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Les deseo una feliz Navidad
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Libro electrónico176 páginas2 horas

Les deseo una feliz Navidad

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Información de este libro electrónico

En la escuela, un grupo, parece genial.

¿Qué se puede decir cuando se escoge a alguien que parece más débil que los demás y sale mal?

Una vida destruida, un malestar... ¡Una venganza!

¡Se dice que la venganza es un plato que se sirve frío! Bueno, no es más que un doble eufemismo...

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento7 feb 2024
ISBN9781667469522
Les deseo una feliz Navidad
Autor

Laurent Moreau

Laurent Moreau is an author and illustrator living in Strasbourg, France.

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    Vista previa del libro

    Les deseo una feliz Navidad - Laurent Moreau

    Agradecimientos

    ––––––––

    A León Gibert por su apoyo,

    A Sophie Rousseau por la portada del libro,

    A todos mis amigos que apoyan mis proyectos,

    A todos mis lectores.

    Prólogo

    ––––––––

    ¡Por fin!! ¡Una buena noticia! ¡Este año es mi turno de organizar la Nochebuena!

    Ustedes me dirán que eso no tiene nada de extraordinario, organizar la Nochebuena es bonito, pero no para extasiarse.

    ¡Dieciséis años esperando este momento! ¡Mi paciencia ha sido recompensada! Hace dieciséis años que quiero reunirlos a todos: amigos de hace tiempo, los conozco desde la escuela, conozco a cada uno, el caracter, las cualidades y los defectos, las debilidades de cada uno y cada una.

    Me llamo Christophe, pero me han querido llamar Barry. Ya hace 16 años, ellos me pusieron Barry y no tengo idea porqué, aunque me llamaba Roland...en aquella época.

    Me emocioné mucho cuando me llamó Virginie.

    – Hola Barry.

    – Hola Virginie. ¿Cómo estás?

    – ¡Genial! Te llamo para decirte que, si quieres obviamente, puedes ser el siguiente en organizar la Nochebuena. ¿Qué piensas?

    – ¡Guau, súper!, con mucho gusto, justamente me preguntaba cuando sería mi turno.

    – Acordado entonces. Le voy a decir a todos. Tienes dos meses para sorprendernos, esperamos tus noticias. Besos.

    – Perfecto. Besos.

    Sí, realmente me preguntaba cuando sería mi turno. Ahora la voy a organizar. les prometo que será la mejor de todas. ¡Por dieciséis años ha estado rondando mi cabeza!

    ¿Quieren que los sorprenda? Así será, pero no se enterarán de nada. Solo de que esta navidad será memorable y feliz, al menos para mí.

    Les deseo a todos una fantástica Navidad...

    ¡Será de morirse, literalmente!

    Capítulo 1 - 16 años atrás

    ––––––––

    En nuestra clase, hay más o menos 25 estudiantes, yo no soy el más popular. Poco más de quince de ellos son muy unidos y siempre he soñado ser parte de ese grupo. Un día, uno de ellos me introdujo, todavía no sé el motivo, pero tengo una idea. ¡Me apodaron Barry! Extraño nombre, me dije. Pero me daba igual como me llamaran, lo principal era estar en un grupo y en EL grupo. Me parecía que me apreciaban, sorprendentemente, me «protegían» No entendía realmente la razón, pero me sentía feliz.

    Los meses de escuela transcurrieron felices, pertenecer a un grupo es genial, algo que no había conocido antes.

    Permítanme presentarles a todos.

    Primero,

    * Pierrick. Una especie de líder, todo el mundo lo escucha, da una que otra orden, todos lo respetan, es buena onda si hacemos lo que dice.

    *Stéphanie. La soltera, una marimacha, siempre detrás de Pierrick, como si fueran hermanos.

    *Laurent. Un tío raro, siempre matando animales o insectos.

    *Sylvie. La novia de Pierrick. Una chica de apariencia delicada, al contrario de él, no sabe tomar decisiones, contantemente le pregunta a su amorcito lo que debe hacer, no hace nada hasta que Pierrick lo apruebe, ninguna iniciativa.

    *Jérôme. El guapo del grupo. Atrae a todas. Tiene una colección.

    *Martin. Un tío oscuro, no se sabe a ciencia cierta lo que piensa. Cae bien, pero por ningún motivo saldría a dar una vuelta sólo con él.

    *Noémie. Un bombón. Siempre debe haber una. Al último grito de la moda, una belleza, todos los tíos están a sus pies.

    *Karine. Es a la que le tengo más confianza. Ella me escucha, se interesa en mí, en mi vida y todo.

