María sabe que el taekwondo y ella estaban destinados a ser el uno para el otro. Desde siempre ha tenido claro que su objetivo es dejar huella en el deporte mexicano, y lo ha conseguido. Sus múltiples logros, entre los que destacan sus 3 medallas olímpicas, hacen que sea una de las atletas mexicanas más exitosas de todos los tiempos, pero para ella lo más significativo de todo esto es tener la oportunidad de representar a México. Consciente de que para construir una medalla se requiere de muchos años y de mucho trabajo, reconoce que es algo que no lo hace una sola persona, sino que se necesita de un equipo de “ingenieros de sueños” que trabajen en conjunto para llegar a la meta. A ella el deporte le ha enseñado a no darse por vencida, a ser paciente, a entender que todos los días se aprende algo nuevo y a saber que siempre hay segundas oportunidades; en resumen, le ha enseñado a ser mejor persona. Para María lo más importante es aprender a disfrutar lo que hacemos y trabajar por ser los mejores en ello, y sabe que para lograrlo se necesita de locuras y sueños. Una historia de triunfos, trabajo, disciplina, sueños, constancia, tenacidad y sencillez.

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