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Horizontes inciertos del Pastoruri: Comunidad, conservación y cambio climático en la Cordillera Blanca del Perú
Horizontes inciertos del Pastoruri: Comunidad, conservación y cambio climático en la Cordillera Blanca del Perú
Horizontes inciertos del Pastoruri: Comunidad, conservación y cambio climático en la Cordillera Blanca del Perú
Libro electrónico291 páginas3 horas

Horizontes inciertos del Pastoruri: Comunidad, conservación y cambio climático en la Cordillera Blanca del Perú

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La conservación de la naturaleza sigue siendo un desafío clave en este mundo de múltiples crisis superpuestas. Horizontes inciertos del Pastoruri relata la historia del cruce de dos de ellas, la crisis climática y la crisis de la biodiversidad, con sus efectos políticos y territoriales, a la vez que reimagina la práctica conservacionista en una comunidad campesina emblemática de las alturas de Áncash. De este modo, el autor indaga en la profunda relacionalidad que producen tanto el territorio como las identidades sociopolíticas con el fin de comprender la política escalar entre la comunidad y la conservación, es decir, entre los humanos que habitan y gestionan este espacio de valor y los esfuerzos desde el exterior para conservarlo.
Atender la problemática ambiental nos enfrenta al desafío de pensar la conservación de manera diferente, sin perder nunca de vista los conflictos de justicia social en los que se despliega. Ello implica reconocer que todo contrato social de conservación legítimo debe incluir las autonomías relacionales, los sistemas de conocimiento y los valores culturales locales. Este libro contribuye a formular ese pensamiento.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 jun 2024
ISBN9786123179540
Horizontes inciertos del Pastoruri: Comunidad, conservación y cambio climático en la Cordillera Blanca del Perú

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    Horizontes inciertos del Pastoruri - Mattias Borg Rasmussen

    Horizontes_inciertos_del_Pastoruri.jpg

    Mattias Borg Rasmussen es antropólogo y profesor asociado de la Universidad de Copenhague en Dinamarca. Durante sus múltiples estadías en el Perú ha sido profesor asociado en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es autor del libro Andean Waterways: Resource politics in Highland Peru (2015).

    Mattias Borg Rasmussen

    Horizontes inciertos del Pastoruri

    Comunidad, conservación y cambio climático en la Cordillera Blanca del Perú

    Horizontes inciertos del Pastoruri

    Comunidad, conservación y cambio climático en la Cordillera Blanca del Perú

    © Mattias Borg Rasmussen, 2024

    © Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 2024

    Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú

    feditor@pucp.edu.pe

    www.fondoeditorial.pucp.edu.pe

    Traducción: Luis Manuel Claps

    Diseño, diagramación, corrección de estilo y cuidado de la edición: Fondo Editorial PUCP

    Foto de portada: Mattias Borg Rasmussen

    Primera edición digital: mayo de 2024

    Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores.

    Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2024-04531

    e-ISBN: 978-612-317-954-0

    Índice

    Prólogo

    Prefacio

    Metodología

    Reconocimientos

    Introducción

    Pastoruri, 2001

    Encuentros de conservación

    Reescalar territorios-recursos

    Glaciares y cambio climático en zonas de montaña

    Comunidad y conservación

    Relacionalidad de los territorios-recursos

    Resumen

    Capítulo 1: Contradicciones comunitarias

    Relaciones capitalistas en los Andes peruanos

    Condición de comunidad

    Tempestad en los Andes: la institucionalización del control sobre los territorios-recursos

    El campesino como emprendedor empresarial rural

    Territorio-recurso: producir recursos, defender la soberanía

    Conclusión

    Capítulo 2: Narrativas de disputa

    Historias encontradas del recurso-territorio

    Conceptualizar las narrativas sobre los territorios-recursos

    Coyunturas históricas: la recuperación de tierras

    Burocracias de papel: recursos-territorios y cambio

    Encuentros de conservación: recursos-territorios en disputa

    Micropolítica de la historia: omisiones estratégicas y representación situada

    Conclusión: en el papel

    Capítulo 3: Futuros de agua

    Controversias por la construcción de infraestructura productiva en los Andes peruanos

