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Un Ángel en Nuestra Vida
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Libro electrónico398 páginas5 horas

Un Ángel en Nuestra Vida

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Un Ángel en Nuestra Vida trata un tema comúnmente envuelto en dudas y miedos: la Reencarnación. 

César Augusto, residente de la Colonia CieloAzul, sigue todo el proceso de regreso al cuerpo físico de su amigo. Ahora, le corresponde a César ayudar y apoyar a su amigo en su deseo de regresar a la Tierra para redimir sus errores

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 mar 2024
ISBN9798869241276
Un Ángel en Nuestra Vida

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    Un Ángel en Nuestra Vida - Célia Xavier de Camargo

    Romance Espírita

    UN ÁNGEL EN NUESTRAS VIDAS.

    PREPARACIÓN DE UN ESPÍRITU PARA REGRESAR
    AL CUERPO FÍSICO

    Psicografía de

    Célia Xavier de Camargo

    Por el Espíritu

    César Augusto Melero

    Traducción al Español:      

    J.Thomas Saldias, MSc.      

    Trujillo, Perú, Marzo, 2024

    Título Original en Portugués:

    Um anjo en nossa vida

    © Célia Xavier de Camargo, 2014

    World Spiritist Institute

    Houston, Texas, USA      

    E – mail: contact@worldspiritistinstitute.org

    De la Médium

    Colaboradora de la Sociedade Espirita Maria de Nazaré y del Lar Infantil Leão Pitta, con sede en Rolândia, Estado de Paraná, donde reside. Nacida en Galia (SP). Casada, madre de cuatro hijos, es Licenciada en Derecho.

    En 1980 se inició en la psicografía. Su primer contacto espiritual con León Tolstoi tuvo lugar en 1992, cuando recibió el primer mensaje del gran escritor. En el pasado, según Tolstoi, la médium vivía en Rusia, lo que le permitiría una mayor familiaridad con la cultura rusa, facilitando el intercambio mediúmnico.

    Del Traductor

    Jesús Thomas Saldias, MSc., nació en Trujillo, Perú.

    Desde los años 80s conoció la doctrina espírita gracias a su estadía en Brasil donde tuvo oportunidad de interactuar a través de médiums con el Dr. Napoleón Rodriguez Laureano, quien se convirtió en su mentor y guía espiritual.

    Posteriormente se mudó al Estado de Texas, en los Estados Unidos y se graduó en la carrera de Zootecnia en la Universidad de Texas A&M. Obtuvo también su Maestría en Ciencias de Fauna Silvestre siguiendo sus estudios de Doctorado en la misma universidad.

    Terminada su carrera académica, estableció la empresa Global Specialized Consultants LLC a través de la cual promovió el Uso Sostenible de Recursos Naturales a través de Latino América y luego fue partícipe de la formación del World Spiritist Institute, registrado en el Estado de Texas como una ONG sin fines de lucro con la finalidad de promover la divulgación de la doctrina espírita.

    Actualmente se encuentra trabajando desde Perú en la traducción de libros de varios médiums y espíritus del portugués al español, habiendo traducido más de 300 títulos, así como conduciendo el programa La Hora de los Espíritus.

    Índice

    Palabras del Autor

    1 Siempre Estudiando

    2 Actividades en el Más Allá

    3 Centro de Estudios de  la Individualidad

    4 Samuel

    5 Recuerdos

    6 Nuevas Relaciones

    7 Nueva Experiencia

    8 Recuerdos

    9 Decisión

    10 Cambios

    11 Preguntas

    12 Desdoblamiento Nocturno

    13 Ambiente Conflictivo

    14 La Visita

    15 En el Centro Espírita

    16 Sueño y Confusión

    17 Pelea en el Restaurante

    18 Experiencia Nocturna

    19 La Reunión

    20 Departamento de Reencarnación

    21 Propuesta de Matrimonio

    22 Decepción

    23 La verdad sale a la luz

    24 Compromiso Nocturno

    25 Reunión Amenazadora

    26 La Boda

    27Ayuda de Ocho

    28 Revelaciones

    29 El Regreso de Francisco

    30 Rehaciendo Afectos

    31 En la Favela

    32 Hablando de  la Reencarnación

    Conclusión

    Palabras del Autor

    Esta obra, que representa el esfuerzo de los compañeros del Grupo de Jóvenes, aborda el tema de la reencarnación junto con el problema de las drogas y la obsesión, así como otros temas relacionados. Todos ellos son temas de extrema relevancia para nosotros, especialmente la reencarnación, un tabú que es necesario aclarar, ya que es algo a lo que inevitablemente nos enfrentaremos tarde o temprano.

