Nayo está convencido de que cada uno de nosotros venimos al mundo con una esencia que va marcado el camino para encontrar nuestra pasión y misión de vida. Después de una adolescencia llena de rebeldía donde buscaba llamar la atención de diversas formas, despertó y se percató que necesitaba tener congruencia para hacer realidad sus sueños. Luego de una situación personal con su padre que lo marcó, su vida dio un giro trayéndole responsabilidades mayores. Entendió que tenía dos caminos: ser víctima de las circunstancias o tomar lo que le había pasado como una herramienta para crecer. Nayo optó por no ser víctima sino superviviente y hacer las cosas que le tocaban. Después de lograr su sueño de ser empresario se dio cuenta que amaba lo que hacía, pero no estaba realizado; había una inquietud, algo que no encontraba. Con el tiempo supo que eso que le faltaba era por estar alejado de su esencia. Descubrió que su etapa empresarial había sido de mucho crecimiento y gozo, pero su motivación era demostrar y cumplir con las etiquetas que otros le habían puesto, cargando algo que él no era. Cuando pudo reconectar con su interior y recordar lo que realmente le emocionaba, encontró su verdadera esencia y puso en práctica el soñar, creer y crear. Una historia de sueños, decisiones y acciones.

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