Rebeca es una mujer de fe que ha experimentado lo que ella llama un dolor gozoso. En 2006 muere su hijo, Salvador, en un accidente automovilístico, lo cual la llevó a sentir una inmensa pena por su ausencia física pero una alegría enorme por tener la certeza de que su hijo estaba ya con Dios. Asimismo, pudo comprobar que el acompañamiento era fundamental en este tipo de experiencias por lo que decide crear, en 2008, la organización “Acompaña”, al lado de su esposo, familiares y amigos con la misión de acompañar a personas que han sufrido la muerte de un ser querido y difundir la cultura del duelo. En 2015, se formaliza la organización y nace Fundación Acompañamiento y Recuperación A.C. La idea de Rebeca es que después de una pérdida se pueda encontrar esperanza, paz y sentido de vida. Ser un corazón con oídos es como ella describe el acompañar, teniendo la certeza de que el amor siempre es más fuerte que el dolor. Una historia de resiliencia.

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