    *Claude y Jean. Gemelos. Nunca sé cuál es Claude y cual es Jean. ¡Obviamente, casi siempre están juntos, vestidos idénticos, son lo mismo, son uno!

    *Virginie. Uno diría que es un ángel, pero muy falsa e hipócrita, nunca hay que darle confianza.

    *Bruno. El afeminado del grupo. Es muy querido, coquetea con todos, hasta conmigo. ¡Me da miedo! No sé cómo comportarme con él.

    *Daniel. ¡Un tío súper fornido! ¡Grande, musculoso! Mejor ser su amigo que su enemigo. Mucha gente tiene esa impresión.

    *Cécile. Un alma oscura y torturada. Ciertamente tiene su estilo para vestir. Siempre de negro y muy maquillada

    *Isabelle. Una idiota de primera, molesta todo el tiempo y nunca se contenta. Fastidia todo su entorno. Solo Pierrick la puede calmar.

    *Sacha. La intelectual del grupo. Pasa el tiempo haciendo tareas de varias personas. No me atrevo a pedirle que haga las mías.

    *Véronique. No me gusta. No sé porqué. Ella no me habla mucho y me parece perfecto. Siento algo, no la soporto, pero no lo demuestro, no quiero que me echen del grupo.

    Toda esa burbuja, estas 17 personas se conocen desde hace años, son inseparables. Hay más «malos» que «buenos». Yo soy el último que llegó, soy tímido, no muy guapo, soy más un bufón que un duro. Soy más un seguidor, ellos son impresionantes. Trato de aprender de ellos. Con el paso de los días y meses, los amo a pesar de todo. Ser parte de un grupo significa mucho para mí. Durante todos mis años en escuelas siempre estuve solo, tuve muy pocos o ningún amigo. No era buen estudiante, siempre me dejaban de lado, nunca me invitaban a cumpleaños ni a salidas, sin embargo, mis padres me decían que me preocupara por la vida de los demás, pero, en general, ni siquiera me dejaban hablar, era como si fuese invisible. Entonces, entiendan que cuando Pierrick se acercó y me dijo que fuera con ellos si quería, dije que sí de inmediato. Me recibieron muy bien, vi algunas risillas por ahí pero no me importaba. Por fin formaba parte de un grupo y, en ese momento, eso era lo principal. Un año escolar bueno y eso me hacía feliz.

    Un día de noviembre, Karine vino a verme con una invitación.

    – ¿Para qué es? Le dije.

    – Una invitación.

    – ¿Una invitación? ¿Adonde? ¿De quién?

    – Tú sabes que en el grupo nos conocemos desde hace mucho tiempo, hace varios años. Bueno, cada año, uno de nosotros organiza la fiesta de Navidad, debe sorprendernos y cada año cambiamos al encargado.

    – ¡Súper! ¿Quién organiza este año?

    – Virginie.

    – Ok, bien. (La que no me gusta, pero bueno, nada pasa, yo no soy el que escoje)

    – Así es. Entonces, próximamente Virginie nos dará más información del lugar y la hora.

    – ¿Y se pasa bien? ¿Cómo se visten? ¿Hay que dar regalos?

    – No te estreses. La persona que invita pone las reglas. Por el momento yo no sé nada, sé lo mismo que tú. Pero si es como los años pasados, nos vamos a divertir bastante.

    – ¡Que alegría! Una fiesta de Navidad con ustedes, suena bien. Gracias por la invitación.

    – De nada. Todo el grupo está invitado y tú eres parte del grupo, así que, no hay problema.

    – ¡Que felicidad! Una fiesta con compañeros y compañeras es lo que he soñado y lo voy a vivir. Ya estoy impaciente. Siento que tengo más suerte que todos en la clase. Los otros no significan nada, el grupo nunca les habla, casi no hay ningún contacto, solo si la materia o el profe así lo quiere. Así que yo, Roland, ahora llamado Barry, era parte de los insignificantes (yo no los creo insignificantes, pero el resto del grupo sí), ahora, pasé al otro lado, estoy en todas las conversaciones, me incluyen en todo lo que Pierrick decide hacer.

    – oOo-oOo –

    1 de diciembre, último día de la semana, 9 a.m., clase de inglés. Virginie se me acerca con una sonrisa extraña.

    – Barry. Aquí están las instrucciones para la fiesta. Me dice entregándome un sobre.

    Le iba a dar las gracias, pero ya había vuelto a su escritorio. Me senté y abrí el sobre. Estaba muy apurado por saber lo que contenía.

