Desde pequeña Priscila soñaba con formar una familia. Cuando se casa lo hace con esa ilusión de lograrlo, sin embargo, no funcionó y llegó el divorcio. Esta situación la hizo muy vulnerable llevándola a la falta de amor propio. Tiempo después conoce a una persona que la hacía sentir sumamente especial y que supo aprovechar sus vacíos emocionales para pintarle un mundo color de rosa el cual era inexistente. A pesar de los “focos rojos” que ella veía, decidió empezar una relación formal con él trayendo como consecuencia un embarazo. Había un sexto sentido en ella que le decía que algo no estaba bien, pero aún así, y con mucha tristeza e incertidumbre en su corazón, decide irse a vivir con él para, sin saberlo, entrar en un círculo de violencia. Se desató el maltrato emocional, verbal y económico terminado en violencia física y experimentando así lo que es la vida al lado de un psicópata. Cuando logra pedir ayuda y salir de esta relación, Pris empieza a reconstruir su corazón recuperando su autoestima. Con el tiempo supo que todo lo que había vivido le había permitido descubrir que su misión en la vida es ayudar a otras personas que estén en una situación similar a la de ella. Una historia de resiliencia, fuerza y reconstrucción propia.

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