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Lecciones de la pandemia
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Libro electrónico194 páginas3 horas

Lecciones de la pandemia

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El reportero norteamericano William Stewart recibe una invitación sorpresiva al evento lanzamiento del nuevo libro de Robert Stock. De camino al evento, realizado en el museo de Louvre en París, se cuestiona, ya que no entiende bien, porque fue escogido para tal cubrimiento. La conferencia de Stock lo agarra de sorpresa, ya que se trata de propuestas para ser implementadas posteriormente a la crisis de la pandemia, para dar un giro al sistema y destronar al estatus quo actual. Durante el evento se da cuenta que su presencia no es coincidencia y al final recibe una extraña invitación que lo lleva a descubrir las verdaderas razones del encuentro.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 mar 2024
ISBN9788410682177
Lecciones de la pandemia

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    Lecciones de la pandemia - J. A. Méndez

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © J.A. Méndez

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de cubierta: Rubén García

    Supervisión de corrección: Celia Jiménez

    ISBN: 978-84-1068-217-7

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

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    I

    Una ventana abierta en París, todo el mundo que necesito.

    Atticus.

    Mientras esperaba en el metro para llegar a la estación del Louvre en París, comencé a pensar en el viaje de Robert Stock. Había soportado mucho para llegar a este punto. Sigo su trabajo desde que inició su blog donde criticaba nuestro sistema. Ahora esta pandemia ha revelado todas las fallas que él había señalado. Especialmente en su primer libro: El Plan. Ahora se ha convertido en un autor de renombre mundial. Su mecenas, Bruce Powers, está respaldando todas sus necesidades en esta pelea. El movimiento ha recibido una nueva oportunidad y este nuevo libro está destinado a servir como una guía para llegar a nuestro futuro más progresista.

    Sentado en este vagón de tren de metro verde con blanco, me di cuenta de lo programada que era esta ciudad. De las cosas tan interesantes que podría ver y de lo conectaba que estaba. Miraba la gente a mi alrededor y podía ver personas de todas partes del mundo. París era definitivamente una gran ciudad que acogía a todos sus visitantes por igual. Ya no era un turista en París. Ya podía reconocer a los que si eran turistas desde el punto de vista de un ciudadano parisino. Me encantaba ese hecho. Era algo que solo se ganaba con el tiempo en que habías permanecido en esta ciudad tan hermosa, llena de historias y acertijos.

    Era una nueva historia para Robert. Así lo creía yo. Podía haber escogido cualquier ciudad del mundo para presentar su libro, pero aun así escogió venir a esta. Al principio no entendía bien la razón, pero habiendo seguido sus pasos por tanto tiempo y como periodista que soy, sabía que daría la respuesta o por lo menos una pista del porqué de París.

    Me di cuenta de que llegaría un poco tarde. Por eso estaba nervioso. Después de un año y medio de pandemia, París ha vuelto a su ritmo frenético. A una nueva normalidad a la que algunos no nos podíamos acostumbrar bien. Una normalidad que queríamos que cambiara y era una de las principales razones por las cuales me entusiasmaba participar de la charla de Robert Stock.

    Aun así, amo esta ciudad. Es la ciudad más internacional en la que he vivido y se siente genial. París tiene un ambiente que no se puede comparar con ninguna otra ciudad. Su perfecto contraste entre lo antiguo y lo nuevo la hace demasiado emocionante. Nuevamente entre mis pensamientos me pregunto por qué Robert Stock decidió hacer su charla de presentación de su nuevo libro aquí. Aun no me imagino por qué, pero estoy muy contento por su elección.

    Vivo en París desde hace casi un año, en el Distrito 18 de la ciudad; no tan cerca la Basílica de Sacre Coeur, pero en la misma zona. Vine con una oferta de trabajo de periodista que recibí después de que se reabrieron los viajes internacionales y aproveché la oportunidad. Me inspiré en el periodismo después de comenzar a leer el blog de Robert Stock. No tenía experiencia previa como periodista, aun así, creo que no importa tu inicio porqué es la razón más importante para que cambies en la vida. Robert descubrió un plan y decidió mostrarlo. También me había alineado con su movimiento y quería ayudar. Estudié Periodismo y Filosofía y tenía una especialización universitaria en Historia, pero no sabía qué hacer con mi vida. Entonces, seguí su ejemplo y comencé a bloguear. Luego de eso conseguí mi primer trabajo y ahora estoy en París, ciudad de las luces.

    En una de las salidas del subterráneo, pude ver la Torre Eiffel. Aún era bien temprano, pero se me estaba haciendo tarde. Empujaba el vagón con mi mente. Pero tenía que esperar. Me había levantado temprano para ir a este evento. Ya lo había planificado. No obstante, estaba retrasado, cosas que pasan en esta hermosa y caótica ciudad.

    El vagón en el que estaba se encontraba lleno. Pude sentarme, pero aún tenía un grupo de turistas frente a mí. A la gente le encanta el Museo del Louvre. Estos turistas no eran como cualquier turista. Los museos como el Louvre toman tiempo para recorrerlos. No se hace en un día, pero se puede disfrutar mucho. Este museo en particular te atrae a volver a visitar y conocer sus diferentes salas. Tienes que tomarte tu tiempo, pero cuando regresas es una experiencia completamente nueva.