    Paisaje y topología del agua

    Infraestructuras hídricas en los Andes

    Cambio climático, escasez de agua y abandono de campos

    El caso de la represa Queshque

    Burocracias del agua y visiones del paisaje

    La transformación del paisaje

    Conclusión

    Capítulo 4: Los nuevos paisajes de la conservación

    Áreas protegidas y retroceso de glaciares

    Producción de paisajes de la conservación

    Encuentros de conservación en Pastoruri y más allá

    Narrativas ambientales y producción de imaginarios sobre el futuro

    Conclusión: reescribir los paisajes de la conservación

    Capítulo 5: Escalando Pastoruri

    Reclamar justicia en un paisaje fragmentado

    Escala y producción de lugar

    Cambio climático y medios de vida rurales

    Cambio justo: la comunidad como bien común

    Conclusión: comunidad y elaboración de futuros habitables

    Conclusión

    Bibliografía

    Prólogo

    El interés académico y profesional del autor por el agua, como tema central de sus estudios e investigaciones, empezó cuando era estudiante de antropología de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), en la primera década de este siglo.

    Ese interés comenzó a crecer cuando Rasmussen empezaba su investigación doctoral en el Parque Nacional de Huascarán, uno de los íconos naturales y turísticos del Perú. Conocí al autor hace unos quince años en el Callejón de Huaylas, cuando, junto con un equipo de investigadores, bajo el auspicio de la Universidad de las Naciones Unidas (Bonn, Alemania), desarrollamos un proyecto comparativo que incluía otras tres zonas del país (Piura, en la costa norte; la sierra y la selva central; y la provincia de Espinar, en la sierra sur). El tema central del estudio piloto fue demostrar que ya existía una relación directa entre los efectos del cambio climático y la contaminación ambiental con los recientes desplazamientos y migraciones involuntarias internas de las poblaciones rurales y urbanas afectadas por estas dos causas. Nuestra hipótesis central de trabajo era que las desglaciaciones andinas y las sequias prolongadas, así como las épocas de lluvias muy cortas, estaban afectando la cantidad de agua, tanto para el consumo humano como para la actividad agropecuaria. A su vez, este nuevo escenario era el responsable directo del abandono forzado de las poblaciones agropecuarias hacia las ciudades medianas y grandes del Perú.

    En su trabajo de campo antropológico, Rasmussen combina eficientemente no solo el análisis de la escasez del agua como recurso físico —como la estudian los hidrólogos—, sino que su metodología de investigación incluye aspectos culturales sobre la concepción mágico-religiosa y los imaginarios campesinos sobre el agua, que es vista como un ser vivo y animado, capaz de hablar y de escuchar al usuario campesino. De ahí que el trabajo lleve a cabo una extraordinaria etnografía de las montañas de donde se origina el agua.

    Lo trascendental de esta publicación es que desarrolla la transición de estos rituales, que antes eran de índole más espiritual y turística, a otra instancia en la que los mismos usuarios se convierten en defensores de la cantidad y la calidad del agua, así como de las montañas o los glaciares. Sin duda alguna, la calidad del agua tiene estrecha vinculación con las actividades mineras y la actividad turística.

    A todos estos componentes nuevos que también aparecen en los estudios modernos de antropología del agua, el autor agrega un contexto cultural de las poblaciones y las comunidades campesinas que nos permite entender de manera holística la necesidad de estudiarla, no solo como un recurso material compuesto por elementos químicos, sino también como un recurso cultural.

    La originalidad del estudio radica en la descripción etnográfica y en el análisis de las disputas de cinco actores institucionales con el objetivo de mostrar sus influencias y poderes dentro del territorio y el espacio de los terrenos de la comunidad de Cátac, donde se hizo el trabajo de campo y, específicamente, sobre un ícono turístico que, debido a la desglaciación, ya no existe: Pastoruri. Estos cinco actores son el gobierno nacional, a través del Ministerio del Ambiente; la Reserva Natural del Huascarán; el gobierno regional de Áncash; el distrito de Cátac, y la Comunidad Campesina de Cátac. Un actor adicional lo constituyen las agencias de turismo situadas en la ciudad de Huaraz y en Lima.

    Frecuentemente, estas organizaciones actúan de manera relativamente independiente porque cada una tiene objetivos diversos, pero finalmente complementarios, porque el objetivo final es la preservación del Parque Nacional Huascarán y su conservación en tiempos de cambio climático y contaminación ambiental, que año a año transforman el paisaje y los activos turísticos y humanos.