    Respecto a la reencarnación, quizás el sentimiento que nos domina, como habitantes del mundo espiritual, sea el mismo que envuelve a nuestros hermanos encarnados cuando piensan en la muerte física. Es algo que sabemos que sucederá, pero evitamos mencionarlo. Nos asusta el miedo a lo desconocido y al problema o sufrimiento que nos llevará a la desencarnación. Los espíritas; sin embargo, por todo lo aprendido, saben que la vida espiritual, la vida verdadera, es mucho mejor que la de la Tierra para quien supo disfrutar sanamente la existencia, buscando vivir el Evangelio de Jesús y dedicándose amor a sí mismo y al prójimo.

    Para nosotros, habitantes del Más Allá, creo que la situación es más grave, porque es diferente. Estamos integrados en la sociedad donde vivimos, sentimos libertad de acción, nuestro cuerpo espiritual no nos pesa, tenemos facilidad de comunicación y cometemos menos errores, ya que un simple pensamiento nuestro es inmediatamente detectado por quienes están a nuestro lado. Nada permanece oculto; vivimos en una relación de transparencia que haría sonrojar a los habitantes del planeta, si se implementara en la Tierra.

    Y precisamente porque llevamos una vida buena y placentera en Cielo Azul, pensar en adoptar un nuevo cuerpo físico nos preocupa mucho: por la dependencia a la que estaremos sujetos; por la dificultad para expresar nuestra voluntad, como hablar, caminar o pensar; por miedo a no ejecutar la planificación de la reencarnación; y por muchas otras cuestiones que nos angustian. Sabemos perfectamente que nuestros mayores no dejarán de ayudarnos y que siempre tendremos devotos amigos espirituales aconsejándonos, pero aun así hace falta mucho convencimiento de la necesidad de renacer, así como coraje para afrontar una nueva vida.

    Debo decir; sin embargo, que todo está muy bien planeado. El candidato a un nuevo cuerpo físico recibe una orientación importante y fundamental sobre su futuro. El análisis del pasado y los flagrantes errores que cometimos en otras encarnaciones, la presencia de seres con los que necesitamos reconciliarnos y que pueden estar en el mundo espiritual – cuando tendremos la oportunidad de entendernos y aceptar una nueva experiencia juntos – o reencarnado en el planeta – oportunidad necesaria que hay que aprovechar al renacer en el propio entorno – y, sobre todo, la conciencia de culpa nos advierte de aceptar la propuesta de nuestros mentores.

    En cualquier caso, la reencarnación es siempre una bendición divina, que nos invita al crecimiento interior y al restablecimiento de relaciones afectivas dañadas por el odio o el rencor y por las actitudes irracionales que tomamos en el pasado. Por eso el presente es tan importante, pues abre la oportunidad de reparación y reajuste con los demás.

    Esperamos que este trabajo, que requirió un gran esfuerzo por parte nuestra y de la médium, iniciado el 19 de julio de 2011 y finalizado hoy, pueda aclarar un poco más el tema, reduciendo las preocupaciones sobre el regreso al mundo material o a la vida verdadera. Los fenómenos naturales sometidos a las leyes divinas, ambos se manifiestan como recursos fundamentales para la evolución del espíritu.

    Nuestro agradecimiento a los amigos del Grupo Juvenil que participaron en este proyecto, ahora entregado a los lectores.

    También a nuestros asesores, siempre presentes, que nos ayudaron en todo momento con sus consideraciones y consejos, haciéndonos reflexionar.

    A Jesús, querido Maestro, por las lecciones que dejó al mundo su Evangelio de la Luz; de hecho, sin esa asistencia no habríamos podido llevar a cabo nuestro trabajo.

    A Dios Padre, Creador de la vida, que nunca deja de ayudar a sus hijos, a pesar de los flagrantes errores que estos cometen con el tiempo.

