Consuelo es una mujer que ha dedicado su vida a escuchar las necesidades de los demás. Desde muy joven el servicio social ha formado parte de su entorno. Cuando menos lo esperaba se le presentó la oportunidad de hacer una gran diferencia en su núcleo familiar. En plena libertad y con absoluta conciencia dice que sí a una situación que cambiaría el rumbo de su vida para siempre dejando en claro su gran corazón y su gran congruencia. Posteriormente, ese corazón y esa congruencia la llevaron a ser promotora de la paz y los derechos humanos en diversos espacios vulnerables como lo son los centros penitenciarios y los centros de rehabilitación de adicciones. Como impulsora de la dignidad humana y del desarrollo integral de las personas, Consuelo está convencida que ayudar y ofrecer a los demás algo de nosotros mismos es una receta mágica que nos hará estar bien. Ella ha comprobado una y otra vez que el amor todo lo puede. Una historia de compromiso social.

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