Si ya me conoces, sabes que soy una adicta al trabajo a la que le cuesta parar y a veces, hasta exploto por no hacerlo. Hoy te voy a compartir qué dos grandes aprendizajes he tenido a lo largo de estos dos años y medio emprendiendo. Me encantaría saber si compartimos alguno de ellos. Entra aquí https://bit.ly/3Pradmt en mi grupo privado de Telegram y cuéntame los tuyos, me encantaría saberlos e intercambiar experiencias. 

Bueno, ¡al lío!

Mi primer aprendizaje fue lo del colchón financiero. Siempre escuché decir que para emprender bien, se necesita un colchón financiero y nunca lo entendí hasta que no me tocó aprender la lección. En mi primer año de emprendimiento no tenía ese colchón y llegué a trabajar por 1.75 € la hora por necesidad. Sí, reglaba mi trabajo y mis conocimientos a cambio de 1 café la hora. Fue bastante triste darme cuenta de ello. Cuando emprendemos sin un colchón financiero a largo plazo, a veces nos vemos en la necesidad de vender y facturar porque las facturas hay que seguir pagándolas. Y ahí empezamos a hacer todo desde la necesidad, o mejor dicho, desde la escasez. Cuando te toca a la fuerza coger cualquier trabajo, dejas de valorarte y terminas amargado/a. En el segundo año de emprendimiento empecé con un colchón financiero, y ahora tengo la tranquilidad de que pase lo que pase, tengo los recursos necesarios para no coger cualquier trabajo. Esto me ayuda a estar más enfocada en mis proyectos y que estos salgan más rápido, mejor estructurados y me den los resultados que necesito. Tomar decisiones desde la tranquilidad de que pase lo que pase podrás pagar las facturas y comer, no tiene precio. Podría hablarte mucho más sobre este aprendizaje, pero voy al siguiente.

El segundo gran aprendizaje que tuve fue parar cuando lo necesitaba. Siempre he pensado que cuanto más trabajo, cuanto más tiempo le dedique a las cosas, más rápido iré avanzando. Y estoy en lo cierto, pero el problema viene aquí: ¿a costa de qué? Llevo 2 años y medio sin vacaciones, sin descansar más de dos días seguidos, sin viajar y sin vida social prácticamente. Y sí, he avanzado mil veces más que las personas que comenzaron a la par que yo. Sin embargo, este verano me di cuenta de que necesito descansos. Ahora estoy descansando los fines de semana, pase o lo que pase, excepto claro, si hay alguna emergencia. Y cuando vuelvo los lunes, estoy cargada de energía y tengo la cabeza suficientemente descansada como para arrancar de nuevo con la semana. Así que, segundo aprendizaje, mejor avanzar más lento pero más sano. Y sí, me tomaré unas vacaciones en septiembre para celebrar mi cumpleaños que es el 29 sin el estrés del trabajo. Por cierto, ¿cuándo cumples años tú?

Y aquí lo dejo por hoy. Puedo decir honestamente que he tenido muchos aprendizajes más, pero estos dos han sido los más significativos y gracias a los que he avanzado más rápido y saludable en mi emprendimiento. Nos escuchamos mañana con mi reflexión semanal.

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