    Y, finalmente, a quienes se acerquen a hojear estas páginas, mi esperanza es que puedan encontrar lo que buscan. ¡Les deseamos a todos una buena lectura!

    ¡Mucha paz!

    César Augusto Melero

    Rolândia (PR), 24 de abril de 2014.

    1 Siempre Estudiando

    Después de tantos años en el mundo espiritual, me sentí cómodo en esta nueva vida y me consideraba parte del sistema. Ahora conocía todos los lugares de nuestra agradable Colonia Cielo Azul y me movía con tranquilidad, como si estuviera en mi pequeña ciudad natal, en el norte del Estado de Paraná.

    El grupo de jóvenes en el que participé siempre se renovó, acogió a nuevos integrantes y se despidió de quienes abandonaban nuestra convivencia fraterna y amistosa para asumir tareas en otros centros de crecimiento espiritual o en lugares de la corteza terrestre, atraídos por deberes que la necesidad de reparación que se les exige junto a los grupos familiares; otros abandonaron el grupo con el objetivo de prepararse para el proceso de reencarnación y revestirse de nuevos ropajes carnales, decididos a resolver problemas y conflictos que los atormentaban, además de la búsqueda de aprendizajes morales e intelectuales.

    Cierto día, estábamos disfrutando de un momento de relajación, casi al final de la actividad vespertina normal, en el Centro de Estudios de la Individualidad¹, cuando Matheu, nuestro instructor en ese momento, aprovechó para abordar el tema de la reencarnación.

    Cada uno expresó su opinión o expresó las dudas que invadían su ser más íntimo, y terminé confesando, aprovechando la pausa que se había producido:

    – También he estado pensando en regresar al plano terrenal para estar más cerca de mis queridos familiares. Mis padres están pasando apuros y desearía poder ayudarlos.

    Ante la sorpresa del grupo, expliqué:

    – ¡Es verdad! Sin embargo, reflexionando sobre el asunto, confieso que el miedo empezó a dominarme. Es necesario analizar muy detenidamente todos los ángulos del problema antes de tomar cualquier decisión. Para empezar, yo, César Augusto, ya no sería César Augusto. Adquiriría una nueva personalidad y todo lo demás que forma parte del paquete: nombre, familia, residencia, documentos, dirección, etc. Y lo que es peor: después de estar embarazada durante nueve meses en el vientre de mi madre, nacería acurrucado en un cuerpecito, completamente dependiente de los adultos, sin poder expresar mi voluntad salvo llorando. ¿No es preocupante?

    Los amigos no pudieron contener la risa, disfrutando de la situación. Maneco preguntó:

    – César, ¿no confías en nosotros? ¡Estaremos aquí para ayudarte! Además, nuestros asesores permanecerían atentos durante todo el proceso; especialmente Matheu. Intercambiando miradas con cada uno de ellos, incluido Matheu, quien con su tono serio escuchaba sin interferir, aunque sus ojos mostraban una expresión sonriente, respondí:

    – Confío en ti, sin lugar a dudas. ¡Pero confío más en nuestros asesores! – Enfaticé, mirando a Matheu, y, demostrando que confiaba en él, continué:

    – De todos modos, el tema es complejo y exige mucha reflexión. ¿Y si te olvidas de mí...?

    Giovanna² sacudió la cabeza, divertida:

    – César, no podíamos olvidarte. ¡Darías un grito tan fuerte que despertarías a todos! Además, ahora en serio, si el propósito de la reubicación es ayudar a tu familia, ¡no está justificado! Hasta que crezcas y puedas ayudar, habrán pasado muchos años; ¡puede suceder hasta que ya hayan regresado a la vida verdadera! Entonces, creo que, desde nuestro plano, ¡podrás verlos mucho mejor!

    Los demás se divirtieron, pero coincidieron con las consideraciones de nuestra amiga.

    – ¡Ah...! Bromeas, pero el asunto es serio – agregué.

    Más circunspecto, nuestro amigo Paulo³ recordó con cariño los casos que seguimos, en distintos momentos, llevando a alguien a conocer su nuevo hogar, su nueva familia.