    Cuando me convertí en residente de París, me dediqué a visitar el Museo de Louvre con más calma. Pude conocer mejor no solo el museo, sino también sus alrededores. Pero cada sala icónica tenía obras impresionantes. No solo de artistas, también de nuestra historia antigua. La historia de la humanidad. En el arte podías experimentar la lucha y el trabajo que le había tomado a la humanidad llegar al punto en que nos encontrábamos ahora. Éramos muy parecidos a nuestros antepasados, pero con un poco más de conocimiento. A pesar de ese mayor conocimiento no habíamos podido resolver los problemas más básicos de nuestra humanidad para una gran cantidad de personas. La pandemia nos estregó ese hecho en la cara.

    Escuché el aviso que indicaba que había llegado a la estación de metro de Louvre. Los avisos en París se escuchaban en francés, inglés y español. Era un detalle más de lo cosmopolita e inclusiva que era esta ciudad. Los franceses entendían que los demás podían hablar idiomas diferentes al de ellos. Esto no fue un entendimiento instantáneo. Pero fue parte de las enseñanzas que les dejó su larga data imperialista en el mundo. Ser muy poderoso en un momento de la historia, y no serlo después, es una experiencia que te vuelve más humilde. Eso, siempre y cuando aprendas las lecciones que debes de aprender.

    La estación de metro de Louvre es particularmente agradable. Cuando el metro se detuvo, vi una escultura de una esfinge egipcia a través de la ventana del vagón. Parecía imponente. Es la bienvenida que necesitas para darle vida a tus expectativas. Había otras esculturas de Grecia y Roma. Nuevamente mezcladas entre la modernidad de una estación de metro que cumplía su cometido para los residentes de esta urbe.

    Esta vez no estaba visitando el museo de Louvre como turista. Tenía un trabajo. Le había pedido a mi editor la oportunidad de cubrir esta charla y él estuvo de acuerdo debido a mi experiencia con Robert Stock. Stock se había convertido en una celebridad muy controvertida. Se hizo muy conocido en Europa y Francia como un intelectual rebelde. A los europeos les encantó el hecho de que él era una voz prominente para restablecer los principios del estado de bienestar que habían adoptado como parte del acuerdo aliado después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

    Mucha gente no sabe esto, pero parte de los acuerdos llevados a cabo entre Europa aliada con Estados Unidos eran incluir conceptos progresistas dentro de sus sociedades, dentro de sus constituciones particularmente, debido a lo devastada que se encontraba Europa luego de la guerra, estuvieron de acuerdo bastante rápido. Todo para recibir las ayudas económicas para su reconstrucción provistas por el Plan Marshall. Un plan que se ha convertido en uno de los mejores negocios de Estados Unidos, y que les ha brindado un retorno excelente de su inversión, teniendo un aliado casi incondicional.

    Me levanté de mi asiento y grité «pardon» en mi mejor francés, mientras me abría paso entre la multitud de turistas, sabía que estaba llegando tarde. Empecé a sacar mi pase de prensa de mi blazer, mientras pasaba rápidamente entre la gente. Para esta actividad, la prensa tenía una entrada especial, pero sabía que el evento iba a estar lleno de periodistas y celebridades intelectuales de Francia y de todo el mundo. El presidente francés, Emmanuel Macron, iba a asistir. Estaba en campaña para su reelección y no quería perder la oportunidad que le brindaba este evento de mejorar su popularidad. Macron había leído El Plan y dijo que lo había disfrutado. Él no era un progresista, pero había aceptado la presión del movimiento progresista en Francia y retrasó algunos de sus planes neoliberales.

    Mientras me acercaba a la entrada para la prensa, vi la icónica pirámide de vidrio invertida que casi tocaba otra pirámide más pequeña cerca del piso. El Louvre era majestuoso y nunca terminaba de asombrarme. Habían preparado una sala especial para el evento de Robert. La sala era parecida a un patio interior techado suficientemente grande para todas las personas que visitarían el evento. Esta área del Louvre se podía observar desde el segundo y tercer piso del castillo. Para esta actividad habían tapado esas vistas para lograr un efecto de oscuridad que facilitara los efectos de luces al escenario y los alrededores. Adaptar un castillo medieval a las tecnologías del siglo XXI no era tarea fácil, pero los franceses de París tenían experiencia de sobras en este tipo de conversiones.

    Observé lo que parecían sillas finas y cómodas que rodeaban un pequeño escenario central donde Robert Stock tendría la oportunidad de dar su charla y explicar su nuevo libro. Al fondo se veía una pantalla gigante donde se proyectarían informaciones que le ayudarían a explicarse mejor durante su presentación. Todo listo y preparado para crear un efecto WOW que nos ayudaría a disfrutar y no olvidar la experiencia que estaba a punto de empezar.