    En resumen, esta publicación pone el foco en algo que ya está sucediendo en otros lugares del mundo, donde los patrimonios culturales están siendo impactados por los efectos del cambio climático. Estos cambios se pueden observar en las transformaciones del territorio por acción del turismo y en los fenómenos inducidos por el cambio climático, como las avalanchas ocasionadas por las desglaciaciones que afectan las cuencas donde se ubican los activos culturales. Similares hechos están ocurriendo en el Himalaya, en los Alpes y en la cadena montañosa de los Andes.

    Teófilo Altamirano Rúa

    Senior Lead Consultant, IOM-UN

    Prefacio

    Pastoruri, palabra quechua que significa «pasto adentro», es el nombre de uno de los glaciares más conocidos y accesibles del Perú. Durante su apogeo, cuando los esquiadores y estudiantes de secundaria llegaban por miles hasta las cumbres, era posible trasladarse en automóvil por camino de ripio, hasta llegar al hielo mismo. Hoy, el camino termina en un estacionamiento y, para acceder al hielo, hay que dar una larga caminata. Pastoruri ya no aparece en artículos sobre deportes y rara vez, en revistas de turismo. Se ha transformado en testigo de la historia del cambio climático global y sus efectos en los regímenes de gestión locales. En Pastoruri, las economías globales de la conservación y el ocio enfrentan los efectos de la industrialización y el consumo de combustibles fósiles en otros lugares. Horizontes inciertos del Pastoruri también refiere al paisaje productivo en sentido amplio. Al igual que otras quebradas, Pastoruri es sitio de tierras que sustentan las economías pastoriles. Cada verano andino, los miembros de la comunidad trasladan sus animales a la altura mientras recuperan los pastizales más abajo. Sin embargo, las tierras «adentro» también atraviesan procesos de cambio a medida que los miembros de la comunidad encuentran fuentes de ingresos alternativas. Así, el pasto adentro se vuelve significante del cambio social.

    Por último, este libro refiere, además, a la íntima relación entre comunidad y territorio. Si bien Pastoruri es formalmente parte del territorio de la Comunidad Campesina de Cátac, sería más exacto describirlo como una dependencia mutua: las identidades sociales y políticas de la comunidad y las personas se ven condicionadas por su territorio. Una profunda relacionalidad produce tanto territorio como identidades sociopolíticas. Es en esos ámbitos que Horizontes inciertos del Pastoruri busca comprender la política escalar entre la comunidad y la conservación; entre los humanos que habitan y gestionan este espacio de valor y los esfuerzos desde el exterior para conservarlo sin huellas humanas.

    La comunidad campesina de Cátac está enclavada en las estribaciones más australes de la Cordillera Blanca. Sus 66 000 hectáreas, ganadas gradualmente a través de luchas sociales conocidas localmente como «la recuperación de tierras», se extienden desde los 3500 metros sobre el nivel del mar a orillas del río Santa hasta los picos cubiertos de hielo de más de 5000 metros sobre el nivel del mar que marcan el límite de la cuenca del mismo río. Al momento del trabajo de campo, a mediados de 2014, la comunidad campesina contaba con alrededor de 750 miembros. Cada miembro —en su mayoría hombres, pero a veces también mujeres— representa un hogar completo, lo que significa que esta comunidad campesina, en particular, está involucrada en el gobierno cotidiano de los recursos productivos de varios miles de personas. Cada cinco años se permite la incorporación de nuevos socios: a fines de 2014 se integraron más de 200 nuevos hogares, y en 2019, la comunidad contaba con 922 miembros.

    La comunidad campesina de Cátac comparte su territorio con el Parque Nacional Huascarán. Este último se estableció el 1 de julio de 1975, luego de las secuelas de las reformas agrarias de Velasco, con el fin de preservar los ecosistemas de las partes altas de la Cordillera Blanca, en la norteña región de Áncash. Asimismo, abarca más de la mitad de lo que los comuneros de Cátac consideran su territorio. En Cátac, estas drásticas reformas dieron el empujón final a la élite terrateniente, cuyo régimen abusivo de tenencia fue permanentemente objetado por las recuperaciones de tierras desde principios de la década de 1950. Los impactos de las reformas fueron desiguales y no necesariamente aseguraron la tierra para quienes la trabajaban, como prometió el famoso discurso del general Velasco. En Áncash, el orden territorial se vio aún más perturbado por el devastador terremoto de 1970. Esto creó la oportunidad para la realización de una idea que ya se había planteado a principios de la década de 1960: preservar el páramo agreste de la Cordillera Blanca. Cuando finalmente se hizo realidad en 1975, no hubo mucha consulta con la población local. Al respecto, el entonces presidente de la comunidad me dijo que «en Cátac no hubo información ni consulta». Al requerir inicialmente el abandono total de todas las especies no nativas, la administración del parque pronto se dio cuenta de que sería imposible hacerlo cumplir. En 1978 se permitió el pastoreo de ganado ovino y bovino dentro del núcleo del parque. Más allá de esta relajación de las normas, la relación entre el parque y la comunidad se ha visto históricamente marcada por el antagonismo y la ocasional colaboración.

