General de Población y Vivienda 2000, en México contamos con la nada envidiable cifra de aproximadamente 40 millones de personas que viven en la pobreza, y de ellos la mitad viven jodidos y otros 20 millones súper jodidos. ¡Vaya diferencia!

Y como somos un total cercano a los 100 millones, significa que en el resto está la gente que no es pobre, más o menos 60 millones de mexicanos y de ellos aproximadamente 50 millones pertenecen a la clase media de México, comparada por ejemplo con la de Estados Unidos, dista años luz, y para muestra basta un botón:

Acabo de regresar de unas vacaciones en Miami, donde afortunadamente vive una hermana de mi esposa pues no pagamos hotel ni transporte. De ahí viajamos en un crucero, en estos momentos el más grande del mundo. Ahí me tocó ver la realidad contrastante: Mientras que los mexicanos que viajábamos-bastantes por cierto- eran en su mayoría gente de posición económica holgada, entiéndase gente con algún negocio, gente hijos de papi y hasta artistas, los demás pasajeros en su mayoría eran de los Estados Unidos (Cubanos de Miami incluidos en esta categoría).

Tuve oportunidad de charlar con algunos de ellos y descubrí que en su mayoría era gente que tenía puestos modestos y aunque también se quejaban del alto costo de la vida, era innegable que estaban disfrutando de un viaje prohibido para el mexicano común. Además, por información de mi cuñada que trabajaba en dicha línea, supe que el 80% era gente con puestos modestos en laguna empresa o negocio, eran gente de la clase media americana.

En ese mismo viaje vi que mi sobrina estrenaba un auto Grand Am, nuevecito. Pudieras pensar ¿Qué tiene de extraordinario? Pues que mi sobrina tan sólo tiene un trabajo part time (de medio turno) mientras estudia su carrera, trabaja medio tiempo como auxiliar de una oficina de reservaciones de la misma línea de Cruceros. Dime: ¿En qué trabajo de medio tiempo en México alguien se puede comprometer con una agencia a pagar un auto mediano nuevo alrededor de los $200,000? A menos que sea de Part-Time Narco.

¿Cómo ves desde ahí? Cualquier persona que tenga algún pariente o conocido que viva allá, le habrá contado infinidad de cosas que la clase media norteamericana hace, que nuestra clase media ni siquiera se atreve a soñar.

Cuando leo noticias en revistas extranjeras donde se alaba nuestro desempeño económico me pregunto: "¿Discúlpenme pero, de qué país hablan? Por lo que se palpa en la calle es que estamos bien brujas.

Bueno pues no es a la mayoría que le va bien, sino a una minoría. Esos indicadores resultan del promedio, pero un promedio es muy engañoso.

Por ejemplo:

Juntemos a tres personas,

Persona A gana $2000 mensuales

Persona B gana $20,000 mensuales

Persona C gana $200,000 mensuales

El promedio mensual de los ingresos entre los tres es de $74,000 mensuales. ¿Qué dirían la persona A y B si escuchan esto? ¿Dónde están?, ¡Háganme la buena! o, simplemente dirían que es mentira. Pero los promedios son tan sólo eso, una medida entre todos los considerandos.

"Somos muchos que ganan poco

y

pocos que ganan mucho"

Que tantas bendiciones habrá derramado Dios sobre ésta nación que a pesar de que hemos hecho muy serios intentos de acabarnos este abundante cuerno, no hemos podido. Aún a pesar de todo tenemos riquezas.

Lo malo de que tengamos ya varios sexenios con errores, crisis y desfalcos de todo tipo es que los mexicanos ya hemos llegado a confundir mala administración con destino. Ya hemos llegado a creer que ser un país pobre, un país en eterno subdesarrollo es nuestro destino.

Todo porque no hemos aceptado la realidad de que no es que seamos pobres, sino únicamente malos administradores de los bienes que Dios nos confió.

RESUMEN:

A México se bendijo con todo tipo de riquezas, a más no poder. ¿Por qué, entonces teniéndolo todo no es rico y otros que casi nada tienen sí lo son?

Con tantos años de crisis, desfalcos y errores, ya hemos llegado a confundir la mala administración con destino.

Como primer paso a una solución, debemos aceptar que ser pobres no es nuestro destino, sino la consecuencia de ser malos administradores de las riquezas que Dios nos confió.

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MEXICANOS AL GRITO DE ÉXITO

En su libro El derecho a ser inteligente, Luis Alberto Machado dice:

La primera necesidad humana es la educación. Por eso en la vida social lo fundamental es aprender. Todo lo que el hombre realiza, en algún momento lo ha aprendido. Para vivir, tenemos que aprender a vivir. Pero el hombre no está determinado por la enseñanza recibida. Y también: "Todo

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