    ––––––––

    Invitación

    Encuentro el 24 de diciembre para una

    maravillosa fiesta

    A las 7:30 p.m.

    En el chalet «El destino»

    05600 Ceillac

    No regalos No llevar nada. No hay código de vestimenta.

    Para el transporte, hablar con Pierrick.

    ––––––––

    ¡Ni idea de dónde está eso! Buscando un poco en el internet, vi que era un pueblito tranquilo de montaña. Ciertamente ideal para hacer ruido sin molestar. No me gusta la montaña, pero voy a lidiar con eso. Tengo que dejar de estresarme, voy a estar bien acompañado, solo tengo que hacer «como todo el mundo». Ya solo tengo que ir a hablar con Pierrick para ver si puedo irme con él. Me imagino que uno o varios adultos van a ir con nosotros, aunque no tengo que preocuparme ni ver eso desde ahora.

    ¡Mis padres están muy contentos de haberme dejado ir! Para ellos también es la primera vez. Voy a una fiesta con compañeros, bueno, ¡estoy socializando! según ellos. Mi mamá me da dinero, nunca se sabe si habrá que pagar algo o si tendré que devolverme ¡No me devuelvo! ¡Estoy viviendo mi mejor año!

    – Has como todos amor, tienes que divertirte extraordinariamente, no tienes prohibiciones de nuestra parte...

    Capítulo 2 - 24 de diciembre de 1995

    ––––––––

    Hoy es el día, estoy emocionado. Nos vamos a la montaña a una fiesta estupenda, extraordinaria. Mi madre me dio todas las recomendaciones posibles: sea sociable, cante, baile, coma, beba... Mi padre me dijo que ligara. ¡Sí claro! No podría hacerlo, soy demasiado tímido y además ¿ligar? ¿A quién? En el grupo las chicas me hablan, pero nada que ver conmigo, no me consideran como los otros tíos del grupo, no me parezco en nada a Pierrick ni a Daniel ni a ningún otro tío de la banda.

    Nos acompaña el hermano mayor de Pierrick, somos cinco en el carro, a los otros también los lleva alguien de la familia. Son más o menos 5 horas de viaje, es mucho, pero Pierrick siempre tiene algo que decir y de seguro nos va a entretener durante el viaje.

    Luego de haber avergonzado a mi mamá y a mi papá, me voy al fin. El carro enciende para andar varias horas.

    Veo la calle, pienso en lo que voy a descubrir, en cómo estará la noche. Muchas cosas me vienen a la cabeza. Siempre me estreso, me hago un millón de preguntas de lo que sea. Debería vivir el momento presente. Pierrick va contando historias, las oigo, pero no las escucho. Aun así, hago inconscientemente algún gesto o una sonrisa que podría dar a entender que yo sé lo que dice.

    Al cabo de dos horas, nos detenemos para ir al baño/tomar café. Se siente bien desentumecer las piernas. Me tomo un buen chocolate con leche y aprovecho para ir al baño. Estoy al lado de Pierrick.

    – Entonces Barry, ¿listo para la gran fiesta? Dice riendo y viéndome orinar.

    – Sí, listo. Estoy contento de estar con ustedes (¡Mierda, que me deje de ver, no puedo orinar!). Me siento un niñito a la par de él, ya es un hombre desde todo punto de vista, ya tiene una voz grave, está bien hecho, eso es un líder.

    Pierrick finalmente se va y se dirige al auto.

    – Apúrate Barry, no tenemos todo el día. Dice carcajeándose.

    –  Sí, ya voy. Me dije viéndolo irse.

    Ya en el carro, volvemos a arrancar. Vuelvo a mis pensamientos, pienso de más, no estoy acostumbrado a estas fiestas o, simplemente, a tener amigos, amigos muy cool, demasiado cool de hecho, ¿me voy a ver tonto entre todos ellos tan a la moda? Es verdad que no me siento a la altura. En el juego de «encuentren al intruso», todo el mundo sabría la respuesta. Pero bueno, me tranquiliza que Pierrick siempre esté ahí, no muy lejos de mí...Es como una especie de papá en el grupo.

    Mis ojos se cierran. Me duermo.

    – oOo-oOo – 

    Me despierto, nos detuvimos. Salimos del auto y empezamos a bajar las valijas. Nos despedimos de los acompañantes. Los autos se alejan. Pierrick se pone a aullar de la felicidad. – Que comiencen las festividades. Dice él. Todos parecen muy alegres. Yo también, pero más internamente, no hago mucho este tipo de

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