¡Feliz cumpleaños a mí!

Hoy, en estos maravillosos jueves de reflexión, que encima coincide que es mi cumpleaños, voy a hablarte de mí.

Reconozco que he puesto un título sensacionalista a consciencia. No he vivido 35 años con frustración ni mucho menos.

Como cualquier persona, he tenido mis altibajos. Aunque hoy me voy a centrar en estos que nos interesan a todos: los del emprendimiento, la edad, la responsabilidad, la productividad, el crecimiento del negocio, etc.

Así que si estás emprendiendo, este capítulo te viene como anillo al dedo.

Yo siempre he sido de esas personas que aman celebrar su cumpleaños a lo grande. Pero, ¿sabes lo que me ha pasado los últimos 3 años? Que no he hecho absolutamente nada de nada para mi cumpleaños. Y sí, gran parte viene de mis ánimos, por eso de tener un negocio propio.

Los primeros dos años, yo ofrecía exclusivamente servicios con mi negocio: gestión de redes sociales para empresas. Llegué a tener 9 clientes a la vez. ¿Qué me pasó? Que morí de éxito. Es cierto que yo me posicioné en el nicho turístico y de hecho, a día de hoy sigo trabajando con empresas del sector, sin embargo, tenía clientes de diferentes sectores: coaches, alimentación, joyería, salud (farmacias, parafarmacias, ortopedias), deporte, etc. De hecho, además fui jefa de prensa de la carrera más importante de gran canaria: La Transgrancanaria.

Al tener clientes de diferentes nichos, me suponía un estrés brutal, porque yo no los controlaba al principio tan bien como controlo el turístico. Por lo que me debía pasar largas horas investigando para aprender todo lo posible, ver cómo se expresan, qué palabras usan, términos concretos, etc. Por lo que los primeros dos años de mi vida, me los pasé enterrada detrás de la pantalla del ordenador y mis amigas pidiéndome audiencia. Ni cumpleaños, ni vida personal. A todo esto le unimos que estaba pasando por procesos invitro, con toda la montaña rusa emocional y física que supone todo esto.

Así que me abandoné, me dejé de lado, y dejé de hacer aquello que me hace feliz. Entre ello, celebrar mi cumpleaños. Mi madre siempre hacía que este día fuese muy especial. Era mi día y yo era la reina. Se hacía lo que yo quería.

Este año, vuelvo a pasar mi cumpleaños enterrada, detrás de la pantalla del ordenador, creando dos programas de redes sociales: uno para los que quieren aprender a llevar las suyas, porque o les gusta o no les queda remedio. Otro, especial para dueños de negocios que necesitan aprender cómo funciona esto de las redes, para delegar desde el control y conocimiento y que no les tomen el pelo y no tiren su dinero a la basura.

Aunque te prometo una cosa: esta noche me tomaré una copita de vino para celebrar mi día. Te invito a que te tomes algo a mi salud y me hagas partícipe de ello, me harás muy feliz y me vendrá este calorcito que tanto necesito después de estar detrás de esta pantalla. Pero no es esto a lo que me refería con la promesa. La promesa va para mi próximo cumpleaños: lo voy a celebrar y a lo grande. ¡Estás invitado/a desde ya! No sé ni dónde ni cuándo ni con quién, pero el año que viene monto un fiestón.

Si te apetece hablar más y puedes formar parte de mi grupo privado de Telegram donde hablamos sobre redes sociales o Marca Personal, también sobre emprendimiento y productividad, te dejo el enlace por aquí en las notas del programa: https://bit.ly/3Pradmt para que puedas acceder.

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