    En ese momento no pude detener la emoción ante los recuerdos que de repente se apoderaron de mí. La imagen de mi querida Sheila vino a mi mente, destacándose en mis archivos mentales con toda la fuerza del anhelo. Conteniéndome, traté de recordarla tal como era ahora, una hermosa niña de ocho años, vivaz e inteligente. Con el tiempo, el proceso de reencarnación se iría consolidando y el espíritu, ahora más profundamente conectado al nuevo cuerpo, se desligaría un poco de nuestro plano, atado a la nueva existencia y sus exigencias. Actualmente, Sheila tiene otros intereses, estudios, viajes, entretenimiento y un nuevo círculo de amigos. Sin embargo, cuando nos encontramos durante su desdoblamiento durante el descanso nocturno, ella mostró en sus ojos que se acordaba de mí. Estudió mi rostro con atención, observó mi cabello rizado, como si recordara a alguien, y me di cuenta que estaba tratando de identificarme, en sus recuerdos, con alguien muy querido para ella a quien solo veía como un amigo. ¡No podría ser diferente! Ahora Sheila era una niña pequeña y yo era un hombre de más de 30 años, contando en el tiempo terrenal.

    En una ocasión, cuando nos encontrábamos en el mundo espiritual durante el sueño, desdoblándose⁴, ella, que no recordaba mi nombre, me miró fijamente, examinando mi rostro y mis cabellos, y dijo:

    – ¡Pareces un ángel con ese pelo rizado! ¡Lo único que te falta son las alas...!

    El resto se echó a reír. Después de eso, mis amigos se burlaron de mí, llamándome ángel sin alas.

    Me sentí conmovido y halagado – después de todo, no todos los días me comparan con un ángel –, pero también un poco triste. Sheila ahora me vio con otros ojos. Aunque me dolió en el fondo, esta distancia fue beneficiosa. Tenía que ser así. No quería que Sheila se quedara estancada en el pasado, cuando la reencarnación representa precisamente una propuesta para cambiar la vida, renovar conductas e ideas, en definitiva.

    Bromas aparte, planificar una nueva existencia es algo muy serio y requiere de mucho esfuerzo por parte del candidato para volver a la vida corpórea.

    La planificación, que a nuestro nivel de comprensión ya era posible con la ayuda de nuestros bienhechores, requirió una reflexión extrema. Se estudiaron todos los ángulos, se analizó cada detalle, para que fuera una experiencia gratificante y enriquecedora desde todos los puntos de vista. La elección del grupo familiar, los padres que debían aceptar la propuesta de un nuevo hijo, las condiciones orgánicas y genéticas de la futura madre, los fines de la existencia y muchos otros datos fueron incluidos en el estudio que, tras una minuciosa elaboración, fue presentada al candidato a una nueva experiencia en la carne.

    Variando infinitamente las categorías de los espíritus, podemos entenderlo así: cuanto más evolución, más libertad tiene el espíritu para elegir una nueva encarnación, a partir de las condiciones del vehículo corpóreo que utilizará – como la apariencia física y las dificultades orgánicas –, a las tareas que se propone realizar, que, no pocas veces, pueden constituir verdaderas misiones. Cuanto menos condición espiritual, más dependiente de amigos benefactores, quienes, debido a las deudas del pasado y a las necesidades de expiación del candidato, hacen todo lo posible para encontrar una familia que lo acepte y lo ayude a decidir sobre sus condiciones y limitaciones orgánicas, si aplicable, la forma en que vivirá, su actividad profesional y todo lo demás que sea necesario para que pueda llevar a cabo su proyecto de vida, satisfaciendo sus necesidades específicas.

    En cualquier caso, siempre es una decisión sumamente importante que requiere mucho estudio, evitando así la frustración si el reencarnado no tiene éxito en su intento.

    El consejero Matheu, tomando la palabra, reflexionó con su manera lúcida y tranquila:

    – Una nueva inmersión en la carne, para nosotros que estamos liberados del cuerpo físico, puede resultar sin duda angustiosa si se analiza desde este punto de vista. El espíritu penetra las emanaciones terrenas, en una experiencia que no sabe si será positiva o negativa, pues dependerá de su buena voluntad y de su esfuerzo por vencer. Como comentó de buen humor César Augusto, se desconoce, pues el reencarnado muchas veces olvida la planificación realizada, dando paso a tendencias negativas, placeres materiales y vicios.

