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Viajes en el ascensor del tiempo
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Viajes en el ascensor del tiempo
Libro electrónico148 páginas1 hora

Viajes en el ascensor del tiempo

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Este libro nos permite conocer a distintos personajes de la historia, a través de viajes en el tiempo, realizados por la protagonista, en el ascensor del edificio del Departamento de Ingeniería Literaria (DIL) en donde ella es académica. Así, descubre casualmente el poder del ascensor, producto de que es de uso exclusivo para personas con discapacidad o carga, siendo la única que cumple con esa condición en el DIL. Los viajes en el tiempo son realizados usualmente acompañada por una persona conocida. En cada viaje, los pasajeros del ascensor del tiempo visitan a un personaje famoso de la historia, observándolo y/o interactuando con él, lo que lleva a situaciones de cambios en la línea de tiempo, con consecuencias en el presente. Cada personaje es elegido por la persona que acompaña a la protagonista, y se trata de figuras de la historia admiradas por ella. Dentro de los visitados están Johannes Kepler, Yuri Gagarin, Carlos Caszeli, Albert Einstein, Pitágoras, Hellowen, Johann Sebastian Bach, Sócrates, Vincent Van Gogh, Spinetta, Elías Figueroa, Sor Juana Inés de la Cruz, Marie Curie, Frida Kahlo, Gabriela Mistral. Es un libro en el que el lector conocerá a genios de la historia en una faceta más íntima, observando momentos de sus vidas cruciales para el desarrollo de teorías, composición de piezas musicales, concreción de penales, goles iluminados, entre otras.
IdiomaEspañol
EditorialRIL Editores
Fecha de lanzamiento2 jul 2024
ISBN9789560115300
Viajes en el ascensor del tiempo

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    Viajes en el ascensor del tiempo - Gilda Espinoza

    Gilda Espinoza

    Viajes

    en el ascensor del tiempo

    Hoy viajé en el ascensor del tiempo

    Hoy viajé en mi máquina del tiempo. Es es un ascensor de uso público, pero sólo yo conozco su funcionamiento.

    En primer lugar, tuve que ponerme de acuerdo con Álvaro para saber a qué hora del día íbamos a ir a la universidad. Generalmente voy a mi oficina en las tardes, porque la universidad aún no exige asistencia presencial, para evitar así los contagios por COVID-19 a los funcionarios. La hora de llegada diaria es a las 15:00 horas y hoy no fue la excepción.

    Para viajar en el tiempo es de vital importancia establecer una hora de inicio y una de finalización, entre las cuales ocuparé el ascensor. Esto es porque necesito calcular la hora exacta en que iniciaré el viaje.

    Desde que entré al DIL (Departamento de Ingeniería Literaria) por primera vez, noté un comportamiento extraño del ascensor. Un comportamiento del que sólo yo pude percatarme, porque el ascensor debía ser utilizado únicamente por personas con discapacidad, y sólo yo cumplo con ese requisito en el DIL.

    Muchas veces, al salir del ascensor llegaba a lugares desconocidos, pero por temor no quise explorar, ni tampoco contar, para que no dudaran de mi cordura.

    Un día decidí salir del ascensor y me di cuenta que era una máquina del tiempo.

    Ese día recorrí los pasillos de una universidad y lo extraño es que era invisible para los jóvenes que caminaban por el lugar. Traté de realizar un viaje corto, ya que en media hora más, comenzaba la reunión del DIL y mi ausencia no pasaría desapercibida.

    Ese día conocí a Albert Einstein; justo tenía la puerta abierta. Estaba durmiendo en un sofá y me llamó la atención que no usaba calcetines; quizás ese día no encontró un par limpios. El escritorio estaba muy desordenado, atrás de él había una pizarra de tiza con muchas fórmulas, pero faltaba la más conocida. Sé que fui irresponsable, no pensé en las líneas de tiempo y sus consecuencias ante una modificación del pasado, pero no soporté la tentación: borré el centro de la pizarra, escribí E=mc ²y me fui.

    No sé por qué motivo al llegar al lugar del ascensor, este apareció y alcancé a llegar a la reunión del DIL.

    Con el uso reiterado del ascensor, me percaté de que no siempre se producía el especial fenómeno, por lo que era importante conocer el instante en el que el ascensor se convertía en una máquina del tiempo. Me propuse investigar al respecto. Tuve que estudiar física teórica avanzada, topología, cosmología, astronomía y psiquiatría, lo último con el objetivo de ir asegurándome de que no había caído en la locura.

    Recuerdo que después de una aburrida clase de dinámica, pude hacer funcionar el algoritmo que programé en mi computador, el cual entregaba la hora exacta en que debía entrar al ascensor y que también sería la hora de llegada, evitando así llegar atrasada a alguna reunión. El único problema es que todavía no se podía escoger a quien visitar.

    Mi viaje de hoy en la máquina del tiempo fue a las 15:56:02 hrs. Noté que el viaje duró dentro del ascensor diez segundos. Al abrirse el ascensor, me encontré en las calles de una ciudad.

    A lo lejos escuché una música conocida y comencé a acercarme al sonido. A medida que avanzaba, aumentaba la cantidad de personas convergiendo hacia una calle.

    Finalmente escuché muy claramente Don’t Let me down; eran Los Beatles en su último concierto, y estaban en la azotea de un edificio. Fue un día inolvidable.

    Hoy viajé en el ascensor

    del tiempo al futuro

    Como siempre llegué a las 15:00 horas a mi oficina. Nuevamente prendí mi computador y ejecuté el algoritmo que me da la hora exacta en que el ascensor del DIL se convierte en una máquina del tiempo. Esta vez fue a las 15:23:35, así que a esa hora estuve frente al ascensor. Como siempre me acompañaba la incertidumbre de no saber mi destino.