    La conservación supone enormes desafíos. Diversas intervenciones recientes en los debates sobre el tema subrayan sus ambigüedades y contradicciones: por un lado, una crisis planetaria múltiple e interdependiente hace que los esfuerzos sistemáticos para preservar el medio ambiente sean cada vez más urgentes. Por otro, la conservación conceptualizada dentro de la matriz capitalista de colonialidad/modernidad reproduce injusticias epistémicas, sociales, ambientales y culturales. Por lo tanto, atender la crisis ambiental nos exige enfrentar el desafío de pensar la conservación de manera diferente, sin perder nunca de vista la crisis de justicia social en la que se despliega. En tal sentido, este libro contribuye a formular ese pensamiento.

    Llegué a Cátac por primera vez en 2010. En aquel momento, trabajaba en una comunidad vecina, tratando de comprender las intersecciones entre las fuerzas biofísicas y sociopolíticas que hacían que el agua fluyera a través de los ríos y canales de riego (Rasmussen, 2015). Mis interlocutores presentaban a Cátac como una comunidad campesina grande y bien organizada, cuyo apetito por el territorio había afectado a la otra comunidad más pequeña. Me dijeron que los cataquinos se divertían mucho y que incluso llegaban en sus camionetas 4x4 con armas ocultas en los ponchos. Si bien hay que relativizar estas historias, también revelan verdades subyacentes sobre la reputación de Cátac y su importancia regional como una comunidad cuyos miembros lograron defenderse con éxito (con guiño a Isbell, 1985).

    Mi relación con Cátac se hizo más personal luego del levantamiento social en defensa del lago Conococha de fines de 2010 (Rasmussen, 2016b). Estar presente, hacer preguntas y preocuparme me ayudó a ir creando lazos duraderos con la comunidad. El levantamiento fue traumático debido a la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad. Una persona murió y un amigo mío resultó herido y hospitalizado debido a los disparos de la policía. Estos hechos me hicieron reflexionar más profundamente sobre la comunidad campesina como formación política (Colloredo-Mansfeld, 2009). Las comunidades campesinas del altiplano están notoriamente plagadas de conflictos internos (Diez, 2012; Diez & Ortiz, 2013). Cátac no es la excepción y son frecuentes las disputas por el acceso y el control de la tierra, el agua y los ingresos comerciales. Estos asuntos generalmente se mantienen puertas adentro. Hacia afuera, Cátac busca mostrarse como una unidad coherente. Tales tensiones internas y comportamientos externos más moderados se reflejan en el análisis que sigue.

    Cátac no me era desconocida cuando llegué a la zona. Las historias sobre el cambio climático y la escasez de agua en la comunidad circularon en los medios de comunicación nacionales del momento. Se informaba que algunas vías fluviales se estaban secando durante los meses de verano. Por supuesto, Pastoruri es un nombre familiar para la mayoría de las personas que han vivido al menos algún tiempo en el Perú. He visitado el área periódicamente durante la última década y disfruto del privilegio de una suerte de visión longitudinal. He visto cómo el cambio climático ha ido penetrando hasta espacios cada vez más íntimos. Mi punto de partida para pensar el cambio climático es el argumento de Jesse Ribot de que «no cae del cielo» (Ribot, 2013b), sino que se encuentra mediado por instituciones sociales y se vuelve parte de las vulnerabilidades y las luchas existentes. Asumo el desafío de pensar la política escalar del control de los recursos a través de la simultaneidad de la conservación y el cambio climático en las luchas por lo que podríamos llamar «autonomías relacionales» (Ulloa, 2011).