    Pasando su mirada por los jóvenes que acompañaron sus palabras, serios y comprometidos, continuó:

    – Es importante considerar; sin embargo, que la reencarnación es una oportunidad divina que el Señor nos concede a todos nosotros, espíritus imperfectos y endeudados, para aprender y mejorar nuestro camino evolutivo. Ustedes, mis jóvenes amigos, están bien, no sufren dolor, no recuerdan el pasado, no sienten la angustia de quien, por el mal que ha hecho, se ve atormentado por la culpa y el remordimiento, muchas veces evidentes en los trastornos mentales que se exteriorizan. Para quienes claman por la paz y el olvido, la reencarnación es una bendición. La oportunidad de empezar de nuevo, en un ambiente diferente a aquel en el que cometieron el crimen, de estar en una nueva familia, en un nuevo cuerpo y poder empezar de nuevo en una nueva condición es sumamente importante. Es justo lo que quieren. Sin pensar, sin recordar nada. Sumergirse en el olvido.

    Matheu dejó de hablar por unos momentos, observando el efecto de sus palabras. A todos nos conmovió la imagen que nos había dibujado de aquellos espíritus infelices que no querían más que olvidar el pasado y tener un poco de paz para sus conciencias atormentadas. Nos dejó reflexionar sobre sus palabras y luego continuó:

    – Por otro lado, tenemos a los que están bien adaptados, gozan de serenidad, disfrutan de una situación cómoda aquí en el mundo espiritual, no les falta nada y tienen la oportunidad de estudiar y trabajar, siendo útiles a la comunidad que los acoge.

    – ¡Como nosotros que estamos aquí! – Reconoció Marcelo⁵ expresando el pensamiento del grupo.

    – Exacto, amigos míos. Como ustedes. Lo tienen todo y nada les falta. Cuando extrañan a su familia, pueden visitarla, nutrirse emocional y espiritualmente. No podemos olvidar; sin embargo, que éste es un período de transición para recuperar fuerzas. No podrán permanecer en esta zona de confort indefinidamente. Como un pájaro, que después de un largo período de vuelo necesita descansar y reponer energías para luego emprender otro vuelo, elevándose hacia el espacio, ustedes también están incluidos en este contexto. Simplemente aprovechan la oportunidad para descansar, fortalecerse, adquirir nuevos conocimientos que serán necesarios en otra experiencia en la carne y planear una nueva encarnación.

    Aprovechando una breve interrupción, Ana Cláudia⁶ preguntó:

    – Matheu, pero ¿hay una fecha límite para volver? Quiero decir, ¿cuándo tenemos que regresar al cuerpo físico?

    El consejero sonrió ante la pregunta, que conllevaba cierta ansiedad, y la tranquilizó:

    –No, Ana Claudia. Nada en la Ley de Dios es definitivo o establecido en piedra. Todo transcurre con normalidad. Dios, Creador del Universo – y también como Jesús, Padre Nuestro, amoroso, bueno, misericordioso, sabio y justo, claramente especifica –, no tiene prisa. La prisa proviene de las necesidades del espíritu que anhela superarse. De esta manera, nadie es pisoteado por la Ley Divina, a menos que sea absolutamente necesario, en beneficio del propio ser espiritual, ante situaciones gravísimas, con sufrimiento superlativo; en estos casos, la inmersión en un nuevo cuerpo es fundamental. En general, el espíritu siente cuando debe tomar ciertas actitudes y decisiones, especialmente para reencarnar. El tiempo y los conocimientos adquiridos, los estudios en los que participa y, sobre todo, sus propias reflexiones le llevan a sentir la necesidad de regresar al mundo terrenal en un nuevo cuerpo, con el objetivo de reparar ciertas faltas, ayudar a las personas a las que ha perjudicado en el pasado, reconstruir relaciones dañadas, combatir ciertos defectos que le molestan, y mucho más. El espíritu madura la idea y, cuando se siente fortalecido y seguro, pide regresar al vehículo corpóreo, siempre con el propósito de mejorar moralmente.