    Entré al ascensor, pasaron diez segundos. Al abrirse las puertas, noté un paisaje muy distinto a los que vi en mis viajes anteriores. Era una arquitectura distinta, sin veredas, sin calle, todo muy perfecto, sin daño de ningún tipo, muy limpio.

    Personas con características muy similares caminaban en los paseos peatonales. Todos mantenían un perfil físico similar; delgados, atléticos y con una vestimenta de telas delgadas muy similares.

    Me llamó mucho la atención que los edificios se encontraban sobre colchones de aire, me imagino bajo algún tipo de campo electromagnético. Me di cuenta que el edificio no tenía ningún contacto con el suelo y al existir un sismo el movimiento no se trasladaba a la estructura.

    Como en todos los viajes, era invisible, pero noté que mi silla de ruedas flotaba y el mando no tenía botones. De alguna forma era más fácil de usar, más rápida y no tenía problemas para sortear irregularidad en el suelo y escaleras.

    Noté algo muy extraño al levantar la cabeza: esa ciudad estaba bajo una cúpula. Me desplacé por la avenida, vi a dos personas con su mano extendida y una mesa bajo ella, como buscando información. Me di cuenta que al preguntar, se expandía un holograma sobre ella con lo solicitado.

    Cuando se alejaron las personas me acerqué a la mesa y dije«información acerca de la cúpula», y apareció un holograma que mostraba la cúpula y una tabla de datos con sus dimensiones, material, radio de curvatura y espesor. La mesa continuó desplegando información: «objetivo, impedir el paso de la radiación ultravioleta». Eso me llamó la atención, ya que se supone que la capa de ozono de la Tierra se está recuperando, porque prácticamente ya no se utiliza clorofluorocarbono.

    Definitivamente estaba en el futuro. Pensé que esa mesa me podría mostrar la Historia de la humanidad hasta ese momento, lo cual podría ser peligroso en manos de personas sin ética. Sé que fui irresponsable, pero pensé que sólo dependía de mí si divulgaba esta información al volver al pasado y le solicité a la mesa que me mostrara la historia de la cúpula. Al pedirlo, la mesa desplegó un holograma con la historia de la cúpula.

    La información comenzaba en el año 2044. En ese año se produjo un gran cambio en la Historia de la humanidad; la unión entre un organismo biológico y una máquina.

    En un laboratorio chileno, que se encontraba en el subterráneo del edificio del Departamento de Ingeniería Literaria, DIL, de la Universidad de Collao, UDC, se realizaban investigaciones acerca de la utilización de un microorganismo parecido al tardígrado, para aumentar la resistencia de un pegamento para elementos estructurales hecho de madera contra laminada. El estudio era liderado por el Dr. Mario Núñez, a quien obviamente conozco, pues los dos trabajamos en el DIL. Él se caracteriza por siempre andar de buen humor, y además le gusta mucho El Chavo del 8 y don Ramón.

    Hoy viajé en el ascensor del tiempo al futuro

    En un momento, la investigación perdió las condiciones iniciales de comportamiento permanente de las características de los materiales. Esto se produjo debido a que apareció una cepa mutada del virus de la influenza en Concepción, de la que existían también sospechas que se produjo en un laboratorio, pero de origen desconocido.

    La mesa continuó su relato: el virus tomó las características resistentes de los tardígrados, pero conservando su propiedad de esparcirse en forma aérea. Este fenómeno sólo pudo lograrse en las condiciones ideales que se producían en el laboratorio.

    Fue muy importante en la simbiosis una miga de un carbohidrato, quizás pan, por tratarse de Chile. Existe la sospecha de que alguien ingirió ese alimento en el laboratorio.

    Este virus ultrarresistente y aéreo, no atacó al ser humano ni a ningún ser viviente. Produjo un contagio a todas las máquinas computadoras, esparciéndose en minutos a todo el planeta.

    Siempre he tenido la tentación de contarle algo tan serio como esto a Mario, que en definitiva es el destructor de la humanidad, para que no realice esa investigación, pero eso sería un cambio en el futuro que podría ser aun peor. Y por lo demás, debería revelar el secreto del ascensor.

    Ese día 13 de marzo de 2044, fue el inicio de la nueva era, en la que se produjo el nacimiento de una nueva especie: bio-máquina. La reacción entre la unión del tardígrado y el virus mutado provocó un gas que fue dañando la capa de ozono hasta destruirla totalmente, por lo cual se construyó la cúpula.

    Ahora me doy cuenta que mi curiosidad no tiene límites, y aunque sé que fui irresponsable, continué preguntándole a la mesa de informaciones.

    —¿Qué pasó después del nacimiento de la nueva era? —pregunté a la mesa. Me mostró un holograma que podría considerar como una película de terror. Las bio-máquinas generaron un virus que exterminó a los humanos «inferiores» quedando sólo los que podían ser productivos y aportar al nuevo habitante de la Tierra.

    Se crearon androides que eran los que vi al llegar. Nuevamente no resistí y pregunté, «¿qué pasó con los humanos

    sobrevivientes?». Y me mostró un mapa con muchas cúpulas unidas por túneles exteriores en las que existían aún humanos. Estaban clasificadas por tipo de función y también existían cúpulas para animales y vegetales.

    A medida que iba viendo el holograma, aumentaban mis palpitaciones y tenía un profundo sentimiento de tristeza. Recordé que soy hipertensa y no quise morir en el futuro, así que volví rápidamente al DIL. No quise sacar fotos tratándose de la información que se podía extraer de ellas.

    Después de este relato, les voy a pedir que no cuenten nada de lo que aquí aparece. Sé que

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