Experimentar el suicidio de su hermana menor fue un acontecimiento que marcó a Faryde y a toda su familia. El dolor tan profundo que vivió la transformó para siempre entendiendo que a partir de ese momento ya no sería la misma persona. Trabajar en su reconstrucción fue un proceso largo, encontrando en el estudio una manera de darle nuevamente sentido a su vida. Es así como decide prepararse como suicidóloga con el fin de prevenir el suicidio y la violencia, así como impulsar la cultura de paz y la responsabilidad social. Como promotora de la vida, Faryde funda SAK Fundación para dar atención, prevención, tratamiento y acompañamiento en torno al suicidio. Ella busca brindar esperanza sabiendo que el bienestar individual y colectivo van de la mano. Una historia de resiliencia, solidaridad y compromiso.

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