    Todos respiramos más tranquilos después de estas explicaciones. Con un dejo de duda, Gladstone⁷ expresó su opinión:

    – Pero ciertamente hay espíritus que necesitarían reencarnar y no quieren, no aceptan la oportunidad que les ofrece lo Alto a través de bienhechores espirituales. Y en esta situación, ¿cómo es, Matheu?

    – En estos casos, Gladstone, dependiendo del estado del espíritu, será enviado obligatoriamente a sumergirse en el cuerpo denso. Hay hermanos nuestros muy infelices y profundamente perversos que no tienen derecho a elegir. Por los males que causaron a las comunidades, tanto encarnadas como desencarnadas, son internalizados en la carne, como un mal menor. Así, siempre hay algún beneficio, porque, aunque sea permanecer confinados en las penitenciarías del planeta, están contenidos y ya no pueden manipular las hordas de espíritus rebeldes que comandaron en el Más Allá de la tumba.

    – ¿Qué pasa con la noche, Matheu? En cualquier caso, ¿no se dejan llevar en el sueño y siguen haciendo sus maldades? – Consideró Irineucito.

    – Eso es cierto, Irineucito. Sin embargo, la influencia del cuerpo es muy grande. Sumergirse en la carne les hace, al renacer, olvidar el pasado, lo cual es profundamente beneficioso. Durante la infancia, a medida que su cuerpo crece, recibirá cuidados de su familia, educación, valores morales y otra información. Durante este tiempo tienen la oportunidad de establecer nuevos comportamientos, cambiar su patrón mental y vibratorio, y comenzar una existencia verdaderamente nueva. Porque el cuerpo físico se irá desarrollando lentamente como un todo, incluido el cerebro, y el espíritu sigue este desarrollo; así, aunque la persona reencarnada es un espíritu multimilenario, lleno de errores y conflictos, se puede decir que en la infancia es realmente un niño. Cuando llega a la pubertad, después de haber recibido una buena orientación, tiene la oportunidad de estructurar su existencia en torno a conceptos nuevos, mejores y más saludables. Supongamos; sin embargo, que renace en un hogar desestructurado, sin el apoyo de sus padres, tan necesario en la infancia; si esto sucede, existe una gran posibilidad de volver a una vida de disipación y delincuencia, incluso de ser internado en un centro penitenciario. No es raro que se reconecte vibratoriamente con sus compañeros desencarnados que lo descubren en su nueva encarnación y buscan llevarlo de regreso al crimen. De cualquier manera, está teniendo una nueva vida, que si bien representa contención, será beneficiosa. ¿Cuántos delincuentes se recuperan en las cárceles gracias al trabajo de minorías religiosas que les llevan la palabra de Dios?

    Queriendo elevar el nivel vibratorio del encuentro, Eduardo⁸ consideró:

    – Matheu, también están nuestros hermanos que regresan en misión para ayudar a la población terrestre. ¿Pueden los espíritus malignos recibir su influencia saludable?

    – Sin duda, Eduardo. Dios siempre ha enviado seres luminosos a la Tierra para que sirvan de guías y modelos a la sociedad; sus vidas e ideas, posturas y palabras han generado y siguen generando nuevos comportamientos en la Humanidad terrenal. Entre ellos, Jesús fue el mayor ejemplo, la excelencia del amor y la virtud, el Modelo Divino a seguir por todos. Su luminoso paso por el planeta representó el llamado más importante de Dios al hombre, mostrándole el camino que debe seguir hacia la noble meta de la perfección. Debajo de Jesús, hay multitud de espíritus que reencarnaron entre todos los pueblos del planeta para dejar los faros de las ideas renovadoras en todos los ámbitos del conocimiento humano. Son misioneros que trabajan en las Ciencias, las Artes y las Filosofías, generando nuevos impulsos creativos, abriendo las mentes al progreso y, con ello, generando una evolución paulatina en todos los ámbitos. Y lo más importante es que estos ayudantes divinos están en todas partes, ya sea en un barrio pobre o en un palacio, entre aquellos con grandes conocimientos o entre aquellos menos favorecidos por la educación. Dios siempre concede oportunidades a todas sus criaturas.

    Estábamos encantados y pensativos sobre todo lo que aprendimos esa noche.

    Al final de la conversación, Matheu nos pidió a uno de nosotros que rezara una oración, que seguimos con reverencia y gratitud.