    La pandemia había golpeado terriblemente en los Estados Unidos y la falta de un buen liderazgo era visible en esos resultados. Era algo que aún asombraba a muchos. Las relaciones públicas de la nación más poderosa del mundo eran muy buenas. Para una persona normal, la percepción de perfección y grandeza de la sociedad estadounidense estaba intacta. Tenías que hacer un esfuerzo personal en conocer los detalles negativos o de fallas en esa sociedad. Que a esta altura eran muchos, pero que los tapaban con mucha eficiencia. Era eso lo que producía el shock tan grande de las fallas cometidas por su liderazgo durante la pandemia. Ese deterioro me era familiar, debido a las informaciones que había leído en el libro de Robert Stock, también hice mis propias investigaciones.

    Pasé junto a los demás periodistas por la sala principal y nos guiaron a otra sala más pequeña con un escenario donde tendríamos una breve conferencia de prensa antes del evento principal. Robert Stock había aprendido a disfrutar de la prensa y se ponía frente a una cámara o un micrófono cada vez que tenía la oportunidad. Sabía la influencia que tenía la prensa en el mundo, a pesar de que se había desacreditado mucho en los últimos años. Entendía que a pesar de su desgaste la prensa seguía siendo el cuarto poder. En su momento también criticó a la prensa y a ciertos periodistas, por acciones que promovían las noticias falsas. Pero nunca los condenó. Reconocía que teníamos que convivir y que las ideas se confrontan con hechos y otras ideas que contribuyan a llegar a la verdad. No creía en silenciar a la prensa, porque acogió con agrado el debate que él mismo había generado.

    Esta conferencia de prensa fue una gran oportunidad para finalmente formularle a Robert Stock algunas preguntas que quería hacerle sobre su trabajo. También estaba ansioso de escuchar las preguntas de otros colegas, y principalmente las de los que no estaban de acuerdo con sus teorías.

    Cuando me senté en la sala, comenzó a llenarse de reporteros de todo el mundo. Había llegado justo a tiempo. Esto me agradó bastante y me dio un alivio, ya que pensaba que no entraría a tiempo para poder participar y disfrutar del evento completo.

    Debido al éxito de su primer libro, la prensa quiso tener la oportunidad de indagar sobre este nuevo trabajo y sobre la razón que lo llevó a escribir este nuevo libro. Estaba muy emocionado, porque me tomé muy en serio la información que escribió en El Plan. Sus palabras me habían movido a la acción para comenzar a ayudar a arreglar las cosas desde el lugar donde estaba en ese momento. Las cosas debían mejorar drásticamente para todos nosotros. Y la única forma de lograr un cambio permanente era uniendo nuestros esfuerzos en este nuevo gran ideal que beneficiaría a la humanidad en general.

    «Progreso para todos» fue el lema y nuestra guía. Robert Stock era nuestro nuevo líder, mi mentor, aunque no lo había conocido antes en persona. Robert Stock era latino y ciudadano estadounidense. Necesitábamos ese tipo de liderazgo y el mundo estaba muy preparado para ello, ya que actualmente había una falta de liderazgo en todas las áreas. Las cosas tenían que cambiar; no podemos seguir trabajando como de costumbre. Esta pandemia nos ha mostrado lo peor del sistema en el que vivimos. Estamos rodeados de abundancia y la mayoría de la gente tiene poco o ningún acceso a ella.

    Habían pasado unos minutos desde que me senté. En el escenario había varias sillas con una mesa rectangular de frente donde había agua para las personas que se sentasen allí. También había un podio donde estaría el moderador de esta rueda de prensa. El panel principal empezó a entrar al escenario y el público del auditorio empezó a aplaudir. Robert Stock era la atracción principal, pero su editor también estaba allí, y también tenían un moderador para las preguntas que se iban a plantear.

    Una vez que el panel se sentó, el moderador nos dio la bienvenida a la conferencia de prensa y nos agradeció nuestro interés en este tipo de charla de lectura de libros. Nos dijo que querían darnos la oportunidad de hacer algunas preguntas antes del evento, para que tuviéramos una mejor idea del proceso y también de la información del libro. Al final del evento, nos entregarían ejemplares del libro firmado por el propio Robert Stock.

    La sala estaba llena de presentadores de noticias y otras celebridades de los medios. Les llamo celebridades porque los medios noticiosos también se habían convertido en parte del espectáculo mediático que existía en el mundo para entretener y distraer a la gran masa de la población. Pero el objetivo de mi asistencia al evento como del periódico donde estaba trabajando era atrapar a esa intelectualidad activa que existía. Esa intelectualidad activista que deseaba y propulsaba cambios sociales; Los llamados «Originales» por el autor del libro del mismo título Adam Grant.

    Todos estaban allí para el nuevo y controvertido libro de Robert Stock. Para echar un vistazo a sus pensamientos sobre esta nueva amenaza que nos estaba afectando a todos. Los asistentes deseaban obtener la perspectiva de Robert, ya que la pandemia había causado y develado otros problemas que eran sistémicos en nuestra sociedad occidental. Estaba en riesgo nuestro modo de vivir y muchos entendían que este

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