    Esta publicación narra la historia de cómo el Parque Nacional Huascarán pasó a formar parte de un conjunto más amplio de luchas sociales. Escribir sobre conservación y comunidad es un acto de equilibrios delicados, ya que supone reconocer la importancia de preservar los paisajes y ecosistemas, al tiempo que articula la reflexión crítica que contribuya a mejorar la práctica conservacionista. El libro explora las miradas de la conservación desde el lado de la comunidad. No encontré a nadie que rechazara de plano los principios de la conservación, pero sí a muchos que son muy críticos de su materialización en el territorio. Y este libro puede ayudar a sus lectores a comprender por qué los miembros de la comunidad articulan sus críticas del modo en que lo hacen. Al enfatizar en las historias profundas y las formas en que condicionan los espacios políticos contemporáneos, pienso a partir de dos conceptos unidos con guion: territorios-recursos y comunidad-bienes comunes. Estos conceptos me permiten resaltar las interdependencias que co-constituyen a las comunidades campesinas, y señalar cómo y por qué la conservación puede ser percibida como fundamentalmente injusta porque desafía directamente a las constelaciones de territorios-recursos y comunidad-bienes comunes.

    Metodología

    Los capítulos del libro se basan en mi labor etnográfica extensa con comunidades en el sur de la Cordillera Blanca, desde el año 2010 en adelante. El núcleo metodológico de esta investigación es etnográfico. Se sustenta en la observación participante de reuniones y el acompañamiento al trabajo cotidiano de los líderes comunitarios, entrevistas semiestructuradas y numerosas visitas a los hogares de altura. En cuanto a los detalles sobre la empresa comunitaria me baso en datos recogidos de los archivos comunitarios por Serafín Osorio (Osorio, 2013). Recopilé el material discutido aquí durante mis visitas en 2013, 2014, 2015, 2017, 2018 y 2019. Un elemento clave de este trabajo fue documentar las luchas para asegurar los recursos en un contexto donde el cambio ambiental convergió con el establecimiento de nuevos regímenes de propiedad y gestión, lo que produjo una sensación de incertidumbre sobre qué recursos pertenecen a quién. Fue durante estas visitas que gradualmente me vi atraído hacia el campo de la conservación en la Comunidad Campesina de Cátac y sus relaciones con el Parque Nacional Huascarán. Entrevisté a figuras clave de la administración del parque y las seguí en su trabajo con las otras comunidades. Colaborar con la presidencia de la comunidad y con la administración en Huaraz me permitió seguir de cerca las negociaciones sobre el establecimiento de La Ruta de Cambio Climático, un proyecto mencionado en el Plan de Manejo del Parque 2010-2015 (HNP, 2011), pero recién puesto en marcha en junio de 2014.

    La administración compartió conmigo las cartas que sustentan el impulso narrativo del capítulo 2 y su contenido se reproduce con el consentimiento de la comunidad. Para comprender y documentar la relación entre Cátac y el Parque Nacional Huascarán hice varias entrevistas. Me concentré principalmente en la historia del surgimiento de la comunidad, las formas de evolución de su organización interna y sus esfuerzos de institucionalización del control de los recursos en relación con el Parque Nacional Huascarán. Entrevisté a miembros de la comunidad que ocupan u ocuparon puestos de liderazgo comunitario o en el sistema de asignación de aguas. Al entrevistar a funcionarios administrativos y asesores legales anteriores y actuales, tanto del parque como de la comunidad, me enfoqué en las prioridades de conservación y los cambiantes arreglos entre ambos. Me centro en estas entrevistas, así como en las conversaciones informales diarias y la observación participativa de reuniones, encuentros y sitios de construcción gestionados desde la Municipalidad de Cátac.

    Todas las personas que aparecen en los eventos e historias que describo han sido anonimizadas. Esta no fue una decisión fácil. Reconozco que son historias personales, historias de lucha, tanto en la victoria como en la derrota. Y las personas no merecen ser borradas de la historia. Sin embargo, su seguridad personal en un entorno político caprichoso supera el interés por atribuirles nombres reales.

    Reconocimientos

    Algunos de los capítulos existieron anteriormente como artículos de revistas y se reproducen aquí con permiso de los editores, por lo cual estoy agradecido. De todos modos, fueron concebidos como parte de un estudio más amplio con una narrativa común. Para mí es importante que puedan estar disponibles para el público en general y para los miembros de Cátac en particular, cuya lucha por el control territorial protagoniza la narrativa que el libro construye.

    Agradezco a las diferentes personas de Cátac que me acogieron en sus territorios. Me siento como en casa al caminar por estos majestuosos paisajes. Me entristeció enterarme del fallecimiento de

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