    Salimos de la habitación al exterior, donde una hermosa Luna llena iluminaba la noche con sus suaves y tiernas emanaciones y nos transportaba al pasado, cuando, aun encarnados, disfrutábamos del mismo espectáculo.

    Nos despedimos felices. Algunos entrarían en servicio y otros, como yo, descansarían después del día de trabajo.

    Caminando hacia nuestro refugio, mirando la Luna que brillaba en el espacio cósmico, no pude evitar recordar el hogar terrenal que tanto extrañaba.

    Busqué pensativamente nuestro amado rincón en la corteza planetaria; recorrí las habitaciones de nuestra sencilla casa y vi a mi padre, a mi madre y a mis queridos hermanos; luego, con gratitud, oré a Jesús para que los ayudara y los fortaleciera en las pruebas que estaban viviendo después de mi partida, rodeándolos de paz y amor, optimismo y esperanza.

    2 Actividades en el Más Allá

    Temprano en la mañana, Paulo, Maneco⁹ y yo entramos al pabellón, fuimos a la sala reservada para servidores y nos reunimos con Giovanna y Ana Cláudia, quienes, en ese momento, formaban parte de nuestro equipo. Nos pusimos los uniformes y nos dirigimos a la enfermería, donde realizamos nuestras actividades como auxiliares de enfermería, estando envueltos en el intenso movimiento de esa hora.

    Los empleados del turno de noche, cansados¹⁰, nos recibieron con alegría y se despidieron, tras dar algunas recomendaciones esenciales sobre los nuevos internos. Ahora, después de años en el mundo espiritual, estábamos en condiciones de llevar a cabo tareas más responsables, bajo supervisión por enfermeras calificadas. Ese día, Roberto, amable y afable, era el enfermero a cargo. En caso de duda, era a él a quien acudíamos a la hora de ayudar a los internos cuando surgían nuevas situaciones que requerían mayor experiencia.

    Pronto nos sumergimos en las actividades rutinarias que nos afectaban.

    En las últimas horas, varios hermanos habían sido recogidos de regiones densas, donde proliferaban el sufrimiento y el dolor, la desesperanza y los sentimientos negativos. Sin embargo, después de un largo período de purgación – imprescindible para liberarse de las vibraciones más pesadas que los acompañaron hasta el ultratumba como consecuencia de la existencia que llevaban –, fueron rescatados por el grupo Caravaneros del Bien, compuesto por de trabajadores responsables de la meritoria tarea de ayudar a los desafortunados en regiones en el Umbral y transportarlos a nuestra Colonia.

    El primer día no fue el más difícil, considerando que en aquella enfermería recibimos espíritus cuyo estado no era tan grave, pues los sacados de regiones más oscuras, inmensamente comprometidos con la ley divina, permanecían en pabellones especiales. Aun así, las entidades que recibimos, cargadas de pesadas emanaciones, llegaron allí en un doloroso estado de penuria espiritual. Luego de ser atendidos debidamente en la entrada de la institución, fueron llevados a los primeros pasos: los que estaban en mejores condiciones se ducharon y vistieron ropa limpia; luego comieron frugalmente; luego, llevados a una cama cómoda, dormían durante muchos días, recuperando la energía perdida, cuando podían caminar, hablar y comprender lo que se estaba haciendo por ellos.

    Otros espíritus; sin embargo, llegaron inconscientes. Estaba claro; sin embargo, que este estado no era pacífico; mentalmente, el movimiento fue intenso: imágenes que formaban parte de sus vidas, generalmente de dramas vividos, crímenes cometidos, venganzas perpetradas contra opositores, robos cometidos en plena noche, alteración de documentos para sustraer herencias a los verdaderos dueños, crímenes debidos hasta celos nunca descubiertos y otras situaciones dramáticas. Todo esto y mucho más formaba parte de sus recuerdos y, como nadie puede engañar a su conciencia, que siempre está alerta, al regresar a la vida verdadera se sintieron acusados de un juicio íntimo, del que no pudieron escapar.

    En esta sala atendíamos a pacientes cuyos casos no eran ni los peores ni los más graves. Sin embargo, era fundamental estar atento a las reacciones de cada persona. A menudo, todavía en las garras de los recuerdos de lo que

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